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laCuerda
una mirada feminista de
la realidad
Año 7, No. 72
Guatemala, octubre/2004
la revolución nuestra de cada
día
Editorial—
Las necesidades
humanas, al centro
Dos
temas han ocupado importante espacio en el debate nacional: la violencia contra
las mujeres y la problemática agraria. Para nosotras, ambos deben ser abordados
desde un enfoque que ponga en el centro las necesidades de las personas, ya que
los organismos estatales están demostrando incapacidad para garantizar nuestra
seguridad dentro y fuera de la casa, así como la atención a las demandas no
resueltas de la población indígena y campesina.
En el primer tema existe una ironía inaudita. Tal parece
que, a más condenas por los asesinatos de mujeres, se incrementan los reportes
de las muertes; a más exigencias de justicia, los responsables de administrarla
mantienen una ineptitud extrema que impide acabar con la impunidad.
La figura de crimen pasional y la alusión a la
"honorabilidad" de las mujeres esconden el carácter de la violencia
ejercida contra ellas. Hacer comparaciones de cifras entre los sexos de las
personas asesinadas significa no querer aceptar que son hombres quienes están
matándolas y que la violencia de género se ensaña contra el cuerpo de las
víctimas.
No estamos conformes con los reportes policíacos; tampoco
con las actuaciones del ejército, el Ministerio Público ni los juzgados.
Nuestras demandas son: castigo a los victimarios y acciones para prevenir las
agresiones. Tener una vida sin violencia es, para nosotras, respetar el Estado
de Derecho, cuestión que desdeñan los organismos Ejecutivo y Judicial, por más
que digan que su actuación se apega a la ley.
Con respecto a la problemática agraria, se ha puesto en
igual evidencia la diferente interpretación que se hace del Estado de Derecho.
Para las agrupaciones campesinas, eso significa atender necesidades como comer
tres veces al día, gozar de salud, recibir educación y salir de la miseria.
También lo interpretan como dialogar a fin de encontrar soluciones y ejercer su
capacidad para establecer cambios en la ley (por ejemplo: reconocer a las
campesinas como trabajadoras y derogar los delitos de usurpación).
De su lado, empresarios, funcionarios estatales y algunos
líderes de opinión defienden el derecho a la propiedad privada como "el
derecho" sobre el cual recaen todos los demás. Cuando abogan por el
respeto a la ley, no les importa pisotear otros derechos: a la vida, al empleo
y las prestaciones laborales, a la protección contra el maltrato y la
discriminación; en suma, a las prerrogativas ciudadanas de quienes no son
grandes propietarios.
Amparados en el supuesto derecho máximo a la propiedad
privada, quieren convertir en derechos el mercado, la competitividad y el
consumo. Con el poder que ejercen los empresarios y terratenientes en
Guatemala, hacen del marco jurídico un instrumento de represión contra quienes
buscan cambios. Reflejo de lo anterior son las palabras de personeros del
Organismo Judicial que -sin mayor investigación ni argumentos- aseguran que
quienes ocupan fincas son delincuentes. Para esos funcionarios, el interés
social no significa priorizar las necesidades de comunidades indígenas y
campesinas organizadas.
En este orden de ideas es oportuno citar lo que Perry
Anderson sostiene: es preferible hablar de necesidades humanas, ya que
"los derechos son constitutivamente maleables y arbitrarios como toda
noción política".
[índice]
Laura E. Asturias / laCuerda
¿Qué entendemos las mujeres cuando oímos
"revolución"? ¿Qué es eso para nosotras, y sobre todo para aquéllas
que no participamos en ninguna? ¿Qué sentido tiene esa palabra en nuestras vidas
cotidianas?
Si creemos que sólo se aplica a
"comunistas", "comanches" o como quiera llamárseles, tal
vez convenga darle una revisadita al asunto. Porque las mujeres comunes y
corrientes somos revolucionarias por excelencia, sea que nos veamos así a nosotras
mismas o no, y sin mucho importar lo que una comunidad entera interprete al oír
ese término.
Con este número de laCuerda queremos hurgar para encontrar las revoluciones
nuestras de cada día, las que nos van marcando un nuevo camino y dejan firmes las
huellas de nuestros pasos; que nos dan una conciencia verdaderamente lúcida y
ojos frescos para ver una vida: la nuestra.
Rebelión... trastorno...
Ésas, además de "revuelta",
"alzamiento", "alboroto", "perturbación" y
"levantamiento" son algunas palabras que podemos identificar con
"revolución".
¿Cómo se hace patente todo ello en las vidas
de mujeres que hasta hoy no nos hemos considerado revolucionarias? Pensemos en
algunos escenarios – no sólo los posibles, sino los reales que basta apreciar
con abrir los ojos y mantenerlos abiertos. Campos y ciudades, no importa: están
llenos de mujeres que cada día hacen la revolución.
Son aquéllas de las áreas rurales que no
cejan en su reclamo de un pedazo de tierra, de ésa que unos cuantos en este
país acaparan y mantienen ociosa mientras las mayorías subsisten en la miseria.
Son las que se alzan frente al poder arrogante de los grandes terratenientes y
sus perros falderos armados con rifles frente a mujeres, niñas y niños sin
dientes.
Son ésas que a brazo partido consiguen el
lavadero público y el molino de nixtamal para beneficio de toda una comunidad.
Son las monjas que, a diferencia de la
insensatez dispensada desde los púlpitos, no enseñan a las mujeres a ser ciegas
obedientes a sus maridos, y que se apartan de la hipocresía que les impone la
institución católica. Son las Católicas por el Derecho a Decidir y las teólogas
que retan y denuncian todas las normas machistas y excluyentes de los jerarcas
de su iglesia.
Son las prostitutas futbolistas, las
Estrellas de la Línea que desafían la moralina y discriminación de clase
rampantes en "la zona rica" y asumen correctamente que este país es
suyo para estar en cualquier esquina, sea en la calle o en la cancha.
Son aquéllas que un día dicen "¡no
más!" al permanente avasallamiento que de sus cuerpos hacen sus maridos
violadores. Y las que, aun con tanto terror doméstico, resuelven denunciar a
sus agresores (ante un Ministerio Público y una policía que las más de las
veces no harán nada para protegerlas) porque saben que nombrar el abuso es al
menos el primer paso.
Son esas mujeres que, aun anticipando una
férrea resistencia, rompen todos los esquemas que les mandan quedarse guardadas
en la casa, tener más hijos, sacrificar su humanidad entera por la familia, y
vuelan, vuelan...
Son sólo algunas de ellas, todas
revolucionarias que un día sí y otro también dan un paso más hacia su propia
liberación.
El deseo cumplido
Para las mujeres la revolución es siempre y mucho más
que transgresión, porque rebasa la lucha de clase y las ideologías
conservadoras y tradicionales. Significa ir abriendo cada uno de los eslabones
que nos atan en una cadena de opresiones debido al sexo con que nacimos.
Esas rupturas implican trastornar todo el
andamiaje de un sistema creado y perpetuado para favorecer a los hombres,
indiferentemente de su condición social. Es así que cada pequeño cambio que
beneficie a nuestras vidas requiere mayores esfuerzos, toda vez que el sistema
se erige para impedirlo.
Pese a todo, no han logrado detenernos. Y
habrá quienes erróneamente piensen que matarnos a diestra y siniestra, como lo
están haciendo, conseguirá callarnos.
La revolución nuestra es, ni más ni menos, el
deseo cumplido. No el de cambiar de golpe al mundo -somos realistas-, pero sí
el de dar pasos en firme, mantenernos despiertas y sensibles a nuestro entorno.
La revolución de las mujeres es la que más
trastoca el tejido social y lo transforma no sólo para nosotras, sino para toda
la comunidad. Esto, aun cuando sólo fuera por la importancia que para la sociedad
tienen las funciones tradicionales que nos han sido asignadas por ser mujeres,
y que por cierto no son una bicoca: a nuestro cargo está nada menos que
reproducir, alimentar y vestir a la humanidad (sin que afirmarlo implique
menospreciar las contribuciones, económicas y de otra índole, de los hombres).
Y aunque algunas glorifican en demasía el ser
mujer sosteniendo que somos la "reserva moral" del mundo, el hecho es
que ese "ser buenas" que como género nos han inculcado, de mucho le
ha servido al planeta. Justo es que al menos nosotras lo reconozcamos.
En estas páginas esperamos cumplir nuestro
propósito de empezar a redefinir la revolución en términos de las mujeres, de
nuestras luchas, búsquedas y satisfacciones cotidianas, las pequeñas y las
grandes. Ojalá, inyectar también a otras con el deseo de dar ese primer paso
para trastornar -cuanto sea posible- su propia vida, si ésta no es lo que un
día anhelaron. Trastornarla, perturbarla, alborotarla... para que por fin tenga
ese sentido que nace de la voluntad propia, no de deseos ajenos impuestos.
[índice]
laCuerda
Para ocupar más cargos
públicos
La Comisión por la Equidad Política presentó su petición
de reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos a fin de que las mujeres
tengan mayor posibilidad de detentar cargos públicos. Las guatemaltecas aspiran
a obtener el 44 por ciento de las candidaturas a cargos de elección popular y
piden que su posición en las listas sea alterna para no ser relegadas a los
últimos puestos. En Guatemala sólo el ocho por ciento de los escaños en el
Congreso y el 15 por ciento de los ministerios están ocupados por mujeres. Las
comunas presentan el menor porcentaje, con apenas ocho alcaldesas entre 331
municipios.
Aumenta tráfico de mujeres
En el país ha incrementado el tráfico de personas
durante el 2004. El Ministerio Público (MP) ha deportado a 396 extranjeras que
trabajaban en prostíbulos y 16 menores de edad fueron rescatadas de ellos este
año. Según la Sección de Trata de Personas del MP, el principal obstáculo al
intentar encarcelar a traficantes por prostituir adolescentes es que la ley
favorece al reo. A la mayoría de acusados se le impone una multa entre 3 mil y
5 mil quetzales, mientras que la víctima no recibe compensación por agravios
sufridos.
Un premio para Mimi
La Fundación Women's Peacepower otorgó a la
guatemalteca Irma (Mimi) de Maza el Premio Mujeres de Paz, o Premio Amigas, que
honra a aquéllas involucradas en la creación de una mejor sociedad. La
galardonada fue coordinadora regional de Líderes de la Liga de la Leche (LLL)
para América Latina y actualmente es miembra de la junta de la LLL
Internacional.
Población rural en perpetua desventaja
Más de 1,200 millones de personas en el mundo viven
por debajo del nivel de pobreza y muchas están en zonas rurales, aisladas y
expuestas a mayores riesgos que en zonas urbanas, afirmó la Organización
Internacional de Trabajo (OIT). Indicó que los principales retos que enfrentan
los Estados incluyen mejorar las condiciones de trabajo y de vida, como también
asegurar los ingresos de la población campesina mediante seguros y otras vías.
Pobreza en la niñez latinoamericana
Cerca del 20 por ciento de los hogares de la región
es encabezado por mujeres debido a desintegración familiar, abandono o a que
los esposos han tenido que migrar en busca de mejores oportunidades, según la
Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL). Sus datos indican
que el 58 por ciento de menores de cinco años es pobre, el 57 por ciento entre
seis y 12 años también es azotado por la pobreza y 36 de cada 100 menores de
dos años enfrentan un alto riesgo alimentario.
Migrantes expuestas a violencia
Según Patricia Bezares, de la Mesa Nacional para las
Migraciones en Guatemala (MENAMIG), en el último lustro ha aumentado la
cantidad de mujeres, especialmente entre 17 y 35 años, que buscan mejoras
económicas en los países del Norte. Algunas situaciones a las que se exponen
las migrantes durante el trayecto son violencia y acoso sexual: ellas han
denunciado que las autoridades policíacas piden favores sexuales para dejarlas
atravesar las fronteras. La Defensoría de la Población Desarraigada y Migrante
de la Procuraduría de Derechos Humanos indica que de enero a julio del presente
año han sido expulsadas 5,224 mujeres por tierra y 247 por aire.
Reporte de violencia
En septiembre, 33 mujeres fueron asesinadas: 20 por
impactos de bala, siete por arma blanca, tres estranguladas y una quemada y
vapuleada. En dos de los casos no se identificó la causa. Cuatro resultaron
heridas con arma de fuego y una con objetos punzocortantes. Otras cuatro fueron
fuertemente golpeadas en asaltos. En accidentes viales fallecieron nueve y 14
quedaron lastimadas. Tres desaparecieron y una murió por negligencia médica.
[índice]
·
Código de Trabajo ·
Seguridad Social ·
Reforma Agraria ·
Autonomía de los tres Poderes del Estado |
|
1954 - 2004 |
Seguimos
esperando que
regrese aquella luz. |
[índice]
Revoluciones
planetarias, revoluciones necesarias
Paula
Irene del Cid Vargas / laCuerda
Tan numerosas y diversas son las mujeres como las acciones
que realizan contra la globalización neoliberal, que está devastando al
planeta, y los fundamentalismos que pretenden cercenar los derechos sexuales y
reproductivos.
Aquí destacamos algunas figuras e iniciativas
que contribuyen a hacer posible ese otro mundo que anhelamos.
Por la justicia de género
El Caucus de Mujeres por una Justicia de Género fue
fundado en 1997 por la jurista costarricense Alda Facio, quien fue su primera
directora. Surgió para que se incorporara la perspectiva de género en todos los
ámbitos de la Corte Penal Internacional (CPI), a fin de asegurar una justicia
real y universal. Gracias a ello, el Estatuto de la CPI incluye como crímenes
de lesa humanidad: la violación, la prostitución, esclavitud, esterilización y
embarazo forzados y otros abusos sexuales de gravedad comparable.
Protegiendo la biodiversidad
A fines de 1999, Vandana Shiva, física teórica y
pacifista de la India, lideró en Seattle, Estados Unidos, la manifestación
contra la globalización del comercio. En su país fundó el movimiento de mujeres
Navdaya, que protege la diversidad e integridad de los medios de vida, y ha
movilizado a cinco millones de campesinos contra la Unión General de Tarifas de
Comercio.
Ella sostiene que la globalización "no
es un fenómeno inevitable" que deba aceptarse a cualquier precio e insta a
"no ceder nuestra libertad ni nuestra soberanía. Intentemos crear nuestra
libertad conservando nuestras semillas. Libertad para que la tierra no sea
agredida. ... Libertad para los agricultores. Libertad para los
consumidores".
Pacifismo contra la guerra del petróleo
Encontrar utopías posibles de alcanzar es un reto en
las actuales condiciones, con medios de comunicación al servicio de grandes
corporaciones que yerguen una cortina de humo a sus públicos.
La periodista estadounidense Amy Goodman
intenta romper esa cortina a través de su programa "Democracia Ya".
En un contexto en que las principales cadenas mediáticas (como CNN, ABC y NBC)
exaltan los valores bélicos e ignoran opiniones de las familias de las víctimas
de la guerra contra Irak, la existencia de medios de comunicación no
controlados por las corporaciones se hace sumamente necesaria.
Su programa, difundido por más de 200
estaciones, propone que "el activismo de base puede neutralizar los abusos
de poder y desenmascarar las mentiras de la prensa masiva". Así apoya la
propuesta pacifista del movimiento Unidos por la Paz y la Justicia. Ésta es una
alianza de más de 40 organizaciones que ha movilizado a miles de
estadounidenses contra las guerras emprendidas por el gobierno de Bush,
justificadas bajo la cubierta de la democracia y la lucha contra el terrorismo.
Recuperación de los cuerpos
En los últimos 30 años las feministas han
profundizado el análisis sobre la condición de las mujeres. De esa cuenta,
activistas como Lucy Garrido y Virginia Vargas son parte del colectivo que
gesta la Campaña por una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y
los Derechos Reproductivos.
Esta iniciativa persigue establecer las
conexiones existentes entre las propuestas de desarrollo que hoy se debaten y
aplican en América Latina y cómo éstas afectan las prácticas sexuales y
elecciones reproductivas de la gente. Se inscribe en "el objetivo de
garantizar y fortalecer los derechos humanos de todas las personas desde su
nacimiento y pretende institucionalizar un discurso de derechos que coloque en
el centro la recuperación y reapropiación de nuestros cuerpos y nuestras
vidas..."
Fundamentalismos ¡no!
La Articulación Feminista Marcosur, creadora de la
campaña "Tu boca, fundamental contra los fundamentalismos", afirma
que éstos "son siempre políticos y prosperan en sociedades que niegan la
humanidad en su diversidad y legitiman mecanismos violentos de sujeción de un
grupo por otro, de una persona por otra". Para este colectivo, los
fundamentalismos socavan la edificación de un proyecto de humanidad en que
todas las personas tengan el derecho a tener derechos, sacrificando de forma
perversa la vida de las mujeres.
La campaña surgió durante el Foro Social
Mundial 2002. Busca ampliar las voces contra prácticas, discursos y
representaciones sociales discriminatorias.
...y tantas más
Como ellas, muchas otras actúan para poner fin a la
exclusión de adultas, jóvenes y niñas: la Liga Internacional de Mujeres por la
Paz y la Libertad, con su proyecto orientado a la implementación rápida y plena
de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre
Mujeres, Paz y Seguridad; aquéllas que dentro y fuera de los aparatos del
Estado han logrado la creación de políticas públicas con enfoque de género; las
israelíes y palestinas de la organización Bat Shalom, que se rehúsan a ser
enemigas; las Mujeres de Negro, cuyas vigilias silenciosas protestan, en
numerosos países, contra la guerra, la limpieza étnica y otras violaciones a
los derechos humanos...
Tantas son que no caben en estas páginas. Y
sus revoluciones planetarias son vitales para la construcción de un mundo en el
que las estructuras socioeconómicas no expropien el trabajo de las personas ni el
cuerpo a las mujeres. Un mundo en el que la globalización corporativa y sus
medios, como la tecnología y la guerra que devastan los tejidos sociales y el
ambiente, sean sólo un gran error posible de corregir.
Visita en Internet...
·
Campaña por
una Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y los Derechos
Reproductivos
·
Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU
·
Unidos por
la Paz y la Justicia
[índice]
Hasta dormidas soñamos
diferente
Andrea
Carrillo Samayoa / laCuerda
Muchas personas relacionan la palabra
"revolución" a revueltas, guerrinches, alteraciones de un estado que
nada bueno traen, comunistas, cambios bruscos y más. Para algunas guatemaltecas
tiene que ver con transgredir normas establecidas y roles por años asignados:
una transformación profunda en su vida diaria.
Tres mujeres con características distintas y
que se desenvuelven en ambientes diferentes cuentan lo que para ellas es la
revolución de todos los días. Son madres y combinan su desarrollo profesional y
personal con el trabajo del hogar.
Isabel Solís, quien reafirma su identidad
indígena, está por terminar la licenciatura en Derecho y es investigadora del
Área de Estudios del Campesinado de la Asociación para el Avance de las
Ciencias Sociales (AVANCSO). Considera que "revolución" es la toma de
decisiones relacionadas con los cambios de su vida y las metas que se traza.
"Es saltar las trancas, porque lo normal es dedicarse a los niños y las
tareas de la casa. No me limito a cuidar a mi familia; también opté por
trabajar y estudiar", agrega.
Durante un año Isabel se dedicó
exclusivamente al hogar y eso la motivó a esforzarse y decidir. Resalta la idea
que tiene de colaborar para que se den cambios en la estructura social y
menciona que las malas condiciones de las familias campesinas hacen que el
empeño de ella sea aún mayor. Las primeras horas del día transcurren entre la
computadora, la lectura de periódicos y preparar el desayuno que comparte con
su hijo. En el resto de la jornada combina las tareas profesionales.
La periodista Carolina Escobar Sarti comenta:
"Existe en mí la urgencia de desprenderme de lo que no sirve para vivir.
He caminado siempre entre integraciones y duelos, odiando las clasificaciones
que forman parte de un sistema patriarcal que entre más ordena, más controla.
Esto es parte de una desobediencia que me ha llevado a hablar y ser de otra
manera con las demás personas".
En su opinión, parte de esa sublevación es
desafiar lo establecido y no acomodarse a ello. En esta lucha cotidiana son imprescindibles
el silencio y la palabra. El silencio le permite reconocer su propio mundo,
transitar entre la memoria personal y colectiva del país. Con la palabra ha
logrado derribar muros y afianzarse en sí misma.
Emma Lidia Cruz ha dedicado 30 años de su
vida a la docencia; entre semana es directora del Instituto Normal Centro
América (INCA) y los sábados da clases en la Universidad Galileo. Asocia
"revolución" a superarse, a no estancarse, a vivir experiencias que
contribuyan al desarrollo profesional: "Estamos en un mundo competitivo
que nos obliga constantemente a progresar. Mi revolución ha sido desde que
estuve en este centro educativo como estudiante y ahora en este puesto que me
hace sentir realizada".
Antes de salir de su casa a las 5:15 de la mañana,
Emma se encarga del trabajo del hogar: ordena, prepara comida y limpia.
"Las dos partes las estoy cumpliendo", cuenta. "Soy feliz
también porque llevo una buena relación con mi hijo".
No sé cómo hay quienes dicen que las mujeres
que trabajan fuera de la casa descuidan a la familia.
Harta razón tiene Carolina cuando afirma:
"Las que no se resignan a vivir dentro de los parámetros tradicionales,
hasta dormidas sueñan diferente".
[índice]
De la dependencia a la
productividad
Rosalinda
Hernández Alarcón / laCuerda *
Las transformaciones en la vida de las campesinas son
variadas, aunque difícilmente las asocian con una revolución diaria. Pese a la
falta de estímulos, ellas demuestran gran capacidad de aprovechar cualquier oportunidad
que se les presenta, ya sea para defender sus derechos o mejorar su calidad de
vida. El área de la participación política es quizás donde menos ejemplos de
rebeldía se perciben. En la producción agrícola y artesanal existen casos en
los que indígenas y mestizas en Guatemala están revolucionando. Una experiencia
de las integrantes de la Asociación para el Desarrollo Integral de la Mujer
Rural (ADIMAR) esboza algunos cambios que pueden ocurrir.
Tras haber ejecutado fondos no reembolsables
del Programa de Arrendamiento 2003, que benefició a 13 organizaciones de
Plataforma Agraria, las mujeres de ADIMAR están demostrando que son capaces de
producir y ahora se han propuesto salir de la dependencia económica hacia la
ruta de la comercialización de sus productos.
Luego de adquirir una finca de 67 manzanas en
Patulul, Suchitepéquez, elaboraron una propuesta para asegurar su alimentación,
conservando el patrimonio natural y las semillas criollas y trabajando en
huertos comunitarios irrigados por aguas pluviales. Se proponen producir para
abastecer al mercado e instalar un centro de capacitación.
Para María Us, dirigente de ADIMAR, esta
iniciativa surge de la necesidad de dar a las mujeres la oportunidad de tener
su propia tierra, ya que históricamente los padres heredan a los hijos y ellas
deben esperar que sus maridos las provean. "La sociedad y los gobiernos
tienen la mentalidad que no tenemos derecho al acceso a la tierra",
indicó.
Al dar más detalles, explicó que primero
arrendaron los terrenos, después trabajaron la tierra como campesinas que son y
lograron administrar bien los fondos que recibieron el año pasado. "Nos
organizamos porque sabíamos que en grupo podíamos captar mejores beneficios que
si cada una recibe dinero por separado", resaltó.
La lideresa Paulina Culum Xajil aseveró:
"Nosotras no queremos que venga otra semilla que no es la nuestra;
queremos mantener nuestro maíz y árboles frutales para nuestros hijos".
Indicó que ellas lograron hacer un cambio en realidad: arrendar la tierra con
opción a compra. Así lo firmaron en un convenio y ahora son propietarias.
Aprovecharon una oportunidad y ejercieron su derecho.
El proyecto fue elaborado desde la
perspectiva de las integrantes de ADIMAR. Demandan al gobierno privilegiar
proyectos productivos como éste, para que ellas no tengan que esperar año tras
año las ayudas asistencialistas, sino que con sus propios recursos y fuerza de
trabajo obtengan ingresos para mejorar sus condiciones de vida.
Las 110 beneficiarias también pertenecen a la
Asociación de Sololatecos Unidos para el Desarrollo Integral (ASUDI) y forman
parte de los miles de personas afectadas por la crisis del café. Pronto
recogerán su segunda cosecha. Para poner en marcha su nuevo proyecto requieren
un presupuesto de 264 mil quetzales. Si lo obtienen, estarán dando un paso
importante para salir de la dependencia hacia la productividad.
* Con información
de Andrea Carrillo Samayoa y Jacqui Torres Urízar.
[índice]
Mientras haya orgasmo,
habrá revolución
Ana Cofiño
/ laCuerda
En Guatemala la palabra "revolución" estuvo
vedada durante años y cualquier pensamiento o actividad que tuviera relación
con ella era considerada subversiva.
Pese al aislamiento y la censura, se fueron
filtrando ideas, informaciones y propuestas liberadoras. Ni el ejército más
sanguinario logró detener el flujo renovador que lentamente permeaba las
mentalidades rebeldes.
Quienes salíamos de la adolescencia en los 70
teníamos ante nosotros un mundo que queríamos cambiar. Descubrir que había
diversas maneras de vivir, desataba las fuerzas que nos llevarían a realizar
transformaciones personales que eran en sí una revolución. Para las mujeres que
habíamos sido educadas por la iglesia católica, cuestionar las creencias y
romper las ataduras familiares era un reto que requería agallas y tenacidad. En
la sociedad guatemalteca -conservadora, timorata y provinciana-, salirse de los
marcos de esa tradición era realmente una hazaña.
El tema de la sexualidad se abordaba
escasamente y de manera aséptica, más para prevenir y asustar que para
posibilitar una iniciación sana y placentera. En la escuela de monjas, una
hermana filipina nos hablaba de los peligros que acechaban en las relaciones
con los hombres. Los bailes y las fiestas eran escenarios donde esas enseñanzas
se ponían a prueba; puedo asegurar que muchas padecíamos la contradicción entre
la curiosidad y el temor. El estira y afloja que protagonizábamos con los
chavos era un verdadero tormento: la voz de nuestras mentoras resonaba
advirtiéndonos de no caer en la tentación y el pecado de la carne. No obstante,
muchas logramos saltar las bardas, algunas con consecuencias embarazosas que
las llevaron a contraer nupcias poco deseadas y muy tempranas. Pero como se
dice comúnmente, gallina que come huevos, aunque le quemen el pico. Una vez que
se ha probado, no se puede dejar.
Me atrevo a decir que nuestra vida sexual
empezó a desenvolverse de manera errática, sin mucha libertad a elegir, sin
comodidad, con tensiones y culpas, pero con gusto. Hacer el amor era hacerse
mujer, en el sentido de darle sentido y uso a esas partes del cuerpo que no
tenían nombre. Investigar, ver, probar y ejercitar la sexualidad fue una opción
que muchas asumimos como parte del proceso liberador. Adueñarnos de nuestra
sexualidad y vivirla con plenitud era uno de los pasos para convertirnos en
personas con derechos y responsabilidades. También era entrar al mundo en pie
de igualdad.
Fue fundamental compartir esas experiencias.
Saber que había otras que lo hacían sin pena era un consuelo. Hablar de
humedades y calenturas, de movimientos, gestos y olores nos daba pie para dejar
de lado prejuicios y vergüenzas. Salir del clóset de la virginidad y vivir el
amor les dio energía y consistencia a muchas compañeras que se involucraron en
luchas políticas que implicaban riesgos de muerte. Ser consecuentes en la
práctica con las teorías que se invocaban, pasaba por construir relaciones de
pareja más horizontales. Allí estaba uno de los nudos ciegos que las mujeres
encontramos en ese proceso.
En el marco de las luchas políticas, las
mujeres intentamos, más en solitario que como colectivo, hacer de la sexualidad
y el erotismo un espacio de comunicación y de gozo, no sólo de reproducción. En
ese contexto se libraron batallas contra el abuso de poder, la ignorancia y el
machismo, que tuvieron logros y avances que hoy podemos disfrutar. No era que
nos dedicáramos a coger como locas o que fuese ésa nuestra única misión.
Simplemente reivindicábamos el derecho a la vida, pero con placer y libertad.
[índice]
Atrás van quedando los
tapujos
Julissa
Martínez de Molina / Psicóloga guatemalteca
Históricamente hablando, a las mujeres se les ha
negado el derecho que les compete en el aspecto del goce sexual y el erotismo. Fue
apenas el siglo XX el de mayores conquistas. Se ha demostrado que la anatomía
femenina es mucho más compleja de lo que se pensaba y se logró precisar sus
zonas de mayor estimulación.
Uno de los hechos más significativos ocurrió
en los años 60, durante la llamada revolución sexual y con la creación de
anticonceptivos artificiales. Esto permitió que "vida sexual" y
"reproducción" dejaran de ser sinónimos y dio a muchas la oportunidad
de acercarse más al placer. Se reconoció el autoerotismo o la masturbación como
un derecho sexual, convirtiéndose en recomendación fundamental de las y los
sexólogos para atender el goce propio, junto a la imaginación y las fantasías,
e incluir otras realidades antes negadas o pasadas por alto.
La sexualidad de las mujeres implica
comprender el significado de "mujer". Nuestra sociedad nos ha educado
para ser pasivas frente a las demandas de los hombres, sacrificadas, generosas,
sensibles y orientadas a los demás. Esto implica que, una vez adultas, nos
casemos, procreemos y nos pongamos al servicio del esposo, hijos, padres y
suegros. Todo ello repercute directamente sobre nuestra sexualidad, ya que se
nos impide buscar el placer personal y tomar la iniciativa sexual, y nos
conduce a "dejarnos llevar" por la sensualidad del hombre, sin
respetar la propia, y a negarnos nuestras necesidades sexuales.
Se dice que "la virginidad es el mejor
regalo que se le da al hombre o al esposo". De allí que cuando una mujer
ha entregado su propia virginidad, o ha compartido su sexualidad con un hombre,
reduce su "valor" para otro. ¡Qué engaño y qué trampa se les tiende a
las mujeres que han sido educadas tan vulnerablemente! Hay que entender que la
mujer es dueña de su cuerpo y, por tanto, la única que puede disponer de éste y
de lo que ocurre dentro de él.
La educación sexual revolucionó las ideas
acerca de la sexualidad femenina. Se empezó a hablar sin tapujos acerca del
placer de las mujeres. Fue confirmado que la mujer es sexualmente activa
durante toda su vida y que muchas mayores mantienen su capacidad coital natural
por tiempo indefinido. No necesariamente se liga la procreación al placer
sexual, que antes había sido condenado, y se considera la sexualidad no sólo
como una función del cuerpo, sino una actividad total del ser humano que conduce
al placer y a la formación integral del mismo.
Las mujeres de hoy hemos logrado, lenta y
positivamente, modificar la imagen que se nos ha impuesto. Es innegable que
somos cada vez más las que nos sentimos responsables de nuestra propia
sexualidad y no la ponemos al servicio de los demás, sino equilibramos roles y
relaciones. Demandamos reciprocidad y valoramos nuestra personalidad e
inteligencia, nuestras capacidades personales y profesionales. Nos unimos a
hombres que nos aman y respetan -antes, durante y después de una relación
sexual- y formamos parejas que construyen en nuestras hijas e hijos una nueva
visión de la mujer.
[índice]
Iduvina
Hernández / Directora ejecutiva de Seguridad en Democracia (SEDEM)
¡Por fin! Un juez entendió que la ley le faculta para
contarle las costillas al ejército de Guatemala y ordenó la entrega de archivos
contables del Estado Mayor Presidencial. Ya era hora de que una autoridad
judicial pusiera coto al abusivo privilegio que se auto-recetó el ejército,
según el cual todos sus asuntos están clasificados como de seguridad nacional.
De acuerdo con la definición de los militares
guatemaltecos, ellos por estar bajo la chamarra de la seguridad nacional eran
libres de entregar cuentas sobre sus actuaciones y, muy especialmente, acerca
de cómo manejaban y manejan nuestro dinero. Sí, nuestro dinero, porque cada
centavo que integra el presupuesto general de gastos de la nación es dinero
nuestro, del pueblo que con sus impuestos alimenta las arcas nacionales.
Hasta ahora, jueces y juezas se habían hecho
de la vista gorda cada vez que algún coronel o general se daba el lujo de
negarse a entregar información en procesos penales que involucraban a cualquier
oficial de alta o baja en el ejército. Argumentando secreto de Estado bajo la
figura de asunto de seguridad nacional, estos agentes militares interpretaban
mañosamente el Artículo 30 de la Constitución Política, que establece la
obligatoriedad de informar públicamente de los actos de gobierno y de Estado.
Poniéndole el San Benito de seguridad nacional a todos sus asuntos, los
militares de este país pasaron décadas sin decir en qué ni cómo se gastaban los
miles de millones que componían su presupuesto.
Ha sido hasta ahora, con la revisión a las
cuentas militares realizada por la diputada Nineth Montenegro y el congresista
Alfredo de León, que se ha evidenciado que durante el gobierno anterior los
jefes castrenses hicieron humo más de 900 millones de quetzales. Pero estos
señores -entre ellos el ex ministro de Defensa y luego de Gobernación, Eduardo
Arévalo Lacs, y Enrique Ríos Sosa, hijo del genocida Efraín Ríos Montt- no sólo
se birlaron el dinero sino ejercitaron una calistenia financiera tal que no ha
sido fácil encontrarle la pista al dinero verde olivo. Ello, con ayuda de
autoridades de la Banca Central; 900 millones no dejan un agujero pequeño sino
un tremendo barranco que debieron ver. Literalmente lavaron nuestro dinero
destinado a salarios y pensiones de militares, para engordar sus carteras y las
de sus compinches, incluido el ex presidente Alfonso Portillo Cabrera.
No contaban estos malabaristas de las
finanzas y estrategas del robo de fondos públicos con que algún día un
funcionario judicial les iba a decir: los asuntos militares no son secreto
absoluto y el sistema judicial cuenta con las atribuciones y posee los
mecanismos para revisar sus documentos. Ahora sí, tanto de sus gastos como de
sus actos tendrán que rendir cuentas, porque no hay marcha atrás en el
ejercicio del acceso a información. El secreto no podrá seguirse usando como
chamarra de delincuentes ni de genocidas. Aquí, como dijo el juez Víctor Hugo
Herrera, las cuentas claras y lo demás son cuentos.
[índice]
La esencia del ejército
no ha cambiado
Ledy
Orantes / laCuerda
El ejército de Guatemala es una institución que a
partir de la firma de los Acuerdos de Paz debió transformarse. Sin embargo, su
ideología militarizada y doctrina de seguridad nacional se perpetúan con base en
el Artículo 244 constitucional, que le asigna la función de mantener la
seguridad interna del país.
Perder el poder ilimitado que ha tenido
durante décadas, con gobiernos militares y civiles, es su mayor temor en este
momento, pues nunca como institución estatal había sido fiscalizada. Se está en
la búsqueda de redefinir sus funciones, pero éstas son mínimas. Aunque en
ningún momento se ha planteado que desaparezca, sus filas se han reducido este
año de 27 mil a 15,500.
La reducción del ejército fue anunciada por
el Ejecutivo, pero no queda claro si se trata de un proceso de reconversión o
modernización. Si bien su modernización puede traer algunos cambios en tamaño y
tipo de armamento, lo importante sería su reconversión, a fin de transformar la
doctrina militar para que abandone sus rasgos autoritarios y contrainsurgentes.
Uno de los pasos dados es que integrantes de
la sociedad civil se reúnen con miembros de la institución armada para discutir
cuál debería ser la función de ésta en un país sin conflicto armado. El papel
de las mujeres en el ejército es un tema que no se ha abordado, aunque ellas
con más frecuencia ingresan a centros de instrucción militar.
"La ley de la defensa nacional que se
entregó el pasado 23 de septiembre establece cuáles serán los ámbitos en que el
ejército se movería", afirmó Dania Rodríguez, investigadora de Incidencia
Democrática, quien participó en el Estudio "Mecanismos estatales de
control democrático del ejército. El proceso de reconversión militar".
Esta investigación destaca la larga tradición
autoritaria del Estado guatemalteco y argumenta la importancia estratégica de
reconvertir el ejército, como condición para consolidar el proceso democrático.
Explica las implicaciones del incumplimiento de los Acuerdos de Paz en el
sentido de modificar la Constitución para limitar las funciones de la
institución armada. Cuestiona que el Ministerio de la Defensa forme parte de la
estructura militar (y no al contrario): ello significa que el ejército es la
única institución que cuenta con su propio ministerio.
Uno de los mayores temores de la ciudadanía
guatemalteca es qué van a hacer tantos militares desempleados. Existe temor
porque personas que dejaron la institución armada se han visto ligadas al
crimen organizado y al narcotráfico. Nuestro país tiene una alta tasa de
desempleo y aumentan la criminalidad y la violencia contra las mujeres; además
se reportan casos de represión e intimidaciones con rasgos similares a los del
conflicto armado interno.
Desde tiempo atrás se ha mencionado que
existen poderes ocultos en Guatemala; también que en éstos operan militares y
ex militares. No se tiene acceso a documentos clasificados y falta esclarecer
el paradero de miles de detenidos desaparecidos. Sería de gran utilidad transformar
de fondo las funciones del ejército y aprobar la ley de la Comisión para la
Investigación de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad
(CICIACS).
Es de esperar que el presidente Óscar Berger
actúe con más decisión al respecto, aunque crea dudas porque evitó mencionar el
tema ante la 59a. Sesión de la Asamblea General de la Organización de Naciones
Unidas.
[índice]
Actos
"revoltosos" de la poesía
Anabella
Acevedo / laCuerda
Revolución: "Inquietud, alboroto, sedición"
[es decir: levantamiento popular contra la autoridad que gobierna; sublevación
de las pasiones]. "Conmoción y alteración de los humores". Esto según
el Diccionario de la Real Academia Española, para que no se piense que es pura
invención. Pero ¿qué tiene que ver todo ello con la poesía de algunas
guatemaltecas contemporáneas? Yo diría que mucho. Sólo hay que leer un poema de
Aída Toledo para empezar con esta relación entre "revolución" y
"poesía":
"Pero las palabras de mi abuelo
Insistían
Pudiste haber sido normal
Haciendo de la cocina
Y el tejido
un arte para
Cazar marido"
Y es que ante esa "normalidad", es decir,
la aceptación de un destino predicho desde la autoridad -generalmente
masculina-, sólo queda el "levantamiento" y la "sublevación de
las pasiones", con el fin de instaurar un nuevo orden que coloca la
libertad como fundamento primario, aun cuando esta manera de proceder conlleve
ciertos riesgos.
En esa batalla Aída Toledo no es la única
guerrera. Antes que ella hubo otras y ahora la acompañan mujeres como Regina
José Galindo, cuyos "atrevimientos" desde hace ya algún tiempo
rebasan el ámbito de la poesía. "Performera" que igual viaja al Perú
con los ojos vendados que se rasura hasta el último vello de su piel, también
hace presente -se hace presente- su discurso a través de la poesía:
"Me rompió el himen
Los vasos sanguíneos del brazo izquierdo
Los sueños
El corazón
Mis pedazos
-filudos como vidrio-
Saltaron por el aire
Y se le clavaron
En el pene
Los puños de ambas manos
Los sueños
El corazón"
¿Acaso en un país como Guatemala nombrar a ciertas
cosas por su nombre no es un acto "revolucionario"? Más que una
expresión lingüística, esto debería reconocerse como afirmación vital dentro de
una sociedad donde la verdad es, para algunos, una afrenta [Revolución:
"Inquietud, alboroto, sedición"]. Pero lo que habría que tener
presente es que lo revolucionario aquí no debería serlo y, sin embargo, se
plantea como resultado de una necesidad que, además, nos reivindica a todas
[debería poder decir "a todos"] ya que, como sucede en toda
revolución imprescindible, de lo que se trata es de establecer modelos de vida
que escapen del autoritarismo y le den plena cabida a la libre expresión del
pensamiento, pero también de las emociones y actitudes, del cuerpo y de la
palabra.
Poetas/revolucionarias, mujeres como las que
menciono aquí han encontrado en la poesía una ventana que posibilite sus vuelos
personales y las hagan poder decir, como Mónica Albizúrez en un poema:
"Segura
En esta noche sabia y eterna
En que me
Basto a mí misma
Liberta ya
De miedos y afectos
Permeable
Como nunca
A este espacio incauto
Que llega"
Bastarse a sí misma... ¿un acto revolucionario? ¿un
derecho? ¿discurso solamente? Poesía, eso sí, pero también testimonio de un
momento histórico, o testimonio a secas.
[índice]
Rina Lazo, fruto de la
Revolución
Claudia
Navas Dangel / laCuerda
Rina Lazo es una de las tantas guatemaltecas que con
su talento y esfuerzo ha escrito su nombre en las páginas de la historia.
Recientemente le fue otorgada la Orden del Quetzal y ha recibido muchos otros
reconocimientos, como el Emeritísimo de la Universidad de San Carlos y la
Medalla de la Paz. Ella, sin embargo, apasionada por el arte y sus raíces,
encuentra la mayor satisfacción en su pincel y sus lienzos, que traducen
claramente lo que siente y lo que ama.
¿De qué manera marcó su vida la revolución?
La caída de Ubico fue un acontecimiento
extraordinario para cada joven y artista de ese entonces. Se dieron cambios
fundamentales en la política del país y, por supuesto, en el ámbito cultural.
Fue durante el gobierno de Arévalo que recibí una beca para estudiar arte en
México y gracias a ella tuve la oportunidad de trabajar con Diego Rivera.
Llegué a ese país justo en el momento más emocionante de la escuela mexicana de
pintura, cuando se estaban haciendo murales en todos los edificios públicos, y
con tan buena suerte que fui seleccionada en la Escuela La Esmeralda, de la
Secretaría de Educación Pública, para ayudar a Rivera en un mural muy famoso,
"El sueño de una tarde dominical", situado en la Alameda Central, que
se dañó para el terremoto y ahora está en un museo. Con esto no sólo aprendí a
pintar al fresco, sino me interesó mucho la pintura mural, y llegué a amar
nuestras costumbres, a buscar en nuestras raíces. Así entré en ese movimiento
nacionalista que es el más importante que ha habido en México y podríamos decir
en Latinoamérica.
¿Cómo repercutió esta experiencia en su trabajo en
Guatemala?
Antes de obtener la beca para irme a México, Alaíde
Foppa organizó una Feria del Libro, algo relevante a la época, ya que era un
evento en el que una mujer cobraba protagonismo. Yo gané el primer premio en
carteles, el cual, por cierto, recibí de manos del presidente Arévalo. Después
me dieron la beca. Me tocó vivir ese movimiento de euforia por la cultura, de
la mujer deseando participar y haciéndolo. Y luego casi 10 años después, cuando
regresé durante el gobierno de Árbenz, participé en el Festival de la Juventud que
se realizó en Chimaltenango, donde hice un cartel alusivo a la mujer. De hecho,
acaba de haber una exposición por los 50 años de ese movimiento de 1953 y 54,
en Antigua Guatemala, donde se exponen este cartel y otros de Arturo García
Bustos, y hay obra que yo ya no recordaba que había hecho.
¿Es el muralismo la técnica con la que más le gusta
trabajar?
Yo creo que sí, porque ahí tiene importancia la
temática, se desarrollan ideas más completas, se da un mensaje y es más
complicado que el cuadro de caballete. Dentro de un mural entran muchos cuadros
que en conjunto tienen que dar armonía de color y composición. Estimula para
hacer un mayor esfuerzo.
Hasta la fecha me gusta mucho pintar paisaje,
naturaleza muerta, que es la temática de mis cuadros de caballete. He trabajado
el retrato también y ya con esto puede una hacer composición y pintar murales.
¿En Guatemala ha trabajado murales?
En el 53 vine invitada por Luis Cardoza y Aragón, con
mi esposo [Arturo García Bustos], que es un pintor mexicano y grabador, para
fundar el taller de grabado de la Escuela de Bellas Artes de Guatemala. En esa
época se empezó el grabado acá, útil para carteles orientados a dar mensajes a
una población analfabeta, principalmente campesina. Se hicieron grabados de la
reforma agraria, para la emancipación de la mujer, que fueron los que yo
trabajé, y participé en ese auge artístico que hubo en 1953 y 54. Ya con la
caída de Árbenz vinieron épocas muy difíciles, mucha represión. Regresé a
México, pero en el 54 terminé de pintar un mural para el Club Italiano que
después fue retirado de ahí y se restaura. Hoy día me honra mucho que esté en
el Museo Universitario.
Llama la atención que usted diga que, más que guatemalteca o
mexicana nacionalizada, es mesoamericana.
Sí, he hecho mi carrera en México y he vivido allá,
porque para mí México es la capital para el Sur, pero siempre he estado en
Guatemala. Hace 40 años fui seleccionada para hacer la réplica de los murales
mayas de Bonanpak, cuando se fundó el Museo Nacional de Antropología. Tuve la
oportunidad de acercarme a esa cultura, de conocer el trazo, los colores, los
materiales que utilizaban nuestros antiguos grandes artistas. Me interesé tanto
por ella que desde entonces me atrae todo ese mundo que se encuentra en el área
mesoamericana. Por eso considero que pertenezco a ella.
¿Ha continuado su pasión por este tema?
En el 97 pinté un mural para el Museo de Antropología
de México, donde expongo la cosmogonía maya inspirada en el "Popol
Vuh". Luego he estudiado más el tema de las raíces mayas y tengo deseos de
escribir un libro al respecto, porque me parece apasionante. También estoy
empezando un cuadro del inframundo de los pueblos mayas, el cual desearía
exponer acá, quizá a finales del año entrante.
[índice]
Adelma
Bercián / Periodista guatemalteca
De mano de Ediciones del Pensativo, la historiadora
guatemalteca Lorena Carrillo Padilla socializa su tesis de maestría con la
presentación del libro "Luchas de las guatemaltecas del siglo XX".
"Mirada a la participación política y al trabajo de las mujeres".
A lo largo de seis capítulos y una
recapitulación, Carrillo explora la participación de las guatemaltecas en la
fuerza laboral del país y su incorporación en las políticas públicas.
El estudio cubre todo el siglo pasado y sus
líneas se documentan con una vasta investigación hemerográfica (que incluye
medios de comunicación, con énfasis en órganos divulgativos de los sindicatos y
publicaciones oficiales) e investigaciones afines, articulados todos para
reseñar la vida de las indígenas en el área rural y las ladinas pobres y de
clase media en los focos urbanos, principalmente en la ciudad capital.
Con tono asertivo, Carrillo contextualiza la
participación pública de las mujeres según su momento político y logra, con
éxito, mantenerse al margen de cualquier sesgo político. Con esto promueve una
lectura reveladora de la historia de las guatemaltecas y ayuda a comprender los
esfuerzos de nuestras abuelas y madres por abrir espacios que hoy damos por
sentados.
Cada uno de los capítulos ofrece una
descripción y análisis profundos de distintos factores sociales que han
enmarcado esta historia: la importancia de la fuerza laboral femenina; las
transformaciones e influencias del trabajo de las mujeres a lo largo de la
centuria; las leyes que determinaron sus vidas; sus procesos políticos; los
legados de su presencia pública, y la nueva forma de las guatemaltecas de hacer
política.
La recapitulación final arroja reflexiones
importantes. La primera establece que la participación femenina en las esferas
culturales, políticas y económicas del país dependió de la relación desigual
entre mujeres y hombres, aunque esta desigualdad era parte de otras
desigualdades sociales articuladas en un eje de interrelaciones
género-etnia-clase.
Según Carrillo concluye, justamente por estas
desigualdades, los procesos laborales y políticos de indígenas del área rural y
ladinas del área urbana se suceden en tiempos distintos. Coinciden,
lamentablemente, los pocos espacios alcanzados -sobre todo en la primera mitad
del siglo- pese a los esfuerzos y aportes monumentales tanto de ladinas como de
indígenas.
Los eventos políticos y económicos de los
últimos 30 años en Guatemala han significado más avances cualitativos, tanto
que, según la autora, delinean ahora un nuevo orden inclusivo, donde la
subordinación étnica (o la conocida ladinización) dé paso a un poder
compartido. Un logro aportado por las mujeres que ahora reconocen y usan su
peso político.
Contextualizadas, como nos deja Lorena
Carrillo en este enriquecedor documento, queda la sensación de haber recorrido
un largo camino, en cuanto a espacios ganados en la vida pública y política,
posibilidades de capacitación y acceso a la educación. Pero queda también el
sinsabor de reconocer que sólo se han adelantado pasitos pequeños en el
bienestar y desarrollo de la gran mayoría.
"Luchas de las guatemaltecas del siglo
XX". "Mirada al trabajo y la participación política de las
mujeres" es un espejo histórico, no sólo para las mujeres sino para la
sociedad en general, y una invitación a recapitular en los aciertos y enmendar
errores.
[índice]
Andrea Aragón / Fotógrafa guatemalteca
(la
fotografía del artículo puede ser vista en el archivo DOC de esta edición)
Los cobardes las llamaron revolucionarias porque les
hacían las tortillas y los hijos a sus maridos campesinos.
Las tildaron de revolucionarias porque fueron
al cuartel a preguntar por ellos después de tantos días de no verlos volver.
Las siguen nombrando revolucionarias porque los
lloraron y los seguirán llorando hasta la muerte. Y porque son las únicas que
venciendo el miedo sostienen las fotos de sus desaparecidos en cada
oportunidad.
Pero su verdadera revolución está en seguir
vivas a pesar del horror, del hambre y la pena. Siguen y hasta sonríen. Aún
hacen tortillas para sus hijos.
A pesar de los mil intentos, no pudieron
matarlas.
[índice]
Breves
apuntes acerca del Conversatorio Feminista
Ana Silvia
Monzón, Yolanda Aguilar, Ileana Melendreras y otras conversadoras
En agosto del 2000, un grupo de 40 mujeres
identificadas con el feminismo en Guatemala fuimos convocadas para compartir
con la feminista peruana Maruja Barrig, quien presentó un interesante ensayo
acerca de los malestares del feminismo en América Latina: ¿Se había perdido el
rumbo? ¿Dónde quedó la euforia de los primeros años de la década de los 90?
¿Por qué la despolitización del movimiento feminista en nuestros lares?
Estas y otras preguntas planteadas por alguien
que venía de espacios donde, según nosotras, el feminismo gozaba de buena
salud, nos motivaron a continuar reuniéndonos para indagar por las señas de
identidad del feminismo en Guatemala: ¿Existe o no un feminismo propio? ¿Se
trata de un movimiento, es una expresión o sólo un murmullo? Si existe, ¿cuáles
son sus orígenes, ancestras, agenda, integrantes? ¿Cuál es "su"
discurso, "su" propuesta?
Durante poco más de un año cada encuentro
reunió entre 15 y 20 mujeres identificadas como feministas, se definió una
agenda temática, con base en algunos documentos, y compartimos memorables
sesiones de reflexión, discusión, análisis. Aunque pocas conclusiones. No era
el propósito en ese momento.
Con ese ánimo se propuso conocer, con base en
ponencias de algunas de las integrantes: ¿cómo entendemos el feminismo desde la
realidad guatemalteca? Se hizo un recorrido histórico de la propuesta feminista
desde finales de los años 80, las contradicciones personales, organizativas y
políticas que ese proceso nos generó. Se discutieron balances, diferencias; nos
reconocimos algunas y se distanciaron otras. Pronto, dado que "lo personal
es político", surgieron otras interrogantes inevitables que nos apelaban
como sujetas.
Efectivamente, sin agotar el macroanálisis
del feminismo como movimiento social y propuesta política, se fue evidenciando
la necesidad de la introspección, de nombrar la diferencia sexual, de
nombrar-nos como mujeres y feministas, como sujetas políticas en construcción.
Temas como las identidades, la sexualidad, el cuerpo sexuado en femenino y la
preferencia sexual fueron ocupando nuestras acostumbradas reuniones mensuales.
A mitad del camino recorrido, en el 2002, las
contradicciones propias de cualquier espacio de mujeres diversas se hicieron
patentes: quienes planteaban la necesidad de "salir" al ámbito
público, tomar posición política frente a la dinámica social, y quienes
enfatizábamos la necesidad de perfilar este "breve espacio" para el
estudio, análisis y discusión de preguntas centrales del feminismo. Definimos
nuestras prioridades, establecimos principios a seguir y decidimos que
estudiaríamos teoría feminista y debatiríamos acerca de la construcción del
feminismo en Guatemala. Ésa es la agenda que ahora nos guía.
Iniciamos el Conversatorio hace cuatro años y
desde entonces nos reunimos el primer viernes de cada mes. Lo que nos convoca
es asumirnos como feministas, participar y mantener la autonomía como grupo y
ser autosostenibles. No tenemos más requisitos de admisión, ni formalidades
para participar. En el último año hemos priorizado la lectura de
investigaciones realizadas por feministas guatemaltecas acerca de temas como la
identidad política y las contradicciones en el movimiento de mujeres en
Guatemala.
Recordamos con afecto a dos queridas
integrantes del Conversatorio que murieron: Antonieta ("Maky")
Rodríguez en enero del 2002 y Sonia Toledo en julio 2004.
Hemos tenido contratiempos pero, en
contraste, hemos construido confianza, reconocimiento, y mantenemos la
disposición de conversar desde el feminismo.
[índice]
"Vamos
Guatemala": Sin señales de esperanza
Eugenio
Incer / Investigador nicaragüense
El Plan "Vamos Guatemala" consiste en dar
continuidad a varios programas iniciados por gobiernos anteriores. Abarca
renglones como mitigar la pobreza, avanzar en la liberalización comercial,
concesionar obras públicas al sector privado y atender a personas migrantes.
Aunque se trata de programas viejos, hay algunas novedades. A diferencia del
período de Arzú y Portillo, que utilizaron el doble discurso como práctica
política, este gobierno no esconde ni disimula la visión paradójica, caritativa
y sectorial de "Vamos Guatemala".
La paradoja
La Organización Internacional para las Migraciones
publicó en 2003 la Encuesta Nacional sobre Remesas Familiares y señala que los
residentes en el extranjero, antes de partir, se desempeñaban como agricultores
(41 por ciento), artesanos (18 por ciento), vendedores (14 por ciento),
trabajadores no calificados (8 por ciento) y el resto en otras actividades.
Estos compatriotas están enviando más de dos mil millones de dólares al año. El
81 por ciento de quienes contribuyen a "salvar la economía nacional",
considerados héroes nacionales por el presidente Berger, eran parte de esa capa
denominada como pobres y extremadamente pobres. Lo incongruente es que los
habitantes de las áreas rurales aquí reciben "Vamos Guatemala", un
plan que no toca los resortes que reproducen desigualdad, pobreza y exclusión.
Caridad y filantropía
Difícilmente con caridad puede transformarse la
estructura de tenencia de la tierra. Según el Censo Agropecuario 2003, 879
propietarios de fincas con más de diez caballerías controlan el 22 por ciento
de la tierra, mientras que 242 mil propietarios de fincas menores de cinco
manzanas controlan el 16.3 por ciento.
En el mencionado plan, la crisis del café se
esfuma. "Vamos Guatemala" no establece medidas que garanticen la
incorporación a procesos productivos de más de un millón de hectáreas
abandonadas y a la población desempleada, pero sí ofrece programas contra el
hambre altamente caritativos.
"Vamos Guatemala" no da señales
esperanzadoras de que el Estado avance hacia crear una institucionalidad capaz
de responder a los impactos económicos de la globalización del neoliberalismo y
los desastres naturales.
Sectorial
En este gobierno hay ministros, viceministros,
secretarios y asesores que son propietarios de grandes fincas, empresarios
relacionados con la actividad agropecuaria y agroindustrial y a corporaciones
de servicios (transporte, banca y comercio). Muchos de ellos destacan por
ejercer cierto liderazgo en sus gremios y su pensamiento está reflejado en las
propuestas de la Cámara del Agro y del Comité Coordinador de Asociaciones
Agrícolas, Comerciales Industriales y Financieras (CACIF): "Competitividad
y bienestar para todos" y "Kaw'awil: La propuesta de los
empresarios".
Con "Vamos Guatemala" se despeja la
duda sobre la influencia del gran capital en el diseño de ese plan. No está de
más señalar que, igual como lo hizo el ejército en décadas anteriores, el
empresariado utiliza conceptos profundos de la cosmovisión maya, como
"Kaw'awil" (una mirada integral y compleja) para arropar sus intereses
sectoriales. El corazón y el alma de "Vamos Guatemala" están en estas
propuestas.
[índice]
Lucía
Escobar y Claudia Navas / laCuerda
No hay nada como toparse de repente con las hojas
amarillentas y viejas del pasado. Visitar la hemeroteca nacional o las
colecciones de periódicos de CIRMA puede ser equivalente a cruzar el umbral del
tiempo.
En busca de algunas huellas de la Revolución
del 44, nos adentramos a buscar el pasado. Encontramos que este acontecimiento
trajo consigo cambios fundamentales en las vidas de muchas, no sólo en la vida
política del país sino también a nivel cultural y educativo.
El 25 de junio de 1944, por ejemplo, el
ejército y la Policía Nacional tomaron medidas represivas contra una manifestación
de mujeres, con un saldo de varias heridas y la muerte de la maestra de
primaria María Chinchilla, quien a partir de ese día se convirtió en símbolo de
lucha, quedando para siempre la fecha de su muerte conmemorada como el Día del
Maestro.
Ese mismo año las mujeres fueron reconocidas
oficialmente como ciudadanas y adquirieron el derecho a votar; eso sí, sólo las
que pudieran leer y escribir. Dicen las estadísticas de la época que menos del
20 por ciento de ellas entraba en tal categoría.
La década de oro de nuestra democracia
(1944-1954) fue testiga de la creación de la Alianza Femenina Guatemalteca, una
organización social fundamental en aquellos tiempos. Muchos fueron los nombres
de las mujeres que lucharon con su intelecto y su vida entera por hacer de este
país un mejor lugar para vivir.
Algunos estudios de esos años cuentan que:
"Como resultado de la libertad política, Guatemala acogió a varios
exilados perseguidos en sus países y quizá la oleada más grande fue la que
llegó de España. En esa época revolucionaria, no sólo política sino artística,
el país fue visitado por grandes maestros, como Rafael Wedy Lozano, que junto a
María de Ceyares, antigua directora del Instituto Belén, fundaron en 1945 la
Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC),
con los departamentos de Filosofía, Pedagogía, Letras e Historia".
Durante la década revolucionaria se fundó la
Casa de la Cultura de Guatemala, que sirvió en sus inicios como lugar de
encuentro donde sucedían tertulias, charlas y conferencias científicas y
artísticas. Además, se montaban exposiciones de pintura y escultura.
"Con la Revolución de Octubre de 1944,
muchas instituciones fueron creadas y reformadas a fondo, abriendo una nueva
era en el destino espiritual de nuestro país. La Facultad de Humanidades fue
una de ellas, creada apenas un año después de la Revolución, como cumplimiento
de los viejos anhelos del magisterio y de quienes buscaban encauzar y
sistematizar su vocación por los caminos de la filosofía, las letras, la
pedagogía y la historia".
Para muchas mujeres hubo un antes y un
después de la Facultad de Humanidades, ya que ésta les abrió la oportunidad de
estudiar en la universidad y conocer mundos nuevos. Por sus aulas pasaron
algunas que hoy son notables en la vida cultural de Guatemala. Basta decir que
Margarita Carrera, Luz Méndez de la Vega y Ana María Rodas estuvieron allí,
abriendo brecha. Más adelante, las mujeres decidieron comerse las aulas y la
Facultad de Humanidades dejó de ser el único punto donde su intelecto podía
desarrollarse.
Si bien es cierto que la Revolución permitió
que las guatemaltecas ocuparan puestos anhelados y merecidos, aún más lo es que
día a día "todas" vivimos una revolución para alcanzar nuestras metas
y hacer palpables nuestros sueños.
Libros
La literatura es una clara muestra de las
revoluciones internas y universales que las mujeres enfrentamos día a día.
«Luchas de las guatemaltecas del siglo xx.
Mirada al trabajo político y la participación política de
las mujeres»
Lorena Carrillo Padilla
(Colección Nuestra Palabra, Ediciones del Pensativo,
Guatemala, 2004)
"Un libro que nos introduce en temas que
necesariamente tendrán que discutirse y profundizarse. Constituye un gran
aporte para la Historia de Guatemala y es un documento fundamental para las
guatemaltecas, estudiantes, activistas y para todas aquéllas que se interesan
por saber de dónde vienen, qué hicieron sus ancestras, cómo vinieron, qué
sintieron y pensaron".
«Mujeres en la alborada»
Yolanda Colom
(Artemis & Edinter, Guatemala, 1998)
"Contiene las vicisitudes de una
guerrillera centroamericana por las selvas lluviosas, recreadas por la palabra
genitora de una mujer. La autora rinde en las páginas de este libro testimonio
de la participación de la mujer en la lucha guerrillera y narra los años que
siguieron al ciclo fundacional del Ejército Guerrillero de los Pobres en el
norte del Quiché".
En la red
·
Participación política de las mujeres en la
primavera democrática guatemalteca (1944-1954)
Una aproximación a las formas en que las
mujeres participaron en el proceso nacional revolucionario.
http://historia.fcs.ucr.ac.cr/articulos/esp-genero/2parte/CAP8Guadalupe.htm
·
La mujer en la paz de Guatemala
Este documento aborda el rol crítico de las
mujeres para asegurar que la vida cotidiana prosiga.
www.minugua.guate.net/PUBLICACIONES/CRONIC2001/CRONICAS%2013.pdf
Una lectora nos
cuenta...
"Trabajo en La Liga de la Leche. Así es
que tengo contacto con muchas de las lideresas de América Latina, para formar a
nuevas mujeres que a su vez trabajan con madres en sus comunidades. Este
trabajo es un reto constante, me mantiene muy activa, tratando de dar lo mejor
de mí. No cabe duda que es dando como recibimos".
– Extracto de carta recibida de Mariana de
Petersen (guatemalteca, 1962)
Comunícate
Si quieres que investiguemos un tema o rescatemos alguna
historia, no dudes en escribirnos para darnos tus sugerencias o comentarios.
Recuerda que la Historia de las Mujeres Guatemaltecas la vamos forjando todas
nosotras cada día. Escríbenos a historiasdelacuerda@yahoo.com
[índice]
Relatora exige
castigar crímenes
Wendy
Santa Cruz / Periodista guatemalteca
Frente a la violencia sexual, torturas y mutilaciones
ejercidas contra mujeres asesinadas, estos delitos no pueden ser analizados
como una simple cuestión numérica por constituir una máxima expresión de
discriminación, señaló Susana Villarán, relatora de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH). Al hacer públicos los primeros hallazgos de su
investigación, efectuada en septiembre, enfatizó la necesidad de que el Estado
guatemalteco se ocupe de proporcionar soluciones eficaces y ponga fin a la
impunidad con respecto a estos casos.
Durante una semana, la relatora y tres
especialistas se entrevistaron con autoridades estatales y diversos grupos en
la capital y dos departamentos. Con base en la información obtenida,
concluyeron que si bien existen avances en materia normativa e institucional,
éstos son insuficientes para enfrentar los feminicidios que están relacionados
con otras formas de violencia.
En virtud de la evidencia, las expertas
descartan la idea que la mayoría de victimarios sea integrante de
"maras". "El patrón que va tomando más consistencia es que las
muertes se vinculan con la violencia intrafamiliar y acciones de organizaciones
criminales que, en algunos casos, pueden utilizar a ciertas maras para la
comisión de delitos", explicó Susana Villarán, tras indicar que no excluye
la participación de grupos clandestinos en algunos casos.
Destacó la necesidad de realizar estudios
sobre la prevalencia de los distintos tipos de violencia contra las mujeres
para que se ejecuten políticas públicas certeras de prevención y persecución.
También resaltó las deficiencias en el acceso a la justicia y la forma en que
se estigmatiza o culpa a las víctimas por su estilo de vida, origen o
vestimenta.
A los medios de comunicación les solicitó
evitar el sensacionalismo y la falta de respeto hacia las afectadas, ya que:
"pueden servir como cajas de resonancia a grupos interesados en generar un
clima de miedo e intimidación, así como promover la idea de que las mujeres
deben abandonar el espacio público y su rol indispensable en el desarrollo
nacional, que hemos ganado con tanto esfuerzo".
La relatora reconoció la labor de las
guatemaltecas organizadas en la lucha contra la violencia y anticipó que en
diciembre dará a conocer el informe final de su investigación.
[índice]
Amnistía
Internacional: Crímenes y dominación masculina
laCuerda
En su reciente Informe de Crímenes contra Mujeres en
Guatemala, Amnistía Internacional resalta como causal específica de éstos al
sistema patriarcal, que se construye bajo un patrón de ejercicio de poder y
discriminación masculinas y coloca a la población femenina en una mayor
vulnerabilidad. Indica que esos asesinatos se pierden dentro de la delincuencia
y violencia generalizadas que se viven en el país, más que todo por la falta de
sensibilidad de los agentes estatales.
En sus conclusiones destaca: "La forma como
ellas son asesinadas tiene características especiales que caben dentro de una
violencia sexual: violación, tortura, amenaza, intimidación, decapitadas,
varias aparecen dentro de costales o bolsas plásticas, atadas de pies y manos,
o fueron lanzadas al vacío desde un taxi".
Al detallar la problemática, la entidad
internacional retoma otros estudios que explican el perfil de las víctimas: en
su mayoría son residentes de barrios pobres, tienen bajo nivel socioeconómico y
actividades productivas de poca calificación. Cabe señalar que en el 43 por
ciento de los casos ha sido imposible establecer la ocupación de las mujeres
asesinadas.
[índice]
laCuerda
Se estima que cada año 46 millones de mujeres abortan.
El 78 por ciento lo hace en países donde esta práctica constituye un crimen,
mientras sólo el 22 por ciento lo realiza de forma legal.
El aborto clandestino, en condiciones de
riesgo, pone en peligro la salud y vida de las mujeres. De ahí las acciones
orientadas a despenalizarlo.
En el marco del 28 de Septiembre, Día por la
Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, la organización
Tierra Viva realizó un taller para reflexionar sobre esta problemática, como
una violación a los derechos de las mujeres.
"Queremos iniciar un diálogo para ver de
qué manera nos unificamos en el tema, porque de lo que no se habla pareciera
que no existe. Éste no es un asunto del movimiento feminista o de los grupos de
mujeres en general, sino sólo de algunas expresiones de los mismos",
aseguró María Eugenia Lemus, de esta agrupación.
En Guatemala es ilegal el aborto, excepto
para salvar la vida de la madre (previo diagnóstico médico). Sin embargo,
existe el programa de atención post-aborto en el Hospital General San Juan de
Dios, a cargo del doctor Edgar Kestler.
En laCuerda apoyamos la despenalización del aborto.
[índice]
Nace Parlamento de las
Mujeres
laCuerda
Con miras a presentar iniciativas de ley o modificaciones
a la legislación a favor de las guatemaltecas, representantes de los 22
departamentos del país asistieron al Parlamento de las Mujeres, realizado el 26
de septiembre en la ciudad de Antigua.
Dicha instancia está diseñada para que
participen congresistas de cada partido político y delegadas de organizaciones
de mujeres de los diferentes sectores y regiones. Entre sus tareas sugieren
proporcionar apoyo técnico al Congreso de la República.
En cuanto al nombre de este espacio no hubo
consenso entre las 300 personas asistentes, como la parlamentaria Zury Ríos,
quien consideró que llamarlo "parlamento" resta importancia al
Congreso, explicó Alma Cruz, de la Agrupación de Mujeres Tierra Viva, tras
indicar que el presidente del Organismo Legislativo, Rolando Morales, se
comprometió a suscribir próximamente un acuerdo que le dé legalidad.
La intención -dijo la entrevistada- es
aumentar el número de participantes al Parlamento de las Mujeres, para lo cual
sostendrán reuniones de trabajo en octubre y noviembre. Este espacio así
denominado existe en varios países de América Latina.
A fin de dar a conocer la experiencia
mexicana, la diputada feminista Marcela Lagarde hizo una síntesis de los seis
Parlamentos de Mujeres realizados en el vecino país, señalando sus logros,
perspectivas, tropiezos y errores. Habló de la importancia de asumir un
compromiso a favor de la causa de las mujeres y resaltó que en los Parlamentos
debe existir respeto a la diversidad: todo se puede negociar, excepto los
derechos de las humanas.
[índice]
Carta Abierta de la
Red de Mujeres Periodistas
Reunidas en Antigua Guatemala 54 mujeres de 26 medios
de comunicación de todo el país, en el IV Encuentro Nacional de Mujeres
Periodistas, hicimos una reflexión profunda sobre cómo los contenidos
publicitarios de los medios de comunicación contradicen o niegan cotidianamente
su discurso editorial, en el que se venden como incluyentes, democráticos,
equitativos, no violentos y tolerantes.
Esta contradicción se extiende más allá de la
dualidad publicidad/contenidos editoriales hacia los distintos productos
periodísticos de un mismo grupo editorial, práctica que no excluye a ninguna
corporación empresarial de este tipo en Guatemala.
Nosotras, como parte fundamental de los
medios de comunicación, exigimos el cese de estos actos discriminatorios
basadas en: los primeros enunciados de la Constitución sobre el respeto a la
vida y a la igualdad; los objetivos estratégicos de la Plataforma para la
Acción Mundial, firmada y ratificada por el gobierno de Guatemala, así como la
Convención Americana de los Derechos Humanos.
[índice]
Por mí, por nosotras y
por las otras
laCuerda
El Sector de Mujeres presentó a más de un centenar de
personas su escuela de formación política nombrada "Por mí, por nosotras y
por las otras". El proyecto se llevará a cabo de septiembre a diciembre
del 2004 y de febrero a julio del 2005. Este frente lo integran 37 grupos con
diferentes experiencias de participación y estratos sociales; hay indígenas y
mestizas entre 20 y 50 años de edad.
En el evento de presentación todas las
personas asistentes, fundamentalmente mujeres, encendieron velas para
simbolizar que el fuego es una luz de sabiduría. Sandra Morán, del Equipo de
Seguimiento Político, leyó varios poemas, hizo percusión y cantó para dar un
toque festivo y de entusiasmo a esta iniciativa que busca, a partir de cambios
personales de sus integrantes, fortalecer sus organizaciones en los municipios
y departamentos.
Los propósitos generales de la escuela son
promover la participación y el empoderamiento de las mujeres en las diferentes
regiones del país, así como contribuir a la construcción y fortalecimiento de
su identidad política.
La escuela consta de ocho módulos:
identidades y su diversidad; sistemas de opresión; efectos del contexto;
derechos de las humanas; mis instrumentos; movimiento de mujeres y feminista;
mecanismos institucionales a nivel nacional e internacional, y desarrollo económico
de la población femenina.
Las asistentes a la escuela son lideresas y
organizadoras que se desenvuelven en diferentes ámbitos sociales. Un esquema de
la ruta temática de esta iniciativa contiene la siguiente leyenda: "Hoy no
soy la misma. Hoy inicio el proceso de deconstrucción y construcción de mi
identidad. Mañana seré quien quiero ser junto a otras y otros, desde la
diversidad".
El Sector de Mujeres surgió en mayo de 1994
como espacio de articulación de organizaciones en el departamento de Guatemala
y 10 años después tiene membresía en 14.
[índice]
MINUGUA y cuestiones
de género
laCuerda
Entre los problemas crónicos que viven las mujeres
destacan: la violencia doméstica, falta de igualdad en los ámbitos laboral y
educativo, como también sus bajos niveles de participación política. Ésta es
una conclusión, de las denominadas "cuestiones de género", que figura
en el más reciente informe de la Misión de Verificación de Naciones Unidas
sobre los Acuerdos de Paz, tras 10 años de permanecer en Guatemala.
Señala que el impacto de instituciones como
el Foro Nacional de la Mujer, la Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM) y
la Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI) ha disminuido a causa de las
limitaciones presupuestarias que enfrentan. También resalta algunos compromisos
incumplidos, entre éstos: penalizar el acoso sexual, ejecutar una política de
desarrollo rural (área donde reside el mayor porcentaje de indígenas) y
erradicar la impunidad judicial.
En otra parte de su verificación, MINUGUA
afirma que "las reformas estructurales más profundas contempladas en los
Acuerdos de Paz han quedado rezagadas... persisten grandes desigualdades
sociales que constituyen tanto una afrenta moral como un obstáculo al
desarrollo".
[índice]
laCuerda
Desde 1880 se comercializan los cigarrillos y su
consumo se ha convertido en grave problema mundial.
El primer Convenio Marco para el Control del
Tabaco, promovido en el 2003 por la Organización Mundial de la Salud, ha sido
firmado por 168 naciones y ratificado por 32. Contempla la protección contra
las consecuencias de salud, sociales, económicas y ambientales tanto por el uso
de tabaco como por la exposición a su humo.
Según especialistas, cada 10 segundos fallece
una persona a causa de este producto y la esperanza de vida para fumadores es
ocho años menos de quienes no los son; el 50 por ciento muere por enfermedades
respiratorias o cáncer. El consumo durante el embarazo produce malformaciones
congénitas, bajo peso y talla en bebés, quienes quedan expuestos a enfermedades
relacionadas al aparato respiratorio. En los hombres -dicen- causa impotencia.
El Convenio Marco entrará en vigor cuando sea
ratificado por 40 países. Se espera que Guatemala lo haga en los próximos
meses.
[índice]
Detrás del desalojo en
Retalhuleu
Jacqui
Torres Urízar / Periodista guatemalteca
Con el frío de Xela en la piel, Miqueas, un niño de 11
años, esperaba con impaciencia saber de su madre. No la veía desde que les
desalojaron de la finca Nueva Linda, donde también vio cómo mataron a su
hermano Natanael, de 16 años. Mientras tanto, revivió la experiencia de aquella
masacre, de la voz de dos indígenas que entre llantos y reclamos hablaron de un
problema que muchos se niegan a reconocer.
El 30 de agosto, las familias asentadas en
Nueva Linda que pedían justicia por la aparición del dirigente Héctor Reyes
sabían que la policía llegaría al amanecer del siguiente día. Arreglaron sus
pertenencias para salir si no se lograba nada, indicó Alicia Carreto, indígena
mam de 32 años, con seis hijos y cuyo esposo fue detenido junto a otros 29
campesinos.
Los medios de comunicación, analistas y
entidades estatales aclararon que la ocupación no era producto de un conflicto
de tierras sino una "demanda de justicia". El relato de dos
sobrevivientes cuenta otra historia. Tomaron la finca por solidaridad con
Floridalma Toledo, esposa de Reyes, quien tenía miedo que el dueño de la finca,
Carlos Fernández Alejos, emprendiera represalias contra ella y su familia.
Toledo se atrevió a desafiar el silencio y denunciar las injusticias que sufren
en las fincas de la costa sur.
La primera intención al ocupar la finca fue exigir
el esclarecimiento del paradero del dirigente, pero ese propósito abrió la
esperanza de presionar al finquero Fernández Alejos a que dejara de
maltratarlos, así como a mejorar las condiciones precarias que viven como
trabajadores, ya que carecen de servicios de salud, educación y vivienda
dignas.
Bajo el manto del feudalismo
Mujeres y hombres reciben malos tratos, siempre
trabajan para el patrón, pero nunca tienen recursos. Arriendan tierras para
cosechar sus alimentos. Pagan a los finqueros, algunas veces con dinero, mil
quetzales por manzana; de lo contrario, deben laborar para cancelar la deuda y
aunque hagan más trabajo no se les reconoce. "Nuestros esposos siembran
zacate, ajonjolí y hacen cercos para el ganado sin que les paguen un centavo",
afirmó Alicia Carreto.
Un estudio de la Coordinación de ONG y
Cooperativas y el Comité de Desarrollo Campesino registra que no todas las
fincas en la costa sur cumplen con el pago de salario mínimo a sus trabajadores
permanentes. "Muchas veces no se les otorga el séptimo día y, en
definitiva, no se les reconoce las horas extras laboradas". Además, la
mayoría de trabajadores del campo tiene vedado sindicalizarse.
Las condiciones de las campesinas son aún más
alarmantes pues la ley las discrimina al no reconocerlas como sujetos de
derecho. Con base en las deficiencias del Código del Trabajo, ellas no reciben
el salario mínimo, no tienen derecho al seguro social ni a prestaciones
laborales.
Rosalinda Romero, también indígena mam,
explicó que sus cosechas están condicionadas al rendimiento de las siembras de
ajonjolí del patrón: "Si no se da, nos venimos con unos cuantos
quintalitos de maíz, bien sufridos y matados, porque nos quitan parte de
nuestra cosecha".
Además de recibir malos tratos, conviven con
el miedo y la muerte como algo cotidiano. En Nueva Linda se habla de otros
asesinatos. Las desapariciones forzadas son atribuidas a dueños o guardias de
seguridad de las fincas. De todo ello están seguras Alicia y Rosalinda.
En la costa sur los finqueros "tratan
como animales a los campesinos; si alguien está en su camino, le echan los
carros encima o le disparan, y si reclaman sus derechos son
desaparecidos", relataron. "La gente tiene miedo de hablar. Cuando
les preguntan qué pasó con su familiar, responden que murió por
enfermedad".
Según avances de una investigación referida a
los desalojos, Fernández Alejos tiene una posición muy importante en la
Asociación de Ganaderos de la Costa Sur. No sólo es el propietario de siete
fincas; también detenta mucho poder. Previo a la desaparición de López hubo
tres ejecuciones como parte de esa represión que existe en la finca privada
donde no hay ley que valga.
¿Hasta cuándo la injusticia?
Hace un mes fue doloroso para Alicia contar lo que
vivió el día del desalojo. Al enterarse que no podría sacar su cosecha de maíz,
exclamó: "Como indígenas y campesinos tenemos derechos; somos los dueños
de estas tierras, ya no queremos ver españoles en nuestro país". A finales
de septiembre, ella habló de su tristeza por las pérdidas, comentó que su
esposo sigue enfermo y sus hijos asustados. La desesperanza en sus palabras fue
evidente.
Julia Cabrera, quien llegó a la finca ese 31
de agosto esperanzada de que la venta fuera buena, fue encarcelada por los
delitos de asesinato, portación de armas ilegales e invasión. Permaneció en la
cárcel por 10 días, la mitad de ellos sin su pequeño Jonatan, de siete meses de
edad. Ya salió con el dolor inmenso de no haber asistido al funeral de su hijo
y con la responsabilidad de empezar de nuevo, ahora en peores condiciones, para
mantener a sus pequeños.
A pesar de este y otros testimonios, el
gobierno no muestra disposición alguna de resarcir a las víctimas de la
represión en Nueva Linda, desconoce los rostros de las personas sobrevivientes
y afectadas, y carece de interés por acercarse a la gente pobre, explotada y
discriminada, afirmaron varias campesinas tras un mes del desalojo.
[índice]
Textos y
fotografías: Andrea Carrillo Samayoa / laCuerda
(las
fotografías pueden ser vistas en el archivo DOC de esta edición)
·
Ya
bastante se ha hablado del encuentro deportivo de las Estrellas de la Línea y
las alumnas de un caro colegio privado... de la derrota de las primeras y su
expulsión de la liga en la que quisieron jugar un torneo. Ese partido de futbol
ha causado revuelo; múltiples reacciones ha generado. Dos Estrellas relatan:
"La idea nos pareció estupenda. Este equipo es un sueño hecho realidad.
Cuando jugamos la mente se nos despeja. Es una manera de relacionarnos con el
mundo y ser aceptadas".
·
Beatriz
es nicaragüense y a sus 37 años tiene ocho hijos. Siendo muy joven participó en
el movimiento revolucionario de su país y fue auxiliar de enfermería. Llegó a
Guatemala a mediados del 2001 en busca de mejores oportunidades. En La Línea
encontró la única salida. "Todos los días a las seis de la mañana, cuando
abro la puerta de mi cuarto, lo primero que hago es pedirle a dios: señor, dame
trabajo hoy, porque de este chance y de este cuerpo voy a darles de comer a mis
hijos".
·
Hay
otras Estrellas que no se integraron al equipo. Ellas también trabajan cerca de
12 horas para mantener a sus familias. Muestran gran orgullo por no verse
rodeadas de padrotes. Ofrecen su cuerpo, no le piden ni molestan a nadie. La
mayoría sabe que tiene que cuidarse. Algunas asisten al centro de salud cada 15
días y otras una vez al mes.
·
Cerca de
200 mujeres, muchas de ellas extranjeras, trabajan diariamente en La Línea. La
mayoría renta el cuarto por día. A eso de las ocho de la noche, cuanto terminan
de dar sus servicios, cierran la puerta y se dirigen a su hogar, donde las
esperan sus hijas e hijos, y en algunos casos sus compañeros. Futbolistas o no,
todas demandan la custodia de sus pequeños, protección contra la violencia y
acoso de la policía, campañas masivas sobre la importancia del uso del
preservativo y libertad para ejercer la prostitución sin ser discriminadas.
Contacto con las Estrellas de la Línea: estrellasdelalinea@yahoo.es
[índice]
Movida departamental
Izabal
Actividades en cinco
municipios
A fin de avanzar en la gestión de políticas públicas a
favor del desarrollo de la población femenina, la Coordinadora de Mujeres de
Izabal impulsa actividades para lograr que ellas tengan acceso a la salud y se
integren a programas de alfabetización, dio a conocer su secretaria, Angélica
Soto Calach.
Explicó que esta coordinadora se ha propuesto
incorporar al mayor número posible de mujeres de El Estor, Los Amates, Morales,
Livingston y Puerto Barrios, con el propósito de que participen en comisiones
en los ejes centrales que más les interesan, por ejemplo, reducir los índices
de pobreza y los casos de violencia en el hogar.
Más de 1,500 niñas, niños y personas adultas
recibieron atención en una jornada médica en la Sierra del Merendón, del
municipio de Morales, gracias a la participación de una brigada de médicos
cubanos, informó Karina Cordón, de la Coordinadora Chiqui de Cappa, en la que
participan 45 mujeres. Indicó que en esta actividad además distribuyeron ropa a
habitantes de las comunidades más aisladas.
Explicó que Selfa Sandoval, coordinadora del
trabajo en fincas bananeras, concluyó un curso de corte y confección
proporcionado a las trabajadoras de la finca Maya, aunque aclaró que ellas
tienen interés en recibir capacitaciones técnicas en plomería, albañilería y
electricidad.
Quetzaltenango
Engracia Catalina Rodríguez, de 73 años de edad,
invidente y con una enfermedad en una pierna que le impide caminar sin ayuda,
se encontraba en el Centro de Detención Preventiva de Mujeres, ante la sorpresa
de sus compañeras de reclusión. Ellas abogaron por que sea liberada, ya que es
inaudito que en su estado físico se le pueda inculpar de tráfico de drogas.
Quiché
La Asociación Familiares de Detenidos Desaparecidos
de Guatemala (FAMDEGUA) exigió una pronta y ágil investigación de la masacre
realizada en 1982 por el ejército en el cantón Panimache Primero, ubicado en
Chichicastenango.
Esta demanda de justicia ocurre después que
el Equipo de Antropología Forense, de la Oficina de Derechos Humanos del
Arzobispado (ODHA), encontrara nueve osamentas de las 27 personas masacradas en
esa aldea y que, asegura, en su mayoría eran niños.
FAMDEGUA promueve también el acompañamiento
psicosocial con el Equipo de Salud Mental de la ODHA para familiares de víctimas
de ejecuciones extrajudiciales cometidas durante el conflicto armado interno,
que se comprueban tras las exhumaciones efectuadas en los llamados cementerios
clandestinos.
Sacatepéquez
Créditos para
educación y producción
La Asociación Femenina para el Desarrollo de
Sacatepéquez, integrada por casi 600 afiliadas que en su mayoría no saben leer
ni escribir, impulsa actividades en 10 aldeas donde el acceso a recursos es muy
limitado y ellas nunca habían tenido oportunidad de trabajar colectivamente.
Entre sus actividades resaltan las reuniones
de seguimiento con niñas que cursan primaria. En éstas se les otorga a las
madres un crédito anual -sin cobrar intereses- para gastos generales, a fin de
que las pequeñas tengan posibilidades de continuar sus estudios.
La concesión de créditos para actividades
productivas agrícolas y artesanías va acompañada de capacitación y asistencia.
Estos préstamos son valorados dado que ellas carecen de garantía hipotecaria.
Los reembolsan cada año junto a los intereses que les conceden a tasas
accesibles.
Para la formación y capacitación realizan
talleres dirigidos a lideresas para que los apliquen y repliquen en su hogar,
grupo y comunidad. El lema metodológico de esta asociación es "aprender
haciendo y compartiendo". Angelina Aspuac Con y Lilian Guamuch son la
directora ejecutiva y la coordinadora de programas, respectivamente.
Sololá
Comadronas y lideresas
se capacitan
El Centro de Desarrollo Humano (CDH) impartió en San
Andrés Semetabaj un taller interactivo sobre anticonceptivos y prevención del
VIH/sida a 31 comadronas y lideresas.
Las participantes, provenientes de 11
comunidades indígenas de los alrededores del Lago de Atitlán, recibieron
píldoras anticonceptivas -inclusive de anticoncepción de emergencia- y
condones, así como hojas y paquetes informativos para distribuir en sus
comunidades. La información proporcionada en el taller también fue repartida en
idioma kaqchiquel para quienes no hablan español.
El CDH de Sololá organizó la actividad en
colaboración con la Agrupación de Mujeres Tierra Viva y el Foro de la Mujer. A
través de esta y otras iniciativas, el Centro está incrementando el acceso a
información y servicios en algunas de las áreas más vulnerables en Guatemala.
Totonicapán
Julia Ixcoy, del Consejo de Mujeres Mayas de
Desarrollo Integral, señaló que su organización impulsa actividades con el
propósito de promover el uso de la medicina natural y destacó que su grupo
obtuvo un segundo premio como reconocimiento al proyecto que realiza en San Cristóbal
Totonicapán.
Otro de los ejes de trabajo de este consejo
es fomentar la participación de los adolescentes mediante el desarrollo de sus
habilidades y destrezas. Julia Ixcoy afirmó que sus compañeras han puesto de
manifiesto sus conocimientos en su vida diaria, con sus familias y comunidades.
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