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laCuerda
una mirada feminista de
la realidad
Año 7, No. 74
Guatemala, diciembre/2004
cocinémonos un mejor 2005
Visión a futuro |
|
entrada |
·
Hasta dónde sí, hasta dónde no... (Rosalinda Hernández
Alarcón) |
la médula |
·
El proceso del '96 (Andrea Carrillo Samayoa) ·
Cambia... de a pocos, todo cambia (Andrea Carrillo
Samayoa) ·
Transformaciones en los hombres: Algunos del diente al
labio, otros desde el corazón (Myra Muralles) |
la lupa |
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foto-reportaje |
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la paseante |
·
Hacia la democratización de la cultura (Anabella
Acevedo) |
esta boca es mía |
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desamarrar la historia |
·
Ojos que no ven, corazón que sí siente (Lucía Escobar y
Claudia Navas) |
aquí y ahora |
·
Campesinas e investigadoras comparten experiencias ·
"Nos reservamos el derecho de admisión" ·
Tejiendo redes (Jacqui Torres) ·
Genocidio, la máxima expresión del racismo (Gladys
Hernández) |
reportajes |
·
Cinco décadas después de Árbenz (Amy North, Isabel
Solís, Marta Gutiérrez y Ana López) |
movida departamental |
|
internacional |
Editorial—
Sin duda alguna, la reelección de
George W. Bush debe continuar siendo motivo de preocupación y alerta para todo
grupo o persona progresista. Los últimos cuatro años han demostrado los
peligros de que la primera potencia mundial esté gobernada por un individuo
influenciado más por supuestos "valores" religiosos y la agenda de
los fundamentalistas de su país, que por auténticos deseos de ejercer un poder
que realmente contribuya a una mayor justicia económica y social en el mundo.
Bajo una falsa bandera de
democracia y libertad, esos "valores" han llevado guerra, desolación
y miseria a muchos rincones de la Tierra. También es evidente que la decisión
de aquel gobernante de cancelar financiamientos federales para programas de
planificación familiar en otros países, lejos de cumplir su propósito
manifiesto, está aumentando los abortos clandestinos y provocando más muertes
maternas e infantiles, a raíz del cierre forzoso de numerosas clínicas
necesarias para la salud femenina. Todo lo contrario del discurso oficial, allá
en el Norte, acerca de la defensa de los derechos de las mujeres y la niñez.
La agenda del gobierno de
los Estados Unidos no sería tan preocupante si una buena parte del mundo
hubiera dejado de ser el patio trasero de esa nación. No siendo ése el caso,
muchos países pobres (y presidentes arrastrados) continúan siendo obligados a
obedecer los mandatos del círculo de poder de la primera potencia, en buena
medida a través de las políticas del Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional y la Organización Mundial del Comercio.
Las cosas no pintan nada
bien para el cada vez más jodido mundo en desarrollo. Si en el 2000 Bush se
adueñó del planeta sin el genuino aval del pueblo estadounidense, ya veremos lo
que llegará a hacer sintiéndose apoyado por su gente. Que el cielo nos proteja,
y ojalá ese pueblo adquiera un poco de sabiduría en los próximos cuatro años.
Los tiempos que estamos
viviendo nos marcan líneas de acción no siempre claras que necesitan ser
definidas si como movimientos sociales queremos que nuestro trabajo ayude a
forjar los cambios que Guatemala necesita, a pesar de aquel país del Norte.
Dado que toda
transformación profunda debe empezar en la propia casa, en laCuerda recientemente hemos vuelto a
reflexionar acerca del futuro. Estamos analizando y redefiniendo prioridades,
pues consideramos que nuestro trabajo periodístico debe responder a los tiempos
que vivimos, reflejando los valores y principios feministas que son la razón de
ser de nuestro colectivo.
Creemos que esas
reflexiones deben traducirse en una esmerada acción política orientada a
avanzar la agenda feminista, a la vez de forjar alianzas estratégicas que
coadyuven a satisfacer las necesidades de este país y los objetivos del
movimiento social guatemalteco.
En ese marco, hemos
acordado centrar nuestra acción política en tres ejes: el ámbito
socioeconómico, la sexualidad y la lucha contra el racismo. Todo ello atañe a
la sociedad en su conjunto y es parte medular de las luchas feministas, que se
orientan, ahora con más razones, a defender no sólo los derechos de las
mujeres, sino el bien común y la calidad de vida de las grandes mayorías. Por
ello esperamos que sean muchos los grupos que se unan a estos esfuerzos.
Los movimientos sociales
tenemos el desafío de realizar más acciones conjuntas estratégicamente, de
manera proactiva en vez de reactiva. Los retos son grandes. Que también lo sea,
en el 2005, el propósito de desterrar sectarismos y unirnos en pro de la nación
justa, democrática y autónoma que queremos hacer realidad.
[índice]
Hasta dónde sí, hasta
dónde no...
Rosalinda
Hernández Alarcón / laCuerda
En Guatemala, ese 29 de diciembre del 96 parece tan
distante cuando hablamos con personas que mantienen su rutina pasiva o sin
posibilidades para ejercer su ciudadanía. De manera contrastante, esa misma
fecha tiene un fuerte significado para quienes a partir de entonces ocuparon
espacios de participación que durante décadas les prohibieron gobiernos
arbitrarios.
Miles de mujeres y hombres que ese día
llenaron la plaza central capitalina son las mismas personas que haciendo
acopio de entusiasmo, a pesar de la horrible represión vivida, han elaborado y
defendido propuestas que buscan acabar con la injusticia social, tomando como
base los Acuerdos de Paz.
Quienes han ejercido su derecho de
participación, han acumulado ricas experiencias, frustrado sus expectativas o
buscan otros caminos. En estos ocho años, los Acuerdos de Paz han recibido un
sinnúmero de calificativos contradictorios entre sí, dependiendo si la
intención es su respaldo o descalificación. Han sido utilizados demagógicamente
para ganar votos o recibir fondos de la comunidad internacional. También han
servido como puntos de referencia para hacer plataformas de solución a graves
problemáticas de este país, tan devastado por dictaduras militares y profundas
desigualdades sociales.
En todo caso, para hablar de la situación de
Guatemala, un referente obligado es antes o después de los Acuerdos de Paz.
Diálogos sin resultados
Los mecanismos pacíficos para la solución de
conflictos fueron bienvenidos, luego que los diálogos entre instituciones del
Estado y representantes sociales estaban cerrados por imposición de los
gobernantes. Así, múltiples mesas de negociación han existido a partir
diciembre del 96.
Diálogos con solución es la demanda de
actores sociales a quienes se les niegan opciones de desarrollo. Tres gobiernos
han participado en conversaciones sin asumir, como poder público, su
responsabilidad de involucrarse directamente en asegurar el cumplimiento de los
Acuerdos de Paz. Los gobiernos de Álvaro Arzú, Alfonso Portillo y Óscar Berger
han jugado un papel de facilitadores de pláticas y no como responsables del
poder estatal que deben garantizar el respeto a los derechos humanos.*
Funcionarios del Estado han dialogado en la
perspectiva de evitar la presión social, dar limosnas al pueblo en lugar de
soluciones perdurables, favorecer a grandes empresarios y su modelo neoliberal,
así como revivir una estructura paramilitar (PAC). Todo ello pisotea los
compromisos de paz y las prácticas democráticas.
En los diálogos tiene que acabar aquella
tendencia perniciosa, que priva en los funcionarios públicos, de querer exonerar
culpas con el argumento de que fueron otros gobiernos los que cometieron
ilegalidades y atrasos en la solución de demandas.
Cuidado con las trampas
Una de las enseñanzas es que aspectos de los Acuerdos
de Paz han respaldado el proyecto neoliberal y la pérdida de autonomía de la
organización social. Dos ejemplos: el Fondo de Tierras y el Foro de la Mujer.
Ante la ausencia de alternativas para las
familias campesinas, el Fondo de Tierras fue calificado como una oportunidad
para la gente sin tierra, sin considerar que este mecanismo no proporciona
recursos dirigidos a inversión y obliga a sus "beneficiarios" a
obtener importantes ganancias en un lapso de cuatro años antes de poder iniciar
el pago de su deuda e intereses, y al mismo tiempo sufragar sus gastos de
educación, servicios, vestido, etc.
Tras siete años de funcionamiento, el Fondo
de Tierras es incapaz de atender la demanda. Al ajustarse a las políticas de
mercado, ofrece un panorama favorable para los grandes propietarios interesados
en vender sus propiedades con menor rendimiento. Salvo raras excepciones, los
habitantes de las fincas adjudicadas no han mejorado su calidad de vida ni son
deudores solventes.
Al convertir al Fondo en la única vía para
otorgar tierras, el Estado se liberó de la responsabilidad de asegurar el
desarrollo de campesinas y campesinos sin tierra. Es obvio que se requieren
otras vías que fomenten la creación de pequeñas economías exitosas.
Antes del 96, las guatemaltecas organizadas
aún carecían de representantes en todos los departamentos y pueblos indígenas.
El Foro de la Mujer abría esa posibilidad. Variadas agrupaciones se sumaron al
esfuerzo y en un breve lapso los grupos se multiplicaron.
Con capacidad de propuesta, desde el ámbito
público y como sociedad civil, miles de mujeres participaron en un proceso que
llevó a estructurar el Foro como una instancia nacional, multisectorial y
pluricultural. Muchas de ellas contribuyeron en diseñar una política para
promover el desarrollo integral de las guatemaltecas; además en modificar y
aprobar leyes a favor de la población femenina.
Las condiciones históricas de discriminación
y falta de oportunidades para la organización de las mujeres reclamaban la
convergencia más amplia. Hoy, el panorama es distinto. En las instituciones,
las voces del movimiento social tienen que mantener su capacidad de crítica y
presión.
Varias preguntas esperan respuesta: ¿es
posible formar parte de la institucionalidad de la paz sin perder autonomía?;
¿es necesario que la representación social obtenga el aval gubernamental, tal
como lo hizo con las comisiones paritarias?
* Derechos de petición, reunión, manifestación,
asociación, emisión del pensamiento, propiedad, acción contra infractores,
legitimidad de resistencia y todos los demás inherentes a la persona humana.
[índice]
laCuerda
25 de noviembre
Cerca de 500 adultas, jóvenes y niñas participaron en
la marcha por el Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres
exigiendo -a las instituciones responsables- justicia, investigación y
prevención de esta problemática. En el Congreso de la República demandaron que
se asigne un presupuesto al Plan Nacional contra la Violencia y a la
Coordinadora Nacional de Prevención. También que se apruebe la ley contra el
acoso sexual y se aumenten las penas por violencia intrafamiliar.
En los últimos lugares
Guatemala ocupa el puesto 91, de 111 países, en una evaluación
de naciones hecha por la revista británica "The Economist". La
investigación mide la calidad de vida y 39 factores, entre ellos: estabilidad
política, libertad individual, desempleo, seguridad, igualdad de género y
polución del aire. Los expertos opinan que en el caso de países en vías de
desarrollo la situación podría mejorar en la medida que haya crecimiento
económico y aumento en los ingresos de las personas. Por otro lado, Guatemala
es uno de los 35 países del mundo con un masivo déficit educativo. La
Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de Naciones Unidas
(UNESCO) la coloca en la última casilla latinoamericana en cuanto a calidad
educativa; una de las razones podría ser la poca inversión en este tema que,
según el Banco de Guatemala, representa el 1.87 por ciento del Producto Interno
Bruto.
Otra convención sin cumplir
Altos índices de mortalidad infantil, desnutrición y
falta de acceso a la educación son algunos de los problemas que el país no ha
resuelto luego de que se aprobara la Convención sobre los Derechos del Niño
hace 15 años. El estudio "La educación de las niñas del área rural en
América Latina: El caso de Guatemala" revela las diferencias de
participación, promoción, deserción, equidad y asistencia a la escuela de niñas
y niños en el país. El documento indica que, a pesar de haberse incrementado el
sistema educativo en todos los niveles, persiste una brecha de género
especialmente en primaria y los básicos.
VIH/sida afecta a mujeres
A nivel mundial, la población femenina representa el
47 por ciento de los 39.4 millones de personas infectadas por el virus causante
del sida. Así lo indica el último informe del Programa Conjunto de las Naciones
Unidas sobre el VIH/SIDA. Pobreza, ausencia de educación, violencia y privación
de derechos de herencia y propiedad en las mujeres se convierten en obstáculos
para resolver el problema. En Centroamérica, Guatemala y Honduras son los
países con mayor índice de población afectada por el virus.
Explotación sexual
Según la Organización Internacional para las
Migraciones, cerca de dos mil adolescentes son traídas ilegalmente de países
vecinos para ser prostituidas en la capital. El aumento de estos casos se ha
debido a la impunidad legal y social de los explotadores y sus intermediarios.
Sandra Sayas, titular de la Fiscalía de la Mujer, comenta que en el 2004 se ha
rescatado a 420 mujeres de prostíbulos, pero a ningún inculpado se le ha
impuesto una pena mayor de tres años.
Triunfos deportivos
La karateca Cheily González obtuvo la medalla de
plata en el Campeonato Mundial realizado en México, al lograr el segundo lugar
en la especialidad de kumite. Heidy Juárez también consiguió presea de plata en
el Panamericano de tae kwon do.
Reporte de violencia
En noviembre 33 mujeres fueron asesinadas: 21 por
impacto de bala, tres con objetos punzocortantes, cuatro estranguladas, una
envenenada y otra a golpes. En tres de los casos no se reveló la causa. Dos
desaparecieron y 10 fueron heridas con arma de fuego. En accidentes viales
fallecieron cinco y ocho resultaron lesionadas.
[índice]
Andrea
Carrillo Samayoa / laCuerda
Con la firma de los Acuerdos de Paz se produjeron
cambios también en el plano personal. Muchas mujeres que ya estaban
involucradas en la vida política del país, durante la guerra tuvieron que salir
al exilio, adoptar otro nombre, en ocasiones dejar la familia y continuar el
trabajo revolucionario clandestino dentro y fuera de Guatemala. Luego de
diciembre de 1996 algunas regresaron y se integraron a este nuevo período de
transformación; otras ya no volvieron.
Dos guatemaltecas, una de ellas ligada a la
lucha por la causa de las mujeres y otra militante de un partido político clave
en el conflicto armado, relatan cómo se transformó su mundo.
Sandra Morán comparte: "Durante los 13
años de exilio me acompañaron dos vertientes en el trabajo. Por un lado, la
promoción de la solidaridad con las organizaciones en Guatemala, lo cual hice
desde México, Nicaragua y Canadá; por otro, lo artístico con el grupo Kinlalat.
A partir del 92 me involucré específicamente con la causa de las mujeres.
"Yo me ubico unos dos años antes de la
firma de los Acuerdos, porque es mi pertenencia. La participación en el Sector
de Mujeres me cambió la vida radicalmente, pues encontré un espacio con una
perspectiva política de mujeres que yo no conocía y fue mi posibilidad de
regresar a Guatemala.
"En el 96, con el impulso que dimos
desde el Sector a la formación del Foro Nacional de la Mujer, se abrió la
posibilidad de reencontrarme con el país y conocer a compañeras organizadas en
diferentes lugares. El esfuerzo del Foro y el retorno a Guatemala fueron parte
de la transición y de una etapa muy difícil para mí.
"He crecido políticamente y he madurado
la lucha de las mujeres desde la experiencia del Sector y de la posibilidad de
aprender de otras. Más que en talleres, la formación política la he ido
forjando en la práctica".
Silvia Solórzano cuenta: "Como
combatiente de URNG definitivamente hay un cambio muy drástico porque la firma
es la desmovilización, la entrega de las armas y la salida de una forma de
lucha clandestina a una presentación pública.
"La legalización de URNG como partido, y
en general actuar en toda la institucionalidad del país, para mí significó un
gran aprendizaje de incursionar en las políticas públicas del Ejecutivo y
valorar el espacio legislativo y judicial, que lo teníamos totalmente
marginado.
"Para mí fue muy difícil ese momento de
la firma de la paz, sobre todo los primeros dos años, que constituyeron tomar
conciencia de su dimensión. Nosotros no habíamos trabajado un programa político
tan detallado, y ha sido un proceso combatir la realidad combinando metas más
cercanas con los ideales de largo plazo, que no perdemos. Esto hay que irlo
madurando.
"Las políticas públicas y leyes son
herramientas para ir caminando, pero las principales batallas para lograr
respeto, equidad y eliminar la discriminación van prosperando de manera gradual".
[índice]
Cambia... de a pocos,
todo cambia
Andrea
Carrillo Samayoa / laCuerda
Existe información acerca de las organizaciones de
mujeres y su trabajo en pro del desarrollo de las mismas. Se sabe que el
proceso de los Acuerdos de Paz ha generado espacios y la participación de las
guatemaltecas, aunque hace falta la apertura de los sitios donde realmente se
toman las decisiones.
En fin, durante los últimos ocho años se han
creado diversas instituciones y otras se han fortalecido. Las mujeres, por su
parte, se han organizado e integrado a éstas, lo que significa un cambio
valioso para ellas: ven la vida con otros ojos, se reconocen con derechos y su
cotidianidad cambia. De esto poco se conoce y resulta valioso resaltar algunas
experiencias.
Edith Cajas Godínez comenzó a laborar en casa
particular siendo niña. Durante seis años ganó 400 quetzales por trabajar 17
horas diarias de lunes a sábado y medio día los domingos. Nunca recibió las
prestaciones que le correspondían. Pasado el tiempo se integró al Centro de
Apoyo para las Trabajadoras de Casa Particular (CENTRACAP) y consiguió un
salario de 1,400 quetzales. Ahora, con 29 años y la experiencia adquirida,
recibe prestaciones laborales, descansa días festivos y tiene una jornada más
corta. Edith comenta: "Antes no conocía mis derechos; ahora sí y además
los reclamo. Sé que mi trabajo puede ser mejor pagado y con lo que gano mis dos
hijos pueden estudiar".
En Quetzaltenango funciona la Asociación de
Formación para el Desarrollo Integral (AFOPADI). Dos integrantes comparten su
experiencia. María Domingo Ortiz cuenta que anteriormente se dedicaba a su
hogar y en tiempos de cosecha iba a la finca. Luego de integrarse a este grupo,
"voy a las manifestaciones, entiendo el castellano, trabajo en mi
comunidad y sé solicitar proyectos. Ahora no tengo miedo".
María Velásquez Felipe, también de AFOPADI,
afirma que su vida ha cambiado. En la actualidad tiene un empleo remunerado, ha
adquirido experiencia, conoce la situación de su municipio y sus necesidades.
"En la casa una hace lo de siempre. Estando aquí he conocido otros
lugares, ayudo a mi gente y aprendo más".
Yanira Márquez, de La Sala, una organización
que brinda servicios a trabajadoras del sexo, menciona: "Antes no conocía
mis derechos y mi autoestima estaba baja. Continúo en el trabajo sexual pero le
dedico menos tiempo. Hoy cuento con otros ingresos. Laboro en prevención de
infecciones de transmisión sexual y VIH/sida". Ella y otras compañeras
luchan por erradicar la discriminación y fortalecer los derechos de su
colectivo.
Josefina Pérez, de 25 años, es de Sacapulas,
Quiché. Hasta hace un tiempo vendía cosméticos y se ocupaba de cuidar a sus
hijos y atender los quehaceres del hogar. Recientemente conoció el Sector de
Mujeres y desde entonces, "mi mente despertó mucho; los conocimientos
adquiridos los comparto con mi gente. Ha sido muy valioso aprender a defenderme
como humana".
[índice]
Transformaciones en
los hombres
Algunos del diente al
labio, otros desde el corazón
Myra
Muralles / laCuerda
Desde la víspera de la firma de la paz, cuando un
grupo de hombres de organizaciones de derechos humanos brindó con la idea del
"colectivo machista Vicente Fernández", hasta la actualidad, parece
que han ocurrido cambios en la reacción masculina frente a la reivindicación de
los derechos de las mujeres. Algunos sólo son del diente al labio, mientras
otros están naciendo desde el corazón.
Así lo confirman cinco hombres que
compartieron su visión y experiencias en relación a la mayor presencia y
protagonismo de las mujeres en las organizaciones sociales.
Ser coherentes, gran desafío
El entorno social cohíbe a los hombres a desarrollar
cambios en su relación con las mujeres; se requiere valentía para enfrentar las
burlas de los cuates y superar los temores a transformar los parámetros.
"Creo que la discriminación contra la mujer está más naturalizada que el
racismo", reflexiona Jairo Hernández (24), estudiante de Antropología,
quien cada vez escucha menos la expresión "no seás indio" que
aquéllas que ofenden a través de la madre o cuestionan la masculinidad;
"esas bromas son todo un mecanismo de cohesión entre los amigos".
Otro universitario, Camilo Salvadó (30),
observa que en las organizaciones sociales hay avances pero también
resistencias. Algunos hombres buscan la coherencia entre discurso y práctica,
porque "no es cosa de decir 'hoy ya no voy a ser machista' y ya; eso
cuesta".
Jairo sostiene que "también hay mara a
la que francamente no le interesa ser coherente; incluso hay cinismo, porque se
usa el discurso políticamente correcto pero no se cambia en lo cotidiano".
Tal vez no se ha vuelto a quemar una casa de mujeres, como ocurrió en un
campamento de retornados, pero no se apoyan sus luchas, porque -él considera-
"sigue pesando la idea que las luchas de las mujeres son distractores a
las contradicciones fundamentales, las económicas".
Incongruencias a superar
Camilo señala que se confunden machismo y feminismo
"como si fueran igual de nocivos", pero afirma que "muchas
feministas olvidan el aspecto de clase, no cuestionan sus relaciones patronales
con quienes trabajan en su casa". Las mujeres que reflexionan más sobre su
ser podrían vincularse a las que están bloqueando carreteras porque no aguantan
las condiciones de vida, "eso no las difumina, les da más sustancia".
Pero en las organizaciones sociales mixtas
las cosas no son fáciles para las mujeres. Aunque se creen comisiones
específicas, sus demandas son poco apoyadas, no siempre participan en la toma
de decisiones fundamentales y se estimula su participación sin medidas para
prevenir el acoso sexual.
Esa peluda cuestión de género
En una reciente reunión con agencias donantes, un
líder agrario las cuestionó por imponer el tema de género. Gilberto Atz, dirigente
campesino, explica que "a muchos no les gusta, lo asumen sólo por el
pisto", pero también -asegura- se ha logrado una apertura y en muchas
organizaciones se va tomando conciencia, aunque les cuesta identificar, definir
y aplicar medidas de equidad.
"En los espacios locales ha habido
descontento con la participación de las mujeres, sienten que se le quiere dar
vuelta a la tortilla" en las relaciones de poder, explica Omar Jerónimo
(27), dirigente campesino chortí.
Soltar el poder... y crecer
Jorge Arreaga
(52), catedrático universitario, afirma que "es un poder rico de perder,
porque no te permite crecer; es un peso que no te deja elevarte como ser humano
y cuando se pierde es una tranquilidad maravillosa".
"Todo esto de las relaciones entre géneros puede agotarse en
discurso político, pero tiene una gran parte emotiva; a veces se pierde de
vista que el patriarcado afecta también a los hombres", comenta Camilo,
padre de dos patojos, quien afirma que "no se viene genéticamente
programado para preparar pachas". Recuerda que hace algunos años se olvidó
de recoger la ropa y un compañero le aconsejó: "Vos preocupate de la
revolución; esas cosas dejáselas a tu mujer".
Vale la pena
Omar valora que la promoción de las mujeres "ha logrado
ir saneando en lo interno a nosotros, nos podemos sentir acompañados, no
tenemos que ser superman; me puedo sentir descargado y la otra persona también,
aunque es más fácil que nos vean llorar".
Jorge insiste a los estudiantes de Ingeniería
que se llenen de valor para cambiar. "Hemos sido creados a imagen y
semejanza de esta sociedad. No somos ogros por naturaleza; desde pequeños nos
ponen a jugar actitudes de macho y eso nos hace sufrir".
"No sé si es una utopía, pero vale la
pena apostarles a las nuevas relaciones de género", dice este profesor
universitario. Él está seguro que su esposa lo superará en desarrollo
académico, pero no siente temor porque "eso no me quita ningún genital a
mí".
Lo que otros sugieren
Hombres que trabajan para transformar sus relaciones con las
mujeres recomiendan a sus congéneres:
·
Leer sobre la masculinidad, la desigualdad de género y
los orígenes de la violencia sexual.
·
Comprender cómo tus propias actitudes y
acciones perpetúan el sexismo y la violencia y trabajar para cambiarlas.
·
No tolerar bromas o comentarios sexistas,
racistas ni homofóbicos.
·
Reconocer la homofobia y pronunciarte contra
comentarios que denigran a lesbianas y homosexuales.
·
Dejar de financiar el sexismo, no comprando materiales que
vulneren la dignidad de las mujeres.
·
Apoyar candidatos/as a puestos públicos que
defiendan la plena igualdad social, económica y política de las mujeres.
·
Exigir fondos dirigidos a refugios para
mujeres maltratadas y centros de crisis por violación.
·
Respaldar cambios en los currículos
educativos, a
cada nivel, que obliguen a la inclusión de contenidos sobre discriminación,
violencia y racismo.
·
Organizar un grupo de hombres o unirte a uno -en cualquier
ámbito- para trabajar contra el sexismo y la violencia hacia mujeres y hombres.
·
Apoyar a las feministas comprometiéndote a acabar con
toda forma de opresión.
[índice]
Wendy
Santa Cruz / Periodista guatemalteca
Los Acuerdos de Paz constituyen una agenda política, social
y económica fundamental para sentar las bases de una sociedad más incluyente,
justa y equitativa. No obstante, aunque ha habido algunos avances, es evidente
que desde el gobierno se trata más de un discurso que de una práctica política.
El cumplimiento de los compromisos referidos a las mujeres es escaso, y aunque
existen instituciones y programas responsables de su ejecución, sus acciones
son dispersas y carecen de recursos suficientes. Fortalecer la organización
social es fundamental para darles mayor impulso.
Breve balance del 2004
Este año, dos circunstancias propiciaron una nueva
dinámica: inicia un gobierno y finaliza el mandato de MINUGUA. "Me parece
que lo fundamental es la integración de la Comisión Nacional de Acuerdos de
Paz, por la representatividad de sus integrantes y la participación de los
partidos políticos", señaló Raquel Zelaya, ex titular de la Secretaría de
la Paz (1997-1999).
Al comentar el establecimiento de dicha
comisión, Marta Godínez, del Sector de Mujeres, manifestó: "Quedamos
impresionadas porque no se consensuó con todas las personas involucradas en el
seguimiento de los Acuerdos. La selección de los delegados de la sociedad civil
fue prematura; eso debilita procesos de articulación, causa fisuras y fortalece
las ambigüedades en torno a los mecanismos de consulta".
El cierre de MINUGUA ha causado cierta
incertidumbre. Representantes sociales exigen al Congreso la aprobación
inmediata de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos. Otras personas esperan que la sociedad civil se rearticule a
fin de conformar una fuerza social capaz de incidir en distintos ámbitos y
contribuir a que los cambios estructurales salgan del rezago en que se
encuentran, sobre todo los dirigidos a lograr la equidad para las
guatemaltecas.
Difícil avanzar sin voluntad oficial ni recursos
En el Estado y la sociedad civil, diversas mujeres
intentan impulsar cambios pese a la falta de recursos y poca valoración de su
trabajo o propuestas. Éstas son algunas experiencias.
"En septiembre casi nos
ahogábamos", comentó Isabel Cipriano, de la Defensoría de la Mujer
Indígena (DEMI). "Si la Defensora (María Teresa Zapeta) no hubiera logrado
que nos hicieran una pequeña transferencia, habríamos tenido que cerrar".
Del presupuesto de poco más de dos millones que se le asignó para el 2004, el
actual gobierno le recortó un 20 por ciento. Lograr autonomía financiera es su
próximo reto, ya que a la fecha está adscrita a la Comisión Presidencial de
Derechos Humanos (COPREDEH). Para ello preparó una propuesta que se encuentra
en revisión. "Queremos fortalecer la institución, tener sede propia, abrir
otras oficinas (actualmente cubren siete departamentos) y contar por lo menos
con un albergue", concluyó la representante indígena. El presupuesto
necesario para cumplir sus metas el próximo año (5.3 millones de quetzales) no
fue aprobado por el Congreso.
Nuria Cordón, coordinadora del Foro Nacional
de la Mujer, informó que continúan impulsando la reforma educativa y cambios
legislativos. Participan en el Parlamento de las Mujeres, donde evalúan la
iniciativa de Ley Marco de los Acuerdos de Paz. Este año realizaron talleres
sobre identidad, interculturalidad y derechos humanos; también una consulta -en
algunos departamentos- sobre los avances y dificultades. Fue difícil completar
algunas actividades previstas por su situación financiera. Para el próximo año
capacitarán a mujeres que participan en los consejos de desarrollo y apoyarán
al Programa Nacional de Resarcimiento, que tampoco ha recibido el respaldo
necesario. Esperan formar a las jóvenes del Foro para fortalecer nuevos
liderazgos y elaborar un informe de avance sobre la participación de las
guatemaltecas desde el 2001 hasta la fecha.
Algunos retos
Al reconocer los aportes de las organizaciones
femeninas, Marta Godínez también destacó algunas debilidades. "Estamos
participando en varios niveles sin una estrategia. Me atrevería a decir que no
hay claridad política de cómo aprovechar ciertos espacios, no hemos logrado
concretar las reformas y leyes pendientes y hemos dejado solo al Foro con la
responsabilidad del seguimiento de la agenda".
Para la activista, el Estado debe hacerse
responsable, porque si no será difícil seguir avanzando. "La forma en que
quedó aprobado el presupuesto para 2005 demuestra la falta de integralidad en
las políticas públicas, donde las mujeres continúan siendo las menos
beneficiadas. Es necesario hacer una evaluación de la institucionalidad de la
paz y tener una estrategia clara desde el movimiento social y de mujeres".
Raquel Zelaya considera necesario fortalecer
con recursos al Estado. En su opinión, el liderazgo social de oposición a la
reforma fiscal fue terrible e irresponsable, ya que se creó un sentimiento
anti-impuestos. "En el momento en que se debía haber acompañado ese
esfuerzo, se tomó distancia y se atacó sin dar alternativas", afirmó.
"Es necesario profundizar en los planteamientos, no buscar únicamente el
de los medios (de comunicación), porque me da la impresión que esto fue un
instrumento de quienes realmente iban a salir afectados por los alcances"
de dicha reforma.
[índice]
Textos y
fotografías: Andrea Carrillo Samayoa / laCuerda
(las
imágenes de este foto-reportaje pueden ser vistas en el archivo DOC de esta
edición)
·
Doña
Isabel de León llegó hace mucho tiempo a la capital desde La Gomera, Escuintla,
y todos los sábados se encuentra un foquito rojo en la puerta de su casa. Cada
ocho días prepara alrededor de 110 tamales, disfruta hacerlos y de la venta de
éstos y otras comidas ayuda económicamente a sus dos hijas; también a sus
padres que están enfermos.
·
Cuando
los compramos ya están listos o nada más hay que calentarlos. Pocas veces nos
enteramos del trabajo que implica hacer los riquísimos tamales. Doña Isabel
escoge los viernes para tomar el bus e ir a la Terminal a comprar todos los
ingredientes. Cuando regresa va al molino a moler lo del recado.
·
El mero
día de la venta se levanta a las cinco de la mañana a limpiar las hojas y cocer
el tomate, miltomate, chile pimiento, chile pasa, pepitoria, ajonjolí, canela y
la carne. También prepara la masa con su secreto para que salgan bien.
·
Por tres
quetzales se puede degustar un tamal de doña Isabel, ya sea de pollo, marrano,
dulce; hay para todos los gustos. Cuando le hacen pedidos ha llegado a preparar
hasta 500 en un día; dice que no duerme y termina agotada. A veces la ayudan
sus hijas, pero por lo general a sus 60 años ella realiza todo el trabajo.
·
"Yo
creo que nací entre las hojas. Es un trabajo pesado pero es mi medio de
sobrevivencia y me gusta hacerlo. Cuando termino todo y me acuesto a descansar,
podría haber terremoto que yo ni me entero".
[índice]
Hacia la
democratización de la cultura
¿Quién lo habría pensado
hace veinte años?
Anabella
Acevedo / laCuerda
¿Quién habría pensado que un desfile como el llevado a
cabo en el 2000 durante el festival "Octubreazul" sería posible en
una Guatemala donde la sola mención del mes de octubre, unida a cualquier
sugerencia de revolución, durante muchas décadas fue causa de sospechas y
temores? ¿Cómo haber imaginado, antes de 1996, que se celebraría la obra de
jóvenes artistas con la convocatoria a un concurso específicamente para
jóvenes, como el de Jóvenes Creadores, de BANCAFE, inaugurado en 1997? Hace
algunas décadas eventos como éstos eran meros sueños que acompañarían las tan
ansiadas paz y justicia, en un país donde el acceso democrático a la cultura
era algo inconcebible desde la interrupción de la Revolución de Octubre.
La paz y la justicia para todos, al igual que
un acceso democrático a la cultura -como algunos lo soñamos- siguen siendo
quimeras, pero por lo menos con los Acuerdos de Paz firmados en 1996 se empezó
a vislumbrar la oportunidad de explorar lo posible. No es que antes no
existieran manifestaciones culturales dignas de mención, pero eran sobre todo
esfuerzos individuales, y a menudo silenciosos. Además era difícil pensar en
muchas cosas que ahora pensamos. Recuerdo la tarde en que, desde mi casa de la
Colonia El Carmen, escuchaba con horror el ruido de las ametralladoras, cuando
un grupo de guerrilleros urbanos se enfrentó con el ejército. Era difícil en
ese momento pensar en otra cosa que no fuera el miedo. Así, al regresar a Guatemala después de
algunos años fuera y empezar a percatarme de que cada día eran más las
manifestaciones artísticas y culturales abiertas en espacios diversos, me di
cuenta de que los cambios, a pesar de todo, eran posibles.
Mi entusiasmo fue todavía mayor con eventos
como "Vivir aquí", en junio del 2000, que tuvo como eje central la
reflexión sobre lo que vivir en Guatemala significaba para diversos artistas,
escritores e intelectuales en general. Llevado a cabo en el sótano del Museo
Ixchel del Traje Indígena -en las instalaciones de la Universidad Francisco
Marroquín, una de las más caras del país, para completar la ironía-, contó,
entre otras cosas, con una intervención de María Adela Díaz, quien colocó un
perro muerto frente a la puerta de la exhibición; una instalación de Juan
Maurilio Mendoza, con pelotas de fútbol de cemento; una performa de Regina José
Galindo, en la que ella se inyectaba frente a todos y se echaba a dormir. Pero
lo particular no solamente era la adopción de medios contemporáneos, que igual
habrían de venir, sino la participación colectiva de toda una diversidad de
artistas, jóvenes indígenas y ladinos, artistas de la élite, ex mareros, etc.
¿Era posible? Definitivamente algo estaba pasando y quería ser parte de ello.
Tanto por hacer...
Lo ideal habría sido, claro, que la Revolución se
hubiera podido instalar en nuestra historia de manera permanente, que las diferencias
de clase terminaran, que se aboliera el ejército y la dignidad humana fuera
respetada, que la educación y la cultura fueran para todos por igual. Y muchas
cosas más, por supuesto. ¿No imaginábamos eso cuando celebrábamos la firma de
la paz firme y duradera? Mucho ha cambiado, sí, y eso anima, pero también
numerosos males han permanecido o se han agudizado, y esto nos indica que
todavía hay tanto por hacer. Y mucho, efectivamente, se está haciendo.
No sé si me equivoco, pero me parece que
nunca antes como ahora había habido tantas manifestaciones artísticas de
carácter popular. Sólo hace falta asistir al festival "Mecapal" de
Comalapa, organizado por un grupo de artistas jóvenes que, contra viento y
marea, están dispuestos a llevar el arte contemporáneo a su pueblo y, además, a
divertirse haciéndolo. Pero, ojo, al hablar de manifestaciones populares no me
refiero a lo que antes entendíamos y estaba relacionado más con el folclor o
las artes tradicionales que con la modernidad. Veamos el caso de los hermanos
Ángel y Juan Fernando Poyón, dos de los organizadores de "Mecapal",
que igual participan -y ganan premios- en el Festival de Cultura Paiz que en
eventos de arte llevados a cabo en calles y mercados. Los límites,
sencillamente, ya no importan tanto, aunque les siguen pesando a muchos.
Pero es por ese "sentido de lo
posible" que ahora ya contamos con una serie de películas y cortometrajes
respetables -algunos muy buenos-, con músicos y grupos musicales excelentes,
con Caja Lúdica y el Centro Cultural de España con Rosina Cazali dando batalla.
Claro, la Ciudad de Guatemala a veces sigue siendo el único espacio posible
para este tipo de eventos y, sin embargo, allí están el grupo de teatro
Rayuela, el grupo de danza Momentum, Sobrevivencia -¿rock mam?- y gestores
culturales como Quique Noriega llevando la poesía a San Agustín Acasaguastlán,
por ejemplo. A la vez, es ese "sentido de lo posible" lo que
evidencia los grandes vacíos que todavía enfrentamos. Al intentar mencionar con
entusiasmo todas esas cosas buenas que han sucedido en estos años, también me
da mucha furia recordar que es éste un país en el cual el 56.7 por ciento de la
población general vive en un estado de pobreza, donde cada mes se asesina a
tantas mujeres y tantas personas mueren de hambre o por causas violentas. Nada
de melodrama: esta enorme paradoja es nuestro vivir cotidiano y por eso,
precisamente, debería ser imposible no verla.
[índice]
«Insurgentes»: La
vigencia de la utopía
Andrés
Cabanas / Periodista
Las 290 páginas del libro «Insurgentes. Guatemala, la
paz arrancada», escrito por el comandante guerrillero Santiago,[1] parecen
insuficientes para reflejar 15 años prácticamente ininterrumpidos de lucha. Sin
embargo, albergan un denso, inédito y vital testimonio de una etapa de la
historia aún no suficientemente analizada. Testimonio de valor incalculable en
esta tierra de escurridiza memoria.
En el escrito de Santiago se combinan un
estilo (involuntariamente) contenido con sentimientos desbordados. La
contención deriva con probabilidad de la disciplina obligada y la cautela
aprendida en condiciones de clandestinidad. Así, se contiene la emoción en los
relatos de tortura, desaparición y muerte de sus hermanos. Se contienen la
épica, el sacrifico y el heroísmo de la vida en el Frente Javier Tambriz de la
Organización del Pueblo en Armas y en el Frente Unitario de la URNG, donde más
de una vez se puso a prueba la voluntad de un centenar de combatientes.
Pero el texto se desborda en ternura
vislumbrada, ideales perseguidos, amor imaginado, entrega hasta la muerte.
Contención y desborde. Cuaderno de "bitácora" y poesía, documento
político y homenaje humano. «Insurgentes» remite con facilidad a «Diario de Bolivia»,
de Ernesto "Che" Guevara, y «Los días de la selva», de Mario Payeras.
La influencia del "Che" es evidente en la propuesta ética que
defiende el autor. Con el segundo los separó una generación y una
organización,[2] pero el esfuerzo crítico desplegado por Santiago en el
documento logra una postrera coincidencia histórica con Payeras.
Desde la fidelidad a unos ideales y desde la
coherencia vital, Santiago se permite criticar el abismo entre el discurso y la
práctica, la incoherencia ética, el alejamiento de la realidad de algunos jefes
guerrilleros, el autoritarismo, el "comandantismo", la falta de
debate, el acoso sexual, la discriminación de las mujeres en las organizaciones
guerrilleras, el electoralismo actual.
Así, además de testimonio de una época,
«Insurgentes» aporta elementos para el análisis y la reflexión sobre los
"vicios" de las organizaciones de izquierda y, parafraseando a Luis
Cardoza, las razones internas de nuestra derrota.
«Insurgentes» es homenaje individual a la
familia Santa Cruz, tanto a los muertos como a los vivos (Marina, Valentina,
Gloria Lycaste). Pero es además el reflejo de una generación que creyó en la
posibilidad de un país incluyente y apostó por la vía armada para alcanzar una
sociedad más justa. En este sentido, Santiago, o nosotros los lectores,
convierte un relato autobiográfico en una historia coral con multitud de
coprotagonistas.
Las más de 3,000 personas que abarrotaron el
Conservatorio Nacional el día 4 de noviembre, y los miles de lectores que con
seguridad se acercarán al texto de Santiago, no son sólo familiares, no son
solamente ex combatientes y compañeros, no son nostálgicos y nostálgicas de
épocas pasadas, sino son sobre todo mujeres y hombres que no temen enfrentar
críticamente las concepciones y prácticas erradas de la izquierda, para
reencontrarse con la utopía y los grandes ideales.
1.
Santiago
Santa Cruz Mendoza (Guatemala, 1956), Comandante Santiago, de la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG).
2.
Payeras
fue fundador del Ejército Guerrillero de los Pobres. En 1984 se separó de la
organización y fundó Octubre Revolucionario.
[índice]
Texto y
fotografía: Andrea Aragón / Fotógrafa guatemalteca
(la
fotografía que acompaña al texto puede ser vista en el archivo DOC de esta
edición)
Ave María, esta
niña no es virgen.
Su padre la abusó
borracho,
y no contento con
romperle la inocencia,
le rompió el
destino en pedazos.
Ahora con VIH,
ella vive como huérfana en el mismo hogar
donde llegó a
morir su madre, también infectada.
Es navidad y mi
niña se viste de virgen, inmaculada,
pura, sin pecado
concebida.
Quién supiera que
bajo su manto
viven todos los
pecados de otros, no los de ella.
"Hágase en
mí según tu palabra", dice ella,
repitiendo las
sagradas líneas,
Y uno piensa que
la voluntad de Dios
no pudo estar, en
este caso, más errada.
[índice]
Carmen
Álvarez / Maya k’iche’
Gran espíritu, no quiero que la
sangre cubra mi tierra manchando
la hierba. Quiero que la tierra
permanezca clara y pura. Y deseo que
todos los que caminen entre mi
gente puedan encontrar la paz
cuando lleguen y puedan irse en
paz cuando se vayan.
—Diez Osos, jefe comanche
Acabo de leer por ahí que la madurez es la habilidad
de manejar y equilibrar pensamiento, voluntad y sentimientos. Eso es lo que les
falta a las autoridades de este país, pues muchos son los años de lucha que
tenemos las mujeres indígenas por una vida mejor, con equidad, respeto,
dignidad y, por supuesto, con mejores condiciones.
Hasta hoy, lo único que se ha logrado son
algunas propuestas de ley aisladas y unos Acuerdos de Paz que han servido como
punto de partida para establecer la necesidad de trasformar la estructura
política, económica, social y cultural. Así, en el caso del Acuerdo sobre
Identidad y Derechos de los Pueblos indígenas (AIDPI), se reconoce la exclusión
y discriminación de la mayoría de la población indígena y las causas
principales del conflicto armado, pero no se ha pasado de ese reconocimiento.
Se dice que hay tiempos de guerra y tiempos
de paz, pero aun cuando hablamos de que la guerra terminó hace años, en
Guatemala sigue habiendo un conflicto fundamental sin resolver y es el de la
opresión étnica, que va más allá de reconocer la discriminación y la exclusión
económica, política y social de mujeres y hombres indígenas. Es cuestión de
aceptar que esta opresión tiene bases ideológicas y culturales, y que la
mayoría de la población de este país sigue sintiendo, en lo más profundo de su
ser, vergüenza por sus orígenes indígenas, por ser ésta considerada una cultura
inferior. Es decir, se piensa y siente que si reconocemos y valoramos nuestras
raíces indígenas a partir de una teoría "evolucionista", estaríamos
regresando a la prehistoria y a lo primitivo. De ahí que el AIDPI sea sólo un
acuerdo, pues es necesario deconstruir ese imaginario colectivo de inferioridad
y habrá que establecer cómo.
Ya han pasado ocho años de la firma de estos
acuerdos y no se ha pasado a más, pues aun cuando existe el planteamiento de
que el Estado "debe transformarse" para impulsar dichos cambios, esto
no ha sucedido en lo mínimo. Si bien mucho se ha hablado de la incapacidad
estatal para avanzar en la solución de los problemas estructurales del país,
creo que una de las razones por las cuales se le sigue dando vueltas y no se
han encontrado salidas es que se continúa hablando de la necesidad de crear una
nueva cultura política que parta de valores como respecto, reconocimiento
mutuo, convivencia, comunicación, diálogo y cooperación, entre otros, pero
nadie dice cómo. Tal vez lo que falta es entender que los valores tienen que
ver con la ética y que ésta, más que un asunto colectivo, es un asunto individual
y de convencimientos personales profundos.
Estamos en un cambio de era y por ello es
fundamental dar un salto cualitativo. Es tiempo de que el Estado pase de la
promesa al intento, de indagar sobre sus aciertos y desaciertos personales e
institucionales, que pase del discurso a la acción, a fortalecer un camino que
lleve a cambios profundos en esas relaciones de opresión. Ellos tienen en sus
manos la responsabilidad de guiar este país y, por ende, es preciso asumir que
el Estado también necesita cambiar, desde la premisa de que el arte de vivir en
paz y armonía con las personas y cosas que nos rodean requiere madurez. ¿Qué
están esperando?
[índice]
Carlos
Figueroa Ibarra / Sociólogo, autor de libros
y
artículos sobre violencia, transición democrática y protesta popular
En la primera semana del pasado octubre se celebró en
la ciudad de Quetzaltenango el Encuentro Nacional por la Paz y la Democracia,
el cual congregó a más de un centenar de personas provenientes de
organizaciones políticas de izquierda así como de agrupaciones sociales. El
tema fundamental fue repensar la izquierda en un contexto que resulta nada
halagador para dicha corriente política. Acaso los resultados electorales
obtenidos el año pasado han posibilitado este encuentro, que también contó con
participación de militantes de las dos organizaciones de izquierda que tienen
registro, la URNG y la ANN.
En lo personal pienso que el evento fue un
éxito porque hubo gente de los diversos departamentos de la República, se pudo
discutir en un ambiente civilizado y se observó el reencuentro en un contexto
de diálogo de militantes y activistas que han pasado años enteros enfrentados
por los distintos cismas que la izquierda ha sufrido en este país. Las posturas
ideológicas expresadas en las distintas ponencias revelaron también que la
izquierda es una corriente plural y es un desafío fundamental aceptar esa
pluralidad en el contexto de un debate respetuoso y constructivo.
Hubo consenso tanto en que la izquierda debe
renovarse en la forma en que se concibe a sí misma como organización, el papel
de la democracia interna y el rol que deben desempeñar los dirigentes, como
también en que es necesario luchar por una democracia que tenga un contenido
pluricultural, social y participativo. En mi opinión, la izquierda debe ver su
pasado de manera crítica y sin autocomplacencias, pero asimismo valorar las
grandezas que ha mostrado a lo largo de más de medio siglo. En la crítica
muchas veces se destaca solamente el lado oscuro de la historia y no los hechos
notables que convirtieron a esta corriente política en el referente
indispensable para pensar la historia de la Guatemala de la segunda mitad del
Siglo XX.
Entre los pasivos del encuentro se ha
mencionado que la izquierda procedente de los partidos socialdemócratas o
socialcristianos no estuvo debidamente representada. Buena parte de asistentes
al evento proviene o está militando en organizaciones de la izquierda
revolucionaria. Es posible que entre los objetivos futuros que le den
continuidad al encuentro de Quetzaltenango esté el que sectores de estas
corrientes ideológicas puedan organizar un evento en el cual expresen su sentir
y lleguen a consensos orientados a constituir un programa conjunto para un gran
frente. Ésta podría ser la contribución de estos sectores que también dieron un
aporte invaluable a la lucha por la democracia en el país.
Entre los participantes también hubo consenso
que espacios como el Encuentro Nacional por la Paz y la Democracia deben ser
preservados y desarrollados. Ojalá así sea y que eventos como éste y otros más
contribuyan a construir una nueva cultura política para la izquierda en
Guatemala.
[índice]
De brujas y escobas
Ojos que no ven,
corazón que sí siente
Lucía
Escobar y Claudia Navas / laCuerda
Sí, es cierto. Las mujeres tenemos un sexto sentido
(aunque los últimos descubrimientos hablan de más), una facilidad para la
intuición y para ver más allá de lo evidente. Lo que sucede es que la sociedad
nos ha enseñado a dudar de nosotras mismas, a evitar ver nuestro lado oculto, a
huirles a los dictados de nuestro corazón. Y nos ha vendido como aceptable todo
un mundo de verdades comprobables, de dictámenes científicos, etc.
Pero a lo largo de la historia son muchas las
que han trascendido y se han dejado llevar al mundo de lo no visible. Las
sabias de antes y algunas mujeres de hoy saben si va a llover con sólo ver el
cielo, pueden sacar los poderes de las plantas y leer en la naturaleza los
signos de catástrofes, bendiciones y hasta el futuro de sus allegados. Sabemos
también si algo no anda bien alrededor nuestro; podemos sentir, gracias a la
intuición, cuando está por acabar una relación, o presentimos si una persona
muy querida tiene una pena en el alma.
«Maellus maleficarum»*
Claro, nosotras estamos regidas de cerca por la luna;
tenemos junto con ese astro un mundo que se mueve en otra dimensión. Pero la
iglesia católica, como todas las religiones patriarcales, vio en nosotras el
origen de todos los males y nos satanizó.
Con la Inquisición, clérigos y sacerdotes se
ensañaron contra miles de mujeres. Su frustración sexual, aparentemente (si no,
hay que ver la película "La mala educación"), su libido reprimida y
cargada de agresividad se proyectaron, y aún lo hacen, sobre la mujer. Esto por
el miedo que sentían ante el poder desconocido del placer sexual. La cacería de
brujas fue uno de los episodios más sangrientos e injustos de la historia de la
humanidad.
Lo más triste es que aún no ha terminado. Ya
no se nos acusa de brujas, pero se nos persigue, se nos maltrata, y algunos
hombres matan mujeres por la inseguridad, frustración y rencor que sienten
hacia nosotras. Encima de ser atropelladas por una sociedad machista y
excluyente, debemos escuchar todos los días, de boca de autoridades, que la
culpa es nuestra por ser mujeres, por vivir y por "poseer un encanto nato
que la naturaleza en su inmensa sabiduría nos ha dado". Pero como además
nos caracterizamos por ser emprendedoras y positivas, vamos a pensar en limpiar
nuestro espíritu de las malas vibraciones, sin ánimo de parecer charlatanas.
Queremos, con el fin de un año y el inicio de otro, empezar con buen pie.
Una buena limpia
Fin de año, principio de un nuevo ciclo... Es tiempo
ideal para depurar el organismo, el alma, la vibra. En Guatemala mucha gente
celebra el Día del Diablo y quema todas las cosas viejas, además de los
pensamientos negativos, para empezar limpia la época de Navidad. Hay quienes aprovechan
estas fechas para tirar todos los malos recuerdos del año, la ropa que no
usaron y hasta para cambiar de trabajo, de pareja, de vida.
En fin, cada quien hace su limpia como mejor
le parezca. A algunas les gusta ir a que les lean las cartas, otras se bañan en
siete montes y hay quienes además visitan a San Simón, Maximón y otros santos
para alejar todo aquello que pueda causarles daño. No está de más prender una
vela roja para el amor, otra verde para mejorar económicamente y una rosada
para la buena salud.
En todo caso, y fuera de cuentos, lo más
importante y efectivo es tener fe y, contrario a la canción, si este año no fue
muy bueno, decir: "Ay, yo sí olvido el año viejo..."
Conceptos que debes saber
·
Pócima: Mezcla polvo de canela, polvos de "quédate a mi
lado", "yo domino a mi hombre" y "corderito manso", de
venta en el mercado central. Aplícatelos en todo el cuerpo durante siete días
seguidos y no olvides repetir el nombre del susodicho en cuestión.
·
Conjuro: Con cada luna llena, coloca dentro de tu zapato la
foto de tu amado y somata el pie tres veces. Si la pones en el pie derecho se
quedará contigo. Si es en el izquierdo se irá para siempre.
·
Escoba: Instrumento esencial de cualquier buena bruja.
·
Aquelarres: Reuniones de mujeres en edad de merecer, en las que
intercambian consejitos, chismes y algunos amuletos.
·
Gato negro: Compañero imprescindible de toda bruja. (Venden
también de trapo para las alérgicas.)
Algunas lecturas recomendadas
·
«La
bruja atómica» y «Circe», de Julio Cortázar
·
«Aura»,
de Carlos Fuentes
·
«Eleggua
Spray», de María Elena Llana
·
«Historia
de la brujería», de Frank Donovan
·
«El dios
de los brujos», de Margaret A. Murria
Para consultar en Internet...
Dos novelas seductoras
Seymour Menton hace referencia a dos novelas
que tienen en común protagonistas sensuales que mueren condenadas por
autoridades coloniales. Se trata de "La tejedora de coronas" (1982),
de Germán Espinosa, y "Los pecados de Inés de Hinojosa" (1986), de
Próspero Morales de Pradilla. Visita:
·
http://home.houston.rr.com/literatura/dos_novelas_seductoras.htm
Brujas, brujas, brujas...
Amigas de la luna y de la noche, las brujas
siempre son asociadas con el diablo y el mal, cuando en realidad eran mujeres
que conocían a profundidad los poderes de las plantas y sabían guiarse por sus
instintos. Visita:
·
http://html.rincondelvago.com/las-brujas-de-salem.html
·
http://embrujando.iespana.es/embrujando/brujas.htm
* «Malleus maleficarum» -El martillo de las brujas-, escrito en 1486 por James Sprenger y
Henry Kramer, fue utilizado durante 300 años como libro de casos judiciales
para la detección y persecución de brujas, especificando reglas de evidencia y
procedimientos canónicos mediante los cuales se torturaba y mataba a personas
sospechosas de practicar la brujería. Miles (especialmente mujeres) fueron
asesinadas como resultado de dichos procedimientos, por el solo hecho de tener
un extraño lunar, vivir solas, padecer enfermedades mentales, cultivar hierbas
medicinales o ser falsamente acusadas de brujería (a menudo para el lucro del
acusador). Este manual es considerado como advertencia de lo que ocurre cuando
la intolerancia se apodera de una sociedad.
[índice]
Campesinas e
investigadoras comparten experiencias
laCuerda
"Todo lo hemos ganado con la sangre de nuestros
mártires, pero se nos fue la memoria por los proyectos productivos".
Fueron palabras de María Domingo, representante de la Alianza de Mujeres
Rurales, en su intervención durante el Primer Encuentro Nacional de Investigación
en Estudios de Género y Feminismo, llevado a cabo en noviembre.
Investigadoras y feministas se dieron cita en
el antiguo Paraninfo Universitario para escuchar y debatir los resultados de
estudios que a lo largo de dos años han realizado acerca de la situación de las
guatemaltecas.
La Alianza presentó una ponencia desde su
experiencia en la lucha por el acceso a la tierra de las campesinas retornadas
tras el conflicto armado. María Domingo dijo: "Sin la tierra no podemos
hablar de desarrollo rural, pero tampoco basta con ser copropietarias, porque
eso no ha significado mucho para decidir sobre los recursos. En esto, el
sistema excluyente y machista de justicia que tenemos y la falta de recursos
para llevar adelante la defensa de nuestros derechos han sido un obstáculo
fundamental".
Eulalia Silvestre, otra lideresa de la
Alianza, expresó: "Perdimos la historia y nuestra memoria. Como que
estamos todos muy cansados por la guerra, por tanta violencia, pero también
porque muchos de nuestros líderes dejaron de dar el ejemplo que se necesitaba,
se vendieron, o ahora no quieren hacer nada por los demás. Se nos olvidó el
sentido de nuestras consignas: 'Luchar para retornar y retornar para
luchar'".
Los temas de las mesas de trabajo giraron en
torno a género y economía; lucha contra la violencia y acceso a la justicia
para las mujeres; historia y política; cultura y empoderamiento; ideología y
feminismo.
[índice]
"Nos reservamos
el derecho de admisión"
laCuerda
Existen muchas formas de discriminación. Diariamente
más de una persona es víctima de esta práctica, pero generalmente no lo revela.
En el Ministerio Público (MP) existen cinco denuncias, el Organismo Judicial
(OJ) tiene registrados tres casos y la Procuraduría de los Derechos Humanos
(PDH) recibe 15 cada mes.
En los últimos meses se han conocido
situaciones en las que se ha negado el ingreso a algún lugar a personas
indígenas. Esto ocurre porque los establecimientos se amparan en los famosos
letreros que dicen: "Nos reservamos el derecho de admisión".
Los dueños de tales sitios utilizan dichos
carteles justificando su derecho a la propiedad privada. Al contrario de una
casa, que sí es un espacio privado, esos establecimientos son públicos y de
carácter lucrativo, por lo cual su decisión sobre el ingreso de personas no
debería basarse en ninguna forma de discriminación.
Hace unos meses, a Maria Tuyuc le negaron el
ingreso en el lugar llamado "La Biblioteca", donde al verla con su
traje indígena le dijeron: "Las sirvientas esperan afuera. Para qué vino,
si este lugar no es para ustedes y menos vestida de esa manera". Ella
denunció el incidente en la PDH y el MP. Este último se niega a continuar con
el proceso porque no lo reconoce como un delito, pese a que dichos actos están
legalmente penalizados desde el 2003. La agraviada cuenta con el acompañamiento
de la Fundación Myrna Mack.
María Tuyuc no quiere dinero. Busca que le
den una disculpa pública y poder realizar en "La Biblioteca" un foro
sobre racismo y discriminación.
Guatemala suscribió la Convención
Internacional para Eliminar Todas las Formas de Discriminación Racial, que en
su Artículo 5o. establece el "derecho de acceso a todos los lugares y
servicios destinados al uso público, tales como medios de transporte, hoteles,
restaurantes, cafés, espectáculos y parques".
[índice]
Jacqui
Torres / Periodista guatemalteca
El desayuno de la Red de Mujeres Periodistas del 16
de noviembre sirvió para conocer los esfuerzos organizativos de campesinas que
fueron afectadas por la crisis cafetalera.
En la exposición, las lideresas Paulina
Culum, Eugenia Caal y María Us, de Sololá y Cobán, presentaron la Red de
Mujeres para el Desarrollo Rural (REDMUJER), un grupo que lucha por el acceso a
la tierra y proyectos productivos como una medida para mejorar la calidad de
vida en sus comunidades.
Estuvieron presentes más de 10 comunicadoras
que laboran en medios radiales, escritos, televisivos -comerciales y
alternativos-, quienes mostraron interés en conocer otras realidades que
trascienden la cotidianidad de la nota diaria.
Las lideresas hablaron sobre lo difícil que
es ganar espacios en los medios de comunicación masiva cuando son mujeres e
indígenas quienes los demandan. REDMUJER resaltó que tienen representación en
ocho departamentos del país y cuentan con alrededor de 10 mil integrantes, en
su mayoría ex trabajadoras cafetaleras; también hay artesanas, productoras y
comerciantes.
Cuentan con una propuesta que consiste en
desarrollar en las comunidades huertos integrales que, de acuerdo con la
región, podrían ser de hortalizas, plantas medicinales y otros. Esto no sólo
les ayudaría con los ingresos y la seguridad alimentaria de sus familias, sino
también para la toma de decisiones que requieren las actividades agrícolas y
hacer visible su trabajo en el campo, indicó Culum.
La puesta en marcha de estos proyectos
requiere de tres millones de quetzales, recursos que solicitarán al gobierno
para que puedan administrarlos todas las integrantes de REDMUJER. "El
Estado debe reconocer nuestro trabajo en el campo y apoyarlo; queremos que
otras mujeres logren lo que hemos conseguido", recalcó Us, al hablar de la
finca La Cumbre de Patulul, Suchitepéquez, adquirida por campesinas en el 2003.
La Red de Mujeres Periodistas ha impulsado
espacios mensuales a fin de crear vínculos, identificar fuentes y visibilizar
los problemas que afectan a las guatemaltecas, entre quienes las campesinas
constituyen uno de los grupos más vulnerables de la población.
Éste y otros ejercicios constituyen un
esfuerzo de las integrantes de la Red de Periodistas para contribuir a la
democratización de los medios masivos en los que trabajan. Crear un lazo entre
fuentes y temas sobre problemas sociales o no convencionales puede impactar las
agendas más allá de las notas oficiales y comerciales, así como visibilizar
asuntos que deberían tratarse como de interés nacional.
[índice]
Genocidio, la máxima
expresión del racismo
Gladys
Hernández / Ciudadana guatemalteca
Bajo este título se realizó un primer encuentro que
tuvo una respuesta de participación contundente: 647 personas, de ellas 338
mujeres. El objetivo del evento[1] fue generar un espacio político y de
discusión sobre racismo y genocidio[2] que evidenciara la relación entre ambos
fenómenos y así sentar las bases para la construcción de alianzas en la lucha
contra la impunidad.
Entorno humano del Encuentro
El olor a incienso y a flores, las velas encendidas todo
el tiempo, formaron un ambiente de espiritualidad cercana, de confianza y
emotividad que propiciaron una participación
activa los tres días. Los testimonios de dos sobrevivientes hicieron
derramar lágrimas de dolor y solidaridad a más de una persona. Una enorme
manta, que pedazo a pedazo fue bordada por familiares o amistades de las
víctimas, ocupó el escenario principal -- como testimonio y para obligarnos a
"no olvidar".
Además, para cumplir con el llamado al
encuentro a quienes conocieron y vivieron el genocidio, a quienes no supieron y
quisieran saber, se montó un pánel cerrado en el que se transmitieron imágenes
de las masacres perpetradas por el ejército y los momentos de horror que las
poblaciones mayas vivieron durante éstas. Al salir de dicha actividad se
preparó un pequeño espacio -también con flores, velas y el sonido relajante de
un tambor- para que las personas pudieran reponerse del impacto de las
imágenes. Se habilitó un lienzo de manta para que quienes lo desearan
expresaran sus sentimientos y razonamientos ante tales atrocidades.
También hubo aplausos y sonrisas para un
sobreviviente. Él narró la masacre sucedida en su comunidad cuando era niño y
entre lágrimas expresó: "No se puede olvidar". Al final se refirió a
la propaganda de campaña de Ríos Montt, quien después de ser inscrito como
candidato presidencial afirmaba: "El general va", y concluyó que
"gracias a la gente de Guatemala no fue y, cambiando la frase, podemos
decir ahora: 'el general va, pero a la cárcel'".
Debates y conclusiones
A través de exposiciones, plenarias con preguntas y
respuestas y nueve mesas de trabajo se abordó el tema del racismo, en la
búsqueda de erradicar la práctica de discriminar, marginar o excluir a las
personas por su color de piel, cabello, costumbres, vestuario o idioma.
Otilia Lux, ex integrante de la Comisión para
el Esclarecimiento Histórico (CEH), señaló que erradicar el racismo significa
que las personas mayas puedan participar en el ejercicio del poder, entrar a
procesos más entendibles y de respeto mutuo. "Nadie nace racista: la niñez
aprende el racismo en el entorno familiar y en su contexto social",
afirmó.
En cuanto al genocidio, el abogado Fernando
López indicó que este término fue acuñado por Rafael Lemkin en 1944, en
sustitución de "asesinato en masa", el cual no lograba describir la
magnitud de estos actos de exterminio. Genocidio sí la encierra, al incluir la
motivación de destruir total o parcialmente a un grupo, basada en
consideraciones raciales, nacionales o religiosas.
A fin de despejar dudas, citó el siguiente
párrafo del informe de la CEH: "En el marco de la estrategia
contrainsurgente los indígenas fueron conceptuados dentro de la categoría de
enemigo interno o base social de la guerrilla. Lo que fue declarado con
carácter público por el vocero de gobierno de Ríos Montt, Francisco Bianchi, al
expresar ‘la guerrilla se ha traído muchos colaboradores indios, por lo tanto
los indios son subversivos. ¿Y cómo combatir la subversión? Evidentemente
matando a los indios’".
En Guatemala hubo genocidio porque se
implementó una política de Estado, ejecutada por el ejército pero financiada e
inducida por la oligarquía y por los Estados Unidos, que afectó principalmente
al pueblo maya.
Otilia Lux enfatizó -entre otras cosas- que
hubo genocidio porque se realizaron ataques contra los fundamentos del grupo,
como matanzas indiscriminadas, asesinato de líderes y ancianos mayas que
tradicionalmente se encargan de transmitir la cultura de una generación a otra.
Se esterilizó y violó a mujeres. A las embarazadas se les sacó el feto con el
argumento de que había que "terminar con la semilla".
Para sellar tales afirmaciones, Rosalina
Tuyuc, presidenta de la Comisión Nacional de Resarcimiento, señaló que
"ahora los muertos están hablando", porque los restos encontrados en
las exhumaciones dan testimonio de la forma en que fueron asesinados sus
familiares.
Ante lo innegable de que el genocidio fue la
máxima expresión del racismo, el abogado
Paul Seils planteó que la búsqueda de justicia social y política debe ser un
proceso para recuperar la confianza entre la ciudadanía y las instituciones
correspondientes. Las estructuras del Estado tienen que reconocer que ha
existido y existe racismo; deben restablecer la dignidad de las personas como
ciudadanos con derechos.
1.
Organizado
por el Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH) del 22 al 24 de
noviembre del 2004.
2.
Vocablo
derivado del griego "genos" (raza, clan) y el sufijo latino
"cidio" (matar).
[índice]
Cinco décadas después
de Árbenz
Amy North,
Isabel Solís, Marta Gutiérrez y Ana López / AVANCSO
Todas las riquezas de Guatemala no son tan
importantes como la vida,
la libertad, la dignidad, la salud y la felicidad del
más humilde de sus habitantes.
—Jacobo Árbenz sobre su programa de gobierno en 1951
A 50 años del derrocamiento del gobierno
revolucionario de Jacobo Árbenz, sigue siendo de urgencia nacional una profunda
transformación agraria en Guatemala.
Un recuento
El Decreto 900, Ley de Reforma Agraria, entró en vigencia
el 17 de junio de 1952, durante el segundo gobierno democrático de la
Revolución de Octubre. Tenía como propósito poner fin a la concentración de la
tierra en pocas manos, resultado del despojo de las tierras indígenas y del
desarrollo de una economía agro-exportadora dependiente de la explotación del
trabajo semi-esclavo de miles de personas.
Esta reforma pretendía "liquidar la
propiedad feudal" y abolir "todas las formas de servidumbre y
esclavitud". Entre otras cosas prohibió las prestaciones personales
gratuitas a los finqueros por parte de campesinos, mozos colonos y trabajadores
agrícolas, el pago en trabajo del arrendamiento de la tierra a los campesinos y
cualquier forma de repartimiento de las tierras indígenas. Todo ello persistía
en el campo desde la época colonial.
Durante los dos años que duró la Reforma
Agraria fueron entregadas a familias campesinas 1,284 fincas cultivadas con
café, caña, cítricos y pastos.[1] Más que el mero acceso a la tierra, ello
significó para esas familias librarse de la dominación que les representaba el
trabajo gratuito y los salarios de hambre en las fincas; es decir, implicó la
recuperación de su dignidad como seres humanos y trabajadores libres.
Hace 50 años, con la contrarrevolución de
1954, se puso fin a las expropiaciones y la repartición de tierra. Desde
entonces, la respuesta del Estado a las demandas justas de los campesinos ha
sido la represión. Las masacres y las políticas de tierra arrasada, que
caracterizaron a la estrategia contrainsurgente en los 36 años de conflicto
interno, fueron expresión del uso del terror como medio para controlar a la
población campesina, reprimir su organización y silenciar sus demandas, a fin
de mantener la concentración de tierra y el poder en manos de los
terratenientes.
Violencia y concentración continúan
A pesar de que en 1996 se firmó la paz "firme y
duradera", el uso de la violencia de parte del Estado y la clase dominante
continúa. En los primeros nueve meses de este año se realizaron 27 desalojos
violentos de fincas ocupadas, uno de los cuales concluyó con la masacre en la
finca Nueva Linda por parte de las fuerzas de seguridad pública.
Los desalojos ilustran cómo el poder político
y económico es mantenido por los terratenientes y la oligarquía, para quienes
la paz consiste en la defensa a ultranza de la propiedad privada, en total
contradicción con la vida y dignidad del ser humano y de la función social de
la propiedad.
Las actuales condiciones de vida del
campesinado y la población indígena continúan siendo profundamente desiguales.
Según el IV Censo Nacional Agropecuario del 2003, persiste un índice de Gini de
0.84[2] en el campo. El dos por ciento de las propiedades (latifundios) ocupa
el 57 por ciento de las tierras cultivables de alta calidad, en tanto los minifundios
de menos de una manzana (microfincas) representan el 45 por ciento de las
propiedades y ocupan apenas el tres por ciento de tierras cultivables y de baja
calidad.
Por dignidad y libertad
La lucha del campesinado expresada en manifestaciones
y ocupaciones de fincas es una muestra de inconformidad ante la injusticia y
las condiciones de miseria en que vive.
Esta lucha por la dignidad y la libertad pasa
por rechazar cualquier intento de construcción de la paz hegemonizada por los
intereses y voluntades de la oligarquía, como el Fondo de Tierras que, basado
exclusivamente en "la reforma agraria vía mercado", promueve la
redistribución de tierra en parcelas individuales a través de la compra-venta
voluntaria e implica para los campesinos pasar de debajo de "las botas del
patrón" hacia la esclavitud al sistema bancario.
Hace más de 50 años, Árbenz describió la
reforma agraria como "la fruta más preciosa de la revolución y la base
fundamental de la nación como un país nuevo". Vista en esos términos, no
se la puede reducir a categorías y asuntos de carácter técnico, como son
"el acceso a tierra", "la resolución de conflictos" o
"la regularización de tierra".
Una reforma agraria tiene que ser entendida
como la entrada para la transformación profunda de las relaciones sociales
desiguales y serviles en el campo. En términos éticos y políticos permite
avanzar en un proceso de liberación de las familias campesinas e indígenas y de
trabajadores agrícolas.
Bajo esta perspectiva, la lucha por la tierra
de nosotras, las mujeres, requiere ir más allá de "soluciones"
basadas en mecanismos del mercado, en la negociación y en la mitificación de la
propiedad privada individual como salida única a los problemas que enfrentan
las familias campesinas. Es una lucha que implica trazar el camino para cambiar
las profundas desigualdades en las relaciones sociales de todo tipo.
1.
Paredes
Moreira, José Luis. "Estudios sobre reforma agraria en Guatemala,
Aplicación del Decreto 900". USAC, Facultad de Ciencias Económicas, abril
de 1964.
2.
El
índice de Gini es uno de los indicadores sintéticos más utilizados para el
análisis estadístico de la desigualdad. En una escala de 0 a 1, 1 representa la
más extrema inequidad.
[índice]
Nuestros muertos viven
en la memoria
Textos y
fotografías: Anamaría Cofiño K. / laCuerda
(las
imágenes de este foto-reportaje pueden ser vistas en el archivo DOC de esta
edición)
·
Aunque ahora
se intente negar, las evidencias muestran que en Guatemala sí hubo genocidio.
De cada punto cardinal han brotado de la tierra miles de osamentas, restos de
personas inocentes que fueron víctimas de la violencia con que el ejército
atacó a los pueblos. Las exhumaciones han permitido a las familias y amistades
sobrevivientes recuperar a sus seres queridos y darles sepultura digna. A las
generaciones de la posguerra les muestran pruebas de lo que sucedió.
·
Las
ceremonias y las ofrendas a los muertos son rituales que la gente necesita
porque cree en la continuidad de la vida y en la comunicación con los difuntos.
Se solicita ayuda a las deidades de la naturaleza, al Corazón del Cielo y al
Corazón de la Tierra con el fin de encontrar a las personas desaparecidas.
·
Las
mujeres asumieron la responsabilidad de alimentar y acompañar a quienes
llevaron a cabo los trabajos de exploración, excavación e investigación. Muchas
de ellas adquirieron conocimientos técnicos e incluso empuñaron picos y palas
para no quedarse observando.
·
La
tenacidad, simpatía y voluntad de Rosalina Tuyuc han estimulado y guiado a
mujeres y hombres en su búsqueda de la verdad. Las mujeres siguen cobijando la
esperanza.
[índice]
Movidas: departamental e internacional
Actividades de mujeres
en occidente
Las integrantes de las Escuela de Formación Política
de la región de occidente llevaron a cabo la elección de la Comisión
Coordinadora Local y de delegadas a la Asamblea Nacional y Departamental por
Estructura Lingüística, del Sector de Mujeres.
Asimismo dieron por clausurada la primera y
segunda etapas de la Escuela de Animadoras Kaknojibal, "Nueva
Sabiduría", en los departamentos de Sololá, San Marcos, Totonicapán y
Quetzaltenango.
Con el apoyo del Sector de Mujeres se
inauguraron las Escuelas de San Marcos y Quetzaltenango en coordinación con la
Asociación de Mujeres de Occidente Ixquic.
La Red Municipal de Radios Comunitarias de
Nahualá, en coordinación con el Sector, transmitió un foro radial por tres
emisoras de la región para conmemorar el Día Internacional de la Ciudadanía de
las Mujeres.
También se realizó un taller sobre producción
radiofónica, poemas y cuentos, con el apoyo de la Asociación de Radios
Comunitarias Mujbablyol, "Encuentro de Expresiones".
Para finalizar el año darán inicio a las
evaluaciones del proceso por juntas departamentales de la región.
Santa Pérez Boxh tenía sólo seis años cuando se
separó de su hermana Gregoria en 1983, a causa de la persecución del ejército contra
pobladores de Nebaj. Ellas estaban refugiadas en las montañas de la aldea
Parramos Chiquito, del mencionado municipio. En aquel tiempo Gregoria se unió a
la guerrilla y no volvió a ver a su hermana menor.
Luego de 21 años volvieron a encontrarse, en
la aldea Chex Abajo, del municipio de Aguacatán, departamento de Huehuetenango.
Después de tanto tiempo se quedaron unos días en la casa de Santa, quien
actualmente vive en Chex. Para el reencuentro se contó con la presencia de
promotores ixil y mam de la Liga de Higiene Mental que atienden esa región.
"Retoñando" es un grupo que con entusiasmo
y voluntad pretende revivir "la bella e inolvidable" experiencia de
las mazatecas comprendidas entre los 56 y 85 años de edad. Por eso ha iniciado
un club que lleva por nombre "Niñas de 60 años y más... Presentes en los
años dorados".
Este grupo es para mujeres activas de la
tercera edad, quienes muchas veces son olvidadas y no tienen acceso a ningún
tipo de actividades. Por ello, el proyecto ofrecerá capacitaciones y al mismo
tiempo será un espacio para compartir e intercambiar experiencias entre adultas
de 20 municipios del departamento de Suchitepéquez.
La meta es convocar por lo menos a dos
representantes de cada municipio que sean las encargadas de los clubes
municipales. A fin de reconocer e incentivar a quienes realicen el mayor
trabajo, se les reconocerá como "amigas distinguidas de las personas de la
tercera edad". Así lo informó Gregoria Juárez Sotomayor, una de las
fundadoras del club e integrante del Foro Nacional de la Mujer de este
departamento.
[Foto]
Gladys Esquivel Ávalos con
su traje chortí en un desfile el Día del Estudiante. Junto con su padre, ella
promueve la organización de mujeres en las comunidades de Camotán. Gladys es
integrante de la Coordinadora Campesina Chortí "Nuevo Día" que
impulsa, con Plataforma Agraria, la lucha por la reforma cafetalera.
Actualmente 58 organizaciones de mujeres chortíes conforman la Red de Mujeres
para el Desarrollo Rural (REDMUJER).
Karla
Amaya e Inés Rummel / Residentes en Alemania
Así se llama el artículo que publicamos en idioma
alemán para informar a la gente en este lado del mundo sobre las amenazas y
peligros diarios que viven las guatemaltecas.
Compartimos con la socióloga Julia Monárrez
que "la práctica feminicida es producto del sistema patriarcal". Es
importante destacar que el femicidio es "la expresión más cruda de una
sociedad machista que tolera y legitima la violencia contra las mujeres",
como lo describe la abogada peruana Cecilia Reynoso. Las expresiones de
violencia con señales de tortura tienen rasgos misóginos, que conllevan
mensajes de odio contra la identidad femenina.
Desde nuestro rincón privilegiado y seguro
aquí en Alemania, después de haber vivido una década en Guatemala, no podemos
soportar las noticias sin actuar. Con mi compañera Karla analizamos mi
hipótesis que el femicidio es un símbolo utilizado en el patriarcado para
manifestar la "superioridad" masculina, en un mundo donde las mujeres
cada día se superan más y participan en espacios de poder.
Tras compartir con amigas alemanas lo que
sucede en Guatemala y nuestras preocupaciones, decidimos hacer una campaña de
apoyo a la Red de la No Violencia contra las Mujeres. Hilda Morales Trujillo
nos informó de las demandas específicas de la Red, las cuales divulgamos en
Alemania, Austria y Suiza. Distribuimos cartas de protesta a grupos de
solidaridad, organizaciones de mujeres y derechos humanos. Invitamos a
amigas/os a leer artículos sobre la situación del femicidio y tratamos de
contestar las preguntas de la gente. Una de éstas, sin embargo, no ha tenido
respuesta: ¿cuándo se pondrá fin a estas matanzas? Sólo pudimos invitar a
reflexionar sobre mi hipótesis. ¿Será que los mismos responsables tienen una
respuesta a esta pregunta?
Coleccionamos hasta la fecha más de 700
firmas que enviamos al presidente Óscar Berger y sus funcionarios en distintos
ministerios, así como a la Policía Nacional Civil y por supuesto a la Red.
Esperamos que las firmas den una señal a las amigas, familiares de las víctimas
y sobrevivientes de violencia.
Aquí en Alemania (también Austria y Suiza)
hay personas que exigen que se detengan de inmediato los asesinatos de mujeres,
demandan esclarecimiento de los casos y juicios para los responsables. No más
impunidad ni violencia contra las mujeres.
Les saludamos solidariamente desde Alemania.
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