laCuerda Una mirada feminista de la
realidad |
Año 7, No. 68 Guatemala, junio/2004 |
editorial |
Diálogo, no subordinación |
entrada |
·
Intromisión, invasión, intrusión,
sinónimos de infamia (Anamaría Cofiño K.) |
la médula |
·
1954 (Lorena
Carrillo Padilla) ·
El Estado para
el capital (Mayra Palencia Prado) ·
Otra cosa
sería... (Andrea Carrillo Samayoa) ·
Intervenir,
desde la perspectiva ecológica (Magalí Rey Rosa) ·
No seguir en la
misma (Margarita Pisano) |
femina
sapiens |
·
Intervención del
cuerpo: la más deliberada (Anna Arroba) |
vida |
·
A mí también me pasó...
("Sofía") ·
Tres hermanas revolucionarias
(Andrea Carrillo Samayoa) |
la paseante |
·
Subrepticia
política de penetración ideológica y cultural (Ligia Z. Peláez) ·
The empire strikes back (Andrea Aragón) ·
La era de la
información (Ledy Orantes) ·
En mi mente
(Claudia Navas Dangel) |
esta boca
es mía |
·
Quiero un debate
sobre el aborto (Martín Rodríguez) ·
Sutilezas
subjetivas (Maya Cu) ·
La insoportable
pesadez de envejecer (Virginia del Águila) ·
Trabajando como
médico (Patricia Cortez) |
aquí y
ahora |
·
Informe de
Amnistía Internacional ·
Pobreza rural
aumenta ·
Monitoreo de
notas sobre mujeres ·
Felicidades al
Sector de Mujeres ·
En la mira
violaciones a familias campesinas (Jacqui Torres) ·
Mitos y
verdades: 1o, 2o, 3o, 4o mundos (Katia Orantes) ·
¡Vamos a matar! Y
luego a reírnos... (Lucía Escobar) |
reportaje |
·
Experiencias en
las ocupaciones de fincas (Isabel Solís, Amy North, Ana López y Marta
Gutiérrez) |
movida
departamental |
·
Alta Verapaz -
Masacre de Panzós -
Créditos en área poqomchi’ -
No al maltrato de mujeres y niñez ·
Petén ·
Zacapa (Daniza Pazos) ·
Sololá (Juliana Julajuj) ·
Huehuetenango (José Cotí) |
Editorial—
La "Declaración de Guadalajara", en la que
estuvieron representadas 58 naciones, muestra los marcos tan estrechos que
tienen los diálogos entre gobernantes, ya que dicho pronunciamiento se
subordinó a las directrices de Washington. El cabildeo previo a la cumbre y los
posteriores encuentros poco sirvieron para unificar una crítica a los casos de
violaciones a los derechos humanos perpetradas por el gobierno de George W.
Bush, como lo han hecho contra otros regímenes cuando el Pentágono lo solicita.
En lugar de emitir una fuerte condena a las
torturas y vejaciones cometidas por las fuerzas armadas estadounidenses sobre
prisioneros de guerra en Irak, sólo rechazaron en términos generales los abusos
y malos tratos. La agresión militar contra la población civil iraquí merece una
enérgico repudio, ya que los invasores siguen asesinando y agrediendo a
personas inocentes (incluidas mujeres, niñas y niños), bajo el pretexto de
combatir el terrorismo.
En otra parte de esa declaración, los
mandatarios reiteraron la responsabilidad de sus gobiernos de dirigir procesos
y reformas orientadas a aumentar la cohesión social mediante el combate a la
pobreza, la desigualdad y la exclusión. Lo que cabe preguntar es cómo lo harán,
ya que avalan incondicionalmente las recetas de los organismos financieros
internacionales, las cuales no resuelven tales problemáticas; por el contrario,
las profundizan. Así se demuestra en Guatemala, donde los porcentajes de
pobreza extrema van en aumento de manera dramática.
Otra pregunta que también tendría que
responder el presidente Óscar Berger es por qué califica de "bueno"
el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Centroamérica, firmado el
28 de mayo pasado en Washington. ¿Acaso desconoce por qué en México existe la
consigna "¡El campo no aguanta más!"?
En uno de los campos pagados que suscriben el
gobierno guatemalteco y la agencia AID de Estados Unidos, se dice que "El
Estado de Guatemala velará por que se respeten las leyes vigentes nacionales en
materia laboral y ambiental". Al mismo tiempo se establece el
"compromiso de los países parte, de no anteponer la legislación ambiental
y laboral como obstáculo al comercio".
¿Por qué considerar bueno ese tratado, que
subordina los derechos de las personas trabajadoras y la defensa del patrimonio
natural a las leyes del mercado?
Como una expresión feminista en Guatemala,
condenamos de manera contundente la agresión militar contra el pueblo iraquí,
al igual que el embargo contra el pueblo cubano. Expresamos nuestro rechazo a
las políticas neoliberales que tantos estragos están ocasionando en los países
latinoamericanos. Nos pronunciamos por un modelo económico alternativo que
coloque en el centro del desarrollo los derechos sociales, laborales,
ambientales y culturales de los pueblos — consigna que se está multiplicando
con mayor fuerza en diferentes partes de este continente.
En suma, reivindicamos los diálogos
encaminados a encontrar soluciones, no pláticas formales ni protocolarias que
al fin de cuentas sólo representan la subordinación a los poderosos.
[índice]
Intromisión,
invasión, intrusión, sinónimos de infamia
Anamaría Cofiño K., laCuerda
Con la esperanza rota, la dignidad quebrantada y el
futuro hecho añicos quedó la población que apoyaba y creía en la Revolución
Guatemalteca. Ante la intervención yanqui y sus nefastas consecuencias, mucha
gente tuvo que salir al exilio y abandonar sus querencias. Algunas personas,
decepcionadas, incapaces de enfrentar semejante frustración, cayeron en la más
profunda tristeza o se quitaron la vida. No faltaron, por fortuna, quienes
decidieron continuar la lucha, cultivando los valores que la gesta libertaria
había sembrado y levantando activamente sus banderas, hasta hoy.
laCuerda se une a quienes han mantenido viva
la esperanza en un futuro mejor y ofrece este número como un sentido homenaje a
todas las personas que dieron su vida por el ideal compartido de construir una
Guatemala justa y democrática. Estamos convencidas que los pueblos, los grupos,
las naciones, las personas, tenemos derecho a ser autónomas, libres e independientes.
Un fantasma recorre el mundo
Las mujeres sabemos bien cómo son las injerencias, porque
a lo largo de la historia hemos sido objeto de avasallamientos, abusos y
conquistas violentas por parte del patriarcado como sistema y de algunos hombres
como individuos. En carne propia hemos padecido las consecuencias del machismo
que pretende erigirse como dominio universal. Esa situación ha reforzado
nuestras resistencias y afanes por sacudirnos los yugos externos. La liberación
de las mujeres es una revolución cotidiana que ha durado siglos y no tiene
cuartel. Luchar contra la intervención es pues, algo que se lleva dentro como
una forma de no ceder, de sobrevivir.
El feminismo se caracteriza por descubrir,
señalar y trastocar las estructuras que sostienen el edificio de la dominación.
A través de diversas estrategias, ha logrado avances hacia formas de vida más
igualitarias, aunque no siempre más equitativas y justas. Las mujeres hemos
dado grandes pasos para dejar atrás la sumisión y la opresión, pero no hemos
conseguido salir del todo, ni todas. Mientras haya mujeres golpeadas, que no
sepan leer ni escribir, que no puedan decidir cómo vivir su sexualidad, que no
tengan voz ni derechos, la revolución seguirá inconclusa.
Intromisión por todos los medios y a cualquier precio
La penetración cultural es una política que busca dominar
las mentalidades por medio de palabras, imágenes, gestos y normas que conduzcan
a los rebaños por las sendas de los amos. Las religiones -opio de los pueblos-
son elemento clave para la conquista espiritual. A través de las culpas, los
pecados, la resignación, intimidación y otras tácticas más sutiles, hay
creencias que doblegan a la gente, quitándole su raciocinio y su poder de
decidir libremente, imponiéndole la fe como dogma. La intervención de la
iglesia católica en las vidas y los cuerpos de las mujeres es un hecho
innegable que ha cobrado demasiadas vidas. Hasta hoy, esa institución
patriarcal por excelencia nos manda a seguir reproduciéndonos como conejos.
Aun así, hay que decir que no todo es
homogéneo ni negativo, ya que los mensajes y las prácticas espirituales muchas
veces salen del esquema dominador, proponiendo vías hacia la liberación;
además, pueden ser fuente de valor y coraje para enfrentar a quienes nos oprimen.
Una de las maneras más perversas de invasión
que estamos presenciando en nuestros países es la privatización. Con la
expropiación y el hurto de los recursos colectivos, los grupos dirigentes de
los países poderosos, con Estados Unidos a la cabeza, se están quedando con lo
que alguna vez fue nuestro. No está lejano el tiempo en que -si lo permitimos-
nos quiten el agua, el aire, la vida. Ya nos han enajenado niñas y niños,
tierras, semillas, idiomas, costumbres; ahora vienen por lo poco que dejaron.
La Dignidad y la Voluntad son bienes humanos
inapreciables que es preciso conservar y reproducir para enfrentar esta
todopoderosa política invasiva. Son nuestra fortaleza para construir otras
maneras de ser y estar en el mundo. La autonomía, entendida como diversas
formas de organizarnos y relacionarnos, es un camino alternativo ante un
monstruo de muchas cabezas que no tiene escrúpulo alguno. En el espíritu de
comunidad que une y hermana a la gente en torno a sus necesidades, sueños y
deseos están las claves para construir esa otra posibilidad de convivencia que
en idioma maya se denomina "ütz kaslemal", la Buena Vida, ésa que
queremos para alcanzar la paz.
[índice]
laCuerda
50 años de cárcel
Cerca de cumplirse un año del asesinato de las jóvenes
Deborah Elizabeth y Olga Aracelly Tomás Villeda, de 16 y 11 respectivamente, el
Tribunal Tercero de Sentencia condenó por unanimidad a 50 años de prisión
inconmutables a los tres responsables del crimen. Éstos violaron, mutilaron y
dieron muerte a las hermanas. El hecho ocurrió el 24 de junio del 2003 en San
Pedro Ayampuc.
Premio periodístico
La reportera Crista Kepfer Iturbide recibió el Premio al
Periodismo de Investigación Irma Flaquer, otorgado por las Naciones Unidas, por
su reportaje "Millones de guatemaltecos sin vivienda". Este galardón
fue creado en memoria de la combativa periodista guatemalteca, defensora de los
derechos humanos, quien criticó la corrupción y represión políticas e hizo
denuncia de la situación de pobreza y discriminación de los indígenas. Fue
"desaparecida" el 16 de octubre de 1980.
Destacadas universitarias
Por primera vez, la Universidad de San Carlos de
Guatemala otorgó el Premio Excelencia Académica del Estudiante Universitario.
De las 27 personas seleccionadas, representantes de cada facultad, 17 fueron
mujeres. Diana Molina, estudiante de Economía, fue la elegida por su promedio
general de 94.88. La USAC premió a sancarlistas cuyos promedios oscilan entre
85 y 95 puntos.
Programa de resarcimiento sin fondos
Rosalina Tuyuc asegura que, si bien el presidente Berger
le ha pedido hacerse cargo del Programa Nacional de Resarcimiento, sólo
aceptaría la responsabilidad si le proporcionaran los recursos necesarios. La
dirigente de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA)
sostiene que no hay fondos para impulsar las acciones precisas de reparación
económica, moral y material de las personas damnificadas por la guerra interna.
Para este año sólo están presupuestados 70 millones de quetzales, un monto que
la lideresa considera insuficiente, por lo que espera que se asigne un mayor
presupuesto.
Por una mejor salud reproductiva
Durante la 57a. Asamblea Mundial de la Salud, la
Organización Mundial de la Salud adoptó la primera estrategia mundial de salud
reproductiva, que aborda la atención prenatal, perinatal, posparto y neonatal,
aparte de ofrecer servicios de planificación familiar de alta calidad. También
da un enfoque especial a la prevención del virus de inmunodeficiencia humana
(VIH), las infecciones del aparato reproductor, el cáncer cérvico-uterino y la
promoción de la salud sexual.
Chapinas a las Olimpiadas
La selección femenina que representará a nuestro país en
los juegos olímpicos, a realizarse en Atenas durante este mes, es la más
numerosa que ha asistido a las Olimpiadas a lo largo de la historia. Seis son
las atletas que disputarán medallas para Guatemala: Euda Carías, Gisela
Morales, Heidy Juárez, Isabel de Sanz Aguero, Maria Dolores Molina y Teresita
Collado.
Por otro lado, en el Grand Prix de Tiro con
Arco realizado en México, la guatemalteca Sabrina Hermes, de 15 años, obtuvo
seis medallas, entre éstas una de oro en la distancia de 30 metros.
Reporte de violencia
Según reportes de cuatro medios escritos, en mayo fueron
asesinadas 14 mujeres, entre ellas una recién nacida que presentaba señas de
tortura. Una fue acuchillada, otra estrangulada y siete murieron por arma de fuego.
En cuatro de los casos no se estableció la causa de muerte. Cuatro fueron
heridas de bala y una atacada a mordidas y golpes. Cuatro mujeres
desaparecieron. Otras 14 sufrieron accidentes viales, ocho de ellas murieron y
las demás quedaron heridas.
[índice]
Lorena Carrillo Padilla, guatemalteca, historiadora
Alguna vez dijo Luis Cardoza y Aragón que lo que había
ocurrido en 1954 era la peor tragedia en la historia de nuestro país. Ya
sabemos lo que sucedió después. Ahora, 50 años más tarde, el gobierno
estadounidense reconoció que haber frustrado el proyecto democrático de
entonces había sido un error. Vaya si lo sabremos nosotros, la generación que
nació y creció bajo "el peso de la noche".
Lo que nos arrebataron
Hablando con mi madre y mi tía, que eran jóvenes en
aquellos años y vivieron la Revolución, ellas me contaban cosas: la gran
felicidad que había sido ver llegar de pronto cientos de revistas y periódicos
de todas partes del mundo, libros. También algunas imágenes en el campo: la
gran cantidad de mujeres que compraron máquinas de coser y los hombres que
adquirieron machetes y azadones nuevos...
Hablar de lo que la Revolución significó es
hacerlo sobre lo que su fin nos arrebató a todos, pero en especial a las mujeres
de Guatemala. Se trata de pérdidas históricas, de brechas insalvables ya, de
futuros cancelados para siempre.
La Revolución, ya se sabe, tuvo lugar en una
época difícil y se cometieron entonces muchos errores, pero lo que se iniciaba
con ella como proyecto democrático y popular se dirigía a cambiar este país, a
conducirlo por un rumbo que quedó vedado, hacia formas modernas de sociedad y
cultura.
Las mujeres de la ciudad y del campo
habríamos sido otras de las que somos hoy. 1954 nos arrebató, entre otras cosas
no menos importantes, los libros, y las transformaciones sociales sumadas a los
libros nos habrían hecho distintas y recorrer en breve tiempo, por caminos
menos ásperos y con mejores resultados, lo que se ha recorrido hasta ahora.
Hace poco, desempolvando cajones me encontré
con un folleto publicado en los 70, con papel barato y mala tinta, sobre un
tema de filosofía escrito por un profesor de la Facultad de Humanidades. Lo
hojeé y pude ver mis subrayados, mis anotaciones, mi número de carnet: 27708...
El folleto había sido lectura de algún curso universitario y no pude evitar
pensar en la miseria de lo que fueron nuestras alternativas de lectura,
nuestras bibliotecas, librerías y editoriales; en la tristeza que había sido
formarse así.
Pero, mucho más atrás, recuerdo que mi madre
nos dejaba a mi hermana y a mí en una pequeña biblioteca infantil que estaba en
el sótano de la Nacional y aquello era un paraíso donde se leía la revista
argentina "Billiken" y la revista guatemalteca "Alegría" de
Matilde Montoya. ¿Qué pasó con aquella biblioteca? ¿Es ahora más grande? ¿Hay
más en la ciudad y en los departamentos? ¿Hay más y mejores revistas para niñas
y niños hechas en el país?
Las ideas que estaban detrás de esos
proyectos eran las de la Revolución y todo eso nos fue arrebatado. Sin duda,
habríamos sido distintas si hubiese continuado y miles de niñas pasaran las
tardes en bibliotecas como aquélla.
Ecos de una revolución truncada
Ayer apenas, leyendo un libro sobre las literaturas
"alternativas" en América Latina, me encontraba con
"Ollantay", la pieza dramática neo-inca, cuyo nombre escuché por
primera vez hace años, cuando mi madre me mostró las fotografías de su puesta
en escena en el auditorio de Belén en los años de la Revolución. De nuevo pensé
en el significado de que las adolescentes de los años 40 trabajaran con tan
importante texto, pensé en las implicaciones que tendría el que las jóvenes de
entonces, en un país multicultural, estudiaran un "texto
alternativo".
A ese paso, hoy, 50 años después, las ideas y
las relaciones interculturales e interétnicas serían distintas... Pero no,
porque detrás de aquellos proyectos estaban las ideas de la Revolución, y al
acabarla, acabaron también con ellos. ¿Qué leen ahora las jóvenes? ¿Hay más y
mejores grupos de teatro en las escuelas? A mí no me tocó nada de eso. En
Belén, cuando yo estudié, sobrevivía apenas el grupo de marimba y el de
títeres. ¿Existen hoy...?
Sobrevivía también el
"Autogobierno", mecanismo por el que las estudiantes se organizaban y
elegían a sus representantes... ecos de la Revolución... El primer día de
clases, la "Seño Lanza", una ancianita profesora auxiliar, se cuidó
bien de aleccionarnos: no debíamos hacer caso del Autogobierno... era puro
comunismo.
Las Misiones Ambulantes de la Revolución
recorrieron caminos y carreteras llevando desde entremeses de Cervantes hasta
profilaxis dental. No se daban abasto; las rebasaban las necesidades de saber
de la gente del campo. ¿Qué pasó con ellas? ¿Se perfeccionaron? ¿Dieron lugar a
mejores proyectos? En su lugar, en 1954 llegó la Alianza para el Progreso.
No perdimos la memoria
Nos quitaron organizaciones, voz, proyectos, espacios y
futuro. Alaíde Foppa se fue, Gabriela Mistral ya no vino más, Frida Khalo murió
en 1954. Todavía acompañó, en silla de ruedas y con pañuelo blanco en la
cabeza, a la manifestación en México contra el Golpe de Estado y la
intervención. Y así crecimos y nos formamos, bajo "el peso de la
noche". Sin libros, sin revistas, sin buenas bibliotecas, sin alternativas,
sin Alaíde, ni Gabriela, sin Frida, con miedo al "comunismo" y
Alianza para el Progreso, porque fuimos la generación de 1954.
Afortunadamente, no nos quitaron ni perdimos
la memoria. Llenamos el faltante con las historias de nuestras madres y nuestras
tías, oyéndolas y aprendiendo de ellas, mujeres fuertes, valientes, distintas.
Como decía Mariátegui, fue la idea, el mito
de la revolución lo que movió nuestras conciencias. A pesar, por encima y en
contra de 1954.
[índice]
Mayra Palencia Prado, economista
La tensión entre el Estado y los grupos de elite
empresarial ha sido una constante a lo largo de nuestra biografía política,
destacándose como uno de los mayores obstáculos para la democratización del
poder, en detrimento de la sociedad.
Más allá de la reproducción de privilegios y
la construcción de reglas de juego afines a las intenciones corporativistas, el
espacio estatal evidencia el agotamiento de un modelo institucional débil,
deformado en materia macroeconómica e incapaz de diseñar y ejecutar un proyecto
político que integre las demandas de la ciudadanía. Con la consolidación del
mercado como único regulador de la actividad económica -e incluso política-, el
Estado, sometido a las exigencias de la globalización, enfrenta el desafío de
asumir los costos de la paz en circunstancias fiscales adversas.
A lo largo de la historia -desde la época
colonial hasta la instalación de los autoritarismos militares-, el aparato
estatal fue preparado para favorecer el crecimiento desproporcionado e
inequitativo del capital, limitando la autonomía institucional a niveles
insignificantes. Se ha utilizado al Estado como arena política desde la cual,
en secreto, se compraban voluntades a través del clientelismo o se imponían
criterios. La elite empresarial participó de la política sin que la sociedad
tuviese conocimiento, sin mancharse las manos.
La cooptación estatal constituyó, durante
muchísimo tiempo, una pieza clave para la sujeción del control y el desmantelamiento
de la independencia institucional; también para la acumulación de cierta
riqueza próxima a la ilegalidad e ilegitimidad. Podría decirse que el poder
económico aún no necesitaba competir en la esfera pública, o de jugar con otras
reglas que no fueran las suyas.
Las huellas de cambio observadas en la elite
empresarial desde la firma de la paz, en su mayor apertura a negociar con otros
sectores, refleja la construcción de nuevos códigos discursivos que la
reinsertan en los cambios políticos. Varios de sus líderes apelan ahora a dejar
atrás la "secretividad" y la "desconfianza mutua". El
denominado liderazgo empresarial se sigue cuidando de no crear la imagen del
sector privado elite como el único protagonista y factor determinante de las
decisiones de importancia nacional. Su apertura política camina de la mano con
una mayor beligerancia acerca de cuál debe ser el mejor ambiente político para
la inversión. Su novedoso interés por el sistema de partidos es un indicador de
esta incipiente transformación en la cultura política empresarial.
La elite empresarial reivindica dar certeza a
las "reglas de juego": al conjunto de normas y mecanismos que a su
vez conforman el marco institucional de lo público y orientan la relación del
Estado con la sociedad. Un cambio en esas reglas implica para éstos modernizar
el Estado, lo que presupone: redefinir las reglas y procedimientos para el
desempeño de lo público, así como las funciones del poder público. En ese
sentido se demanda la creación de un sistema de buen gobierno: reconstruir una
institucionalidad pública que ejecute de acuerdo a políticas y programas de
Estado y se sustente en una viabilidad legal, política y administrativa. En la
transformación de las funciones del Estado, las elites empresariales sí han jugado
un papel decisivo desde antes de estructurar propuestas públicas, aceptando y
promoviendo restricciones a las funciones mismas del Estado.
La dirección en la que ha venido
transformándose el papel del Estado se caracteriza por disminuir la facultad y
capacidad de éste para regular e intervenir en el mercado. En gran medida,
tales cambios derivan de simbiosis perversas entre desajustes internos e
inducciones externas. Es una tendencia de parches a las funciones del poder
público que paradójicamente sigue provocando la recurrencia de círculos
viciosos, volviendo imprescindible redefinir efectivamente el ámbito del poder
público.
La naturaleza del Estado configurado hasta
hoy responde al capital. En ello las elites empresariales tienen una elevada
dosis de responsabilidad.
[índice]
Andrea Carrillo Samayoa, laCuerda
Por lo general es cada 20 de octubre cuando se revive y
recuerda el acontecimiento de 1954. Ese año el país tomó otro rumbo y los
avances logrados se estancaron. La posibilidad de construir un país libre y
democrático quedó truncada.
Al preguntar cómo estaríamos ahora, si
Estados Unidos no hubiera intervenido Guatemala cuando Jacobo Arbenz gobernaba,
las personas que entrevisté coincidieron en sus respuestas: viviríamos en un
país mejor, con mayores oportunidades para toda su gente.
Margarita Carrera agregó: "Lo del 54 fue
una de las grandes tragedias que ha sufrido nuestro pueblo. Se fue hasta abajo
todo el proceso democrático y desde entonces nuevamente volvieron a ocupar el
poder las clases poderosas y pudientes. Lo peor de todo es que los grandes
insignes de Guatemala tuvieron que salir al exilio y se perdió todo: los bienes
espirituales, culturales, económicos. Fue la peor desgracia".
Una joven universitaria dijo al respecto:
"Los países potencias no es que colaboran y ahí se quede la cosa: ayudan
pero hay que darles algo a cambio, y Estados Unidos siempre quiere salir
ganando. Sus intereses estaban siendo afectados con Arbenz y por eso lo
sacaron. Si no hubieran intervenido, con la reforma agraria se estarían
cultivando todas las tierras, los campesinos tendrían mejores condiciones, no
habría tanta pobreza y no dependeríamos de otros países".
Por su parte, la zacapaneca María Roldán
comentó recordarse únicamente de la gente que metían presa acusada de ser
comunista. "Aunque ni se supiera qué era eso del comunismo o se fuera
analfabeta, a uno lo metían a la cárcel con tan sólo haber aceptado una vaca
del gobierno anterior".
En el 54 Oswaldo Mejía estudiaba:
"Arévalo y Arbenz montaron un gobierno comunista y mandaron a la droga a
la United Fruit Company. Ellos eran americanos que tenían todas las bananeras;
por eso Estados Unidos ayudó a que botaran a ese gobierno. Pero a como estamos
ahora, la cosa era mejor antes".
Ana María Rodas respondió: "Seguramente
estaríamos bien, aunque los acontecimientos históricos se relacionan con lo que
sucede. No tengo la menor idea de lo que pudo haber pasado, porque en el 54
había un enfrentamiento muy fuerte entre izquierda y derecha, no sólo aquí sino
en todo el mundo. Hasta el momento seguimos siendo gobernados por Estados
Unidos; no importa a quién elijamos de presidente porque siempre funcionamos
dentro de las normas que ese país establece. Somos una sociedad demasiado joven
que no hemos tenido tiempo para crecer y madurar. Y mientras tengamos un país
como Estados Unidos tan cerca, no vamos a poder fructificar nuestra
propuesta".
Para Lin Valenzuela, habría sido una
Guatemala distinta, donde sería menor la brecha de inequidad entre los que
tienen y los que no. "El analfabetismo sería menor, la educación accesible
para toda la población... La reforma agraria habría transitado a un desarrollo
rural integral producto de la lucha campesina; la salud y seguridad social
ampliado su cobertura y mejorado su calidad. Cabe soñar que a lo mejor una
sociedad así permitiría cristalizar la lucha histórica de los pueblos indígenas
en el reconocimiento de su identidad y el ejercicio de sus derechos".
[índice]
Intervenir, desde la
perspectiva ecológica
Magali Rey Rosa, guatemalteca, maestra, maga
Me pregunto cuándo los seres humanos pasamos de ser
habitantes de la Tierra a intervenirla, si nos atenemos a la definición de
diccionario que dice: intervenir es "tomar parte en un asunto, interponer
uno su autoridad".
Como habitantes, éramos parte del sistema de
vida, una criatura más que vivía aquí, que se adaptaba para sobrevivir. Con los
cambios tecnológicos y de actitud que han prevalecido en las sociedades
humanas, ahora "tomamos parte en el asunto de la vida, interponemos
nuestra autoridad".
Pero no todos por igual. Desde hace mucho
tiempo, también hay seres humanos "interviniendo" con otros. En
América, por ejemplo, había grupos humanos habitando los espacios territoriales
y, entre ellos, los dominantes "intervenían" a los otros y dominaban
los más fuertes.
Con la llegada de los conquistadores europeos
al continente americano, éstos se convirtieron en los nuevos
"interventores". La modalidad de intervención fue el saqueo de los
tesoros y recursos naturales, y también la dominación de los habitantes
locales.
Tienen la capacidad de "intervenir"
los más fuertes. Desde mediados del siglo XX, el gobierno estadounidense
"intervino" directamente en Guatemala. Y así continuamos…
"intervenidos".
La intervención sigue, con las
características propias de la época: más solapada, más sofisticada, más eficaz.
La moderna modalidad de intervención, impulsada por las compañías
transnacionales, más poderosas que la mayoría de nuestros gobiernos, sedientas
de lo poco que nos va quedando, es la nueva colonización. ¿Será la última
extracción?
Les producíamos baratos los postres y el
café; ahora quieren también lo que hay escondido en las entrañas de nuestras
montañas. Vienen además por nuestra riqueza genética, por nuestras semillas,
para que hasta eso tengamos que comprar, y ellos, los nuevos interventores sin
rostro, puedan ser aún más ricos.
Pero hay una forma de intervención de la cual
parece que no nos hemos percatado todavía. Resulta que ahora también el espacio
está siendo "intervenido". Ya se están rifando desde los permisos
para contaminar el aire hasta los espacios para poner la chatarra espacial. Y
en todas partes hay tontos útiles que, siempre por unos centavos, entran en el
juego y les otorgan "derecho" para contaminar.
Así que, mientras los mortales comunes vemos
cómo las transnacionales tratan de extraer hasta la última gota de riqueza de
nuestros territorios, los nuevos dueños de la Tierra se compran y venden el
cielo y los planetas entre ellos. Pero ésa seguramente debe ser
"intervención divina".
[índice]
Margarita Pisano, feminista, arquitecta y escritora
chilena
"Tan sólo la imaginación
me permite llegar a saber
lo que puedo llegar
a ser. Amada imaginación, lo que
más amo en ti es que
jamás perdonas".
—"Manifiesto
Surrealista", André Breton, 1924
El sistema perfecciona la absorción de los
conocimientos-ideas-personas, institucionalizándolos o marginándolos, aunque
siempre mantenga algunas excepciones (útiles). Accede a todo lo escrito, a todo
lo pensado, a toda la crítica, a través de los diálogos, las conferencias, las
universidades, las Naciones Unidas, las ONG, etc. Recurre a todos los sistemas
de control para mantenerse y mantener su legitimidad. Borrar a las personas y
anonimizar sus ideas ha sido una de las formas de hacer su historia. Así no hay
"otros"; quedan excluidos, legitimando y visibilizando las voces,
ideas y personas que ellos eligen, con nombres y apellidos. El sistema se va
agudizando, perfeccionando en sus poderes, controles y saberes, pero más de
alguna vez se le escapan a extremos peligrosos, como la tecnología de muerte,
que hoy ya lo ha alcanzado.
Seguir pensando el feminismo dentro de esta
cultura autocomplaciente es negar la biografía de las mujeres y su
potencialidad civilizatoria. No sé cuántas mujeres han logrado mejorar o
cambiar sus relaciones económicas o de vida por el feminismo, pues la masculinidad
trampea siempre la realidad y la historia. Suma y resta, multiplica y divide a
su manera. No importa quién sostenga circunstancialmente el poder. No hay
argumento que me convenza de la supuesta mejoría de las mujeres con su acceso
al sistema, cuando el mundo está peor. No voy a hacer una lista de las guerras,
de los pobres, de los refugiados, del desastre ecológico, del genocidio, del
infanticidio, ni de Bin Laden ni de Bush ni de Sharon. Y no puedo dejar de
mencionar a la iglesia católica, históricamente responsable de la
discriminación y el maltrato de las mujeres y que, para mantenerse, protege a
sus curas pedófilos, trasladándolos de lugar y multiplicando así sus víctimas
con una inmoralidad a prueba de los tiempos.
Este listado infinito me parece más que
latero y quien lo desconozca o lo lea como avance, no ve la realidad. Los
medios de información están inundados de estos relatos cínicos complacientes al
sistema. No nos cuenten cuentos de género, porque si como género estamos
relativamente mejor, como humanidad estamos peor. Me pregunto si nos sentimos o
no parte de esta humanidad. Me pregunto si esto no es -al menos- complicidad
con el avance de la deshumanización. Tal vez no sea tan burdo como en la Edad
Media para afirmar que el conocimiento de las mujeres proviene de su conexión
con los varones: el diablo y los demonios. Aun así, siguen contándonos el
cuento a las mujeres de que "siempre estamos mejor que antes".
Esta manera de atrapar y desactivar las
posibilidades de imaginación de lo humano para salir de la cultura vigente, ha
estado especialmente focalizada en las mujeres pensantes. Desde su misoginia y
su dominio, el sistema detecta cualquier atisbo de capacidad y legitimidad en
el pensamiento de las mujeres, pues no hay mayor peligro para su poder
masculinista. Este horror a perder sus hegemonías y privilegios le produce un
bloqueo y una "histeria" imposible de transitar. Entonces, organiza
especialmente sus diálogos con las mujeres -más funcionales, más femeninas-
desde el poder de la institución, atrapando la historia del feminismo y
relatándola desde su conveniencia. De esta manera, legitima la feminidad -en
tanto producto patriarcal-, otorgándoles a las mujeres "igualdades"
siempre "diferentes", según sus convenientes valores inmodificables e
inmanentes.
El feminismo está estacionado en la cultura
masculinista; se ha funcionalizado a los proyectos sociales, políticos e
históricos que están sumergidos en su lógica de dominio, en que están los que
dominan, los dominados y los que resisten la dominación. Esta resistencia nos
sumerge en su dinámica, asumiendo sus discursos renovados como parte de un
proceso de humanización, que pretende que reconozcamos avances -desdibujando la
deshumanización que hay detrás- para no percibir el horizonte perturbado, que
cada vez anuncia más tormentas y dificultades.
* Este texto
constituye la primera parte del ensayo que lleva el mismo nombre y que aparece
en mi libro «Julia, quiero que seas feliz», en proceso de publicación.
[índice]
Intervención del
cuerpo: la más deliberada
Anna Arroba, historiadora y antropóloga, directora de
AMES (Asociación de Mujeres en Salud, Costa Rica), profesora de la Maestría
Regional Estudios de la Mujer, UCR-UNA, CR
Recuento histórico
El sistema patriarcal en que vivimos no siempre ha
existido. Las evidencias más tempranas demuestran que este proceso histórico
inició en la antigua Mesopotamia (Irak, Irán) hace 6,000 años y llevó 2,500
establecerse. Surgió en un proceso paulatino, eventualmente violento, en
oposición al matriarcado y al poder y veneración de lo femenino,
específicamente del cuerpo de la mujer y su capacidad de crear vida.
Las madres ancestrales fueron deificadas y
recordadas por sus descendientes durante generaciones. El papel del hombre era
secundario, ya que por miles de años el embarazo fue asociado a la menstruación
y no a la copulación. Los nuevos patriarcas buscaban el poder que la maternidad
otorgaba a las mujeres, y la única manera de garantizar su paternidad era controlándolas
por medio del matrimonio patriarcal, la esclavitud, el castigo. La cultura y
todos los símbolos fueron cambiados. La Diosa Madre fue desaparecida y
reemplazada por el Dios Padre. El hombre se declaró el procreador, dueño de la
mujer. A ella se la definió inferior y, a la vez, peligrosa por su sexualidad
que había que controlar; su menstruación, anteriormente sagrada, contaminante;
el parto, sucio, purificado por un cura a los 40 días.
Se apropiaron de los cuerpos de las mujeres y
su capacidad sexual y reproductiva; se les castró su autonomía y
autodeterminación. Los padres de las nuevas religiones se convirtieron en los
"expertos" de las mujeres. Las excluyeron de los templos y de la
creación de lo simbólico en relación a lo divino, alegando que su maldad e
inferioridad residía en sus cuerpos y su sexualidad corrompía al hombre.
Crearon definiciones sobre la respetabilidad y no respetabilidad de las mujeres
basadas en el comportamiento sexual, aunque más irregularmente dictaban sobre
el aborto, no tanto en defensa de la vida, sino contra la autodeterminación
femenina.
La subordinación sexual de las mujeres quedó
institucionalizada en los primeros códigos jurídicos, impuesta por el poder
totalitario de los nuevos Estados. La legislación Sumeria (3500-2000 a.C.)
indica: "La mujer que se niega al deber conyugal debe ser arrojada al
río". El Código de Hammurabi (1730-1686 a.C.) decretó: "El esposo
tiene ciertos derechos sobre la mujer. Puede reducirla a servidumbre en casa de
un acreedor..." En la Regla 148 de las Leyes de Manú de la India (1280
a.C.) se estableció: "Durante su infancia, una mujer debe depender de su
padre; durante su juventud, depende de su marido; si ha muerto su marido, de
sus hijos; si no tiene hijos, de los próximos parientes de su marido y, en su
defecto, de los de su padre; si no tiene parientes paternos, del soberano; una
mujer no debe nunca gobernarse a su antojo". En el Versículo 16 del
Génesis de la Biblia (3761 a.C.): "A la mujer le dijo: Multiplicaré tus
trabajos y miserias en tus preñeces; con dolor parirás los hijos y estarás bajo
la potestad de tu marido, y él te dominará".
Fundamentaciones para la dominación
El argumento religioso basado en el determinismo
biológico sobre la inferioridad de las mujeres, que aún subyace en nuestra
cultura, predominó durante miles de años y fue el cimiento de la medicina
occidental.
Platón, filósofo griego, introdujo la idea de
un orden jerárquico con el hombre en la cima. Aristóteles, su discípulo,
argumentó: "La mujer es por naturaleza inferior al hombre. Sólo el varón
está hecho a imagen de Dios", afirmaban san Agustín y todos los religiosos
cristianos. Se llegó a creer que la naturaleza del hombre era determinada
enteramente por su racionalidad y la de la mujer por su cuerpo. Por eso se
pensaba que era razonable que los seres humanos definidos por la mente debían
gobernar a aquéllos definidos por sus cuerpos.
Fue la iglesia que fundó las primeras
escuelas de medicina en Europa en uno de los tiempos más duros para las
mujeres: la Inquisición. Ésta, con la autoridad de los nuevos profesionales
-los médicos-, pronunció que las parteras y yerbateras (las médicas de los
pueblos) eran brujas. Fueron condenadas a la hoguera, sistemáticamente torturadas
y asesinadas, eliminando la oposición a la nueva profesión y el conocimiento
que ellas tenían sobre anticoncepción, abortos y partos.
La explicación tradicional de la inferioridad
de la mujer se hizo "ciencia" a la vez que se fue creando un modelo
único de medicina en Occidente. Los ciclos vitales -menstruación, embarazo y
parto, menopausia y envejecimiento- fueron patologizados y medicalizados y
están en manos de los "expertos". Para finales del siglo XIX la
ginecología se volvió la especialización más competitiva y rentable, y la mujer
el objeto más controlado.
La experiencia de las mujeres no se toma en
cuenta en la ciencia y ellas son el objeto de las políticas sexuales y de
población. Muchas han sido sometidas a experimentos por médicos y compañías
farmacéuticas. En los Estados Unidos, esclavas negras fueron utilizadas por el
primer famoso ginecólogo, Marion Sims, en 1860. Una de ellas sufrió 34
operaciones sin anestesia. En los años 1950 se utilizó a puertorriqueñas pobres
como conejillas de indias para la recién inventada píldora.
Las mujeres consumimos entre el 60 y 70 por
ciento de los productos farmacéuticos principalmente debido a que somos las
responsables de la anticoncepción. Esto nos hace vulnerables, y en el mercado,
clave. El anticonceptivo inyectable Norplant, en su fase experimental, fue
impuesto en poblaciones pobres de la India, Bangladesh, Haití y las Filipinas,
con efectos secundarios desastrosos como ceguera, infertilidad permanente,
mareos y pérdida total de energía. Otro inyectable, Depo-Provera, antes de ser
aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos,
corrió la misma suerte. La quinocrina, producto que causa irritación severa en
las trompas y detiene la ovulación, fue impuesto a mujeres pobres en Chile y
Perú. La lista de medicamentos es larga e incluye terapia hormonal para la
menopausia, píldoras anticonceptivas, antibióticos, etc.
No a la intervención
Los lemas de muchas feministas "mi cuerpo es
mío", o "mi cuerpo, yo decido", junto con la demanda de
derechos, de educación para la sexualidad y acceso a la planificación y al
aborto seguro, son abiertas y muy serias confrontaciones a todo el patriarcado.
La respuesta predecible de los nuevos fundamentalistas sexuales, tipificada por
las políticas del poco popular pero muy peligroso presidente Bush y algunas
personas y grupos en nuestros países, es eliminar los esfuerzos de crear una
educación sexual; imponer la abstinencia; prohibir los abortos aún más,
fomentando así la clandestinidad y la muerte de mujeres; prohibir el
financiamiento a organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres y
que a veces incluyen la despenalización del aborto; prohibir el uso de
anticonceptivos y del condón; obstaculizar y por tanto retroceder en los avances
en relación a homosexuales y lesbianas.
Las políticas sobre nuestros cuerpos las
siguen dictando personas que no tienen cuerpos de mujer. ¿No es tiempo de decir
basta, de cambiar nuestro destino?
[índice]
"Sofía", guatemalteca
Yo aborté. Y al escribirlo todavía se me remueven las
heridas por la memoria de aquel momento de dolor, temores y mutilaciones de voz
y expresión, de sueño y relaciones, de verme allí y saber que -aun pudiendo
verbalizar la decisión de interrumpir ese embarazo violenta e impunemente
forzado por un agresor- no podía salvar mi vida.
Sin ningún ánimo me hice la prueba de
embarazo pues temía el resultado. Cambié mi nombre al hacérmela, como tantas
otras lo hacen, y recuerdo haber sentido que así también podía burlar la
censura moral.
Me apoyaron unas amigas que al igual que yo
no tenían información. Nos concretamos a acudir a la cita en el centro que
ninguna de nosotras conocía; sólo habíamos escuchado que ahí lo hacían. Era
ahora o nunca.
Buscar el dinero fue muy difícil, pero lo fue
todavía más cuando al despertar de la intervención un "enfermero"
estaba tocando mi vagina. Con poca fuerza física pero firmemente le grité que
se retirara. Su respuesta fue una risa burlona y la actitud de quien hace algo
tan común que ni pena le da.
Llamé al médico y le pregunté cómo había
salido todo. Me dijo: "A usted no le pasó nada". Insistí: "Pero
dígame, ¿cómo quedé? ¿Sacó todo?" Y él, en tono defensivo, contestó:
"No le saqué nada; sólo tenía un cuerpo amarillo".
Regresé al cuarto-casa que alquilaba. Me
acompañaban dos amigas pero me sentía muy sola; tal vez aún no entendía qué
pasó exactamente ni sabía qué hacer.
En la tarde empecé con dolores en mi bajo
vientre, que luego se agudizaron. Llamamos al médico pero nadie contestó. No
dormí en toda la noche por los espasmos. A la mañana siguiente aparecieron una
amiga y un amigo por la casa, y al vernos tan asustadas me llevaron de
inmediato al centro donde me practicaron el aborto.
Al llegar allí alegaron ardidamente con el
médico mientras yo me iba durmiendo. Mi amiga dijo: "No te vas a morir...
¡vas a vivir!" Al despertar de la segunda intervención me enteré que había
tenido un embarazo ectópico, pero por más que yo preguntaba no me decían nada.
Me quedé ahí por unos días.
Me costó casi un mes recuperarme físicamente.
En las noches tenía pesadillas violentas. Después de mucho buscar ayuda,
encontré apoyo con terapia.
Un buen tiempo después, el agresor volvió a
intentar acercarse a mi círculo y me enviaba anónimos acusándome de
"asesina". A la vez que yo enfrentaba la ruta crítica -ahora en
colectivo de confianza- con las denuncias que hice contra él por acoso,
hostigamiento y violación, me enteré que no tenía una de mis trompas de
Falopio: había sido mutilada tras el embarazo ectópico.
Ahora que me reconozco viva, una entre muchas
que luchamos por existir como humanas, también aprecio la generosidad de todas
las personas que marcaron la defensa del derecho a vivir, de los derechos
sexuales y reproductivos. Hoy veo más palpablemente el abismo que existe entre
estar a favor del derecho a decidir y tener acceso a servicios integrales, a
información completa, libre de mitos y tabúes religiosos que me habrían llevado
a la muerte por ese embarazo ectópico.
La lucha por el derecho a decidir y creer en
ella como un derecho humano de las mujeres son vivencias cotidianas que me
llevan a forjarme una identidad transgresora, de mujer autónoma que reta cada
día a la sociedad patriarcal.
[índice]
Andrea Carrillo Samayoa, laCuerda
En 1916 nació Elisa Muralles Soto; pocos años después,
sus hermanas Mélida y Morelia. Estas tres mujeres vienen de un hogar donde no
había contradicciones: en la familia se compartían las ideas de la Revolución.
Decidieron afiliarse al Frente Popular Libertador y la noche del 20 de octubre
de 1944 estuvieron en pie. Al enterarse del éxito, festejaron y gozaron el
triunfo. Apoyaron huelgas, marchas, y gritaban por las calles sin ningún temor:
"¡Viva Arévalo!"
Casi como en coro las tres dicen:
"Fuimos revolucionarias 100 por ciento; disfrutamos y compartimos los
cambios que se dieron". Mélida, ahora de 86 años, comenta que con la
Revolución se sintió libertad. "Sí", agrega Morelia, "vinieron
libros de todas partes, empezaron a llegar compañías de teatro, zarzuela y
ópera. En tiempos de Ubico era muy limitada la cuestión de la literatura;
cualquier idea nueva era contaminación".
Las tres se dedicaron al magisterio. Elisa
fue, durante 20 años, directora de la Escuela República de Venezuela, una de
las mejores en ese tiempo, la primera donde se fundó una cooperativa escolar y
también un centro de alfabetización. Ella menciona: "La Revolución trajo
ideas nuevas a favor de la educación. Con Ubico las maestras no podían viajar a
México porque perdían el empleo y las casadas no podían trabajar. Ya con
Arévalo y Arbenz, uno de los beneficios fue que no había limitación de estado
civil para laborar, había libertad para viajar y se daban capacitaciones".
Según cuentan, muy pocas mujeres entraban a
la universidad. Luego, llegado el 44 y el movimiento popular, era más accesible
el ingreso a la academia y las guatemaltecas se incorporaron en diferentes
espacios de participación. Fue en esta época cuando se estableció el sufragio
para las chapinas. Algunas organizaciones alcanzaron solidez, como la Alianza
Femenina Guatemalteca, y hubo quienes estuvieron presentes y fueron partícipes
de la fundación de los primeros partidos políticos modernos.
Las hermanas Muralles Soto también rescatan
de este período la reforma agraria, la ampliación de carreteras, los avances en
salud y el establecimiento del crédito rural. Otra vez en coro: "Fue un
movimiento completo que evolucionó al país en muchos aspectos".
Mélida fue de la primera promoción que salió
de la Escuela de Servicio Social, creada en 1949. Dice que tanto ella como sus
hermanas estaban complacidas y satisfechas con los gobiernos de Juan José
Arévalo y Jacobo Arbenz: "Nos dolió muchísimo y lloramos con toda esa
operación de la ‘liberación’".
Luego de "10 años de primavera en el
país de la eterna tiranía", como nombra Luis Cardoza y Aragón a este
período revolucionario, el denominado ejército de liberación, -apoyado por
Estados Unidos y dirigido por Carlos Castillo Armas- invadió Guatemala. Arbenz
renunció y Castillo Armas fue nombrado presidente.
"Estuvimos con la Revolución y la
vivimos. La ‘liberación’ nos mató; para qué vamos a decir... la odiamos. Fue
nefasta para el país, no sólo por la intervención sino por todo lo que se
perdió y las masacres que desató".
[índice]
Subrepticia política
de penetración ideológica y cultural
Ligia Z. Peláez
Hablar de la relación entre lenguaje e intervención estadounidense
en Guatemala pasa por distintos enfoques que abarcan ámbitos sociopolíticos y
culturales. Así, encontramos que la intervención se ha dado a nivel discursivo,
explícita e implícitamente, y en forma directa en las comunidades lingüísticas,
por diferentes agentes.
En un primer nivel, podrían ser abordadas las
expresiones utilizadas para nombrar las distintas fases de la operación
encubierta de la CIA (PBSUCCESS), que estuvo inserta dentro de la política
"Nueva Apariencia" ("New Look") de Eisenhower, en la cual
destaca la retórica de la represión. En otro, se podrían considerar los
conceptos, categorías y vocablos que manejó la propaganda de "guerra
psicológica", dedicada a desacreditar al enemigo por medio de la
publicidad. "Pregonada como la respuesta al subconsumo, a la recesión
económica y a los males sociales, la publicidad, pensaban muchos, también podía
usarse para curar el comunismo".[1]
Podríamos referirnos a las campañas
propagandísticas vinculadas a la "guerra psicológica", dentro de la cual
se inscribe una serie de formas de amenazas, como la circulación de esquelas, o
un conjunto de consignas como la de "comunista visto, comunista
muerto". Esta propaganda incluía la publicación de panfletos y volantes
elaborados por distintas agrupaciones anticomunistas, las cuales ideaban
"decálogos comunistas", a manera de mandamientos, que comenzaban con
"Aborrecer a Dios", pasaban por "Adulterar a Placer, Despreciar
al Padre y a la Madre",[2] entre otros significados trastocados y
adjudicados al supuesto enemigo.
Otra perspectiva sumamente interesante la
constituye la campaña de los rumores y el papel que los medios de comunicación
jugaron en ella: "En la primavera de 1954, NBC News transmitió un
documental televisivo, ‘Gobierno Rojo en Guatemala’ (Red Rule in Guatemala),
revelando la amenaza que el régimen de Arbenz representaba para el Canal de
Panamá". También apareció una serie de artículos en los principales
periódicos estadounidenses ("New York Times", "Reader’s
Digest", "Chicago Tribune" y "Saturday Evening Post"),
en los cuales se presentaba el eminente peligro que acechaba al "patio
trasero de los Estados Unidos".
Sin embargo, este vocabulario, estas frases y
tergiversaciones semánticas y sociopolíticas, pertenecientes a una ideología
particular, palidecen ante otro tipo de penetración profunda que desde los años
30 ha venido interviniendo en las sociedades de América, África, Asia y
Oceanía. Me refiero al Instituto Lingüístico de Verano (ILV), fundado por
William Cameron Townsend, mejor conocido como Tío Cam. Se trata de una
agrupación conservadora y anticomunista, vinculada a la "Wycliffe Bible
Traslator" (WBT), que aglutina a muchas sectas fundamentalistas y opera
por medio de la traducción de la Biblia a los distintos idiomas y dialectos del
mundo.
Aunque hay antecedentes del Tío Cam en
Guatemala hacia 1932, la expansión del ILV data de 1952,[3] justo cuando la
operación encubierta estaba cuajando. Esta organización ha permanecido en el
país con su "proselitismo religioso", vinculado a aspectos técnicos
referidos a la educación, la lingüística y la antropología aplicada.
Durante el proceso de legalización de la
Academia de Lenguas Mayas, el ILV jugó un papel obstaculizador, ya que no
estaba de acuerdo con las nuevas formulaciones lingüísticas que afectaban sus
traducciones bíblicas y diccionarios. Valdría la pena revisar estos
diccionarios bajo una lupa sociopolítica, pues hay estudios que demuestran, por
ejemplo, que en el Diccionario del "Tzotzil" el ILV eliminó,
deliberadamente, una serie de términos que están relacionados con la Conquista,
la opresión y el saqueo de tierras.
De igual manera se han manipulado
ideológicamente conceptos como Comercio: "ganamos mucho con el
comercio"; Luchar: "estoy luchando por terminar pronto este
trabajo"; Derecho: "el hombre tiene derecho a castigar a sus
hijos"...; Sumiso: "los niños deben ser sumisos y obedecer a sus
padres"; Patrón: "el patrón es buena gente, nos trata bien y paga
buenos sueldos".
De cualquier manera, con o sin el ILV, la
ofensiva evangélica fundamentalista está en la radio, está en la televisión,
está hasta el último rincón de la capital y del agro guatemalteco y sigue
ganando adeptos. Con su ofrecimiento de "Dios es la respuesta, Dios
provee, Dios resuelve", continúa su titánica labor de termitas y sigue
fragmentando cada vez más las comunidades guatemaltecas. No cabe duda que ésta
es una forma subrepticia y bastante ruidosa de penetración e intervención
ideológica y cultural estadounidense, que viene a imponer una única y ajena
visión sobre la vida social, espiritual y económica que atenta contra la
posibilidad de imaginar y construir una sociedad distinta y propia.
Bibliografía
1.
Nick Cullather. "PBSUCCESS, La operación
encubierta de la CIA en Guatemala 1952-54". AVANCSO, Serie Autores
Invitados No. 6, 2002, p. 41.
2.
2. Volante del Comité de Estudiantes
Universitarios Anticomunistas, que reza: "Atención Anticomunistas: Démonos
cuenta de lo que es el decálogo comunista". (Aparecen 10 mandamientos.)
3.
"Los misioneros de la CIA".
Instituto Lingüístico de Verano. (En red) Penetración Evangélica América
Latina. www.herenciacristiana.com/ultimacruzada/misioneroscia.html
[índice]
Andrea Aragón, guatemalteca, fotógrafa
La primera vez,
nos dejaron a la mitad de la gente muerta en fosas,
y a la otra mitad llorando en silencio de puro terror.
Ahora, en cambio,
sus armas son más poderosas:
causan ceguera, obesidad, estupidez crónica,
vicios de tele, coca, de hamburguesa,
jeans y otras tantas drogas.
Provocan un estado de paz y bienestar,
somnolencia y retardo mental.
Somos el pueblo invadido que moviendo la cabeza
asiente y aplaude.
A la pregunta de ellos:
"¿Quieren más mierda?"
Nosotros respondemos contentos: "¡Okey!"
[índice]
Ledy Orantes, laCuerda
Manuel Castells, investigador y sociólogo, a raíz de
estudios realizados sobre movimientos sociales y procesos políticos en varias
áreas del mundo, proporciona algunas definiciones que a mi gusto son valiosas
para ser tomadas en cuenta en nuestras reflexiones.
En el libro «La era de la información, el
poder de la identidad II», presenta una visión de cómo se pueden ir creando las
identidades en diferentes círculos sociales y las circunstancias en que se va
formando una persona. También incluye aportes al feminismo a partir de una
crítica de la cultura patriarcal que impera en nuestra sociedad.
Identidad:
"Es el proceso de construcción del sentido atendiendo a un atributo
cultural, o un conjunto relacionado de atributos culturales. Para un individuo
puede haber una pluralidad de identidades. La sociología ha denominado roles y
conjunto de roles a la identidad tradicional y desde una perspectiva
sociológica todas las identidades son construidas".
Identidad legitimadora: "Es introducida por las instituciones dominantes de
la sociedad caracterizada por la dominación ante los actores sociales".
Identidad de resistencia: "Caracterizada por los actores que se encuentran en
condiciones de dominación, por lo que construyen trincheras de resistencia y
supervivencia basándose en principios diferentes y opuestos; de aquí surgen las
políticas de identidad".
Identidad de proyecto: "Los actores sociales basándose en los materiales
culturales construyen una nueva identidad que redefine su oposición a la
sociedad. Buscan transformar la estructura social; éste es el caso del
feminismo haciendo trincheras de identidad para desafiar al patriarcado, a la
familia patriarcal y a toda la estructura de producción, reproducción,
sexualidad y personalidad, sobre lo que nuestras sociedades se han basado a lo
largo de la historia".
Patriarcado: "Desde los movimientos sociales, familia y sexualidad, es una
estructura básica de todas las sociedades contemporáneas; se caracteriza por la
autoridad impuesta desde las instituciones de los hombres sobre las mujeres y
los hijos, domina toda la organización de la sociedad, la producción, el
consumo, la política, el derecho y la cultura.
"La disolución de los hogares de parejas
casadas, por divorcio o separación, debilita las estructuras de dominación de
mujeres y de sus hijos con hogares de un solo progenitor. Las mujeres con una
autonomía cada vez mayor en su conducta reproductiva y económica, dan origen a
la crisis de los patrones sociales de reemplazo generacional, pues está
asegurada la reproducción biológica pero fuera de la estructura familiar
tradicional porque ponen en tela de juicio la estructura y valores de la
familia patriarcal. Éste requiere de una heterosexualidad obligatoria. La
tendencia es a que cada vez haya más hogares donde la cabeza es una mujer".
Feminismo:
"El feminismo es un movimiento transformador que en su práctica y discurso
es diverso pero en el movimiento social transformador desafía al patriarcado y
la defensa de los derechos de la mujer es primordial".
Liberación sexual: "Está en el centro de los movimientos de gays y
lesbianas. La homosexualidad y el lesbianismo no pueden definirse como
preferencias sexuales. Son fundamentalmente identidades y de hecho dos
identidades distintas".
Globalización, informacionalización y movimientos
sociales: "Los
movimientos sociales contra la globalización y la informacionalización han
ampliado nuestra capacidad productiva, nuestra creatividad cultural y nuestro
potencial de comunicación... Así nacen los zapatistas como la primera guerrilla
informacional, que luchan contra las consecuencias excluyentes de la
modernización económica, desafían la inevitabilidad de un nuevo orden
geopolítico bajo el que el capitalismo se acepta de forma universal, afirman su
orgullo indio y luchan por el reconocimiento de sus derechos en la constitución
mexicana. Su éxito se debe en parte a su estrategia de comunicación".
[índice]
Claudia Navas Dangel, guatemalteca, periodista
«Un cuarto propio» es la crítica de Virginia Woolf
(1882-1941) al sistema imperante en su época y que prevalece en muchas partes
del mundo. Las mujeres, tema aparte.
Trata sobre la relación entre la literatura y
el hecho de ser mujeres. Ejemplifica con realidades y situaciones hipotéticas
que hacen reflexionar en cómo sería el mundo de las letras si las mujeres
hubieran vivido en condición de igualdad con los hombres desde siempre y hasta
hoy.
Aunque me emocioné cuando me regalaron este
libro, al empezar a leerlo me sentí desilusionada: no encontraba su esencia
mágica. Pero al iniciar el capítulo dos recordé que no debía basar mis juicios
sólo en la primera impresión, para no quedar con una idea errónea sobre la
autora y un halo de duda hacia quienes me lo recomendaron.
El compromiso de escribir esta reseña me hizo
seguir leyendo, sumergiéndome en un espacio donde el tema es que ser mujer, en
la práctica, significa que no se es nada, cosa que Woolf logra erradicar a
través de sus palabras, su acuciosidad y magnífica imaginación.
No sé si pueda reseñar un libro como éste
porque podría equivocarme en mis apreciaciones y con ello limitar el deseo de
alguien por leerlo. Lo que sí puedo decir es que «Un cuarto propio» es un libro
que toda mujer debe leer, y no por ser feminista o pensar que se es -dos cosas
muy distintas-, sino porque ella, con su enunciado de que para escribir novelas
una mujer necesita tener dinero y cuarto propio, da por sentado que para hacer
muchas cosas en la vida, y no precisamente escribir, las mujeres debemos tener
independencia. No hablo sólo de la económica -que implica vivir aparte de los
padres (meta que no he logrado) y mantenerme sola-, sino de esa independencia
de prejuicios que se da con el tiempo y los sinsabores. Y la verdad es que los
hombres también tendrían que leerlo porque prejuiciosos somos todos.
Me queda claro que, además de quitarme ese
bulto cultural y social que llevo encima, debo valorar mucho mis sueños y éstos
deben pesar un poco más en la balanza de mi andar por este mundo, porque
-siendo totalmente realista- nunca voy aceercarme siquiera un poco a ser una
Virginia Woolf.
Traducida por Borges, es una lectura que, sin
contar el capítulo uno, te da apetito de letras: 125 páginas que se van entre
los dedos y se quedan girando en la mente y en algún lugar del cuerpo donde la
ansiedad cobra vida para dar paso a la creación.
[índice]
Quiero un debate
sobre el aborto
Martín Rodríguez, periodista y estudiante
Este artículo va dedicado a las mujeres a quienes en
países como el mío -que pasarían con 100 puntos el examen de moralidad- no se
les permite ejercer su derecho de abortar.
Nueve de cada 10 personas que conozco pegarán
el grito en el cielo ante esta afirmación. Diez de cada 10 lectores podrían
preguntarse qué hace un hombre escribiendo sobre el derecho a elegir si
abortar o no.
Es porque me gustaría ver un día un debate
político sobre el aborto. Un debate en el Congreso para apoyar una ley que
permita a las guatemaltecas decidir sobre su cuerpo, cuando tienen un feto en
él (claro, durante no más de tres meses).
Una discusión como en marzo ocurrió en
Portugal, donde -informa la ONU- por lo menos 30,000 mujeres recurren al aborto
clandestino cada año.
Una encuesta indica que el 65 por ciento de
lusitanos es favorable a que se despenalice el aborto.
En España, según datos del Ministerio de
Sanidad, en el 2002 abortó una de cada seis mujeres.
En Guatemala, como en otros países de América
Latina, el aborto y sus complicaciones fueron la causa principal de muerte
materna, de acuerdo a un análisis efectuado hace varios años por la
Organización Panamericana de la Salud.
El mismo documento establece que "el
número real de abortos es desconocido por las características de
clandestinidad, ilegalidad y penalización que le rodean. No obstante, se estima
que el número de mujeres que necesita una atención institucionalizada equivale
al 20 por ciento de todos los embarazos".
¿Quiere decir esto que las españolas que
abortan y los doctores que las operan son asesinos? ¿O serán los diputados
españoles que permiten esa ley los verdaderos asesinos?
En Guatemala, en cambio, las mujeres
"son buenas y tienen hijos aunque no los quieran". La fertilidad
guatemalteca promedia cinco hijos. Es que después de tener siete hijos, o antes
de cumplir 15 años, la mujer guatemalteca es feliz siendo mamá, ¿no?
Y los diputados, que en más del 90 por ciento
son hombres que no permiten la legalización del aborto, cumplen con su deber
moral, ¿no es así?
¿Cuántas adolescentes y adultas fallecen o
quedan para siempre infértiles por haberse hecho un aborto en una clínica
clandestina, sin las menores medidas de higiene?
Se pierden así menos vidas de las que se
salvan, ¿no? Vidas producto de violaciones expresas o por sometimiento, vidas
producto de falta de educación, vidas que amarran otras vidas, vidas que no
piden venir al mundo en esas condiciones.
Lo que pasa es que el hombre diputado sabe
más qué es lo mejor para la mujer embarazada. Es de esperar, si se toma en
cuenta que el hombre sabe cuándo la mujer en casa debe tener un niño suyo.
No es que el aborto sea el ideal para
controlar la natalidad. No es tampoco que el hombre le diga a la mujer:
"Aborta", porque el hijo no es "legítimo". La mayor parte
de los embarazos no deseados se solucionaría con métodos anticonceptivos y
con educación sexual obligatoria. La abstinencia es el método que falla más
frecuentemente.
Este artículo no es para decirles a las
mujeres que aborten, sino para cuestionar ese concepto grabado en la conciencia
"moral" de los guatemaltecos y las guatemaltecas: que "el aborto
es malo".
Considero que sería más justo permitir a las
mujeres el derecho a decidir sobre su cuerpo. A ejercer su derecho de ser
madres el día que lo quieran ser.
[índice]
Maya Cu, escribidora, integrante de la Red Mujeres al
Aire, guatemalteca (con todas sus implicaciones), coordinadora de la Editorial
Saqil Tzij de PRODESSA
El tema de la interculturalidad en Guatemala ha cobrado
vigencia en la última década, derivado del otorgamiento a Rigoberta Menchú del
Premio Nóbel de la Paz en 1992 y de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996.
Más allá de un planteamiento teórico y académico, debería interesarnos, como
humanas, el tema de las "sutilezas subjetivas" que se esconden detrás
de las relaciones interétnicas entre mujeres.
Linda es una joven mulata colombiana que vive
en México y trabaja con mujeres indígenas del sur. Participó en el IV Encuentro
Continental de Mujeres Indígenas de las Américas, realizado en Lima, Perú, del
4 al 6 de abril. Al ser entrevistada por quien escribe, dijo: "Estoy
participando en este encuentro porque me identifico con las luchas y
reivindicaciones de las compañeras, porque soy mujer y trabajo con ellas. Sin
embargo, aún siento que no me dan cabida, porque dicen que no soy indígena. Eso
me confronta, pero creo que la identidad está en construcción constante. En mi
caso, tengo varias identidades".
En el contexto guatemalteco pasa lo mismo.
Soy apenas un ejemplo. Nací, crecí y me formé en un contexto urbano, aunque
dentro de mi casa se practicaban algunas costumbres campesino-indígenas. Con el
devenir del tiempo me integré a diversos procesos y grupos del ámbito cultural,
estudiantil, político y laboral. Exceptuando el cultural, en los otros ámbitos
siempre hubo personas ladinas e indígenas que cuestionaban mi forma de vestir y
el hecho de no hablar el idioma materno, que es el q'eqchi'.
Derivado de esa experiencia constante, me vi
confrontada, entrando en serios conflictos identitarios. Afortunadamente, salí
airosa.
Ana Silvia Monzón, en su tesis "Entre
mujeres: la identidad étnica, factor de tensión en el movimiento de mujeres
1990-2002",* señala que el racismo está presente en el movimiento de
mujeres y que aún no hay una apropiación de la interacción género-etnia-clase
dentro del mismo. Afirma que es un movimiento con varias expresiones: mayas,
garífunas, ladinas y mestizas, con una fuerte tendencia de las indígenas a
organizarse como tales. Resalta, además, que muchas mujeres indígenas viven el
conflicto identitario maya-feminista.
Así lo afirma también Aura Marina Yoc
Cosajay, quien admite haber sido rechazada por una organización de mujeres
indígenas "por no vestir un traje indígena ni hablar un idioma maya".
Sin embargo, afirma: "Soy mujer, indígena y feminista".
Definitivamente, el cerebro de los y las
guatemaltecas ha sido intervenido por los prejuicios y estereotipos del racismo
y el colonialismo - incluso dentro del movimiento de mujeres. Habrá que buscar
los cables y desconectarlos. ¿O reconectarlos?
* Monzón, Ana
Silvia. "Entre mujeres: la identidad étnica, factor de tensión en el
movimiento de mujeres. 1990-2002". FLACSO, Guatemala. Notas de la
presentación pública.
[índice]
La insoportable pesadez
de envejecer
Virginia del Águila, periodista y comunicadora
guatemalteca
Debí notarlo hace tiempo, pero hasta ahora lo admití: la
mayoría de mujeres que conozco desde la infancia se han transformado en
"clones" de aquellas "doñitas" que nos parecían ridículas
por sus ideas antediluvianas.
Estas "neodoñitas" no pasan de los
37 años. Aún no usan vestidos que las avejentan 20 años, ni lucen (todavía)
peinado "de salón", tieso a fuerza de fijador. Pero de nada les sirve
andar en "jeans", pues sus cabecitas dieron tal vuelco degenerativo
que ahora piensan igual que las "doñitas" de los años 50. ¿Para qué
crecieron en los años 70-80 y fueron a la "U" en los 90, si repiten
ideas y conceptos trasnochados?
Las solteras treintañeras tenemos que
aguantarles el rollo "demodé". Como el que me tiró una amiga de mis
amigas, que nos encontró en un restaurante y se echó la ronda de "¿Y vos
cuántos hijos tenés?" Mi respuesta ("yo no tengo ... y sigo
soltera") le despertó la conmiseración a la "neodoñita" y una
brillante idea: "¡Te voy a presentar a mi hermano! ¡Ya pasó los 30 y sigue
soltero!"
Ejemplo 1 de concepto trasnochado: A la
"quedada" hay que conseguirle algo. ¡Lo que sea, pero ya! Las
"neodoñitas" no conciben la soltería por convicción. En su esquema
preestablecido hay que pescar "lo que caiga". Como es cuestión de
azar y los hombres parecen aguacates, "si tenés suerte no te sale tan
malo".
Estos octogenarios ecos resuenan también en
los ágapes llamados "tés" (¿no se suele tomar café?). Entre la
cháchara se escucha un balbuceo del bebé que alguien lleva a la reunión. El
"rorro" despierta instintos maternales y va de unos brazos a otros.
Pero una cosa es cargar al niño porque una quiere; otra es que te lo pasen y te
espeten el "a ver si así te animás".
Ejemplo 2 de concepto trasnochado: La
maternidad es obligatoria e ineludible. No podés decidir si querés hijos o no.
Y si todavía lo estás pensando, "apurate, chula, porque ya estás
vieja".
Recién me dedicaron por enésima vez una
burrada de este calibre y aunque la aguanté con dignidad, me puso a pensar en
"la insoportable pesadez de envejecer" y el hecho de que me resisto a
convertirme en "neodoñita".
No es que yo padezca del "síndrome de
Peter Pan" (en mi caso, "de Wendy") y me niegue a crecer. Lo que
no quiero es repetir conceptos absurdos y sin sentido, que no empatan con mi
estilo de vida ni con los tiempos que corren. Tampoco quiero atiborrar mi
cabeza con ideas propias de otro siglo, ni llegar a emocionarme más con la
telenovela de las nueve que por un buen libro. Bastante trabajo y tiempo me ha
costado nutrirme de asuntos sustanciales y progresistas, que quizá no estaban
en el ideario que mi mamá me transmitió pero que responden al momento que vivo y
me hacen una mejor mujer. Creo que ahí está el secreto para alivianar el
envejecimiento y evitar ser una "neodoñita".
[índice]
Patricia Cortez, médica guatemalteca
Mantener la coherencia en el lenguaje es difícil,
especialmente luego de años de aprendizaje. Pero analizar por qué utilicé en
una conversación el término "médico" para referirme a mí misma, y
entender la molestia de mi interlocutora, me conducen a estas letras.
Supongo que no fue sólo un "lapsus
lingue" tras un turno extraño, ni una falta de compromiso con el lenguaje,
sino más bien una mala pasada del inconsciente, que de alguna forma me hace
consciente de lo que percibo en el ambiente hospitalario. Porque no me siento
como una médica trabajando, sino que el nivel de exigencia para una mujer sigue
siendo superior al que se aplica a un hombre.
Increíblemente, de 16 turnistas sólo cinco
son hombres. Pareciera como si las cosas en realidad hubieran cambiado, se
respetara nuestra capacidad y se nos diera "nuestro lugar"... si no
fuera porque de los 12 especialistas, sólo una es mujer.
O sea que la jerarquía se mantiene y que si
son sólo cinco hombres es porque ellos obviamente han tenido acceso a puestos
de dirección o jefaturas y que somos mujeres el personal "operativo",
las "auxiliares" en el tratamiento de pacientes y, por consiguiente,
las que hacemos el trabajo duro.
Seguimos con el sexismo y no sólo en el
lenguaje. Cotidianamente se acepta que ellos tengan "otras
responsabilidades" con su familia, que deban "cumplir con la
esposa", que sean jefes de hogar y por tanto necesiten su salario a tiempo
para poder "mantener a su familia".
De nosotras se espera que seamos tolerantes
con el salario porque "tenemos marido que nos dé" o, si carecemos de
él, "es nuestro problema por putas". Nuestros hijos deben mantenerse,
al igual que los de ellos, al margen del trabajo y al cuidado de la madre,
invisibles. Y se sigue tolerando que ellos lleguen tarde, etílicos, metan
mujeres a los dormitorios, insulten a las enfermeras (a quienes parece no
molestarles, o por lo menos se cuidan de no hacerlo evidente) y que se nos
soliciten "favores especiales" para ser promovidas.
La mayoría estamos por contrato -lo que
quiere decir que no encontramos un trabajo mejor y bien pagado-, sin
prestaciones ni seguridad laboral. Asumimos el riesgo y le echamos ganas.
Aunque algunas son muy hábiles cirujanas, cuando no pueden hacer algo se les
sigue achacando que se debe a "debilidad femenina".
La única especialista del grupo es
ginecoobstetra -una "cosa de mujeres"-, pero no le dan la
credibilidad que merece. Ha sido tradicional que aquéllas que ingresan a las
residencias a especializarse no se gradúen; algo ha cambiado, pero aún son
pocas las que lo logran.
La única forma de trabajar es hacerlo
"como médicos", asumiendo roles tradicionales y sexistas, siendo
sumisas y obedientes con los "jefes", no siendo "putas", o
sea teniendo una vida sexual inexistente o apagada (o teniendo marido fijo). Si
no, no se nos respeta.
Estoy trabajando como médico, asumiendo que
se me dio la oportunidad casi "por compasión", y se me mantiene
informada de que en cualquier momento pueden rescindir mi contrato. Se espera
que no me embarace para no complicar el trabajo, que no me enamore del personal
(¿por qué los hombres siempre han enamorado a las enfermeras sin problemas?),
que no tenga vida familiar ni hijos que me soliciten y, ante todo, que tenga un
marido que me mantenga para que aguante los atrasos salariales.
¿Está equivocado el término o no?
[índice]
Informe de Amnistía
Internacional
laCuerda
Los abusos contra los derechos humanos alcanzaron niveles
que no se habían visto en muchos años. Este enunciado forma parte de la
introducción al Capítulo Guatemala del Informe de Amnistía Internacional 2004.
La ausencia de medidas contra la impunidad es
una de las conclusiones que se incluye en la mayoría de apartados de este reporte.
En particular llama la atención sobre el alarmante grado de violencia hacia las
mujeres, en el ámbito familiar, y los centenares de homicidios en los que
-precisa- "previamente habían padeciddo diversas formas de violencia
sexual".
Especifica que continúan en la impunidad
abusos como las generalizadas violaciones de mujeres indígenas no combatientes
durante el conflicto armado interno, además de las amenazas y agresiones a
activistas que siguen procedimientos judiciales contra militares o realizan trabajos
de exhumación en lugares donde se presume que elementos del ejército enterraron
a personas ejecutadas extrajudicialmente.
[índice]
laCuerda
En una evaluación de política económica, la Asociación de
Investigación y Estudios Sociales (ASIES) reconoce que la pobreza extrema en
Guatemala aumentó de 15.7 por ciento en el año 2000 a 21.5 por ciento dos años
después. En el área rural el incremento fue mayor: del 23.8 al 31.1 por ciento.
Indica que la niñez es el conglomerado más
afectado por el deterioro de las condiciones de vida. Así lo confirman las
mediciones de desnutrición, misma que no sólo afecta el crecimiento físico de
niñas y niños, sino les niega todos sus derechos. De 49.1 por ciento reportado
en el 2000, dos años más tarde la desnutrición infantil en el área rural
ascendió al 55.5 por ciento.
En el apartado sobre el gasto público, el
estudio afirma que "no se cumplió con un requisito indispensable para
garantizar la asignación priorizada de recursos en función de necesidades
sociales..." El gasto en salud y asistencia social se redujo en el 2003 en
relación a lo registrado en 1999, mientras que el gasto militar se incrementó
en el 2000 y 2001. "Tanto las prioridades de gasto que no correspondieron
plenamente a las necesidades sociales, como la pérdida de fuentes de empleo en
el área rural, incidieron en el aumento de la pobreza extrema".
En las estadísticas de empleo, entre el 2000
y 2002 se incrementó el número de trabajadores por cuenta propia y de
trabajadores familiares sin remuneración (principalmente mujeres). Más del 50
por ciento de la población ocupada corresponde a estas dos categorías ante la
falta de oportunidades en el sector formal de la economía.
[índice]
Monitoreo de notas
sobre mujeres
laCuerda
El Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala
(CERIGUA) envía información diaria a 600 destinatarios, incluidas publicaciones
feministas. Ha realizado monitoreos enfocados a las mujeres y medios de comunicación,
así como en temas de salud y educación.
En el más reciente, "El reto de los
partidos políticos", analiza cinco medios escritos entre abril y noviembre
del 2003 sobre las demandas de mujeres organizadas y las propuestas políticas
que los partidos y sus representantes les hicieron a ellas en la pasada
contienda electoral.
En los ocho meses de estudio, los cinco
diarios publicaron un total de 42 notas referidas a demandas y 30 a propuestas.
Cabe señalar que en abril y mayo no se registró ninguna nota. "Prensa
Libre" publicó el 64 por ciento del total (46); "elPeriódico"
tuvo siete impactos, mientras que "Siglo Veintiuno" incluyó sólo una
nota. En contraste, la producción de CERIGUA ascendió a 320 notas en ese lapso,
el 43 por ciento de éstas elaborado en septiembre y octubre.
Los medios escritos, aunque aumentaron
progresivamente el número de notas en los meses de campaña electoral, "no
prestaron la atención debida a las demandas de las mujeres, aunque ésta era una
oportunidad propicia para hacerlo", concluye el reporte.
[índice]
Felicidades al
Sector de Mujeres
Desde laCuerda enviamos un abrazo solidario al
Sector de Mujeres en su aniversario, celebrando junto a ustedes una década de
ardua lucha.
[índice]
En la mira
violaciones a familias campesinas
Jacqui Torres, guatemalteca, periodista
Durante su visita al país la última semana de mayo,
Amnistía Internacional (AI) se reunió con integrantes de la Plataforma Agraria para
conocer el conflicto en la finca María de Lourdes y la represión que han
sufrido líderes del movimiento campesino y miembros de la Pastoral de la Tierra
de Quetzaltenango que acompañan el proceso legal del caso.
Ingrid Urízar, abogada del departamento
jurídico de la Pastoral, indicó que pidieron a AI incidir para que el Estado
guatemalteco, por medio del gobierno, se comprometa a solucionar el caso María
de Lourdes y otros en similares circunstancias, abordar el tema de la
conflictividad agraria y laboral y detener los desalojos.
AI mostró su preocupación por las violaciones
a los derechos de miles de familias campesinas y reconoció que el caso María de
Lourdes, como se conoce, es uno paradigmático que tiene implicaciones políticas
claras; de ahí se deriva su interés de acompañar el proceso que empuje su
resolución.
Conflictos exigen acciones inmediatas y de largo plazo
La conflictividad agraria y laboral es uno de los
problemas más serios que viven las familias campesinas, debido a la violación
constante de sus derechos laborales por parte de finqueros. La respuesta del
gobierno a esa problemática han sido los desalojos, porque en las ocupaciones
de los campesinos no ve más que la usurpación de tierras y la violación a la
propiedad privada.
Urízar, también delegada de la Pastoral de
Quetzaltenango ante la Plataforma Agraria, considera que si no se reconoce que
los conflictos tienen implicaciones económicas, culturales, jurídicas y
sociales, esta problemática puede convertirse en un foco de ingobernabilidad.
En su opinión, los desalojos no garantizan el
derecho a la justicia de los y las ciudadanas, además que violan, entre otros,
los derechos a la alimentación, defensa, vivienda e integridad física de las
personas desocupadas. Napoleón Gutiérrez, magistrado de la Cámara Penal, indicó
a Urízar que el reclamo laboral no es un delito de usurpación cuando el
campesinado no obtiene respuestas de los tribunales de justicia.
De acuerdo a la abogada, una salida en el
corto plazo es que las instituciones involucradas muestren voluntad jurídica y
política para detener la represión contra el movimiento campesino. A largo
plazo se podría crear dentro del Ministerio Público una Fiscalía Agraria que
coordine la atención de los conflictos, sin que éstos sean penalizados. Luego
hay que pensar en la creación de Tribunales y un Código Agrarios.
[índice]
Mitos y verdades:
1o, 2o, 3o, 4o mundos
Katia Orantes
Hace unos años parecía un sueño casi inalcanzable llegar
al primer mundo. La carga de ser parte del tercero aplastaba las ideas de una
generación que se reivindicaba como de la posguerra, y aunque el talento estaba
a flor de piel, todas y todos queríamos salir. Ahora, los mismos soñamos con
volver.
"No todo lo que brilla es oro"...
Parece que los dichos populares tienen mucha razón. Nunca me atrajo la idea de
ser inmigrante. Tenía claro que no quería ir a Estados Unidos, pero lo que
nunca imaginé es que después de seis meses de aventura por Europa me
convertiría en una inmigrante de los pies a la cabeza.
Las bellas calles barcelonesas se
transformaron en el inmundo recorrido que cada día me llevaba al trabajo. Las
hermosas plazas se convirtieron en campos de batalla entre inmigrantes y la
policía. De repente me encontré con que de manera casi virtual me había
trasladado al 4o. mundo. Qué paradoja... todos querían subir y ahora todos
estamos abajo.
Cansada de los comentarios peyorativos de los
primermundistas respecto a nosotros, los del tercer mundo, inicié una lucha un
poco inútil por hacerles ver que por allí no todo era maravilloso. Miles de
ancianas y ancianos abandonados, la inmigración que nadie quería ver, gente
viviendo con sus madres y padres hasta los 35 años... Y así muchos problemas
que parecían no existir, ya que es más fácil ver los de fuera que ser
conscientes de su propia realidad.
En el 4o. mundo se mezclan el fanatismo del
consumo con las carencias que trae consigo el no poder comprar; las calles se
maquillan para una boda real y el salario mínimo no alcanza ni para pagar un
alquiler compartido. Eso sí: todas las personas se encargan de recordarte que
estás en el primero y para el inconsciente colectivo era casi una necesidad
casar al príncipe heredero. El choque más grande ha sido darme cuenta que esta
boda hace soñar no sólo a las españolas con que existe el "príncipe
azul" sino también a unas cuantas de este lado del charco. Es asqueroso
cómo saben vender los cuentos de hadas.
Fue en ese mismo mundo donde personas de
diferentes países latinoamericanos intentamos, a través de charlas y talleres,
convencer a un grupo de voluntarios de verano que el tercero tampoco es el
ideal de vida silvestre donde se convertirían en una especie de salvadores del
subdesarrollo.
La verdad es que ninguno es ni tan bueno ni
tan malo, pero por suerte a todas y todos los habitantes de este planeta nos
queda ese idílico segundo mundo donde no todo es ni tan bueno ni tan malo;
donde no importa si eres blanco, negro, rojo o amarillo; donde nadie va a la
luna y los niños no comen de la basura; donde todos viven en casa, van a la
escuela y al doctor. La lástima es que no existe. Pero soñar es gratis.
[índice]
¡Vamos a matar! y
luego a reírnos...
Lucía Escobar, laCuerda
Se les ve sonriendo, divirtiéndose, pasándola bien. ¿Cómo
no? Si son jóvenes, tienen una vida por delante, tienen poder. Son los héroes y
heroínas de su país y del mundo entero. Para estar ahí, tuvieron que pasar por
una profunda capacitación militar. Durante meses y quizá años estuvieron
escuchando y aprendiendo la diferencia entre el bien y el mal, entre lo
correcto y lo incorrecto. Conocieron la diferencia entre Dios y el Diablo.
Ellos son los ángeles de Dios Bush y tienen que matar a los emisarios del Dios
Hussein y su pandilla.
Y ahora, resulta que todo cambió. Que sólo
porque algunas fotos dieron la vuelta al mundo y ofendieron algunas
sensibilidades (seguramente de esos desocupados que velan por los derechos
humanos), los malos son ellos. Pobres soldados, con lo que sufrieron dejando a
su familia americana para ir a matar terroristas, y ahora les voltean la
tortilla y quieren enjuiciarlos por tortura y maltrato a prisioneros de guerra.
"No hay derecho", dirá llorando la
madre de Sabrina Harmon, una de las especialistas que solía burlarse de la
forma en que morían los iraquíes prisioneros en Abu Ghraib. "No hay
derecho pero así es la vida, Lady Harmon". Chivos expiatorios siempre ha
habido y habrá en todas las guerras del mundo. Ni modo que van a encarcelar a
Bush o a Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos. No, el
castigo es para los soldaditos, para los de rangos inferiores, para los
jóvenes, esos inconscientes que no saben matar bien.
Órdenes directas
El Congreso estadounidense, la cámara de legisladores y todos
los grandes cabezones del país yanqui están ofendidos y entristecidos porque
las fotos dieron la vuelta al mundo. No vayan a pensar que es por el
sufrimiento aplicado al pueblo iraquí. No, si el sufrimiento y la tortura se la
merecían. Ahora los legisladores se han juntado para ver más de 300 nuevas
imágenes y planear qué hacer. Todos coinciden en que estas nuevas fotografías
no deben ser vistas por el común de los mortales. No vaya a ser que inspiren
más crímenes, justifican.
El autor de un informe sobre el trato a los
prisioneros en Abu Ghraib, el general Antonio Taguba, dijo que no hubo
"órdenes directas" o políticas escritas que consintieran el abuso a
los prisioneros. Los cerebros del ejército estadounidense dicen que son casos
aislados de soldados posiblemente perturbados. Esa tal Lynndie England, que
sostiene a un prisionero con una correa de perro, seguramente extrañaba a su
mascota y quiso recordar aquellos días en que la sacaba a cagar al parque.
Lo cierto es que Estados Unidos vive y cree
en la cultura de la guerra; para ellos, el asesinato es justificado siempre y
cuando sea de un gringo hacia cualquier otro. Los jóvenes que se enlistan para
la guerra son convertidos en asesinos a sueldo; ése es su trabajo. ¿Cuál es el
escándalo, entonces?
[índice]
Experiencias en las
ocupaciones de fincas
Isabel Solís, Amy North, Ana López y Marta Gutiérrez,
integrantes del Área de Estudios sobre el Campesinado,
AVANCSO
Las ocupaciones de tierras en las Verapaces son un grito
de las familias q’eqchìes para que los finqueros cumplan con sus obligaciones:
salario, prestaciones y otros deberes estipulados en el Código de Trabajo. Sin
embargo, se les quiere callar llamándoles "invasoras" mientras los
finqueros -los verdaderos invasores- están bajo el manto de la impunidad y
protegidos por las propias autoridades locales, haciendo caso omiso del hambre
y desnutrición que sufren las familias. Las consecuencias pesan más sobre las
mujeres y la niñez.
¿Ocupaciones o invasiones?
El uso que se hace de los términos "ocupación"
e "invasión" es necesario comprenderlo en el marco de una disputa de
clases sociales diferentes y de distintos usos prácticos. Cuando la oligarquía
terrateniente, los funcionarios públicos y la mayoría de los medios de
comunicación masiva usan el término "invasión", persiguen defender el
principio de la propiedad privada como bien absoluto y sagrado por encima de la
vida humana, buscando criminalizar y reprimir las luchas y organizaciones
campesinas.
Por su lado, las comunidades y organizaciones
campesinas, al explicar sus acciones como "ocupaciones", están
hablando de la lucha, resistencia y organización de las y los trabajadores del
campo. Lucha contra injusticias, abusos y delitos cometidos por latifundistas y
patrones que no han pagado siquiera los salarios mínimos ni las prestaciones
laborales contempladas en la ley, mientras se han apropiado anómalamente de
grandes extensiones de tierra de la nación o de comunidades indígenas.
Hablar de las diferencias reales, prácticas y
verdaderas entre las invasiones y las ocupaciones forma parte de la lucha
política. El uso de uno u otro término nunca es desinteresado, indica siempre
una posición: es ocupación para quienes luchan por la justicia y la dignidad de
los pueblos.
"Es el camino que nos han dejado"
Las comunidades en las ocupaciones tienen su propia
organización que les permite defender esas tierras que vieron nacer y morir a
sus abuelas y abuelos. Aun con todas las dificultades, las mujeres han
participado activamente en esta organización. Algunas integran las juntas
directivas; otras han formado su propio comité y buscan apoyo para solucionar
emergencias, como la falta de covachas, nylon, láminas, comida, ropa para sus
niñas y niños. Hacen esta búsqueda por todos los medios posibles en el
municipio y el departamento. Y la celebran en grande cuando logran obtener
ayuda de algunas familias solidarias y organizaciones que entienden su lucha
justa. A la par de estas actividades también participan en cursos de formación
impartidos por instituciones existentes en la región.
Para las mujeres, los años en las ocupaciones
representan un problema para su salud y la de su prole. Los alimentos que se
puede conseguir duran muy poco tiempo y lo que se siembra en la tierra -que
alcanzaría para dar de comer a las familias- no es nada seguro: en los casos de
Buenos Aires, Remedios y El Salto, los propietarios se han aprovechado y llegan
a recoger el producto que las mujeres mismas han trabajado. Ellas siembran
otras hierbas, pero algunos finqueros sueltan sus animales para que las coman.
Otra estrategia de sobrevivencia es formar tiendas comunitarias para las que se
recolectan productos.
Las mujeres han podido hacer muchas cosas
para subsistir, pero tanto los finqueros como el gobierno llegan a destruir y
luego dicen que no pueden hacer nada: con los desalojos muchas veces queman y
se llevan las pertenencias y alimentos. Pese a esto, en la decisión de ellas se
ve la firmeza y se va haciendo más fuerte su organización:
"La vida de las mujeres en las
ocupaciones es muy dura. La tierra la tenemos para sobrevivir; nos dedicamos a
conseguir de ella alimentación para nuestros hijos e hijas. Esperamos que el
finquero nos pague el salario que nos debe. Esperamos que el gobierno intervenga
para que se pueda solucionar el problema. Llevamos ya años aquí con nuestro
grito, que es nuestro sueño diario. En vez de traer solución nos están matando.
¿Qué camino nos queda más que seguir luchando para que las leyes se cumplan y
no sólo estén en papel? No tenemos otro camino porque estamos en tierras que
han visto nacer generación tras generación; siempre hemos trabajado aquí. Sólo
podemos luchar y luchar; es el camino que nos han dejado. A pesar de que el
gobierno nos golpea con garrotes, con bombas y piedras, nuestro corazón sigue
latiendo por conseguir algo de comida para sostenernos a diario".
La lucha no es sólo por la tierra
Las mujeres organizadas suelen ser ignoradas,
ridiculizadas o reprimidas. Sin embargo, aun cuando pasan desapercibidas y se
naturaliza su explotación, es por ellas que las ocupaciones se mantienen. Su
experiencia en tales medidas es una lección para superar la impresión de las
mujeres solamente como madres y esposas. Estas duras vivencias las visibilizan
como sujetas sociales y políticas, como legítimas demandantes de tierras y
servicios.
Ellas están ahí, activas, aun cuando se les
ha enseñado a ser pasivas y obedientes. El deseo de obtener tierras para tener
vida en términos de lo material y lo espiritual es más grande que el miedo a la
violencia estatal de los desalojos. Para las mujeres, la tierra no es un fin en
sí mismo sino un medio para alcanzar condiciones dignas de vida, oportunidades
de desarrollo, y garantizar no sólo su subsistencia sino también su sobrevivencia
cultural y la de sus familias y generaciones futuras: "Pensando en el
futuro de nuestros hijos no pensamos en nuestro sufrimiento".
La lucha de las mujeres por la tierra es una
lucha por el poder: poder de negociación, de administrar los recursos naturales,
frente al Estado, con la familia y la comunidad. Y es una lucha por la
sobrevivencia, la seguridad, la integración familiar y la reproducción
cultural.
[índice]
Movida departamental
Con el propósito de recuperar la memoria histórica de la
masacre de Panzós e identificar que las ocupaciones de fincas forman parte de
la lucha campesina, Plataforma Agraria realizó un foro y presentó una
exposición. Ésta incluye recortes periodísticos que muestran el elemento común
de la política de represión entre mayo de 1978 y los violentos desalojos
realizados por elementos policíacos en el 2004, mismos que la Coordinadora
Nacional Indígena y Campesina (CONIC) consideró que tienen un claro enfoque racista.
En esa actividad se dio a conocer que al
terminar el 2003 estaban ocupadas aproximadamente 120 fincas, que involucran
alrededor de 10 mil familias trabajadoras. El 48 por ciento de las mismas se
localizan en Alta Verapaz, el 43 por ciento en Baja Verapaz e Izabal y el nueve
por ciento restante en otros departamentos.
[Pie de foto: En la página 29 de la edición
de Prensa Libre del 10 de junio de 1978 (12 días después de la masacre
perpetrada por el ejército en Panzós), fue publicada una nota en la que se
informa que una candidata a reina q’eqchi' fue descalificada del concurso en
esa época, tras solicitar un minuto de silencio por el casi centenar de
víctimas. Además, en señal de duelo, ella se negó a bailar el son como estaba
programado.]
La Asociación Coordinadora de Organizaciones en Alta
Verapaz se dedica a dar préstamos a sus socios desde hace seis años. Está
integrada por ocho organizaciones de desarrollo de cuatro municipios del área
poqomchi'.
Ofrece créditos individuales y grupales para
integrantes de las asociaciones afiliadas. El segundo tipo se destina
prioritariamente a mujeres por su grado de responsabilidad y el interés de
propiciar un proceso de empoderamiento. También otorga créditos para
operaciones de comercialización, canalizados en forma directa a las
organizaciones.
En esta coordinadora, Nuk’em es la única
organización de mujeres. Es un grupo de tejedoras que ha destacado por su
responsabilidad en el pago de sus créditos. Le han otorgado casi 400 créditos
que han sido utilizados para invertir en proyectos artesanales y los montos
autorizados oscilan entre mil y siete mil quetzales.
No al maltrato de mujeres y niñez
La Fundación de la Mujer Maya del Norte realiza
actividades a fin de promover que la población femenina tenga acceso a la
justicia en este departamento. Dirige una de sus tareas a administradores de
justicia, jueces de paz y Policía Nacional Civil, porque son quienes atienden
casos de violencia intrafamiliar en siete instituciones de Alta Verapaz.
Para esta organización no gubernamental, un
aspecto relevante es el impulso de acciones orientadas a contrarrestar el
maltrato contra las mujeres y la niñez.
La Fundación de la Mujer Maya del Norte capacita a grupos
de mujeres de diferentes comunidades con el objetivo de buscar cambios en la
sociedad petenera y lograr una mejor calidad de vida. Entre sus proyectos
están: programas de salud, producción, educación y formación de promotoras en
derechos humanos. Tiene uno especial de divulgación que impulsa a través de
talleres, difusión de "spots" y un programa radial.
Con especial énfasis este grupo promueve el
cumplimiento del Convenio 169, que en su Artículo 3 dice: "l. Los pueblos
indígenas y tribales deberán gozar plenamente de los derechos humanos y
libertades fundamentales, sin obstáculos ni discriminación. Las disposiciones
se aplicarán sin discriminación a los hombres y mujeres de esos pueblos. 2. No
deberá emplearse ninguna forma de fuerza o de coerción que viole los derechos
humanos y las libertades fundamentales de los pueblos..."
Daniza Pazos
El Juzgado de Primera Instancia de Trabajo y Previsión
Social y de Familia funciona en Zacapa desde 1998. En este año ha recibido 316
denuncias de violencia intrafamiliar, 143 por problemas familiares (divorcios,
pensiones alimenticias, etc.) y 16 relacionadas con conflictos laborales.
En los casos de violencia intrafamiliar no
siempre se dictan medidas de seguridad, pues a veces hay conciliación. Sin
embargo, se hacen esfuerzos por asegurar la pensión alimenticia para niñas y
niños.
Juliana Julajuj
Un grupo de comunicadoras mayas de este departamento se
dedica a realizar capacitaciones en temas de comunicación popular en 19
municipios, cuatro aldeas, nueve cantones y 79 caseríos. Al concluir su
formación, las mujeres se encargan de trasladar los conocimientos a sus lugares
de origen.
Estas comunicadoras trabajan conjuntamente
con el Consejo de los Pueblos Indígenas coordinando áreas tales como uso y
manejo de programas de computación, políticas públicas, demandas femeninas,
fortalecimiento administrativo, medicina alternativa, filmación y edición de
videos y avances de los Acuerdos de Paz. Todas desde la óptica de las mujeres.
Entre sus mensajes sobresale la exigencia del
respeto al Convenio 169 sobre los pueblos indígenas, mismo que fue ratificado
por el Estado de Guatemala y por tanto es una ley de aplicación nacional.
José Cotí
Lideresas de 18 grupos del municipio La Democracia se
reúnen una vez por semana para tramitar proyectos pro mejoramiento. Algunas
tienen que caminar horas bajo un calor sofocante. Estela López, presidenta del
grupo del cantón Camojallito, comentó: "Estamos muy contentas de estar
organizadas. Me siento orgullosa de trabajar con mujeres muy responsables.
Queremos un proyecto de agua potable, otro para arreglar la carretera y, si
podemos, otro más de vivienda".
Nicolasita Pérez Martínez, comadrona de
Mamonales, relató la situación de las familias pobres donde atiende partos:
"Da pena ver esas casas de tierra. A las madres las tengo que acostar en
el suelo, colocándoles debajo algunas hojas de árboles". En el grupo de la
aldea El Milagro, Delfina Morales indicó que participan 107 mujeres, todas
hablan mam y cuentan con credencial.
La representante de Tarayes, Lucía Soler
Ortiz, entusiasmada en mejorar su calidad de vida, resaltó: "Que nos
apoyen económicamente en lo que sea; en verdad necesitamos que alguien nos
escuche". En tanto, Eusebia Villatoro, quien reside en Buena Vista,
explicó que su situación es muy mala: "Mi esposo está enfermo desde hace
tres años y yo tengo que velar por él y cuidar a mis hijos".
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