laCuerda Una mirada feminista de la realidad |
Año 5, No. 50 Guatemala,
octubre/2002 |
Editorial |
Dispuestas a
construir un país justo |
Entrada |
Cincuenta ediciones se dice fácil (Rosalinda Hernández
Alarcón)
Los 50 números de laCuerda
Sumario noticioso |
La médula |
Qué rollo con la institucionalización (Ana Leticia
Aguilar)
Las mujeres y los cambios: Primeras reflexiones (Clara
Coria)
Maruja Torres: Una periodista de todas las tallas (Katia
Orantes)
Desde el Sur del Sur, o Feministas en el Foro (Lucy
Garrido)
Tomarle nota a la realidad (Sara Lovera)
Asalto a los lenguajes de lo cotidiano (Mirta Rodríguez
Calderón) |
La paseante |
|
Aquí y ahora |
·
Día de la
Resistencia de los Pueblos Indígenas ·
Racismo,
cotidiano y doloroso ·
Reencuentro de
familias ·
Desarrollo para
ixiles en Quiché ·
Nuestras utopías
y las de aquéllas (Lucía Escobar) |
Campo pagado |
|
Movidas |
Redefiniendo la
Cumbre (Magalí Rey Rosa)
Damnificados en
lugar provisional
Enfrentando la
violencia
Capacitación para
integrantes del Foro de la Mujer Carmen Alborch en
Livingston
Feria de la Salud
Formación y
desarrollo |
Editorial
Dispuestas
a construir un país justo
Aunque
muchas veces se nos antoja dejar todo: trabajo, familia, militancia, país, no lo
hacemos porque tenemos muy asumidas las responsabilidades, porque creemos en lo
que hacemos, o simplemente porque no podemos. La lucha cotidiana exige energías
y determinación. Si no ponemos nuestro empeño en las cuestiones en que nos
involucramos, vemos cómo se van viniendo abajo, pierden fuerza y decaen.
Muchas veces nos sentimos indispensables; creemos que sin nosotras
las cosas no marchan. Y a veces es cierto. Pero otras veces sucede que por no
delegar o no confiar en que otras personas nos puedan sustituir, dejamos la
vida en causas ajenas, que no nos benefician directamente. Éste es un rasgo
típico de las mujeres, quizá porque así nos educaron, porque acarreamos culpas
acumuladas, o realmente no hay quién se ocupe de hacer todas esas pequeñas y grandes
tareas que implica la reproducción. El trabajo de las mujeres nunca se acaba.
Desde muy temprano en el día hasta bien entrada la noche, trajinamos para que
la casa, la empresa o la organización sigan funcionando. Es una de las razones
por las cuales dejamos para después -o para nunca- lo que es nuestro, como la
salud.
Las mujeres de ahora somos más conscientes de nuestra situación.
No en balde han pasado tres siglos de experimentar y elaborar conocimientos. Estamos
más despiertas, ya no nos resignamos a quedarnos a esperar, ni nos conformamos
con migajas de recursos. Tampoco somos las ingenuas de generaciones anteriores,
que murieron creyendo que su papel era aguantar y aguantar. No obstante, la
mayoría de mujeres en el mundo sigue viviendo en condiciones inferiores de
existencia. Las brechas entre géneros continúan abiertas y queda mucha
injusticia por superar.
Quizá en esa certeza descansa nuestra actitud de seguir adelante y
no tirar la toalla. Porque hemos visto que paso a paso se van recorriendo las
distancias; que poco a poco vemos las transformaciones. Y hemos aprendido que
todo lleva su tiempo, como en la cocina, donde, si nos arrebatamos, los guisos
se queman o saben mal. Las experiencias nos han enseñado a tener paciencia,
lucidez y tolerancia, eso que podría resumirse como madurez.
En este punto estamos. Vemos que los cambios que requerimos no son
instantáneos; sabemos que hay tiempos para observar atentamente y otros para
tomar las riendas. Actos irreflexivos nos han llevado a despeñaderos. Pero
siempre encontramos algo nuevo que nos sirve para seguir en la batalla.
Una de las demandas más sentidas y universales de los movimientos
de mujeres y feministas es ponerles fin a la violencia y las guerras. Ésta es
una causa que millones de mujeres abanderamos en el mundo, porque no queremos
ver a nuestros hijos, hermanos, compañeros y amigos caer asesinados. Y porque
tampoco queremos seguir siendo víctimas de abusos, ni botines de guerra. De esa
cuenta, nos vamos sumando, en diferentes lugares y de diversas maneras, a
luchar contra la destrucción a todo nivel. No es casual que la dirigencia de
los movimientos pacifistas, las iniciativas anti-armamentistas y la lucha por
preservar la naturaleza estén en manos de mujeres valientes y aguerridas que no
sólo resisten, sino que proponen nuevos caminos para vivir la vida bien.
Mujeres dispuestas a construir un país en el que la dignidad y la
justicia sean patrimonio de todos, hay por montones. Mujeres capaces, inteligentes,
honradas y visionarias se están multiplicando y creciendo. Están por todos
lados, y tienen la seguridad y el potencial para lograrlo. Es cuestión de
tiempo.
[índice]
Cincuenta
ediciones se dice fácil
Rosalinda Hernández Alarcón, laCuerda
Al
hablar de 50 pensamos en diez manos, medio siglo, en madurez y experiencia, en
cinco décadas o diez lustros. Livianamente se nos ocurre: medio ciento y medio
siento; en cincuenta y sin cuenta; en dos de plata y en laCuerda de oro. Este
hecho lo valoramos sin protocolo ni falsas modestias. Estamos alegres con la
celebración, al mismo tiempo conscientes que nuevos aires serán de utilidad
para relanzar nuestra propuesta. La renovación en los medios de comunicación es
una exigencia que no descartamos.
Nuestra perseverancia en producir laCuerda mes a mes, de manera
ininterrumpida, siempre ha estado acompañada de colaboraciones escritas y
gráficas (237 mujeres y 63 hombres), así como de apoyos económicos. Ambos
fundamentales, que nos han permitido publicar 855 mil ejemplares y contar con
centros de distribución en 19 departamentos.
La reflexión va en torno a si este medio masivo contribuye a
cambiar arraigadas actitudes culturales, sociales y políticas que discriminan a
las mujeres. Como se trata de una valoración subjetiva, tal medición resulta
complicada y está sujeta a múltiples apreciaciones.
De ahí que nos propusiéramos evaluar nuestro trabajo con 50
personas de variadas disciplinas, conocedoras de la publicación. Sus
comentarios nos han aportado sugerencias para mejorar nuestro quehacer como
diseminadoras de información y opiniones en torno al mundo de las mujeres.
Tarea nada fácil cuando se enmarca en un proyecto periodístico en un país donde
predominan las visiones conservadoras y existe infinidad de tabúes.
Les
compartimos algunas apreciaciones acerca de laCuerda:
·
"Es un poco
anárquica y me fascina".
·
"Es un oasis en
este mundo patriarcal".
·
"No concibo este
país sin esta publicación, forma parte de mi vida".
·
"Entra a la
subjetividad y nos hace pensar en nuestras interioridades".
·
"Conmueve la
conciencia de quienes la leen".
·
"Lástima que ya no
incluyen el glosario; me parecía fabuloso para obtener conceptos".
·
"Ha sido un
instrumento muy valioso para quienes trabajan en el área rural".
·
"Me sirve para mis
discursos en el Congreso".
·
"Es el único
espacio donde se da a conocer la diversidad de mujeres que hay en
Guatemala".
·
"Es una publicación
muy de opinión; me agradan sus ilustraciones abstractas".
·
"El nivel teórico feminista
está bien, tomando en cuenta el público que la recibe".
Parte
del festejo de llegar al ejemplar de oro, ha sido invitar en este número a
escribir a varias personas de reconocida trayectoria nacional e internacional.
Un brindis sin duda viene con esta publicación, acompañado del propósito de
continuar difundiendo una mirada feminista de la realidad.
[índice]
Año |
Número |
Título |
1998 |
0 1 2 3 4 5 6 7 8 |
Feminismo,
nuestra huellas en el siglo XX Feministas:
¿Solas o con los hombres? Es
hora de hablar - Género Sexualidad Justicia Las
que escriben Diversidades Mitos
y verdades sobre la violencia Derechos
Humanos de las mujeres |
1999 |
9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 |
El
ocio La
política vista desde las mujeres Mujeres
en la política Nuestra
salud, termómetro de la democracia Las
grandes Nuestros
trabajos, una cosecha para otros Cada
mujer una artista ¿Qué
quieren las ciudadanas? Las
niñas de Guatemala Hombres:
¿listos para el nuevo milenio? Y
ahora ¿qué? |
2000 |
20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 |
Hermanas
del alma Feminismo,
un mar de conciencias Tierra
para quienes trabajan Mi
cuerpo: Aquí decido yo La
cara femenina de la historia Nuestra
casa es mucho más que un techo De
familias, parentelas y otras junturas De
la domesticación a la educación De-mentes
sanas ¡Esto
es violencia! Mitos
y creencias |
2001 |
31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 |
De
poder, ¡podemos! El
amor bajo sospecha Respetarnos,
un deber ciudadano Nuestras
mentes, nuestras vidas Llevemos
la fiesta en paz Qué
pasa en casa De
la vida en el campo Al
hablar se hace camino... Que
florezcan mil encuentros ¡40!
¿Quién dijo 'miedo'? De
un lado para otro |
2002 |
42 43 44 45 46 47 48 49 |
¿Qué
hacemos por la paz? Jóvenes,
feminismo y otras consideraciones Sexualidad
y derechos Centroamericanas
sin fronteras ¿Era
ésta la Guatemala que queríamos? Un
futuro más cuerdo Obreras
guatemaltecas Viaje
al interior |
[índice]
laCuerda
Las benefician con tierra
Con la entrega de la finca El Baluarte, ubicada en San
Marcos, se benefició a mujeres viudas organizadas en la Asociación de Desarrollo
Integral Campesina de la Reforma (ADICAR) e integrantes de la Coordinadora
Nacional Indígena y Campesina (CONIC). Ellas forman parte de las 180 familias
que, tras seis años de lucha, además recibirán asistencia técnica y crediticia
para hacer producir la tierra.
Deportistas
María
González, Fabiola Aycinena y Shuany González obtuvieron los tres primeros
lugares del femenino de gimnasia durante la XII Copa Internacional Monja Blannca. Su participación consistió en salto al
potro, suelo, barras asimétricas y viga de equilibrio.
Premios a periodistas
Paola
Hurtado y Hilda Mérida, de elPeriódico, fueron ganadoras del certamen Galardón
a la Excelencia Periodística 2001-2002. La primera obtuvo el primer lugar por
un reportaje sobre salud reproductiva y la segunda obtuvo el Premio Único a la
Continuidad. Rocío Gómez, reportera del diario Siglo Veintiuno, también recibió
un reconocimiento.
Nuevas opciones para obtener ingresos
Mujeres
organizadas en la Asociación Unidas para Vivir Mejor trabajan en la venta de
artesanías, cuyos ingresos han permitido la atención y cuidado de 120 niñas y
niños de madres trabajadoras. En la actualidad, UPAVIM otorga 625 becas anuales
de educación pre primaria, primaria y secundaria. También cuenta con una tienda
y una panadería.
Discriminan
Aura Gómez Patzán, Blanca López Sincal, Lucita Yax Cujcuj
y Angelina Olcot Tujal, alumnas de la sede de Chimaltenango de la Universidad
Mariano Gálvez, denunciaron haber sido reprobadas de la parte práctica de un
curso de los últimos semestres de Derecho por asistir a debates vestidas con su
traje indígena.
Aprueban ley contra la discriminación
El
Congreso de la República aprobó el Decreto 52-2002, que tipifica la
discriminación como delito. En ésta se establece como discriminación toda
distinción, exclusión, restricción o preferencia por motivos de género, raza,
etnia, idioma, edad, religión, situación económica o enfermedad.
Niñez con hambre
Seis
mil niñas y niños menores de cinco años corren riesgo de morir a causa de
desnutrición aguda severa, reportó el Programa Mundial de Alimentos. Durante
los últimos tres meses se han conocido 19 muertes por esta causa. La
problemática afecta principalmente a 102 municipios por sus niveles de pobreza,
falta de trabajo y sequía.
Pocos avances en materia educativa
La
situación educativa de las niñas del área rural continúa siendo la más
dramática, según el Informe de Progreso Educativo Guatemala 2002, del Centro de
Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN). Únicamente 17 de cada 100 son
promovidas del sexto grado. El informe señala que, pese a los esfuerzos, la
calidad de la educación es mediocre. La niñez más pobre, indígena y del área
rural tiene muy pocas oportunidades.
Reporte de violencia
En
septiembre, 64 mujeres fueron víctimas de violencia, accidentes y desastres
naturales. Ocho fueron asesinadas con arma de fuego o blanca y siete resultaron
heridas. Dos fueron asaltadas y tres violadas. Hubo dos secuestradas e igual
cantidad están desaparecidas. Una intentó suicidarse. En accidentes murieron
nueve y cuatro resultaron lesionadas. Seis se intoxicaron, una murió ahogada y
otra calcinada. A causa de desastres naturales murieron 18.
[índice]
Qué rollo
con la institucionalización
Ana Leticia Aguilar Theissen
Años
tenemos las mujeres de trabajar para que nuestras demandas y necesidades
específicas sean tomadas en cuenta por el Estado. Es lo que en la moda del
momento se llama institucionalización de la equidad de género. Muchos son los
obstáculos a que nos hemos enfrentado. El alcance es restringido porque las
señas de equidad son compartidas solamente por un grupo reducido de nosotras.
Además, la Guatemala en que vivimos ha transcurrido en una dinámica de
múltiples rupturas del orden institucional.
Cuando medio hemos levantado cabeza para recomponernos, los
padrastros de la patria y los politiqueros que "dirigen" el país han
priorizado el ordenamiento de la vida sociopolítica, dejando de lado el ejercicio
de la democracia participativa. Por eso es que hemos avanzado tan poco en la
construcción de una institucionalidad, desde el Estado, que se le plante al
discurso político a todo nivel y lo interpele, cuestionando la opresión y la
subordinación entre los géneros. Esta tarea siempre se ha enfrentado a
restricciones políticas e ideológicas de diferentes tipos, presentes en
"los tomadores de decisiones", sobre lo que significa ser hombre o
mujer en la sociedad.
Cuando hablamos de la institucionalización de las políticas de
equidad de género en el Estado, queremos que el Estado intervenga de manera
determinante en la transformación de nuestra situación subordinada en la
sociedad, por ser mujeres, tomando en cuenta a todas nosotras. Estamos hablando
de un país en que quepa cada persona. Uno en el que al pensar en la relación
entre mujeres y hombres y de ellas con las instituciones y el Estado, pensemos
en potenciar la equidad y el desarrollo de ambos sexos. Para que, ojalá, algún
día seamos capaces de no tolerar las prácticas discriminadoras y opresivas
entre todos los seres humanos y que eso de verdad nos lo creamos todos.
Lo que queremos es el diseño de políticas de consenso; la
articulación de la agenda de la equidad de género en las políticas generales de
gobierno; la creación de programas específicos; también la de nuevas
instancias, al más alto nivel, porque su margen de acción depende del estatus
administrativo que tengan dentro del Estado, así como de los recursos con que
cuenten y la modalidad que adopten, ya sean Ministerio, Secretaría, o
Instituto. Queremos la revisión de los marcos jurídicos y la asignación de
presupuestos y recursos necesarios. Investigaciones y diagnósticos, sistemas
estadísticos y de indicadores que den cuenta de la diversidad de las mujeres,
así como mecanismos transparentes para que rindan cuentas, con canales precisos
y claros de interlocución entre las oficinas de las mujeres y las
organizaciones de mujeres y feministas.
Yo digo que en este momento hay una brecha profunda entre las
concepciones sobre el tema de las integrantes de las oficinas de la mujer y el
movimiento; y éste no termina de sentarse a debatir sus diferentes percepciones
al respecto. La estabilidad de los logros que hemos alcanzado depende, sí, en
gran medida, de la coyuntura política y otros factores de orden estructural,
institucional y cultural. Cierto es también que el proceso de
institucionalización de la equidad de género está enfrentado en el momento
actual a las medidas de reforma, reducción y privatización del Estado. Pero
especialmente cierto es que el tema que está en el centro del debate es la
relación del movimiento de mujeres y las feministas con el Estado, relación de
poder y plagada de contradicciones.
Bien haríamos en creernos, en nuestra práctica de movimiento, que
los espacios políticos son terrenos de disputa y requieren la creación de
alianzas estratégicas entre las mujeres del movimiento y de las oficinas
gubernamentales. Pero no, la brecha entre las tecnócratas de género y las
feministas se está ensanchando. En el movimiento andamos perdidas buscando los
límites de nuestra relación con el Estado, confundidas, cansadas y sustituyendo
instancias del Estado, "ejecutando" asuntos que no son de nuestra
competencia; muchas veces, dándoles la receta, comprando los materiales y
haciéndoles el pastel, para que ellos se lo coman.
Me gusta pensar que cuando recuperemos la cordura y nos decidamos
a regresar a construir el movimiento, retomando nuestra agenda sobre temas como
el aborto, los derechos sexuales, la autonomía frente al Estado, la cooperación
internacional y otros actores sociales, y cuando decidamos emprender el camino
decisivo que nos permita conocer qué mujeres somos y qué necesitamos,
independientemente de la plata de la cooperación, entonces tal vez
encontraremos las pautas para reducir el turismo feminista en las instituciones
del Estado. Quizás encontremos cómo incorporar en las agendas públicas el tema
de las desigualdades y ellos nos tomen en cuenta y definan por fin mecanismos
claros de articulación de la sociedad en este proceso. Tal vez entonces sepamos
qué hacer para usar los espacios políticos disponibles, en medio de gobiernos
corruptos, autoritarios, depredadores e ignorantes.
[índice]
Las mujeres
y los cambios: Primeras reflexiones
Clara Coria, argentina, psicóloga
Me siento profundamente halagada de que laCuerda me haya
invitado a participar en éste, su número 50 con el que festejan años de
tenacidad laboriosa y utopías compartidas. En una época en que el mundo
pareciera haberse vuelto loco haciendo gala de sus mejores dotes para avasallar
libertades y destruir solidaridades, el grupo de mujeres que lleva adelante
esta tarea pone en evidencia que el amor y la solidaridad son indemnes a los
virus del poder autoritario y discriminador. Además me produce una enorme
alegría compartir esta fiesta de producción y esperanza. Soy argentina y vivo
en la Argentina con el dolor de transitar uno de los momentos más oscuros de
nuestra historia, pero con la convicción profunda de que, a pesar de todo, éste
es mi lugar en el mundo y que trataré de hacer lo mejor que pueda con lo que me
ha tocado en suerte.
En 1999, cuando terminé de investigar y
escribir sobre el amor y las mujeres, me propuse un tema nuevo sin llegar a
imaginarme que éste llegaría a adquirir dimensiones inmensurables. El tema fue
-y sigue siendo- "El cambio y suss fantasmas" desde una perspectiva de
género. Les ofrezco en esta ocasión las primeras reflexiones basadas en el
material obtenido en los Talleres de Reflexión con mujeres que coordiné
ininterrumpidamente hasta ahora.
La vida humana es un cambio constante,
anhelado y temido, buscado y resistido. La primera condición -necesaria aunque
no suficiente- para abordar los cambios que la vida impone es el
desprendimiento. Los bebés, que cuando se lanzan a caminar vuelven
reiteradamente al gateo, buscan en dicho regreso el reaseguro de lo conocido.
Será su capacidad de desprendimiento lo que les permitirá lanzarse a la
aventura de descubrir el mundo. Las y los jóvenes que se lanzan a transitar sus
caminos por la vida, pero reclaman una y otra vez la protección de sus mayores,
acumulan dependencias. Será su capacidad para desprenderse lo que les permitirá
construir su propia autonomía. Las personas que empiezan a perder la tersura de
la piel suelen instalarse en la queja de una "juventud perdida". Será
su capacidad de desprendimiento lo que les permitirá dejar atrás el lamento por
el tiempo pasado y tomar posesión del presente, dándose cuenta que no perdieron
la juventud sino que la estuvieron usando.
Decir que el desprendimiento es condición
primera para abordar cambios pareciera ser una afirmación demasiado obvia y
hasta casi tonta. Pero la experiencia cotidiana nos muestra que no es tan obvia
ni tan tonta. En lo que atañe a las mujeres, existen situaciones muy puntuales
donde la dificultad para desprenderse se ve reforzada por condicionamientos de
género que las encierran en cárceles invisibles y vitalicias. No resulta fácil,
por ejemplo, desprenderse del hábito de seguir siendo la
"sostenedora" afectiva y material de hijos cuando éstos dejaron de
ser niños hace tiempo. No son pocas las mujeres que fueron capaces de concretar
muchos cambios respecto de los modelos tradicionales de sus madres que, sin
embargo, sienten que el espacio que quedó vacante por la crianza ya cumplida
son espacios y tiempos "vacíos", en lugar de considerarlos como
espacios y tiempos "disponibles" para satisfacer deseos postergados o
entusiasmos descubiertos.
Tampoco resulta fácil para muchas mujeres
valorar y aceptar con agrado la propia imagen física de adulta cuando la
sociedad patriarcal considera dicho cuerpo como un continente descartable, poco
merecedor de placer y amor. En estas condiciones, el desprendimiento por parte
de las mujeres de la imagen física juvenil -que es un desprendimiento necesario
para aceptar los cambios físicos de la adultez sin vergüenza de sí misma- se
convierte en una tarea ciclópea que pocas veces se logra y muchas otras se
pretende disimular con cirugías lacerantes que a menudo terminan borrando lo
más auténtico de sí mismas.
No menos difícil resulta desprenderse de
hábitos que se volvieron invisibles de tanto repetirse. Una mujer comentaba:
"Yo que soy una mujer moderna y feminista me la paso completando las
frases que mi compañero no puede terminar o adivinando lo que empezó a buscar
en la casa para facilitarle su encuentro. Creo que, en realidad, una les
completa la frase a los maridos para que no se note que están 'gagá'. ¡Pero a
mí nadie me acerca la frase! ¡Quedo como la gagá que soy! ¡A mí nadie me ayuda
cuando abro la heladera y me pregunto qué diablos venía a buscar!"
Cerrando muy provisoriamente estas primeras
reflexiones, diré que la dificultad humana para el desprendimiento de "lo
que ya fue" adquiere para las mujeres una sobrecarga adicional que frena y
limita sus capacidades para abordar cambios. Los mandatos patriarcales logran,
entre otras cosas, transformar los roles de crianza en hipotecas vitalicias y
el cuerpo adulto de la mujer en una carcaza vergonzante de la que sacarán
provecho los productores de alimentos "light" y los cirujanos
plásticos.
[índice]
Maruja
Torres: Una periodista de todas las tallas
Katia Orantes, una Cuerda en Barcelona
Periodista y escritora catalana, hija de inmigrantes
andaluces, Maruja Torres* llegó al periodismo casi por fortuna y se mantuvo en
él por sus capacidades. Con más de 35 años en esta profesión, ha tenido la
posibilidad de contar todo tipo de historias y llevar a su público a recorrer
el mundo con ella, desde las guerras en Medio Oriente y América Latina hasta la
prensa del corazón, lo cual -como ella misma afirma- la convirtió en comodín
del diario El País.
Iniciamos la entrevista tomando un café en la
zona alta de Barcelona. En más de dos horas de plática cubrimos casi todos los
temas que se nos pasaron por la cabeza. Unas semanas más tarde, Maruja me envió
cinco de sus libros y dijo que para escribir esta entrevista yo debía leer
"Mujer en guerra", un libro biográfico.
¿Cómo se hacen realidad tus sueños en el periodismo?
Todas las etapas del trabajo periodístico forman parte de
una evolución que es la de una misma como persona. Tuve mucha suerte de encontrar,
siendo aún joven, un medio como El País; ya tenía más de 15 años trabajando muy
duro, pero entrando en él conseguí que me leyerais en América Latina y otros
lugares del mundo. Es lo bueno de encontrar un buen escaparate".
¿Cómo era tu vida antes de llegar al periodismo?
Era una niña esclava, encerrada en casa. No tenía
posibilidades de una vida distinta y a los 14 años me tocó trabajar en oficinas
haciendo lo que fuera. Vivía en un barrio y una familia humildes, donde la
cultura no era un valor y el periodismo no existía.
Poco a poco conseguí hacer las cosas que me
gustaban, pero lo que quería fundamentalmente era huir. Si hubiera tenido la
oportunidad de ser guapa e insinuosa y hubiera cantado bien, habría sido
artista. Pero habría huido a través de cualquier cosa. Supongo que si hubiese
tenido pocos valores morales o más oportunidades, también podría haber sido
fulana de alguien.
Yo quería salir y salí a través del
periodismo, y un periodismo muy rancio, que era el que se hacía en la sórdida
época de la dictadura de Franco. La parte buena es que pertenezco a una
generación suertuda, con ganas de libertad, porque nos tocó el final de la
dictadura, que fue lo bastante dura para saber lo que era, y al lado de ello
vivimos el renacimiento de muchas cosas, una de ellas del periodismo.
Me encontré metida entre los que soñaban los
cambios sin saberlo, haciendo revistas contraculturales. Yo lo hacía por vivir,
sin una profundidad luchadora revolucionaria. Sencillamente quería cambiar
aquello porque era horroroso. No dejaban hacer casi nada, todo estaba
prohibido. No era forma de vivir. Eso me hizo ir siempre pa'lante. Siempre he
tenido una especie de espíritu insubversible que me salva.
¿Y del feminismo?
Ahora tengo 59 años. Conocí el primer feminismo de los 70
y desde entonces he visto que en muchas ocasiones ha concluido en luchas de
poder y en cuadros psicológicos muy parecidos a los de los hombres del mundo
del poder. Yo en eso siempre he sido una francotiradora y me vanaglorio de no
haber estado en la lucha por el poder en el feminismo ni en el periodismo. Mi
poder es escribir y tener lectores, por eso sí que lucho, pero nada más, y una
cosa te trae la otra. Porque a lo mejor si no tuvieras lectores y dices una
salvajada, te darían una patada en el culo, pero como los tienes, aguantan.
¿Qué dices del supuesto que sólo las mujeres de países árabes
están siendo abusadas o marginadas?
Hay una ignorancia terrible. Yo he viajado mucho por
países árabes, y ojo, que no me gustaría ser musulmana ni a rastras; pero creo
que se puede ser musulmana y tener un buen estatus como mujer. Lo que pasa es
que ellas tienen que ser las primeras en decidirlo y no se las puede obligar
por las bravas.
Además, ellas tienen unos valores que nosotras
hemos perdido y por allí se defienden; por ejemplo, tratan mejor a los viejos y
las viejas. Y es verdad que la vida familiar es más protectora para la mujer;
también, claro, que en compensación, si te descubren cometiendo adulterio, te
meten en la cárcel o te lapidan. Pero ésa es otra historia. En España, cada
semana se reporta por lo menos un caso de mujeres asesinadas por sus maridos.
En España, la prensa del corazón, los chismes sobre famosos,
ocupan más del 90 por ciento de la producción televisiva. ¿Cómo no caer en la
trampa?
Yo
escribo de todo, y aunque me toque escribir alguna frivolidad, la hago desde
una óptica progresista y de izquierdas. Eso me parece fundamental. En el
periodismo es fundamental hacer prevalecer tu punto de vista y el mío es ése.
Lo que me da la capacidad de control es tener un criterio que enmarco sobre
cualquier información y suficiente flexibilidad para que no se caigan los
anillos por algún tema.
Tampoco puedo estar todo el tiempo hablando de premios Nóbel y de
alta política o conflictos sociales; me aburriría mucho. Quiero tener el
desahogo de ponerme a hablar de gran hermano y operación triunfo; eso sí, lo
haré desde mi óptica y sin perder el criterio. Aquí hay muchas que empezaron
como yo y han acabado en la televisión, haciendo prensa del corazón y cotilleos
infames.
¿Cómo haces del humor una pincelada que va en cualquiera de
tus columnas?
El
humor no se busca: surge o no surge. Yo era muy solemne, creo que hasta los
veintialgo, pero un buen día me empecé a reír de mí misma y a partir de allí me
pude reír de todo.
Creo que las feministas se toman a sí mismas demasiado
trágicamente en serio. Es cierto que la vida de la mujer es bastante trágica en
un 80 por ciento, pero no todo el rato ni para todas a la vez. Pienso que las
cosas serias entran mucho mejor con el humor, y además creo que, si sabemos,
tenemos la obligación de hacer reír a la gente, porque la gente necesita
momentos de ser un poco feliz.
*
Maruja Torres (Barcelona, 1943) se inició en el periodismo en 1964. Ha ejercido
todas las modalidades del periodismo escrito: reportajes de guerra, artículos
de sociedad para casi todos los medios en los que ha trabajado, entrevistas,
etc. Pertenece a la redacción del diario El País, desde donde ha recreado
algunas series como "Hogueras de agosto" y "Nosotros a lo
nuestro". Actualmente hace las de "Mírame a los ojos"
(suplemento Domingo) y "Tierra de nadie" (suplemento El Espectador).
Entre sus libros se encuentran "¡Oh, es él!" (Anagrama),
"Ceguera de amor" (Anagrama), "Amor América" (El País -
Aguilar) y "Un calor tan cercano" (Alfaguara), además de "Mujer
en guerra" (El País - Aguilar, 1999).
[índice]
Desde el
Sur del Sur, o Feministas en el Foro
Lucy Garrido, uruguaya, periodista, integrante de Cotidiano
Mujer
En
este artículo intentaré contarles qué estamos haciendo muchas feministas de
nuestra región, cómo nos estamos articulando y para qué. Pero quiero que sepan
que por más que esté en el Sur del Sur, Guatemala con toda su gente, sus
volcanes y sus 50 Cuerdas, están en mí.
La Articulación Feminista Marcosur (nacida en septiembre del 2000)
se define como una "corriente de pensamiento y acción feminista que quiere
incidir políticamente en las relaciones de cultura y poder presentes en los
procesos de integración regional y en los grandes debates
internacionales".*
Teniendo esos objetivos, era natural y lógico que apostáramos al
Foro Social Mundial (FSM), un espacio que expresa "inevitablemente las
tensiones internas y externas de los movimientos sociales globales; es un
hábitat que revela e incluso reproduce rasgos y prácticas ambiguas, cruzadas
por movimientos democratizadores y bolsones de autoritarismo, sexismo, o
racismo". Y allí mismo, por pura intuición, fuimos a insertarnos: porque
es un espacio donde confluyen las protestas con las esperanzas, y el
desasosiego con la construcción de alternativas. Donde están los del Movimiento
Sin Tierra y los que viven sin techo ni ventana, los movimientos indígenas y
afrodescendientes junto a jóvenes y economistas, transexuales y feministas. Los
que dan masajes holísticos con los académicos. Los que luchan contra los
productos transgénicos y los que son transgénero. Hindúes, musulmanes, judíos,
católicos junto a sindicalistas y gente que promueve el Esperanto como lenguaje
universal.
Es un cambalache. Es un enorme caos. Pero es un caos muy creativo
que está buscando responder a esta globalización no con una receta dada por un
solo sujeto, sino haciendo confluir las búsquedas desde un espacio
descentralizado, diverso y plural. Y por esas mismas razones es que también en
él confluyen viejas y nuevas formas del pensamiento, modernas y anquilosadas
maneras de actuar en un proceso colectivo que se construye con movimientos,
redes, campañas, alianzas...
Privilegiamos el FSM porque es un espacio político en por lo menos
tres sentidos que nos son fundamentales: uno de ellos es que queremos que la
agenda feminista (la subversión simbólico-cultural, los derechos sexuales, la
equidad, etc.) forme realmente parte de la agenda por la justicia económica y
la profundización de la democracia; otro es que para lograrlo debemos dar la
batalla al interior mismo del Foro, disputando contenidos y siendo subversivas
también en él; y por último, porque el Foro es amplificador de nuestros propios
discursos como lo probamos con la campaña "Tu boca, fundamental contra los
fundamentalismos", que en Porto Alegre fue acompañada activamente por
otros movimientos y redes de mujeres, por jóvenes, sindicalistas, etc. Y
criticada también por los que decían que le estábamos haciendo el juego a Bush,
que las bocas eran muy eróticas y por lo tanto estábamos usando un símbolo
demasiado "light" (¿el erotismo es "light"? ¿desde
cuándo?), o que materiales de esa calidad debía estar financiándolos la CIA.
Pero para trabajar en la construcción de una alianza con otros
movimientos no sólo es imprescindible que la coyuntura indique la oportunidad
de hacerlo; se necesita también de "la presencia de esquemas de
interpretación y significados compartidos" con esos otros actores, y de
marcos de acción colectiva con los que se pueda promover la movilización.
Antes aun, se necesita sortear el tema de la legitimidad y el
reconocimiento de cada actor, no sólo ante su propia base social sino ante los
otros. Y esto nos lleva al tema de las líneas de trabajo y de la construcción
de nuestra agenda.
Una agenda debe tener principios fundantes; no puede ser un
listado de todos los intereses según seamos negras, blancas, heterosexuales,
académicas, lesbianas o de Piscis, sino que debe ser una especie de sentido
común, de acuerdos básicos sobre las metas y estrategias que nos ayudarán a
conseguirlos.
¿Cómo nos articulamos las mujeres, las feministas, con los otros
movimientos? ¿Cómo articulamos nuestra agenda con la de ellos? ¿Cuántos
feminismos somos? ¿Cuántas agendas tenemos?
Hemos pasado de una primera etapa homogénea y un poco
"naif" -la verdad sea dicha-, a una heterogeneidad que será todo lo
enriquecedora que se quiera (aquello de lo que Gina Vargas habla tan
poéticamente como "los múltiples espacios y las múltiples
estrategias"), pero que genera diversidades y diferencias que dificultan
mucho la articulación entre nosotras mismas.
El próximo Encuentro Feminista (diciembre 2002, Costa Rica) será
un espacio privilegiado para intentar responder a esas preguntas. Y para seguir
festejando los 50 números de laCuerda.
* Documento de la
Articulación Feminista Marcosur. Septiembre, 2001.
[índice]
Sara Lovera, mexicana, periodista, directora de Comunicación
e Información de la Mujer, A.C. (CIMAC)
para Adelina Zendejas, mi maestra
México
es un país paradigmático. Apasionante. En los últimos 34 años -todo el espacio
de mi vida profesional- he escenificado cambios y revueltas que no habrían
imaginado mis padres. Como reportera -diarista, como se dice en la jerga
periodística-, he caminado por valles y montañas; he ido de las grandes
ciudades a los pueblos; he atravesado de oriente a poniente el territorio
mexicano, del Pacífico al Atlántico en busca de una noticia.
Esa maravillosa y absurda manera de vivir me dio un horizonte
gigantesco sobre lo que significa ser ciudadana latinoamericana en el siglo
XXI. El contacto con las diversas realidades, con los personajes de distintas
clases sociales, personajes del poder y las personas concretas, pero sobre todo
con las mujeres, me definió como persona.
En esas tres décadas, además de los cambios y las revueltas, en el
mundo se produjo un nuevo conocimiento, un nuevo sendero hacia la democracia.
Eso es cierto, pero no podemos olvidar que hace ya 14 años se deshizo en
nuestras manos el paradigma del socialismo como sistema de gobierno y en muy
poco tiempo hemos sentido y vivido lo que algún viejo ideólogo llamó fase
superior del capitalismo. Hoy le llaman globalización.
Así hemos visto cómo se abrieron inmensas brechas entre ricos y
pobres, se evidenciaron los crímenes y la violación a miles y miles de
personas, se afectaron los derechos humanos. También como en pantalla
tecnicolor ante nuestros ojos, descarnadamente se pusieron realidades de una
incivilización, de una sola cultura: la del consumo. Lo mismo que mujeres
devastadas por la nueva explotación agroindustrial.
Como periodista, el papel que tenía que jugar era contar eso que
se me ponía enfrente. No es ésta una vida serena, pero es una vida. No hay,
para mí, escisión entre la vida pública y la vida privada. Esto es lo más
importante que he aprendido en los últimos 30 años. También aprendí que tomarle
nota a la realidad es algo más que transmitir datos o construir bellos textos,
porque es también dejar un pedazo de piel en cada tramo.
¿Cómo entonces puedo contar aquí en 800 palabras mi experiencia?
¿Cómo explicar de un hilo tanta emoción y tanta frustración?
Hace 34 años pisé por primera vez una redacción. Entonces todavía
estaba fresco el olor de la pólvora de Tlatelolco, lo que años después se
consideraría fecha precisa para el quiebre de un viejo sistema.
En el fondo del pasillo de esa vieja redacción, la del diario El
Día, una mujer de pelo cano y gran elegancia me dijo simplemente: "Vienes
aquí como todas, a contar lo que hace el poder, lo que pasa en el mundo sólo
desde la mitad, desde los hombres".
¿Alguien puede imaginar esa frase, simple, llana, directa hace 34
años? Entonces no existía el nuevo feminismo, y nadie sabía que un día
hablaríamos de género para definir la realidad de las mujeres y los hombres.
Adelina Zendejas escribía en ese diario una columna llamada "Ellas y la
vida".
Durante los siguientes 20 años caminé de su mano. Era una vieja
luchadora por los derechos de las mujeres; trabajadora social y comunista. Fue
de su amistad y su paciencia como aprendí que el mundo estaba constituido o
dividido en dos grandes partes, que una era desigual, que había una doble
jornada, que había derechos no cumplidos, sólo de papel, y la otra, la de la
verdad y el conocimiento o reconocimiento. El asunto fue lo mismo que años
después las nuevas feministas popularizaron como vida pública y vida privada.
La de los hombres y la de las mujeres.
Adelina urdió en mi conciencia una pasión que me dura hasta hoy.
Fue así como ligué mi vocación de periodista, haciendo como hacen todas y
todos, buscando noticias, con técnica y jerarquización masculina, y a mirar lo
que sucedía a las mujeres, a nosotras, a la mitad de la población. Ellas fueron
centro y motivo de mis reportajes desde los años 70 del siglo pasado. Hacer
noticia sus deseos, su situación, sus miradas y discusiones, sus
contradicciones, sus propuestas y hallazgos, sus inventos y organizaciones, sus
avances, es algo consustancial a mi existencia.
Tal vez por ello pasé de la primera plana de un diario -como tuve
miles en el camino-, de la clara posición competitiva con que se hace
periodismo en todas partes, a una más serena y tal vez más madura actividad.
Conduzco una agencia noticiosa con las mujeres como centro de la noticia; eso
me deja llena y satisfecha cada día. Ansiosa e insatisfecha cada minuto.
Lo que más me gusta a los 53 años es seducir a las y los jóvenes
periodistas para que vean el mundo integral. Lo que más disfruto es descubrir
una nueva noticia. Y sigo dejando jirones de mi existencia cada vez que
constato que se profundiza la desigualdad.
[índice]
Asalto a
los lenguajes de lo cotidiano
Mirta Rodríguez Calderón, cubana, periodista, ejerciendo
desde República Dominicana
Me
gusta comenzar estas líneas diciendo del regocijo grande que para Latinoamérica
significa esta edición especial de laCuerda, una publicación que levantó desde
siempre sus banderas feministas y ha sido fiel a ellas sin ambages, en medio de
tantas renuncias y "arrepentimientos", de tanto suavizar el término o
enmascararlo en otras luchas importantes pero menos transgresoras y más
potables frente a lo instituido.
Estoy segura de que plumas mayores de este continente destacarán
bastante tal calidad. Quiero concentrarme en un modo de ver el feminismo de hoy
desde la comunicación social, a cuya construcción laCuerda ha hecho aportes
indiscutibles, aunque tal vez menos que los deseables para una normativa del
quehacer comunicacional feminista.[1]
Hace algún tiempo, la italiana Luisa Muraro significaba la valía
liberadora de esta filosofía que marcó el siglo XX. Con un poco de tristeza -me
parece- subrayaba que, "sin embargo, el feminismo no se ha transformado en
algo memorable: algo que se recuerda porque está inscrito entre las cosas
irrenunciables. Esto se debe a varias razones, entre las cuales que el
feminismo no ha sido traducido todavía desde nuestra experiencia personal al
lenguaje común".[2]
Desde una realidad bien diferente, la periodista e investigadora
dominicana Margarita Cordero discurría el año pasado acerca de esto mismo al
evaluar cómo el academicismo feminista se mantuvo separado de lo cotidiano y,
de hecho, quisiéranlo o no sus hacedoras, pautó jerarquías: "Y si había
jerarquías dentro del movimiento feminista, había muchísima mayor dificultad
para que esas elaboraciones fueran filtradas a los medios de comunicación de
una manera que no fuera simplemente transmisión de conocimiento absoluto sino
posibilidad de sensibilizar a las mujeres periodistas sobre asuntos que las
concernían, en tanto mujeres que compartían la misma situación social de
quienes elaboraban las teorías o actuaban dentro del movimiento
feminista".[3]
Estoy persuadida desde hace tiempo de que ésta es la tarea de hoy
para las y los periodistas:[4] hacer que las razones con las que el feminismo
evalúa realidades, convoca rebeldías y ofrece pautas, integren la información
de todos los días y el periodismo de opinión en los medios masivos.
La violencia contra las mujeres, la problemática de las
diferentes, incluidas las indígenas, las lesbianas, las madres solteras, las
muertas por abortos, las que viven con sida, las campesinas de tierras
expropiadas..., pueden ser temas empujados desde la comunicación, no sólo para
la denuncia, la queja o el reclamo, sino para el juicio que mira al fondo. Pero
no es un listado de temáticas posibles a lo que quiero aludir, sino a la
posibilidad concreta de trabajar con y desde las y los periodistas de grandes
medios a favor de esta expansión de conceptos y argumentos.
El periodismo alternativo feminista hizo todo lo que le estaba
reservado cuando se convirtió en alterativo, como lo han consignado algunas
antes que yo. Ése es -y sigue siendo- su gran aporte a la comunicación
feminista. Pienso, sin embargo, que hacer lenguaje cotidiano con los juicios y
herramientas de análisis de las mujeres más audaces de un tiempo reciente es la
encomienda más sólida que el feminismo puede y debe fincar en los saberes de
las comunicadoras. No para que fluyan conceptos ni reclamos desde los boletines
o los portales mediáticos de escaso acceso, sino para que se posesionen en los
medios masivos.
Fácil no es, como no ha sido fácil ninguna de las conquistas que
nos permitieron desnudar al patriarcado. Es cierto que en la conversión de los
medios masivos a instrumentos y elementos del mercado, el componente
democrático ha pagado los tributos mayores. Y en la reiterada exclusión de las
actoras sociales se ha dado una polarización creciente de esas mujeres de las
que se habla cuando se habla. Su subjetividad es, cada vez más, mercancía.[5]
Pero en un orden de cosas tangencial, sabido es que las
vanguardias han sido siempre estrechas. Por eso no creo imposible en modo
alguno que periodistas feministas actúen de consuno, como ya lo han venido
haciendo en pequeña escala desde algunas redes nacionales y regionales. Hay que
desarrollar, desde luego, a lo interno de los y las profesionales los saberes
que establezcan el vínculo feminismo (o, si se prefiere, género) y
comunicación.
De estas urgencias no queda exenta la necesidad de incidir sobre
públicos perceptores en la dirección de reforzarlos como selectivos. Y en este
diapasón las periodistas tenemos, en las mismas mujeres que viven y sufren las
realidades que le confieren capacidad subversiva y movilizativa al feminismo,
el mejor terreno para popularizar ideas. Ellas no son una masa crítica amorfa
ni homogénea, como lo subrayó hace algún tiempo María Helena Hermosillo
aludiendo al consumo de telenovelas: "los receptores son en verdad
perceptores capaces de negociar, resignificar y producir sentido desde sus
biografías, deseos y una multiplicidad de prácticas culturales presentes en la
vida cotidiana de la audiencia".[6]
Abogo, en síntesis, desde esta regocijante edición No. 50 de
laCuerda, por asaltar los grandes medios con los lenguajes del feminismo, con
mujeres y hombres profesionales capaces y aptos para hacer noticias y producir
opinión democrática, inclusiva, transformadora e inspiradora de ciudadanía y
plenitudes humanas.
Notas
1.
Para no acuñar
desconocimientos injustos, reseño los esfuerzos primigenios de Fempress o los posteriores
de Sexto sentido en el Hoy de Ecuador, pasando por Doble Jornada, los productos
del área Mujeres de ALAI, de Tertulia o la Red Ada de Bolivia, y lo mucho y
bueno hecho por las sureñas de Isis o de Cotidiano Mujer, sin ignorar a La
República de las Mujeres, Radio Internacional Feminista (FIRE) y otros empeños
meritorios.
2.
Muraro, Luisa. "Un
lenguaje que lo vuelva memorable", en Fempress: "Feminismos de fin de
siglo". Santiago, 1999.
3.
Margarita Cordero:
"La politización de las conquistas y de las aspiraciones de las mujeres
tienen que situarse necesariamente en el campo mucho más amplio de los derechos
democráticos". Periodismo y Comunicación, memorias. Editada por la
Secretaría de Estado de la Mujer. Santo Domingo, 2001.
4.
La propia Luisa Muraro
en ese artículo revaloriza y desestima la conveniencia actual de los esfuerzos
y empeños sin participación masculina.
5.
Como ha escrito Ignacio
Ramonet: "Una empresa de información no vende información a los ciudadanos;
lo que vende son los ciudadanos a los anunciantes. Y de esta manera,
evidentemente, nos transformamos en mercancía", en América Latina en
Movimiento, de ALAI, mayo 2002.
6.
En "Mujer y
Comunicación: Una alianza posible". Compilación de Gloria Bonder. WACC/CEM.
Buenos Aires, 1995.
[índice]
Para la
comprensión de la fotografía
Selección de laCuerda
Sentí
el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa, calentándome el
corazón, como si ella también sudara. Era un retrato viejo, carcomido en los
bordes; pero fue el único que conocí de ella. Me lo había encontrado en el
armario de la cocina, dentro de una cazuela llena de yerbas: hojas de toronjil,
flores de castilla, ramas de ruda. Desde entonces lo guardé. Era el único. Mi
madre siempre fue enemiga de retratarse. Decía que los retratos eran cosa de
brujería. Y así parecía ser; porque el suyo estaba lleno de agujeros como de
aguja, y en dirección del corazón tenía uno muy grande donde bien podía caber
el dedo del corazón.
Era el mismo que traigo aquí, pensando que podría dar buen
resultado para que mi padre me reconociera.
—Juan Rulfo, en "Pedro Páramo" (1955)
La
fotografía es un descubrimiento maravilloso, una ciencia que ocupa a las
inteligencias más elevadas, un arte que aguza los espíritus más sagaces -- y
cuya aplicación está al alcance del último de los imbéciles... Esta
sobrenatural fotografía se practica todos los días, en todas las casas, por el
primer venido y por el último también, porque ella ha ofrecido un punto de
reunión general a todos los frutos secos de todas las profesiones. Usted puede
ver, a cada paso, cómo toma fotografías un pintor que no ha pintado nunca, o a
un tenor sin empeño, y en cuanto a su cochero o a su conserje, yo me encargo
-lo digo con toda seriedad- de converttirlos, en una lección, sobradamente, en
dos operadores fotográficos. La teoría fotográfica se aprende en una hora; las
primeras nociones de la práctica, en un día... Lo que no se aprende, quiero
decírselo, es: el sentimiento de la luz; la apreciación artística de los
efectos producidos por apariencias diversas y combinadas; la aplicación de tal
o cual de esos efectos según la naturaleza de las fisonomías que como artista
tiene usted que reproducir.
—Baudelaire, polémica con Félix Nadar,
durante la celebración del "Salón de 1859"
La
colina quedaba a casi una milla de la casa, y llegué cansado y sin aliento. Los
pensamientos de Amelia, sin embargo, me animaban. Escogí la mejor vista de la
cabaña, de modo que aparecieran un granjero y una vaca en la foto, eché una
tierna mirada a la distante villa y murmurando: "¡Amelia, es por
ti!", quité la tapa del lente. En 1 minuto y 40 segundos volví a ponerla:
"¡Ya está!" Con un entusiasmo incontrolable, grité: "¡Amelia, eres
mía!"
—Lewis Carroll, de su cuento
"Cómo termina el día de un fotógrafo" (1860)
En
1865, cuando ella tenía cincuenta años, su hijo le regaló una cámara que dio
por fin salida a las energías que había disipado en poemas y ficciones,
arreglando casas y elaborando "curries" y entreteniendo a sus amigos.
Ahora se volvió fotógrafa. Toda su sensibilidad se expresó -y lo que quizá fue
aún más conveniente, se contuvo- en el arte recién nacido. La carbonera se
convirtió en cuarto oscuro, el corral en su casa de vidrio. Los barqueros se transformaron
en el rey Arturo, las aldeanas en la reina Ginebra. Tennyson fue envuelto en
harapos; Sir Henry Taylor fue coronado con oropel. La doncella posó para su
retrato mientras un huésped atendía la puerta. "Trabajaba infructuosa,
pero no desesperanzadamente", escribió la señora Cameron por esta época.
En verdad, era infatigable. Solía decir que en su fotografía había que destruir
cien negativos antes de alcanzar un buen resultado, y su objetivo era superar
el realismo disminuyendo al mínimo la precisión del foco. Como una tigresa
cuando de sus hijos se trataba, era extraordinariamente flexible en relación a
su arte. Manchas pardas aparecían en sus manos y el olor de los químicos se
mezclaba con el aroma de la zarza dulce en el camino cercano a su casa.
—Virginia Woolf, descendiente directa de Julia Margaret Cameron,
una de las más renombradas fotógrafas de la era victoriana
Lisette
Model me dijo que sentía que estas fotografías de mi padre eran actuaciones, y yo
pienso lo mismo. Todos actuamos. Es lo que hacemos continuamente, de una manera
no intencional ni deliberada. Es una forma de hablar de nosotros mismos con la
esperanza de ser reconocidos como lo que querríamos ser. Confío en las
actuaciones. Desecharlas no te acerca necesariamente a nada. La manera en que
alguien que está siendo fotografiado se presenta ante la cámara y el efecto de
la respuesta del fotógrafo en relación a esa presencia es de lo que se trata al
hacer un retrato.
—Richard Avedon, fotógrafo de las revistas Harper's Bazaar y Vogue
Puesto
que toda foto es contingente (y por ello fuera de sentido), la fotografía sólo
puede significar (tender a una generalidad) adoptando una máscara. Es la
palabra que emplea Calvino para designar lo que convierte a un rostro en
producto de una sociedad y de su historia.
—Roland Barthes (1915-1980), semiólogo, mitólogo y crítico
literario
La
humanidad sigue irremisiblemente aprisionada en la caverna platónica, siempre
regodeándose -costumbre ancestral- en meras imágenes de la verdad. Pero
educarse mediante fotografías no es lo mismo que educarse mediante imágenes más
antiguas, más artesanales. Por de pronto, son muchas más las imágenes que nos
rodean exigiéndonos atención. El inventario se inició en 1839 y desde entonces
se ha fotografiado casi todo, o así parecería. Esta avidez misma de la mirada
fotográfica cambia los términos del confinamiento en la caverna, nuestro mundo.
Al enseñarnos un nuevo código visual, las fotografías alteran y amplían
nuestras nociones de qué vale la pena mirar y qué tenemos derecho a observar.
Son una gramática y, aún más importante, una ética de la visión.
—Susan Sontag, en su conocido ensayo "Sobre la
fotografía"
[índice]
Día de la Resistencia
de los Pueblos Indígenas
laCuerda
Este año se cumplen 510 años de la invasión española en
América. El 12 de octubre, tradicionalmente llamado "día de la raza"
o "de la hispanidad", para los pueblos indígenas mesoamericanos
significa el inicio del genocidio en el continente. "Las atrocidades
cometidas históricamente contra nuestros pueblos dan origen a que en la
actualidad se reivindique el Día de la Resistencia de los Pueblos
Indígenas", declaró Juventina López, de la Comisión de la Mujer de Coordinadora
Nacional Indígena y Campesina (CONIC).
Para los pueblos indígenas de Latinoamérica, esta fecha tiene como
fin protestar y denunciar todas las injusticias que viven, entre ellas la
problemática de la tierra, la violación a sus derechos laborales, la falta de
alimentos y empleo, la depredación de los recursos naturales.
En este marco, diversas organizaciones que integran el III Foro
Mesoamericano manifestarán su oposición al Plan Puebla Panamá y al Acuerdo de
Libre Comercio de las Américas (ALCA) durante las jornadas de movilización de
este 12 de octubre en diferentes países del área.
En Mesoamérica, los pueblos indígenas y el campesinado pobres
sufren las consecuencias del modelo económico neoliberal que les está negando
el acceso a la tierra, trabajo y recursos; en suma, una vida digna.
Al conmemorar la lucha de los pueblos y trabajadores, el Foro
recuerda las jornadas en Costa Rica que consiguieron frenar la ley de
privatización contra el Instituto Costarricense de Electricidad; el
levantamiento del pueblo mexicano de San Salvador de Atenco que impidió la
construcción de un aeropuerto en sus tierras ancestrales; las ocupaciones de
fincas en Guatemala que colocaron en la agenda pública la problemática agraria;
la resistencia zapatista y su demanda legítima por la autonomía.
[índice]
laCuerda
Una
vez más queda comprobada la mayor vulnerabilidad de las mujeres a sufrir
discriminación racial. También se demuestra la valentía, fortaleza y temple con
que suelen enfrentarla. La presentación de nueve casos en la primera fase del
Tribunal de Conciencia contra el Racismo ejemplifica los niveles estructurales
que alcanza esta problemática en Guatemala.
Sobrevivientes de la guerra interna relataron sus vivencias
durante las masacres ocurridas a principios de los 80 y se han organizado en la
Asociación para la Justicia y Reconciliación contra el general Efraín Ríos
Montt.
Sustentaron sus exposiciones en algunas características comunes de
sus experiencias: la mayoría o totalidad de las personas masacradas era
indígena; los militares aplicaban un tratamiento diferente a mujeres y hombres;
a las jóvenes (16-18 años) las violaban, mientras otras eran torturadas en sus
partes íntimas y a las embarazadas les abrían el vientre. La saña con que
actuaron las milicias contra los pueblos indígenas comprueba las prácticas
racistas del ejército.
Otros testimonios dieron cuenta de la discriminación sufrida por
mujeres al obstaculizárseles el acceso a la educación o a empresas comerciales
por vestir traje indígena y durante la elección de la Rabín Ajau. También hubo
señalamientos contra la ex dirigencia guerrillera por diferencias en el trato
entre combatientes ladinos e indígenas.
Ante la falta de mecanismos para erradicar el racismo, este
Tribunal -no judicial- fue creado para proponer acciones concretas mediante la
emisión de recomendaciones de carácter moral y político al Estado y a la
sociedad en general.
La socióloga Ana Silvia Monzón expresó que la apertura de este
espacio público es un hecho histórico. "Conforme vaya teniendo presencia,
irá abriendo las mentes para cambiar una forma de relación que ya no se puede
tolerar; la participación de las mujeres fue decisiva, ellas se encargaron de
la organización e instalación de la instancia y es de admirar la energía que
han desplegado", concluyó.
[índice]
laCuerda
La
Comisión Nacional de Búsqueda de Niñez Desaparecida por el Conflicto Armado ha
documentado 425 casos en ocho departamentos. En un reporte de julio pasado
informa que ha realizado 17 encuentros familiares, entre el 2001 y lo que va
del 2002. Ubicó cinco adopciones (cuatro en Estados Unidos y uno en Francia) y
está dando seguimiento a otros 23 casos para concretar los reencuentros entre
las familias.
Según la Comisión, el problema de la niñez desaparecida tiene
dimensión nacional y requiere de estrategias de trabajo en todo el país y a
nivel internacional; asimismo, implica el acompañamiento psicosocial a
familiares y jóvenes que se ha localizado.
[índice]
Desarrollo
para ixiles en Quiché
laCuerda
Tres grupos de mujeres del área Ixil (municipios Nebaj,
Chajul y Cotzal, de Quiché) se fortalecen en cuestiones administrativas y
legales, además de capacitarse en planificación estratégica con el apoyo de la
Unión Europea, informó Juan Raymundo, codirector del proyecto.
El propósito es fortalecer la autogestión
comunitaria de mujeres, quienes producen artesanías, cultivan hortalizas y
crían ganado. Además realizan talleres referidos al nuevo Código Municipal.
Próximamente, grupos mixtos impulsarán proyectos de ganadería de engorde, crianza
de aves de corral, agroforestería y viveros forestales.
Estas acciones integradas toman como punto de
partida la cosmovisión de los ixiles, con enfoque de género, para propiciar el
desarrollo durable de pobladores del área, precisó el entrevistado.
[índice]
Nuestras
utopías y las de aquéllas
Lucía Escobar, laCuerda
Todas las vidas tienen algo que enseñarnos. Cada historia
pasada tiene una repercusión visible o invisible en el hoy. La socióloga Norma
Stolz Chinchilla, consciente de eso y de la importancia de conocer y comprender
la historia más allá del ángulo masculino, recopiló una serie de entrevistas e
historias de vida. Su tarea fue documentar los sueños e ilusiones de algunas
mujeres que han luchado clandestina y abiertamente por los derechos de todas y
todos. Así nace un libro hermoso y simple que cuenta vidas, momentos, épocas,
sueños. Un libro que habla de las utopías de guatemaltecas del siglo XX.
Por ahí desfilan los nombres de algunas que
quizá hubiesen pasado desapercibidas para la letra impresa pero que hoy
sobreviven a la memoria. Estos testimonios abarcan su participación cívica y
política, vista y narrada a través de sus propias voces.
Revoltosas revolucionarias
Diez años de primavera en el país de
la eterna tiranía (LCyA)
A través de las páginas del libro vamos hilando la hermosa
y fallida Revolución de 1944, antes de la cual se consideraba inmoral que una
embarazada fuera a trabajar. Gracias a este descanso de tiranías se abrió la puerta
a las mujeres para que pudieran trabajar. Se duplicó el número de escuelas y se
incorporó la educación mixta (considerada por Ubico como
"comunista").
En la época de Arévalo todo se mencionaba en
términos de reforma con palabras como "libertad de expresión" y
"organización". Quienes participaron en la revolución eran jóvenes y
sin experiencia. Ayudaban a organizar el partido con el entusiasmo de su edad.
Estar del lado de la revolución les dio calidad humana, les hizo oponerse a las
injusticias del mundo.
Se avanzó mucho en el pensamiento femenino. El
derecho al voto fue uno de los logros más importantes (1946); dio a las
guatemaltecas la posibilidad de participar más activa, abierta y masivamente en
la lucha por satisfacer las necesidades del país.
Entre las organizaciones más importantes de
aquellos tiempos estaba la Alianza Femenina Guatemalteca, que hizo énfasis en
el voto y los salarios justos. Tenían un periódico e iban a las fincas a
explicarles a las mujeres sobre la reforma agraria y el trato que les daban sus
esposos. La oposición las tildaba de comunistas, decía que se comían a los
niños y que los mandaban a la Unión Soviética para hacerlos jabón de coche. La
noche de la invasión de 1954 estaban listas para defender lo indefendible. No
hubo necesidad. Las mujeres que recuerdan esto coinciden en que fue una
generación linda pero frustrada.
En muchas de ellas persiste el recuerdo de la
muerte de la joven maestra María Chinchilla, quien iba al frente de una
manifestación impresionante el 25 de junio de 1944. Ubico les tiró la
caballería a estas maestras que vestían de negro para protestar.
Otra importante personalidad de la época fue
La Maciste, "quien peleaba como hombre con su figura rala". Era la
directora de la Proveeduría Escolar y fue ministra de Educación en tiempo de
Idígoras Fuentes.
María Vilanova de Arbenz fundó Trabajo
Femenino, una agrupación que buscaba darle conciencia a la mujer y mejorar las
condiciones de la niñez. De ahí nació la idea de organizar a la población
femenina y relacionarla con la Federación Democrática de Mujeres. Pero la caída
de Arbenz desbarató todo esto. Algunas semillas quedaron: las mujeres se
quedaron con la costumbre, el hábito y el conocimiento de lo que era
organizarse.
Nombres conocidos, apellidos con cargas
históricas visibles, y algunos otros simples como flores. Así igual sus
historias: Aurora Morales, Elsa Castañeda de Guerra Borges, Elisa Balcárcel,
Aura Marina Arriola, Stella Quan, María Jerez Rivera de Fortuna, Margarita
Melvilla, Aura Marina Azucena Bolaños, María Herrera, Yolanda Colom, Margarita,
Luciana, Cristina Calel, Lorena Carrillo Padilla, Yolanda Aguilar, Elena Tecún,
María y Manuela, Quetzaltí Ixmucané, Victoria Álvarez, Silvia Solórzano,
Mercedes Oliveira, María Eugenia Mijangos y Mariel Aguilar.
Impresas para siempre en el libro
"Nuestras utopías, mujeres guatemaltecas del siglo XX", de Norma
Stoltz Chinchilla (Editorial Magna Terra).
[índice]
laCuerda
Pocos saben que el 15 de octubre es el Día Internacional
de la Mujer Rural. En Guatemala cobra relevancia esta fecha porque el mayor
porcentaje de mujeres habita en áreas rurales y las trabajadoras agrícolas no
están reconocidas como tales en la legislación laboral. Ello les impide recibir
el salario legal y prestaciones laborales. El Código de Trabajo sólo las
reconoce como "coadyuvantes".
Las mujeres rurales forman un mosaico muy
diverso, siendo la mayoría agricultoras. Entre ellas se cuentan las campesinas
(propietarias o posesionarias de tierra en su condición de esposa o como jefa
de familia), mozas colonas, arrendatarias y jornaleras. Asimismo, hay mujeres
rurales que son trabajadoras domésticas, obreras y las no asalariadas
(artesanas, comerciantes, etc.).
Alrededor de este 15 de octubre en varias
parte del mundo se realiza una campaña para llamar la atención acerca de la
calidad de vida de las mujeres rurales. En Guatemala, organizaciones sociales y
entidades estatales presentaron al Congreso una propuesta de reformas al Código
de Trabajo para que se reconozcan plenamente los derechos de las trabajadoras
agrícolas y de casa particular. Estas demandas fueron planteadas desde 1994 por
el Sector Mujeres de la Asamblea de la Sociedad Civil y corresponden a
compromisos plasmados en los Acuerdos de Paz (1996), que fueron refrendados
como de alta prioridad en la reunión del Grupo Consultivo en el 2001.
A fin de conocer la dimensión de desigualdad
que afecta a las mujeres de áreas rurales a nivel mundial, la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su siglas
en inglés) reporta que ellas poseen sólo el dos por ciento de la tierra y
reciben el uno por ciento de los créditos destinados a la agricultura.
En conmemoración del 15 de octubre, la
periodista peruana Ángeles Parra, en su artículo "La tierra: una mujer
preñada", afirma que "las campesinas del mundo son las comadronas
que, con cariño y saber, ejercen de parteras". Agrega que desde que la
industria patriarcal gobierna, la seguridad alimentaria y los agrosistemas de
todo el globo están en peligro de desertización, emigración rural,
contaminación irreversible de cauces fluviales y aguas freáticas...
[índice]
Campo pagado |
|
Propuesta de Reformas al Código Laboral |
Organizaciones de mujeres y entidades del Estado logran
consenso
Una propuesta de reforma al Código de Trabajo con enfoque
de género han realizado mujeres de la sociedad civil y organizaciones de derechos
humanos con el apoyo de la Oficina Nacional de la Mujer (ONAM) adscrita al
Ministerio de Trabajo, la Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM) y la
Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI), entre otras dependencias de Gobierno.
La licenciada Olga Lisett Archila Cruz de
Aguilar, quien formó parte de la Comisión Técnica de Reformas al Código de
Trabajo, afirma: "Es necesario aportar todos los instrumentos, mecanismos
y estrategias que ayuden a deconstruir las prácticas sistémicas de las desigualdades
genéricas".
Para la licenciada Archila de Aguilar es
necesario que las mujeres figuren dentro del marco jurídico laboral nacional y
que se dé cumplimiento a lo establecido en los Acuerdos de Paz y los Convenios
Internacionales sobre los Derechos Humanos de las Mujeres y los emanados de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobados y ratificados por
Guatemala.
En febrero del 2002 se realizó en Washington
una reunión del Grupo Consultivo para Guatemala, con el objetivo de revisar el
cumplimiento de los Acuerdos de Paz con la comunidad internacional, los tres
poderes del Estado y diferentes sectores de la sociedad guatemalteca, así como
examinar las actividades priorizadas que proponía impulsar el Gobierno en los
meses venideros. La aprobación de reformas de género al Código de Trabajo es
uno de los temas principales contenidos en la matriz de seguimiento del Grupo
Consultivo.
Floridalma Contreras, del área de Derechos de
la Mujer del Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH) y quien integró
la Comisión Técnica de Reformas al Código de Trabajo, afirma que las mujeres
hemos estado invisibilizadas en la legislación laboral actual y que en esta
propuesta se enfocan los derechos específicos de las mujeres, tales como
maternidad, período de lactancia, embarazo y centros de cuidado infantil, entre
otros.
La propuesta presentada contempla seis ejes:
trabajo agrícola; trabajadoras de casa particular; acoso y hostigamiento
sexual; protección a la maternidad y promoción de la paternidad responsable;
igualdad salarial; y casos especiales, entre los cuales se enmarcan distintas
formas de discriminación
Entre las organizaciones que conformaron la
Comisión Técnica de Reformas al Código de Trabajo con perspectiva de género
figuran organizaciones de mujeres y organizaciones mixtas de la sociedad civil
tales como: Asociación de Mujeres en Solidaridad (AMES); Centro para la Acción
Legal en Derechos Humanos (CALDH); Centro de Apoyo de Trabajadoras de Casa
Particular (CENTRACAP); Convergencia Cívico Política de Mujeres; Foro Nacional
de la Mujer; Grupo Femenino Pro Mejoramiento de la Familia (GRUFEPROMEFAM);
Organizaciones de Mujeres QATIT; Red de Mujeres por la Construcción de la Paz,
y Sector de Mujeres
Este proceso ha contado con el apoyo de varias
instancias de Gobierno: Oficina Nacional de la Mujer (ONAM); Comisión
Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo; en Materia de Derechos
Humanos (COPREDEH); Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI); Secretaría
Presidencial de la Mujer (SEPREM) y Defensoría de la Mujer de la Procuraduría
de Derechos Humanos (PDH)
Se cuenta además con el acompañamiento de
MINUGUA y OIT.
La propuesta, consensuada entre las
organizaciones de mujeres que participaron en el proceso de elaboración de la
misma, fue presentada a las diputadas del Congreso de la República el 6 de
septiembre del 2002.
En dicha presentación las organizaciones de
mujeres solicitaron a las legisladoras que asumieran la ponencia del proyecto.
Al respecto, la licenciada Archila de Aguilar
indica: "Creemos que esta propuesta tendrá aceptación ya que las diputadas
tienen el deseo de promover estas reformas porque son concientes que la
exclusión de las mujeres, no sólo en el trabajo sino dentro de la sociedad, es
una barrera para su desarrollo".
Como parte del proceso se han realizado
presentaciones de la propuesta a organizaciones de mujeres, sindicalistas y
organizaciones no gubernamentales, quedando pendiente aún la socialización de
la misma con agencias de cooperación y centros de investigación.
Floridalma Contreras indicó que espera que las
organizaciones de la sociedad civil y de mujeres en especial se apropien de
esta propuesta para que incidan en su aprobación por parte del Organismo
Legislativo.
Marco político legal
La
propuesta de reformas al Código Laboral se sustenta en la Constitución Política
de la República, en los compromisos adquiridos por el Estado de Guatemala en
los convenios internacionales, instrumentos políticos y legislación nacional
vigente.
Compromisos políticos
·
Acuerdos de Paz
·
Cronograma de
Implementación, Cumplimiento y Verificación de los Acuerdos de Paz
·
Política Nacional de
Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas y Plan de Equidad de
Oportunidades 2001-2006
·
Matriz de Seguimiento a
los Temas identificados en el Grupo Consultivo 2002
Marco legal nacional
·
Constitución Política de
la República
·
Ley de Desarrollo
Social, Decreto 42-2001 del Congreso de la República
·
Ley de Dignificación y
Promoción Integral de la Mujer y la Familia, Acuerdo 7-99 del Congreso de la
República
Convenios internacionales
·
Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer - ONU, 1979.
Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18/12/1979. Aprobada
por Decreto Ley 49-82 de 29/06/1982. Publicada el 06/09/1982, Vol. CCXIX; No.
54.
·
Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer. Belem
do Pará - OEA, 1994. Suscrita en Belem
do Pará, Brasil, el 06/09/1994. Aprobada por Decreto del Congreso 69-94 de
15/12/1994. Publicada el 11/01/1996, Vol. CCLIII; No. 09.
·
Convenio 100, Igualdad
de Remuneración entre Mano de Obra Masculina y Femenina por un Trabajo de Igual
Valor - OIT, 1951. Adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en su
34a. reunión, celebrada en Ginebra, Suiza, el 29/06/1951. Aprobado por Decreto
del Congreso 1454 de 08/06/1961. Publicada el 21/09/1961, Vol. CLXII; No. 87.
·
Convenio 111, Relativo a
la Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación - OIT. Adoptado por la
Conferencia Internacional del Trabajo en su 42a. reunión, celebrada en Ginebra,
Suiza, el 25/06/1958. Aprobado por Decreto el Congreso 1382 de 31/08/1960.
Publicado el 26/10/1960, Vol. CLX; No. 28.
·
Convenio 103, Relativo a
la protección de la Maternidad - OIT. Adoptado por la Conferencia Internacional
del Trabajo en su 35a. reunión, celebrada en Ginebra, Suiza, el 04/06/1952.
Aprobado por Decreto del Congreso 14-89 de 07/02/1989. Publicado el 14/09/1984.
·
Convenio 156, Relativo a
la Igualdad de Oportunidades y Trato de Trabajadoras y Trabajadores con
Responsabilidades Familiares - OIT, 1981. Adoptado por la Conferencia
Internacional del Trabajo en su 67a. reunión celebrada en Ginebra, Suiza, en
1981. Aprobada por Decreto del Congreso 22-93 de 17/06/1993. Publicado el
09/06/1994.
En
el Cronograma de Implementación, Cumplimiento y Verificación de los Acuerdos de
Paz 2000-2004 se contempla en el área de trabajo:
Garantizar el derecho de las mujeres al trabajo, lo que requiere:
·
Impulsar por
diferentes medios la capacitación laboral de las mujeres.
·
Revisar la
legislación laboral de las mujeres garantizando la igualdad de derechos y de
oportunidades para hombres y mujeres.
·
En el área rural,
reconocer a las mujeres como trabajadoras agrícolas para efectos de valoración
y remuneración de su trabajo.
·
Legislar para la
defensa de los derechos de la mujer trabajadora de casa particular,
especialmente en relación con salarios justos, horarios de trabajo,
prestaciones sociales y respeto a su dignidad.
Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM) 9a. Ave. 0-19 Zona 2, Edif. Isabel La Católica, 4o.
Nivel Tel. 288-6016 y 288-6087 / Fax: 288-6407 spmujer@intelnet.net.gt / comunicaspm@hotmail.com |
[índice]
Magalí Rey Rosa, guatemalteca, maestra
Para
quienes seguimos de cerca la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, ésta fue
un fracaso, desde la óptica ecologista y social. Los resultados de las
reuniones oficiales son puras declaraciones retóricas, sin compromisos
concretos, gracias -en buena medida- a la actitud de los representantes
gubernamentales de Estados Unidos y al dominio de los países productores de
petróleo.
Se puede hablar de un retroceso desde la Cumbre de Río, pues las
condiciones ambientales han empeorado. Queda muy clara la brutal degradación
ambiental, y las enormes desigualdades mundiales son más preocupantes que el
terrorismo. También se evidenció la presencia y creciente influencia de las
compañías transnacionales, tratando de ocupar espacios dentro del esquema de
Naciones Unidas. Por eso alguien dijo que la cumbre fue secuestrada.
Pero hubo cosas positivas e interesantes en Sudáfrica, desde la
perspectiva sencillamente humana: gente de todas partes del mundo, en reuniones
paralelas, compartiendo visiones diferentes a las oficiales. Una propuesta
provocativa es la de un grupo de artistas que afirma que "no se puede
resolver un problema usando el mismo esquema mental que lo creó", como
dijo Einstein. Buscan revolucionar nuestra manera de ver y comprender el mundo.
(interact@imago.bz, por si a alguien interesa). Señalan la connotación que han
adquirido palabras como "desarrollo", "progreso",
"riqueza", o "tiempo", y nos proponen redefinirlas para que
recobren legitimidad.
Dicen: "El tiempo es una noción política, imperialismo
invisible que aplasta y que usa la velocidad como medida de estatus, que
prohíbe los carnavales y niega los tiempos cíclicos de las mujeres. Pero
resulta que el tiempo no es sinónimo de relojes. Redefinamos tiempo y nos
daremos cuenta que es elástico, como una cascada ovulatoria, salvaje, sensual y
libre. Y es ¡tuyo!"
Otra palabra que actualmente se comprende mal es
"naturaleza". Nos han enseñado a decir "recursos
naturales". Parafraseando a Alice Walker: "Los animales del mundo
existen por sus propias razones. No fueron hechos para los humanos, así como
los negros no fueron hechos para los blancos, ni las mujeres fueron creadas
para los hombres".
Acá en Guatemala tengo un amigo que dice "bienes
naturales". Si el agua limpia es un bien natural, ¿cómo llamar al agua que
ha sido contaminada, y cómo a quien la contamina? Para provocar la reflexión
sobre el concepto de propiedad podríamos citar al Jefe Stealth: "¿Cómo se
puede comprar o vender el firmamento o el calor de la tierra? La idea nos es
extraña. Si no somos dueños de la frescura del aire o del brillo del agua,
¿cómo podemos comprarles?"
Resulta, pues, que el concepto de desarrollo sustentable se
enmarañó con la alucinante ilusión de que podemos controlar la naturaleza,
conquistar el universo y eliminar la magia; encontrar satisfacción en producir
y consumir, y que podemos conquistar la muerte. Mientras, las formas de vida en
la Tierra -diversas, salvajes y misteriosas- siguen siendo parte de una vasta y
expansiva realidad de interdependencia, a la cual la humanidad, sencillamente,
pertenece.
[índice]
Movida departamental
Damnificados
en lugar provisional
Las
personas afectadas por el deslave de las comunidades de San Lucas Tolimán,
Sololá, se encuentran en un lugar provisional donde permanecerán un año.
Posteriormente harán un proyecto global para adquirir una finca o terreno para
asentarse de manera definitiva, informó el líder comunitario Jorge Tzunún.
Aunque por el momento carecen de una propuesta concreta, las
indígenas luqueñas consideran importante incluir la construcción de viviendas y
la instalación de servicios básicos. Desean establecerse en un lugar con acceso
a centros de salud y educación. También quieren impulsar proyectos productivos
para crear fuentes de empleo para ellas y sus familias.
La Plataforma Agraria, tras lamentar la tragedia del 13 de
septiembre en la que fallecieron 30 personas (en su mayoría niñas y niños de El
Porvenir, Panimaquip y Totolyá), urgió al gobierno central asumir sus
responsabilidades a fin de que las comunidades afectadas sean trasladadas a
terrenos seguros y adecuados para el desarrollo de sus actividades productivas.
[índice]
Mujeres
de Quiché, Izabal y Totonicapán están aprendiendo cómo hacer una denuncia en
caso de sufrir violencia. Éste es uno de los principales logros del Proyecto
Reducción de la Violencia contra la Mujer, impulsado por la Asociación Mujer
Vamos Adelante, el Consejo de Mujeres Mayas de Desarrollo Integral (CMM) y el
Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer (CICAM). Después de
tres años, el proyecto llegó a su finalización.
Julia Ixcoy, del CMM, expresó que otro resultado importante fue la
formación de grupos de autoayuda, integrados por mujeres que han sufrido
"violencia en carne propia; se capacitaron lideresas, quienes se
encargarán de apoyar a más mujeres para que puedan superar los daños que les ha
causado esta problemática".
[índice]
Capacitación
para integrantes del Foro de la Mujer
Un
diplomado de Comunicación, Participación Ciudadana y Auditoría Social realizan
Verónica de Eguizábal, de Sanarate; Olidia Pacheco, de San Antonio La Paz;
Blanca Paz, de San Cristóbal Acasaguastlán; Floresmira Romero, de El Jícaro,
así como Leticia Arana y Ana María Prado, de Guastatoya.
Esta actividad pretende la participación de representantes del
Foro Nacional de la Mujer en los municipios de El Progreso. La Oficina Regional
de MINUGUA, con sede en Zacapa, impulsa este diplomado que, en opinión de Ana
María Prado, "fortalece nuestros conocimientos y propicia el
empoderamiento de las mujeres para ejercer su ciudadanía plena".
La
feminista española Carmen Alborch, autora de los libros Solas (2000) y Malas
(2002), estuvo en Livingston, Izabal. La Oficina Municipal de Atención Social y
de la Mujer convocó a 15 lideresas de diferentes etnias de la localidad a un
encuentro con la escritora, quien dio a conocer su trabajo.
Para Elena Supall, "fue una noche feliz en Livingston por
conocer una figura tan importante que lucha por el bienestar de las
mujeres". En esta actividad hubo un intercambio de información y amistad,
concluyó.
[índice]
El
Consejo de Mujeres Mayas de Desarrollo Integral (CMM) invita a la Feria de la
Salud de la Mujer en Santa María Chiquimula el 16 y 17 de octubre. Brindará los
siguientes servicios: examen de Papanicolaou, control prenatal, examen de
hemoglobina, así como consulta para niñas y niños. Lo anterior fue informado
por Julia Herlinda Ixcoy, representante legal de la institución.
[índice]
Jeanne Roblero
Organizaciones
del Foro de la Mujer de la Región II (Totonicapán, San Marcos, Sololá y
Quetzaltenango) siguen un proceso de capacitación sobre proyectos de
desarrollo. Como resultado, hoy cuentan con 16 proyectos productivos en la
búsqueda de lograr la autosostenibilidad y fortalecer su participación.
La Defensoría de los Derechos de la Mujer, de la Procuraduría de
Derechos Humanos, realizó recientemente talleres de formación en diferentes
comunidades de la zona costera marquense. Hizo énfasis en la situación de la
violencia intrafamiliar y las violaciones a los derechos humanos de las mujeres
que impiden su plena realización.
El Ministerio de Trabajo, a través de la Sección Mujer
Trabajadora, realizó un taller en San Marcos y San Pedro Sacatepéquez para dar
a conocer obligaciones y derechos laborales contenidos en el Código del
Trabajo.
[índice]
|
|
laCuerda |
|
|
|
Consejo Editorial |
Anamaría Cofiño K. ~ Rosalinda Hernández Alarcón ~ Laura E. Asturias
~ María Eugenia Solís ~ Rosina Cazali ~ Paula Irene del Cid Vargas ~ Lucía
Escobar ~ Anabella Acevedo Leal ~ Carmen Álvarez ~ María Dolores Marroquín |
Editora |
Anamaría
Cofiño K. |
Redacción |
Laura
E. Asturias y Rosalinda Hernández Alarcón |
Reporteras |
Wendy Santa Cruz y Andrea
Carrillo Samayoa |
Distribución y suscripciones |
Mirna Oliva y Tere Torres |
Diseño de edición impresa |
Rosina Cazali |
Edición electrónica |
Laura
E. Asturias |
Produce y distribuye |
Asociación La Cuerda |
Dirección /
Teléfono / Fax |
12 Calle 2-18 Zona 1, Local "B" ~ Guatemala 01001,
Guatemala Tel. (502) 253-6026 ~ Fax: (502) 253-6027 |
Correos electrónicos |
lacuerda@intelnet.net.gt / lacuerda@itelgua.com |
Página en Internet |
|
|
|
La publicación
y difusión de laCuerda son posibles gracias al apoyo de Christian Aid, HIVOS y Helvetas. Los artículos
son responsabilidad de quienes los firman. Es permitida,
tolerada y estimulada la reproducción de los contenidos... ¡¡siempre y
cuando nos citen!! Suscripción
local por 11 ejemplares al año: Q.50.00 |
|
|
[índice]