laCuerda Una mirada feminista de la
realidad |
Año 6, No. 60 Guatemala,
septiembre/2003 |
editorial |
Remontar el
pasado, iniciar el futuro |
entrada |
Minoría de edad perpetua... ¡Nunca
más! (María Eugenia Solís García)
Sumario noticioso |
la médula |
Rehaciendo poder (Tania Palencia
Prado)
Nosotras y el Estado (Wendy Santa
Cruz)
De mujeres a ciudadanas (Ana Silvia
Monzón)
El proyecto contrainsurgente
mafioso no es cosa del pasado (Claudia Virginia Samayoa) |
vida |
Rosalina Tuyuc: Pasajes de una intensa vida
política (Andrea Carrillo Samayoa) |
la paseante |
Los sentidos de nuestro discurso (Anabella
Acevedo)
Feminismos en América Latina
(Adelma Bercián) |
esta boca es mía |
Opción por el voto responsable,
serio y maduro (Helen Mack)
Todas mis muertas (Lucía Escobar)
"¿A qué va esa india a la
reunión?" (Delfina Mux C.)
Memoria, historia y política
(Arturo Taracena Arriola) |
aquí y ahora |
Actuar decididas y sin miedo (María
Dolores Marroquín)
Aborto: Cobrando vidas y esperando
turno (Laura E. Asturias)
Fiestas matrias
Desconocidas tras los granos de
café (Jacqui Torres)
Abuso e injusticia
Monitoreo de medios de CERIGUA
Tierra, trabajo y participación |
campo pagado |
|
reportaje |
Personas, energías y espíritus
(Rosalinda Hernández Alarcón) |
movida departamental |
Rompiendo esquemas
Construyen agenda con referente
local
Instrumento de unidad indígena
Falta un proyecto político claro
Promueven mayor participación |
Editorial—
Remontar el pasado, iniciar el futuro
El presente es una mezcla de ayer y hoy que
pronto será mañana. Llevando esta reflexión a la vida política de Guatemala,
vemos cuán difícil es dejar atrás viejas historias. Pareciera que giramos sobre
los mismos círculos, como si se repitieran en el tiempo. Hay quienes, en vez de
caminar hacia adelante, se aferran al pasado. Se niegan a llevar a cabo
transformaciones y a salir de sus prisiones mentales.
Vemos a los
candidatos que aspiran a gobernar el país como pesados lastres que detienen los
cambios democráticos a favor de la justicia social. Así suenan sus discursos y
campañas: como eco de palabras que usaron sus abuelos para oponerse a todo lo
que fuera novedoso. Retardatarios, convencionales, cuadrados.
Los gritos y berridos
que estos machos emiten en referencia a las maras, a favor de la pena de muerte
y contra las libertades individuales nos recuerdan los Tribunales de la
Inquisición, las persecuciones políticas, el fascismo.
No es casual que casi
todos los postulantes a la presidencia hayan cerrado filas, declarando su
oposición a los matrimonios homosexuales. ¡Faltaba más! Cómo iban ellos, dueños
de la decencia y el pudor, a permitir semejantes libertades. Guardianes de la
hipocresía y de la doble moral, condenan las relaciones entre personas del
mismo sexo, como si estuvieran en el púlpito de un templo, invocando los más
rígidos valores y llamando a la condenación eterna de disidentes pecadores.
Esos mismos tonos y
actitudes asumen cuando las mujeres pretendemos compartir los espacios que
ellos consideran propios. Entonces les sale del alma todo el miedo,
resentimiento e inseguridad que sienten ante nosotras. Como fieras, responden
con las herramientas que por siglos han utilizado: el terror y la violencia.
Los hombres de la
política oficial no han asumido la igualdad, ni la universalidad de los
derechos humanos. Cuando dicen ser conscientes de la situación de las mujeres,
no pasan del discurso. Luego, cuando de rajar ocote se trata, se hacen tontos o
descaradamente nos atacan. Tocar el tema de las cuotas equitativas de
participación -por ejemplo- los pone a la defensiva, a todos, hasta nuestros
supuestos aliados. No les faltan argumentos para ir contra una propuesta que, a
todas luces, amplía la democracia.
Eliminar todas las
formas de discriminación es una demanda de medio mundo, es decir, de las
grandes mayorías que padecen la miseria, exclusión y opresión. Los políticos no
dan los pasos necesarios para cumplir con los convenios y acuerdos firmados; si
acaso los engavetan o los postergan para nunca. Saben bien que solucionar este
problema es una responsabilidad que están evadiendo, porque no quieren perder
ni una pizca de su ingrato poder.
Las guatemaltecas
-niñas, jóvenes y adultas- vivimos en un ppaís que no nos ofrece ninguna
garantía. El Estado no nos protege, más bien nos descuida. Los crímenes que se
están cometiendo contra nosotras requieren soluciones de fondo. Esto pasa
forzosamente por la desmilitarización y el desarme de la sociedad, por una
educación democrática y un reparto más equilibrado del poder. La justicia debe
llegar a toda la gente, sin distinciones. Acabar con la impunidad requiere
medidas drásticas, que limpien el sistema y lo hagan operante y profesional.
Escasas mujeres están
participando en esta contienda electoral, y las razones son evidentes. Las que
ejercen un liderazgo fuerte, creíble, lo hacen en otros espacios, desde sus
organizaciones sociales o a nivel individual, con las armas que históricamente
han sido su fortaleza: trabajo, entrega, métodos pacíficos. No negamos que
existen algunas que recurren a la violencia y se apegan al estilo de los peores
hombres, pero las consideramos ejemplo claro de cómo la ideología patriarcal
extiende sus tentáculos y enajena.
Guatemaltecas
reconocidas por su capacidad, honradez y responsabilidad son las que más
destacan. Muchas están dando hoy grandes aportes para sacar al país del retraso
e ir definiendo un futuro diferente, más sano, democrático y feliz.
Desde nuestra
perspectiva, ese mañana tiene el sello revolucionario de las propuestas
feministas.
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Minoría de edad perpetua ... ¡Nunca más!
María Eugenia Solís García, laCuerda
El feminismo procede de una tradición en que
funcionan dos acepciones de "lo político". Una señala que no es en
principio una actividad representacional, ni ideológica; tampoco una que habla
de los fines comunes sociales. Dando todo esto por sentado, como una especie de
paisaje, para esta escuela lo político es, en sentido estricto, una actividad
gerencial de macro organizaciones que gestionan lo público. Es decir, lo que en
una sociedad dada se entiende como "público". Ésta es la acepción
gerencial de lo político de Weber.
Por otra parte está
la acepción de lo político manejada hasta los años 60 y 70 por la izquierda y
por el feminismo, dado que pertenece a esa tradición: lo político es todo. Ahí
donde haya una relación de poder, hay una política y ésta puede ser
implementada o interrumpida. Es la acepción que vincula lo político al
ejercicio de poder en cualquier ámbito que ocurra.
¿Qué pasa con el
feminismo como tradición política? Vincula la política al poder, y no a la
acepción gerencial.
Feminismo, motor de cambio
La situación de las mujeres en el mundo está
al menos influida por tres grandes factores: que vivan o no en una situación de
bienestar material; que operen dentro de un sistema democrático o autoritario
y, por último, que las concepciones religiosas del mundo influyan de manera
decisiva en la vida pública y en su vida personal.
Pese a la gran
divergencia entre las situaciones que las mujeres vivan o padezcan, pueden
tener objetivos y deseos comunes. Las reuniones internacionales y los debates
que se dan en éstas aseguran una identidad pragmática de objetivos. Compartimos
una posición genérica y una voluntad de abolir los aspectos degradantes del
sistema.
El feminismo es uno
de los principales motores del cambio de valores que opera en nuestras
sociedades desde hace siglos. Es uno de los núcleos principales de la masa
crítica que funciona dentro de los sistemas políticos democráticos.
Con todo fundamento,
las mujeres podemos y debemos actuar en nombre propio y crear nuestras propias
redes de apoyo mutuo dentro y fuera de nuestros países, porque el feminismo es
el único internacionalismo que queda en pie. Y además tiene la particularidad
de que es verdadero.
Abandono de la minoría de edad
perpetua
¿Cómo lo logra el feminismo? En principio a
través de reformas legales, un poco más tarde por medio de reformas
socioculturales profundas. A través de la agitación, la propaganda, la
concienciación y la rebeldía personal y colectiva. ¿Qué se logra de hecho?
Muchas cosas: derechos sobre la propia libertad, el propio cuerpo, la
propiedad, la educación, el acceso a casi todas las profesiones; es decir, y en
resumen, el abandono de la minoría de edad perpetua.
Ahora bien, logradas
esas cosas, ¿qué tenemos? ¿Ha cambiado tanto la situación de las mujeres? ¿Ha
cambiado tanto la imagen del poder como para que no siga connotando
masculinidad? ¿Ha cambiado tanto la división de papeles sociales que no siga
sucediendo que quienes vayan a detentar un poder determinado sean mucho más
fácilmente ellos que ellas?
Las respuestas nos
las da el feminismo de los 80, distinto y en cuya estela vivimos, para el cual
la pregunta es: ¿existe una verdadera democracia si la posición genérica la
interrumpe? Es decir, si pese a todas las declaraciones explícitas resulta que
mujeres y hombres guardan posiciones de poder tan divergentes que en cualquier
actividad el poder será detentado sobre todo y en su mayoría por hombres, ¿qué
está ocurriendo y cómo puede remediarse?
El predominio
masculino continúa en toda rama importante de actividad sin importar que
existan mujeres calificadas para llevar a cabo la tarea. A las mujeres se les
está vedando de alguna manera no explícita el ejercicio de actividades
significativas que comporten poder.
¿Cómo podemos hablar
de democracia mientras los dos sexos no están representados al mismo nivel en
que socialmente existen? Responder a esto es uno de los grandes retos de la
humanidad entera para este siglo.
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laCuerda
Excelentes deportistas
Las guatemaltecas tuvieron una participación
sobresaliente en los Juegos Panamericanos 2003. Medallas de plata ganaron Sofía
Granda y María Dolores Molina en la categoría individual de boliche y la prueba
por puntos de ciclismo, respectivamente. Medallas de bronce recibieron Cheilli
González en la categoría de 58 kilogramos de karate do, Guisela Morales en la
especialidad de dorso de 100 y 200 metros y Euda Carías en los 49 kilogramos de
tae kwon do. En el XII Campeonato de Judo, Patricia Gómez y Lorena Hervías
ganaron el oro en la categoría mayor.
Caso Mack: Activista presentó
denuncia
Helen Mack denunció ante la Junta de
Disciplina Judicial a los magistrados de la Sala Cuarta de Apelaciones, por
negligencia en el cumplimiento de los deberes propios de su cargo. Según la
activista, Willevaldo Contreras, Luis Felipe Hernández y Rosa María de León
emitieron sentencia de segundo grado en el proceso sin haberla razonado o
fundamentado como lo establece la ley.
Se declarará culpable
La indígena guatemalteca Petrona Tomás,
acusada en Estados Unidos de dar muerte a su bebé, se declarará culpable de
homicidio sin premeditación cuando comparezca, a finales de este mes, ante un
juez del condado de Palm Beach, Miami. Con ello podría evitar la cadena
perpetua a cambio de una sentencia menor. Ella está siendo juzgada en un idioma
que desconoce, ya que el suyo es q'anjob'al.
Una de cal y otra de arena
para la niñez
La Corte Suprema de Justicia instauró, con
base en una ley recientemente aprobada, los juzgados de la Niñez y Adolescencia
y de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, como parte de las medidas de
prevención de hechos de violencia que involucran a estos conglomerados. Por un
error de redacción, y en respuesta a un amparo presentado por notarios
dedicados a adopciones, la Corte de Constitucionalidad ordenó la suspensión del
Decreto Gubernativo 50-2002, mediante el cual el Estado guatemalteco ratificaría
del Convenio de La Haya relativo a la Protección de la Niñez y a la Cooperación
en Materia de Adopción Internacional. Ello retrasará la aplicación de esta
legislación que busca, entre otras cosas, evitar el lucro desmedido y el
carácter comercial de las adopciones.
Por el desarrollo en el campo
Una propuesta de Reforma Agraria Integral
presentó la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOC), a fin de
impulsar un proceso de transformación de tenencia de la tierra y otros recursos
productivos para propiciar un desarrollo social más amplio. Incluye medidas
como la confiscación y expropiación para beneficiar a mujeres y hombres sin
tierra.
Crean red para atender
violencia
Organizaciones públicas y privadas
conformaron la Red Nacional de Derivación de la Víctima con el objetivo de
brindar atención integral a miles de personas que denuncian actos de violencia.
Alrededor de 6,000 denuncias recibió en el año 2002 la Oficina de Atención a la
Víctima, del Ministerio Público. El 80 por ciento fue por delitos contra
mujeres. Del total, el 33 por ciento se refiere a casos de violencia
intrafamiliar y abusos sexuales.
Reporte de violencia
En agosto 64 mujeres, incluidas niñas y
adolescentes, fueron víctimas de violencia y accidentes. Diez quedaron
lesionadas en intentos de homicidio. Diecinueve fueron asesinadas de diferentes
formas, varias presentando el tiro de gracia. En algunos casos sufrieron
violaciones sexuales, golpes y torturas. Siete fueron secuestradas, dos de
ellas ultrajadas. Tres recibieron amenazas y una permanece desaparecida. En
accidentes fallecieron cuatro y 21 resultaron heridas.
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Tania Palencia Prado, guatemalteca, analista política
Propongo dudar de la democracia. Como todo
régimen de Estado, la democracia es convencional e histórica. Es un régimen
porque sus instituciones dirigen la sociedad y atraviesan la economía, las
integra culturalmente a través del sistema republicano (los tres poderes), la
ley y la coerción. Es histórica puesto que ha sido pensada y repensada,
aplicada y reaplicada por la humanidad desde hace mucho tiempo. Es convencional
porque ha nacido de las cabezas humanas y, por tanto, puede ser equívoca;
asimismo, hace posible pensar y construir otra forma de régimen público.
Las cualidades de la
democracia no son reales, son retóricas, máxime en esta época cuando se ejerce
dominación mediática. La igualdad ante la ley no es cierta, es una ilusión. El
propio Banco Mundial informó que en 1998 los países pobres transfirieron a los
bancos del Norte 1 millardo 400 mil millones de dólares, mientras que
recibieron sólo 700 mil millones en concepto de préstamos y ayuda al
desarrollo. El hambre prueba que algo no está bien con la democracia. Es que la
democracia esconde que el Derecho expresa los intereses dominantes convertidos
en ley. Los derechos de la democracia son funcionales sólo para escalas
públicas cerradas. La representación, otra virtud de la democracia nacida desde
la Revolución Francesa y encomiada frenéticamente desde la caída del muro
(especialmente a través de los parlamentos), también es una farsa.
Como nunca antes
observamos un divorcio gigantesco entre quienes gobiernan y lo que se gobierna,
respecto a los intereses sencillos de la gente. La representación política es
un mercado donde invierten pequeños grupos con mucho dinero. La democracia,
además, ha perdido la nación como territorio fundante, ya que el planeta tiene
hoy interconexión cibernética. Pero el poder público mundial ni a democrático
llega: es un imperio.
¿Parchar la democracia o cambiar el régimen de lo público? Las dos
cosas, ya que todo intento por mejorar la democracia exige a su vez superarla
con algo nuevo y porque es mejor la democracia que la tiranía o la narcocracia,
y por miles de razones más. Pero no hay que quedarse sólo en el remache; así
venimos desde hace tiempo. En la superación del mito sobre que la democracia es
lo mejor, el pensamiento producido por mujeres, el pensamiento ecologista y el
pensamiento holista han hecho importantes contribuciones. Un aporte viene del
anarquismo, que consiste en proponer ensayos para entregar poder de conducción
comunitaria a los productores directos, a las comunidades, con visión micro
regional y regional. Las ideas sobre los ecosistemas y el exceso de entropía
que generan las sociedades modernas ayuda también a pensar que el régimen
político debe estar en estrecha relación con la vida en el planeta, con su
propia capacidad de reproducción. Para la democracia es inconcebible asociar
naturaleza, comunidades y producción, acostumbrada a dejar el mercado a los
grandes monopolios que la anulan a sí misma. El pensamiento holista ayuda a
vigilar la ciencia, la ética y la filosofía como acompañantes de un vivir
mejor, que no estén disociadas de la política. Y las mujeres han cambiado al
mundo con sus ideas acerca de que la política no se reduce al arte de gobernar,
al arte de lo posible, a la ciencia del Estado. La política, afirma la teoría
de género, es ejercicio del poder.
Es ese ejercicio que
nos atraviesa el que debemos transformar: la explotación mundial, el
armamentismo, el poder del macho, el poder privado sobre la vida y la muerte,
sobre el conocimiento. Política y democracia son dos cosas diferentes: una es
condición humana siempre perfectible, la otra es una forma histórica del poder
público que no puede más.
Casarse con la
democracia no es bueno para nuestros bisnietos, aunque se prometa que las
mujeres van camino a ser presidentas. De poco sirve administrar sus propios
sistemas asesinos.
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Wendy Santa Cruz, laCuerda
Como excluyente y discriminatoria calificaron
cuatro políticas guatemaltecas la relación entre el Estado y la población
femenina. A su juicio, los pocos espacios que se han abierto deben ser
aprovechados para crear condiciones que permitan una mayor participación de las
mujeres en el ámbito político, como pilar fundamental en la construcción de un
Estado democrático.
Garantizar a mujeres
y hombres el goce pleno e igualitario de sus derechos y libertades es el
espíritu con que se organizó jurídica y políticamente el Estado guatemalteco
como responsable del bien común. Pese a ello, éste no ha respondido eficazmente
a tal fin.
Para Macrina Gudiel,
candidata a diputada de la URNG por Escuintla, el Estado debe ser prestatario
de servicios sociales, "pero lastimosamente el nuestro es débil. Las más
jodidas somos las mujeres, pues la relación del Estado con nosotras es
excluyente en la cotidianidad; constantemente se nos niegan nuestros derechos.
Mientras no se creen las condiciones necesarias para que accedamos al poder
como medio para la toma de decisiones, no podrá hablarse de un Estado
democrático", opinó.
Manuela Alvarado,
integrante de la Asociación Política de Mujeres Mayas Moloj, comentó que no por
casualidad las guatemaltecas están marginadas o ausentes del campo político.
Algunas causas son la forma en que funcionan las estructuras y organizaciones,
además de la dependencia del país a nivel internacional. "Pareciera que
las guatemaltecas no tenemos Estado; la relación de éste hacia nosotras es
discriminatoria y racista", expresó. "Aun así, no podemos seguir
esperando que se cree una plataforma ideal o estén dadas todas las condiciones
para participar en política. Eso no va a llegar; tenemos que irlo
construyendo".
Los espacios
alcanzados por algunas lideresas son de suma importancia. Mirtha de Jesús
López, alcaldesa de La Democracia, Huehuetenango, manifestó: "Es
lamentable que el Estado no nos provea de los recursos necesarios; una tiene
que hacer milagros para que alcancen los centavos. Si no responde a las necesidades
de toda la población, menos lo hace con las prioridades de las mujeres".
Para ella es difícil continuar al frente de una alcaldía que tiene deudas,
entre ellas el Bono 14 de quienes allí laboran, pero reconoce que el respaldo
de las mujeres de su comunidad le dan fuerza para seguir trabajando.
Esos mismos motivos
han mantenido a Dora Liset del Cid en la alcaldía de San Antonio la Paz, El
Progreso, por tres períodos consecutivos. La estrecha relación que mantiene con
las personas de la localidad le ha dado la confianza para trabajar junto a
ellas, aunque admite que falta mucho por hacer. "El Estado ha marginado
bastante a las mujeres", expresó la alcaldesa. "Una quisiera hacer
muchas cosas pero no se nos da la oportunidad. La experiencia me ha enseñado a
no quedarme sentada esperando que llegue, sino buscar la manera de resolver las
necesidades de las mujeres y de la población en general".
Manuela Alvarado
opinó que las guatemaltecas tienen un gran liderazgo que se da desde el hogar.
Quienes están organizadas han avanzado bastante en lo social. "Todo ese
caudal necesita lanzarse a lo político, y para lograrlo hay que superar la
dispersión de esfuerzos entre los grupos de mujeres. Otro punto", afirmó,
"es trabajar sobre las cuotas de participación política en los
partidos".
La representante de
Moloj asegura que sólo las mujeres en cargos de decisión podrán impulsar las
políticas necesarias para el liderazgo de las demás y trascender hacia la
construcción de un Estado incluyente, de una democracia real y funcional para
toda la ciudadanía.
[índice]
Ana Silvia Monzón, guatemalteca, feminista, integrante de "Voces de
Mujeres"
Las actividades públicas y políticas de las mujeres se
han visto afectadas
por varios factores; unos de orden simbólico, cultural e
histórico; otros
resultado de la lógica y las prácticas que han
caracterizado a la manera de
hacer política, y algunos más relacionados con la forma
como está
organizada la vida social con espacios públicos y
privados excluyentes entre sí.
En la segunda mitad del siglo XIX se abrieron
en Guatemala los primeros espacios para la educación de las mujeres,
básicamente de elite. Fueron creadas varias instituciones de enseñanza
"sólo para señoritas" donde, además de aprender el "deber
ser" femenino, se gestaron ideas en consonancia con el pensamiento liberal
en boga.
Este avance fue
permeando las mentes conservadoras de la época y construyendo cierto bagaje
político que dio frutos en los esfuerzos de varias mujeres por expresar sus
ideas a través de la publicación de artículos periodísticos. Algunas se
aventuraron a crear órganos de divulgación propios como "La Voz de la
Mujer" en 1885 y "El Ideal" en 1887, iniciativas que en una
sociedad tan cerrada como la guatemalteca tuvieron una breve existencia así
como escasa difusión y eco entre la intelectualidad.
Otras mujeres
continuaron insistiendo en la reivindicación de sus derechos a la ciudadanía y
formaron parte, hacia 1920, de un importante círculo de sociabilidad generadora
de opinión pública en temas feministas. Uno de los planteamientos recurrentes
era la "construcción de una ciudadanía más amplia", ya que este
derecho, introducido en el siglo XIX en Guatemala, era restringido y excluía a
indígenas y mujeres. Tras el discurso de la igualdad, principio moderno en
boga, prevalecían normas que establecían ciudadanías activas y pasivas. Las
primeras eran reservadas a "quienes fueren casados, o mayores de dieciocho
años, siempre que ejercieran alguna profesión útil o tuvieran medios conocidos
de subsistencia". Las segundas reconocían la existencia de las personas
pero les negaban, de hecho, el ejercicio de sus derechos políticos; en el caso
de las mujeres, aun a las que pertenecían a las elites.
Cabe señalar que la
discusión sobre este asunto estuvo presente desde los años setenta del siglo
XIX, como lo demuestran varios artículos de prensa de la época y algunas tesis
de abogados de la Universidad de San Carlos de Guatemala, para entonces
bicentenaria, pero a la cual las mujeres tuvieron acceso apenas en la segunda
década del siglo XX.
Derecho al sufragio
En 1920, merced a una disposición en el seno
de la Federación Centroamericana, las mujeres tuvieron derecho al voto durante
algunos meses, lo cual generó muchas resistencias, como anotó un periódico de
entonces: "los liberales, federalistas, demócratas, etc. hicieron circular
ayer una hojita en que protestaban por el derecho que la Constitución Federal
concede a las mujeres y analfabetos, y en el [sic] que hacen constar que no
votarán en las actuales elecciones por el motivo antes dicho".
En las siguientes
décadas, marcadas por dictaduras que impedían cualquier expresión disidente, el
aporte de algunas mujeres, aunque de manera dispersa, continuó y se hizo más
consistente para la época en que se produjo la Revolución del 44, marco
histórico en el cual, aun con posiciones en contra, se otorgó el derecho al
sufragio femenino, si bien éste alcanzó a una minoría porque contemplaba sólo a
las alfabetas.
En 1943, la tesis de una de las primeras graduadas en
Derecho,
Graciela Quan Valenzuela, fue precisamente un análisis de
la
"Ciudadanía opcional para la mujer
guatemalteca".
El voto para las mujeres en Guatemala no se remite
solamente al momento
en que éste fue incluido en la Constitución de 1945. Fue
el resultado de varios
procesos que se venían manifestando desde el siglo XIX a
nivel ideológico
y político. Cabe destacar la difusión de las ideas
liberales y el positivismo que
permeaban la discusión sobre este y otros temas de
interés social. Las mujeres,
aunque excepcionalmente o de forma minoritaria y
marginal, participaron en
ese debate y fueron dando vida a un movimiento para
exigir el derecho
al voto, en principio "un voto de calidad",
como algunas de ellas
lo denominaban. Es decir, un voto para mujeres
ilustradas, lo cual
era parte del "espíritu de la época".
Estrenando ciudadanía
Si tomamos en cuenta que hasta 1965 se amplió
el derecho al voto a todas las guatemaltecas, tendremos que concluir que somos
recién llegadas a la ciudadanía porque gran parte de ese período estuvo marcado
por la represión y el cierre de espacios, incluso para el ejercicio de la
democracia formal.
En 1985, cuando se
instauró la transición a la democracia tras una época particularmente aguda de
violencia política que afectó a mujeres y hombres, sobre todo indígenas, las
mujeres ampliaron su incorporación a espacios antes vedados en el ámbito
público, incluida la participación política. De tal suerte, hoy su presencia es
insoslayable, aunque todavía marginal en términos cuantitativos, en los
espacios municipal, regional y nacional.
Esta breve mirada
retrospectiva permite valorar en su justa dimensión el aporte de muchas
mujeres, aún escasamente visibilizadas en la historia guatemalteca, en el
camino a la ciudadanía; asimismo, abandonar la visión, muy común por cierto, de
que las irrupciones de las mujeres en los espacios públicos constituyen hechos
espontáneos sin continuidad histórica.
Bibliografía
Casaus Arzú, Marta.
"La influencia de la teosofía en la emancipación de las mujeres
guatemaltecas: la Sociedad Gabriela Mistral". Anuario de Estudios
Centroamericanos, UCR, 27 (1), Costa Rica, 2001.
La Patria, Año II, 14
de noviembre de 1921. No. 443.
Monzón, Ana Silvia.
"Entre líneas: participación política de las mujeres en Guatemala,
1944-1954". Tesis Diplomado en Estudios de Género. Fundación Guatemala /
URL. Guatemala, 1998.
Taracena, Arturo.
Etnicidad, estado y nación en Guatemala: 1808-1944. CIRMA. Guatemala, 2003.
[índice]
mafioso
no es cosa del pasado
Claudia Virginia Samayoa, guatemalteca, defensora de los derechos humanos
Su cara pública se llama FRG. Su cara oculta
se
encuentra en la mayoría de los partidos
políticos.
Lo que hoy ocurre en Guatemala no es producto
de una coyuntura ni de reacciones impulsivas de los diversos actores
nacionales; tampoco se reduce al proceso electoral. Hoy vivimos la fase B de
una estrategia para el control del poder por parte del proyecto político
contrainsurgente mafioso, en el que coinciden militares, crimen organizado,
empresarios emergentes y algunas organizaciones sociales. Su cara pública se
llama FRG y su cara oculta se encuentra en la mayor parte de partidos
políticos.
Política de desgaste
La fase A del proyecto contrainsurgente
mafioso consiste en el copamiento de las instituciones y la fractura del
proceso de paz. Probablemente esta fase inició con el asesinato de monseñor
Juan Gerardi el 26 de abril de 1998, la acumulación de fuerzas sociales en
torno al rechazo al Código de la Niñez y la Juventud y a las Reformas
Constitucionales, así como la toma del poder por parte del proyecto del Frente
Republicano Guatemalteco (FRG) a través de una alianza entre Alfonso Portillo
(que traía bajo el brazo una serie de personajes y alianzas con expresiones
"democráticas" y de "izquierda"), Francisco Ortega Menaldo
y Efraín Ríos Montt.
Ya en el poder, su
objetivo fue el desmantelamiento de los organismos del Estado por medio de:
Control del Legislativo a través del caudillo, Ríos
Montt.
Desmantelamiento del Ejecutivo mediante el despido masivo
de la burocracia, la incorporación de funcionarios inexpertos y la
democratización de la corrupción.
Profundización de la impunidad por medio de las
reducciones presupuestarias de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), aumento en
la corrupción de jueces y oficiales, control del Ministerio Público y una
política de hostigamientos contra jueces independientes.
Asimismo, organizaron
la toma de las instituciones de vigilancia democrática logrando el control
total de la Contraloría de Cuentas, la Procuraduría General de la Nación y la
Superintendencia de Administración Tributaria. También consiguieron controlar
parcialmente el Tribunal Supremo Electoral y la Corte de Constitucionalidad. El
único órgano contralor independiente es la Procuraduría de Derechos Humanos, a
la que le han cortado recursos y está debilitada por administraciones pasadas
que pervirtieron la estructura.
Utilizaron una
política de desgaste de la sociedad civil y de la opinión pública para
garantizar que la capacidad de respuesta y propuesta fuera debilitada al punto
de que las fuerzas democráticas no pudieran articular una respuesta coherente
ante las intenciones de perpetuación del poder. Esto se logró a través de:
Escándalo tras escándalo de corrupción, irregularidades y
rumores de golpe de Estado y crisis profunda que ocultaron los movimientos
reales de cooptación de la institucionalidad y distrajeron la atención de las
causas estructurales de la crisis.
Más de 400 ataques contra defensores de derechos humanos,
actos con los cuales se articuló el miedo a través de la aplicación del
terrorismo de Estado.
Exacerbaron el conflicto
histórico entre estos poderes ocultos y el poder paralelo de la oligarquía
guatemalteca. Hicieron retroceder avances de la paz en materia de seguridad y
justicia y lograron remilitarizar una serie de esferas de acción pública que
los civiles habían ganado. En resumen, obligaron al olvido de los Acuerdos de
Paz.
Aliados para perpetuar la
impunidad
La fase B del proyecto contrainsurgente
mafioso consiste en el control de las elecciones y la garantía de continuidad.
Su mejor opción es el FRG, que les garantiza la posibilidad de instalar para
los próximos 20 años un proyecto fascista, en el sentido que combina populismo
con control social. Para que gane el FRG, requieren revertir el desgaste
sufrido a través de la aplicación de acciones y políticas que alteren el
comportamiento normal del proceso electoral, como son:
rearticulación de las PAC;
aumento de los proyectos de apoyo en especie a las
comunidades campesinas;
cédulas falsas y empadronamientos irregulares;
ruptura constitucional a través de la inscripción de Ríos
Montt para mantener a toda costa el liderazgo que aglutina; y
profundización del terror: la intimidación a las
comunidades, mediante la generación de la idea de que el voto no es secreto, y
los sucesos del 24 y 25 de julio que ponen un toque de realidad a las amenazas
de violencia.
Lo descrito
anteriormente son elementos de la construcción de un proceso de fraude y su
consolidación depende mucho de la necesidad que tenga el proyecto del FRG de
realizarlo y del margen de maniobra que le otorgue la sociedad civil.
El proyecto
contrainsurgente mafioso no descansa su continuidad únicamente en el escenario
del FRG. Está preparado para mantener su poder a través del control del
Legislativo y la infiltración en los equipos de gobierno de los diversos
partidos. Si se observa bien los listados de candidatos a diputados de los
partidos políticos con mayores posibilidades de voto, podemos notar: una
veintena de militares que fueron parte de la comunidad de inteligencia o de las
fuerzas operativas del genocidio y el terror, además de una serie de civiles
con acusaciones previas de corrupción o pertenencia al crimen organizado.
No importa el signo
partidario: estas fuerzas encontrarán la forma de aliarse para impedir cambios
que rompan el muro de la impunidad que cubre tanto las violaciones a los
derechos humanos como las acciones del crimen organizado y el narcotráfico. Los
equipos de gobierno de la gran mayoría de partidos contendientes están
infiltrados por personajes obscuros. Hasta algunos candidatos, como el
presidencial del PAN y el vicepresidencial de la UNE, son claramente parte de
la red del proyecto.
De esta cuenta, si el
FRG no repite, el próximo gobierno -sea del signo que sea- va a encontrar una
ingobernabilidad muy grande que impedirá las transformaciones necesarias para
democratizar a Guatemala. Los retos serán mayúsculos y obviamente las
posibilidades de revertir la situación dependerán mucho de la calidad del
equipo de gobierno que se tenga -hay algunas opciones con posibilidades de
ganar que no la tienen- y la capacidad de alianzas de los diversos sectores de
la sociedad.
[índice]
Rosalina Tuyuc: Pasajes de una intensa vida política
Andrea Carrillo Samayoa, laCuerda
Primera mujer catequista en su
pueblo
"No puede ser -decían los hombres
catequistas- que una mujer toque la Biblia porque es sagrada y ellas son
portadoras de pecado. Así comencé, alrededor de los 16 años. Fui la primera
mujer catequista de mi pueblo. Mis grandes maestros, que forman parte de la lista
de desaparecidos, tuvieron confianza en mí".
"La situación de
emergencia, a causa del terremoto, me involucró más en la participación. Lo
hice a través del programa de reconstrucción en un hospital en Comalapa,
Chimaltenango, donde nací. También con estudiantes indígenas del pueblo, me uní
al acompañamiento para alfabetizar mujeres".
"A finales del
79 salí a Cobán a estudiar enfermería. Mi compromiso después de terminar mis
estudios era regresar al pueblo y trabajar en el hospital. Sólo lo hice dos meses,
pues en los años ochenta la represión era muy dura. Muchos amigos y conocidos
habían desaparecido, otros estaban amenazados de muerte. Según el ejército, me
buscaba porque yo no había ido a estudiar sino a formar parte de la
guerrilla".
Costos de la participación
"Cuando desaparecieron a mi padre quedé
muy lastimada. Luego que secuestraron a mi esposo, sufrí otro golpe duro. En un
momento juré que no volvería a participar en ningún tipo de organización por el
costo que eso tenía. No había derecho a que nos sometieran a la soledad y la
viudez".
"Me tuve que
venir a la capital al igual que otras mujeres. Éramos varias las que quedamos
viudas y desplazadas en esta ciudad. No podíamos regresar a nuestros lugares de
origen y la sobrevivencia se tornó imposible. Tuvimos que buscar una
institución que nos ayudara a vender nuestra artesanía; era lo único que
podíamos hacer".
En el régimen de
facto de Ríos Montt fue indiscriminada la represión en numerosas comunidades
del noroccidente del país. "Del 83 en adelante se intensificó un poco más
en la ciudad. El ejército perseguía a la gente desplazada. Con el surgimiento
del programa nacional de viudas y huérfanos de Vinicio Cerezo, muchas mujeres
nos conocimos. Según esa campaña, se decía que había 10 millones para nosotras.
Veíamos una utilización de nuestro dolor y no sentíamos beneficio de ese
programa. Así nació la inquietud de organizar a las mujeres. La labor con
grupos de mujeres se inició en el 56 y en el 88 comenzamos el trabajo de
CONAVIGUA" [Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala].
De lideresa social a candidata
"Para mi candidatura a diputada con el
Frente Democrático Guatemala (FDNG) tuvimos que convocar a una asamblea
extraordinaria en CONAVIGUA para pedir permiso sobre mi participación. Sabíamos
que era muy difícil ganar; sin embargo, fue muy importante".
"Al principio,
cuando comencé con la campaña electoral, tenía mucha vergüenza. Yo estaba
acostumbrada a hablar en público a través de los discursos de los mítines y las
consignas en las marchas, pero hacer campaña política y llegar a la gente a
pedir el voto era distinto. Cuando ganamos seis diputaciones con el Frente
Democrático, para mí fue un cambio muy fuerte, muy brusco. Trabajar en el
Congreso fue totalmente diferente".
Necesaria preparación política
"Aunque una lleve tantas aspiraciones,
en realidad no se puede ganar en el Congreso si no hay mayoría de votos. Las
leyes para el servicio cívico, para las trabajadoras de casa particular y
tipificar el delito de discriminación racial, las propusimos pero no las
avalaron. Algunas que se aprobaron fue por el esfuerzo colectivo de todas las
diputadas de los distintos partidos políticos. Hubo una identidad de género;
las creencias partidarias quedaron de lado y hubo una gran unidad. Por eso
salió la Ley de Dignificación y Promoción Integral de las mujeres".
"La importancia
más grande de esta experiencia fue conocer cómo funciona el sistema de partidos
políticos. Ahí me di cuenta que para la política es necesario prepararse
políticamente. Así como no se es campesino sin machete, azadón, tierra y
semillas, para ser parte del mundo político se necesita conocimiento de las
leyes y el funcionamiento de las instituciones políticas".
"Aun siendo
funcionaria, no hay salvación de sufrir discriminación por ser pobre, mujer o
no tener formación académica. Siempre llegué al Congreso caminando y muchas
veces me hacían las mismas preguntas: '¿A quién busca?', '¿Adónde va?' El
personal de seguridad del Congreso no está acostumbrado a recibir a las diputadas
indígenas; espera siempre a diputados que se bajan del carro entacuchados [con
traje] y
con dos o tres hombres resguardándoles la espalda".
"En el Congreso
no hay conciencia social, de género ni mucho menos étnica; allí predomina la
disciplina partidaria. Por eso digo yo que son cuestiones legales, morales y
también de conciencia para traspasar esas barreras".
Identidad indígena y de género
"Manuela Alvarado y yo participamos en
todas las discusiones de las reformas constitucionales que abordaron el tema
indígena. En cierto momento nuestro partido nos cuestionó y nos advirtió de una
sanción si seguíamos defendiendo los derechos de los pueblos indígenas. Ambas
siempre defendimos nuestra identidad antes que los intereses de un
partido".
"Temas
relacionados con las mujeres y pueblos indígenas dentro de una estructura
partidaria no son fáciles porque el esquema no nos favorece. Ahora me toca
apoyar a otras mujeres y es importante reconocer el esfuerzo político de las
mujeres mayas dentro de [la Asociación Política de Mujeres Mayas] Moloj".
"Por mucho que
algunos compañeros digan que son conscientes de la lucha por los derechos
humanos, cuando se habla de derechos específicos de los pueblos indígenas esto
se cuestiona. Yo creo que todavía falta una conciencia para entrar en el debate
nacional sobre racismo".
Romper esquemas es difícil
"Para las mujeres es más difícil la
participación política. Se nos juzga y hay dificultades para dejar a los hijos,
porque a la larga reclaman abandono y que no se les presta atención. Siendo
diputada, a ellos les pedían dinero y otras cosas porque decían que yo tenía
dinero. También sufrieron cuando recibí amenazas de muerte -por teléfono y por
escrito- o me perseguían en la calle".
"Romper esquemas
es difícil. A mis padres, en el pueblo, les mal juzgaban sus permisos para que
yo anduviera participando con los catequistas y en la construcción del
hospital. Ni a ellos ni a mí nos importó; yo seguí colaborando".
"Ahora entiendo
que es muy importante la combinación del trabajo, la organización y la familia,
porque muchas veces una se somete a la organización y deja la parte familiar.
Otro tema importante es practicar la lealtad -- la lealtad étnica, de género y
de igualdad".
"Animo a las
mujeres que buscan el cambio estructural, el cambio de conducta y de
ideología".
[índice]
Los sentidos de nuestro discurso
Anabella Acevedo, laCuerda
¿Ante qué y ante quiénes responde una obra de
arte, un libro, una pieza musical? ¿Ante qué y quienes responden los artistas?
A estas alturas, quizás ésas sean preguntas insensatas y totalmente inválidas
para muchos, para quienes la creación y la acción creadora no se deben a nadie
más que a sí mismas, ya que todo compromiso de cualquier tipo haría que una
obra perdiera cierta pureza fundamental y colocaría su calidad artística en un
segundo plano, detrás de lo ideológico. Arte panfletario, dirían algunos. Arte
comprometido, dirían otros. Arte como discurso social, lo queramos o no,
diríamos otros, pero solamente en los casos en que la perfecta ecuación entre
rigor artístico y una intencionalidad discursiva de carácter social, político,
histórico, etc. pueden coexistir en una relación equilibrada, aun cuando esto
último no sea tan evidente. Claro, a veces lo social se perfila sutilmente a
través del yo, o se da sobre todo como ausencia, pero siempre habla de un
contexto particular del que no puede escapar. ¿Y cómo poder escapar?
Mucho se ha discutido
al respecto sin llegar a ninguna conclusión y haciendo que escritores, artistas
y demás creadores tomen posiciones, a veces de manera tal que hagan nacer
enemistades y polémicas que nada tienen que ver con el arte, ¿o sí? Porque en
el fondo, tal vez lo que esté en discusión es la posición de una persona frente
al momento histórico que le ha tocado vivir, frente a los espacios que habita y
frente a los demás. Porque vivir en un país como Guatemala tendría que
volvernos seres contestatarios o, a lo menos, reflexivos, capaces de entender
el sentido y la razón de ser de textos como "El tiempo principia en
Xibalbá", o la obra de muchos artistas contemporáneos. Toda la obra de
Isabel Ruiz o muchas de las acciones más recientes de Aníbal López o Regina
José Galindo serían ejemplos claros que a veces se refieren directamente a lo
político, pero que en ocasiones aluden a los otros a través de una mirada hacia
el yo más profundo. Por supuesto, el mismo respeto y admiración merecen obras
bien hechas de propuestas originales que no nacieron necesariamente de una intencionalidad
social, pero que vienen de artistas que de una manera y otra se solidarizan con
los demás.
Aunque -repito- vivir
en Guatemala tendría que tener algún efecto en el arte y la cultura en general,
sin que por ello se sacrifique el acto creador, como muchos insistirían en
decir, tal vez queriendo permanecer ajenos a la historia más próxima a ellos.
Quizás por eso la obra de Isabel Ruiz, que laCuerda presenta en esta edición,
nos toca de manera tan fuerte, pues nos encontramos con la mirada de una artista
que dirige la nuestra hacia realidades que golpean y nos entrega una serie de
pañuelos con los que quisiéramos limpiar nuestro rostro de tanto dolor. Pero el
efecto es la permanencia, como un antídoto contra el olvido y la indiferencia.
[índice]
Una mirada crítica e introspectiva
Adelma Bercián, guatemalteca, periodista
El libro "Feminismos en América
Latina", una recopilación de textos escritos por autoras de la región,
cierra la colección de estudios de género de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO).
Este volumen, el
cuarto del compendio, estuvo a cargo de la pedagoga chilena Edda Gaviola
Artigas y de Lissette González Martínez, guatemalteca y consultora sobre temas
de la mujer. La recopilación reúne siete ponencias escritas por
hispanoamericanas que, según indican las responsables de la selección, son
mujeres que han aportado de manera significativa a la sistematización teórica
del movimiento feminista en el continente.
Estructuralmente,
"Feminismos en América Latina" consta de tres capítulos. El primero
se titula "El movimiento feminista y el enfoque de género en las
instituciones. Balances y desafíos". Reúne la visión de tres feministas
centroamericanas: la filósofa panameña Urania Ungo, la socióloga guatemalteca
Ana Leticia Aguilar y la también socióloga salvadoreña Mercedes Cañas.
Si bien las tres se
deslizan por la rampa de la experiencia propia, los textos tienen como hilo
conductor una actitud crítica sobre los procesos que viven las mujeres en el
istmo y desmitifican algunas ideas impuestas por la institucionalidad gracias a
un análisis con fundamentos no sólo válidos sino demostrables.
La segunda parte
lleva por título "El movimiento feminista y los estudios de género en la
región. Balances y desafíos". Consta de dos textos autoría de la narradora
y filósofa ítalo-mexicana Francesca Gargallo y la psicóloga mexicana Norma
Vásquez e intenta dar una visión integral del aporte de los estudios de género
a la consolidación del movimiento feminista en este lado del mundo.
La primera cuestiona
a los actores que acuñaron el concepto de "género" y cómo el que
llama "feminismo institucionalizado" desembocó en una crisis por
asumirse como una política que no ha revisado la historicidad de las ideas
feministas.
Por su parte, Vásquez
hace una revisión cronológica de los estudios de género en Centroamérica y
señala las limitantes conceptuales que estos aportes académicos han cosechado a
través del tiempo.
El último capítulo,
"El movimiento feminista de la región. Balances y desafíos", esboza
los retos del feminismo en América Latina de cara al nuevo milenio. Esta
responsabilidad corrió a cargo de la socióloga peruana Virginia Vargas y de la
arquitecta chilena Margarita Pisano.
Conocedoras y
analistas todas del feminismo en el continente, las autoras reunidas en este
libro no sólo critican, señalan o reflexionan. También aportan nuevas luces y
posibilidades para que el movimiento crezca y se enraíce en nuestras
sociedades.
Esta recopilación es
una referencia obligada para todas aquellas personas que participan en el
desarrollo del feminismo en América Latina, porque sus líneas se atreven a
criticarlo pero con el claro ánimo de consolidar sus bases teóricas para la
construcción de un mundo que asuma responsablemente a las mujeres.
Por último, es
importante reconocer el tino de las compiladoras en la selección de textos
ilustradores, ilustrativos e iluminadores.
"Feminismos en América Latina". Edda Gaviola
Artigas y Lissette González Martínez, compiladoras. Colección de Estudios de
Género; No. 4. FLACSO. Guatemala, 2001. 280 p.
[índice]
Opción por el voto responsable, serio y maduro
Helen Mack, guatemalteca, presidenta de la Fundación Myrna Mack
Las próximas elecciones generales traen
consigo una particularidad muy importante, que consiste en plantear a la
sociedad guatemalteca un dilema fuerte, crudo y hasta definitivo en lo que
respecta a la correlación de fuerzas políticas en el país.
Por supuesto, cada
evento electoral entraña una definición respecto de cómo será el flujo de poder
en el país y quiénes serán los actores, grupos o sectores a cargo de la
administración de los asuntos nacionales. Pero, en esta ocasión, hay factores
que van más allá de la simple definición de candidaturas y la elección de
nuevos gobernantes.
Los poderes están en
pugna por la hegemonía en el universo político del país. Poderes tradicionales
(económicos y políticos) disputan con poderes emergentes (militares, políticos
y económicos) que han surgido de la extendida actividad criminal que afecta a
toda la sociedad. En el contexto podemos identificar también el remanente
autoritario que sigue generando polarización y obstaculizando nuestro
desarrollo democrático e institucional.
De manera que estas
elecciones entrañan un doble enfoque. El primero, tradicional, simple y obvio,
relativo a la elección de autoridades ejecutivas y legislativas. El segundo,
que se plantea ahora con tanta urgencia, consiste en qué tanto espacio e influencia
dará nuestro voto a los poderes ocultos y al crimen organizado en el ejercicio
del poder público.
El dilema es
complejo, porque los agentes del poder oculto y criminal se han incrustado ya
en casi todas las organizaciones políticas. Es decir, pueden llegar al
ejercicio del poder por distintas vías. No es algo que monopolice el FRG, aun
cuando la influencia del poder oculto sea más fácil de identificar en las
estructuras de este partido, venido a menos por el peso de la corrupción, el
desgobierno y el carácter antidemocrático de su gestión, entre otros aspectos.
Detrás de cada
candidato presidencial, en cada lista de aspirantes al Congreso de la República
o a las corporaciones ediles y en los equipos de asesores hay más de un agente
del poder oculto, listos para abrir la puerta a sus pares en el momento
oportuno.
De ahí la importancia
particular de estas elecciones y la necesidad de que nuestro voto, el 9 de
noviembre, sea maduro, responsable, consciente y libre. La calidad de la
democracia y del Estado de Derecho que tendremos en los próximos años depende
de ello. No debemos concentrar nuestro voto en una sola opción política, porque
en la medida que construyamos una potencia política, capaz de controlar casi
todo el aparato estatal, estaremos contribuyendo a hacer inviable la
consolidación de la democracia.
Hoy, más que nunca,
es necesario que las autoridades electorales realicen esfuerzos supremos por
informar debidamente a la población respecto del ejercicio del voto, el deber y
el derecho que representa para cada ciudadana y ciudadano acudir a las urnas y
emitir un sufragio comprometido solamente con el país.
Mis palabras no deben
ser interpretadas como un mensaje de desaliento. Es la realidad y hay que
luchar por cambiarla. No debemos ser indiferentes ante un eventual fraude;
preparémonos para denunciar cualquier anomalía que podamos detectar. Hay que
vencer el miedo y optar por la participación plena.
Planteemos la
diferencia. Que estas elecciones no se conviertan en un ejercicio más,
realizado cada cuatro años, en el que vamos a votar sólo porque hay que hacerlo
y marcamos las casillas con uniformidad, sin un criterio sólido sobre en
quiénes delegaremos la tarea de conducir el destino del pueblo.
[índice]
Lucía Escobar, laCuerda
Estoy viendo la foto de una de las últimas
"performances" de Regina José Galindo. En la imagen se ve unos pies
llenos de sangre que van dejando sus huellas por las calles del centro
capitalino. ¿Imaginan ustedes cómo sería este país si las manchas de la sangre
no se borraran, si no se limpiaran? ¿De qué color serían nuestras aceras? No
habría calle que no tuviera una historia trágica que contar, que no llevara un
rastro mortal. Y lo más interesante: ¿imaginan poder ver dónde se originaron
esas huellas y adónde se dirigirían? ¿Por cuáles lugares pasó la muerte?
Pero las cosas no son
así; siempre hay alguien que se presta para lavar la evidencia. Si no,
recordemos el caso del obispo Gerardi y una empleada apresurada por dejar todo
otra vez nítido, como si no hubiese pasado nada. A mi mente también viene la
película "La playa" y lo molesta que resultaba para todos la agonía
ajena. Así es la vida. Así somos los humanos. Alguien muere y son unos días de
luto, de duelo. Luego, casi inmediatamente la gente empieza a olvidar, deja de
hablar del tema. A las personas que recuerdan mucho, que vuelven la cabeza
atrás, las ven raro, les recriminan esa actitud.
Termina una guerra y
se habla de paz, de reconciliación con olvido. Eso significa que hay que
aguantarse los muertos, que ni pensemos en la justicia. Todo pudo haber sido
peor, puede ser peor, va a ser peor. Te matan un hijo y hay que agradecer que
no lo torturaron; secuestran a tu hija y debes darle gracias a dios que no fue
violada.
Pero si aparece
violada, estrangulada, descuartizada y metida en un tonel, entonces ¿a quién le
agradeces que? Y si todavía después de eso escuchas las declaraciones de la
policía que estúpidamente dice que son "líos de mara", que eso les
pasa a las señoritas por salir a tomar las cervezas, que la familia tiene la
culpa de todo, entonces ¿qué queda en el corazón? Resignarse y olvidar la
palabra "justicia" parece ser la única solución.
Todavía me sorprende
la capacidad que tenemos los humanos para volvernos inmunes a lo que nos hace
daño. Vamos adquiriendo defensas ante todo. Nos vamos volviendo duros,
insensibles, fríos. Todos los días, en todos los periódicos, en todas las
noticias, leemos cómo nos están diezmando, nos están aniquilando como a perras
rabiosas. Aparecemos muertas en barrancos, en cunetas, desnudas, golpeadas,
apuñaladas, humilladas. Y nadie dice nada. Ya nadie se horroriza.
Dery Yesenia Chiquitó
(13 años), Ángela Rivera (16), Mariela Esmeralda Salazar (14), Sindy Marisol
Xuyá (16), Lesly Yessenia Cano Samayoa (13), Ana Berta Hernández (15), Mariela
Loarca Hernández (18), Cindy Paola González (13), Claudia Martínez Sandoval
(12), Mary Leonor Pérez (25) y Marta Reyes López (47) son sólo algunas de las
200 mujeres que han muerto violentamente en lo que va del año. Nadie investiga
el porqué de estos hechos.
La próxima puede ser
usted, su madre, su hija o yo.
[índice]
Realidad de las mujeres mayas
“¿A qué va esa india a la reunión?”
Delfina Mux Caná, guatemalteca, maya kaqchiquel
¿Cuál es la idea que esta persona tiene sobre
las mujeres mayas? ¿Cuáles son los estereotipos que maneja al referirse de tal
manera? ¿Por qué es importante reflexionar sobre estas interrogantes? Lo es
porque representan concepciones vigentes en la sociedad guatemalteca, en las
instituciones del Estado, en las ONGs, y porque cotidianamente las mujeres
mayas somos discriminadas en los diversos espacios donde nos desenvolvemos, ya
sea por ser mujeres, mayas, jóvenes o pobres. Y si a esto agregamos la
discriminación que se ejerce de un grupo étnico a otro, del área urbana hacia
el área rural, de las profesionales hacia aquéllas que no lo son, la situación
resulta mucho más compleja, ya que refleja las grandes desventajas históricas
que como mujeres hemos tenido.
Superar la
discriminación y negación de oportunidades que sufrimos las mayas, no sólo por
nuestra condición de género sino también por la cuestión étnica, es una de las
grandes responsabilidades que tenemos como mujeres, pasando de la denuncia a la
capacidad de propuesta, a develar y cuestionar la simbología y los estereotipos
que se manejan sobre nosotras, para que el Estado y la sociedad civil
contribuyan a resolver nuestra problemática y consideren nuestras necesidades e
intereses específicos y, por lo tanto, garanticen el ejercicio de nuestra
ciudadanía.
Nos queda el gran
desafío de garantizar la articulación de género, etnia y clase, tanto en lo
teórico como en la práctica concreta, en las relaciones cotidianas. Y para ello
es importante preguntarnos: ¿cuántos procesos de formación de los que
desarrollamos en los espacios donde nos desenvolvemos están encaminados a este
propósito? ¿Cuánto del trabajo de género realizado en Guatemala se hace de
acuerdo a las características de la población maya y la diversidad del país?
¿Cuántas de las propuestas y agendas que actualmente se elaboran contemplan
acciones que contribuyan a superar estas inequidades? ¿Será responsabilidad
sólo de las mujeres mayas hacer propuestas de esta naturaleza? ¿Qué estamos
haciendo para deconstruir concepciones racistas y discriminatorias con relación
a las mujeres en general y a las mayas en particular? ¿Cómo contribuimos en
nuestras instituciones a que la problemática de las mujeres mayas sea parte de
la agenda y de las acciones que se desarrollan?
Empezar a ser
conscientes de nuestras concepciones y prácticas cotidianas, donde a diario
evidenciamos que somos portadoras de una cultura opresora, autoritaria e
irrespetuosa, es uno de los grandes desafíos, pues con lo que manifestamos a
través del lenguaje y la simbología, ya sea consciente o inconscientemente,
podemos reforzar estereotipos y formas de discriminación que no ayudan a
superar las desigualdades existentes entre las mismas mujeres.
Es hora de empezar a
transformar el imaginario social que existe con relación a las mujeres en
general y especialmente a las mayas. Vamos a la reunión porque estamos
deconstruyendo estereotipos, simbología, y haciendo propuestas para superar
nuestra realidad como mujeres, pero también como mayas.
[índice]
Arturo Taracena Arriola, guatemalteco, historiador
El trabajo que realizaría la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico (CEH) en materia de un análisis histórico del proceso
político ligado al conflicto armado interno se planteó como un llamado a la
memoria. De ahí su título "Memoria del silencio".
Visto
retrospectivamente, éste es un esfuerzo que tiene el mérito de existir en un
país donde el olvido calculado se apoya en la existencia de una enseñanza
sintética del presente histórico, sin líneas profundas de análisis, y de una
historiografía que se nutre fundamentalmente de los libros hechos por
extranjeros. A ello se suma la falta de archivos -destruidos o escondidos- y la
incertidumbre que sentimos los guatemaltecos a la hora de abordar con seriedad
el balance de 34 años de guerra. Enfrentamos la limitante de no poder escribir
nuestra propia historia con lucidez debido a nuestras propias autocensuras.
Con todo y sus insuficiencias,
por tanto, el informe de la CEH no deja de hacer reflexionar a quienes la leen
o consultan. Pero la reflexión es un ejercicio adversado por una clase política
y los funcionarios de Estado, que se sienten amenazados por el regreso del
pasado y llaman a los guatemaltecos a hacer del olvido y la indiferencia
virtudes compartidas.
Debemos analizar
-individual o colectivamente- sobre los coontenidos, usos sociales y políticos,
mecanismos de transmisión de la memoria, falsificaciones y travestismos de las
historias escritas, así como sobre los silencios de la sociedad guatemalteca a
lo largo de medio siglo. Para ello debemos superar la tendencia al anacronismo
en un período ideológico mundial caracterizado por el publicitado fin de la
historia y de los paradigmas con que varios de nosotros nos formamos como
profesionales y políticos, los cuales marcaron el período de esos 34 años de
conflicto armado interno.
¿Cómo equilibrar el
peso de la memoria colectiva con el de los actores individuales? ¿Cómo enfrentar
la tesis de una explicación de casi cuatro décadas de guerra civil únicamente
por los ánimos bélicos de tan sólo dos actores: el ejército y el movimiento
revolucionario guatemaltecos? Éstos son desafíos que tarde o temprano deberemos
enfrentar a pesar de los llamados en la prensa de los funcionarios de gobierno
en sentido contrario.
[índice]
María Dolores Marroquín, guatemalteca, socióloga feminista
El 7 y 8 de septiembre se celebra desde 1996
la ciudadanía de las mujeres. Estas fechas fueron designadas en México, dando
seguimiento a la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995), y
tienen el propósito de que las mujeres del mundo se reconozcan ciudadanas con
facultades de derechos y obligaciones frente a ellas mismas y su entorno.
Para muchas mujeres y
personas en general, la ciudadanía está relacionada con cumplir 18 años y sacar
la cédula de vecindad. Pensarán que empadronarse, votar y por supuesto rendir
tributo a los símbolos patrios son las formas de expresar la ciudadanía, porque
esto es lo que nos enseñaron desde la niñez.
Sin embargo, en los
albores de las elecciones generales en Guatemala nos cae la celebración de la
ciudadanía de las mujeres, a manera de recordarnos que ésta es una parte
fundamental de nuestras vidas: es la forma de expresión de nuestras ideas,
pensamientos y sueños, en relación al mundo que nos rodea y a nuestro
bienestar.
Y qué bueno que cae
en este momento, pues estamos en un proceso casi de concentración permanente,
analizando los acontecimientos que giran alrededor del proceso electoral y del
debilitamiento de nuestra democracia. Ambas situaciones nos llaman a actuar
decididas y sin miedo; es decir, a asumir nuestra ciudadanía con todo lo que
significa: valor, claridad de pensamiento, información y, más que nada, acción.
[índice]
Aborto: Cobrando vidas y esperando turno
Laura E. Asturias, laCuerda
Sería tentador alegar que en Guatemala, con
crisis de toda índole siempre pisándonos los talones, es "lógico" que
el tema del aborto y las muertes de mujeres a causa de la práctica no higiénica
de este procedimiento permanezcan en una cápsula de silencio. Pero decirlo no
es más que una excusa.
A mediados de agosto,
en la ciudad de Rosario, las 12,000 asistentes al Encuentro Nacional de Mujeres
de Argentina, que junto a muchas otras han sido colectiva y severamente
afectadas por una economía avasallada y una serie de desaciertos de los políticos
de ese país, dieron viva muestra de que aun ante tanta adversidad podemos
reivindicar el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos.
Sin pelos en la
lengua, las participantes, procedentes de cada estrato de la sociedad,
reafirmaron su postura a favor de la legalización del aborto, rebeldes ante una
iglesia católica que pretende continuar enquistada bajo las sábanas de la
gente; una iglesia vergonzante que años atrás fue cómplice de la dictadura y
hace tres meses exhortó a sus más fieles soldaditas a sabotear el encuentro.
Las fundamentalistas
católicas terminaron saliendo de ahí con la cola entre sus delicadas piernas,
en una derrota política para su iglesia, pero ésa es otra historia. El resto,
además de participar y debatir en docenas de talleres, se unió en acciones
contundentes como la masiva manifestación frente al Arzobispado rosarino, al
son de potentes consignas, entre ellas "Si el papa fuera mujer, el aborto
sería ley", "Aborto legal para no morir, anticonceptivos para no abortar"
y "Saquen sus rosarios de nuestros ovarios". La iglesia podrá seguir
desoyendo a la mayoría de las argentinas, pero no será porque ellas no hayan
gritado para ponerla en su lugar.
En suelo guatemalteco
no se escuchará el reclamo que este 28 de septiembre sonará fuerte en otras
latitudes para conmemorar el Día por la Despenalización del Aborto en América
Latina y el Caribe. Porque aquí aún no despertamos. Nos conformamos con las
estadísticas del Ministerio de Salud (MSPAS), que se atribuye una dudosa
reducción en la mortalidad materna. Sus cifras del año 2000 indican que por
cada 100,000 nacidos vivos murieron 211 mujeres indígenas y 70 no indígenas. Y
el Ministerio dice que la suma de estas muertes es 153. ¿Matemática fallida?
También según cifras
oficiales, en el 2000 hubo en el país un total de 425,410 nacimientos y 651
muertes maternas. En el 2001, dichas muertes ascendieron a casi 635. Es decir,
1,286 mujeres fallecidas en dos años.
Queda claro que a las
tantas que anualmente están siendo asesinadas se suman muchas otras que en
silencio dejan la vida a causa del embarazo, sobre todo cuando, al no desearlo,
recurren al aborto en condiciones inseguras.
No despertarán ellas,
las que ya no están. Quedamos las otras para despertar. Muy pronto tendremos
que hacer tiempo y espacios para dialogar seriamente también sobre el aborto.
Imposible alegar que ésta no es una tarea urgente para las guatemaltecas.
28 de Septiembre: Día por la
Despenalización
del Aborto en América Latina y el Caribe
[índice]
laCuerda
Bueno fuera que la independencia realmente se
pudiera celebrar. Pero la verdad es que no nos sentimos independientes como
país cuando el ejército estadounidense está en nuestro territorio, moviéndose a
su antojo, so pretexto de luchar contra el narcotráfico. Tampoco nos sentimos
soberanos ni libres cuando empresas transnacionales vienen a llevarse nuestras
riquezas, dejándonos a cambio unos pocos lenes [centavos] y destrozos
irrecuperables. Igualmente nos sentimos ante las políticas impuestas por el
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los grupos locales de poder,
que siguen actuando como dueños y señores del país y su gente.
La nación
guatemalteca, en su proceso de conformación, ha dejado de lado a las mujeres.
El papel que la historiografía oficial nos otorgó fue mínimo, como si no
hubiésemos existido, como si todo lo que hacemos diariamente no hubiera servido
para que otros se lleven los honores y las glorias. Sin el trabajo y la energía
de las guatemaltecas, la rueda de la historia se detendría.
Maestras, madres,
esposas, enfermeras, activistas, intelectuales y artistas han estado siempre al
tanto de lo que sucede en la política, aunque no estén directamente en el
Congreso o en las reuniones de discusión. Desde atrás de las cortinas, a través
de pláticas, opiniones y consejos, las mujeres han influido en los hombres en
todo momento y circunstancia; es más, los han empujado a luchar, les han
enseñado a querer a su país, los han estimulado para emprender tareas
políticas. Muchas ideas expuestas con orgullo por los políticos han surgido de
una mente de mujer en una sobremesa o luego de un momento de intimidad. Que no
lo reconozcan es otra cuestión.
Este 15 de septiembre
se volverán a invocar los "valores patrios" a ritmo de tambores y
platillos; la valentía de los próceres será cantada en los actos de
conmemoración; palabras altisonantes, homenajes y poemas serán ofrecidos a una
"patria de hombres" que prefieren seguir dejando de lado a las mujeres
y sus demandas. Para la mayoría de mujeres la fecha será una más del
calendario. Hasta que un día, quizá más cercano de lo que parece, estemos
nosotras también, a la par, haciendo matria.
[índice]
Desconocidas tras los granos de café
Jacqui Torres, guatemalteca, periodista
Nadie sabría de las mujeres cortadoras de
café a no ser por la crisis del grano, cuando muchas de ellas han dejado sus
mejores años tras esta producción, sin que ello les represente mejores condiciones
de vida.
El estudio
"Mujeres detrás de los granos de café", reeditado por Rosalinda
Hernández Alarcón y publicado por la Pastoral de la Tierra de Quetzaltenango,
recoge experiencias de trabajadoras de la zona cafetalera de Colomba, dejando
al descubierto la desigualdad social y de género en que se desempeñan.
Para empezar, ni
siquiera existen registros de su trabajo. De las entrevistas a 544 mujeres se
sabe que el 26 por ciento carece de algún grado de estudio, en tanto el 72 por
ciento asistió a la primaria.
Además del trabajo
productivo, como cosechar el grano o cuidar y vender animales, asumen la
responsabilidad casi exclusiva de cuidar hijos, recolectar agua y leña,
limpiar, lavar y preparar alimentos. Pese a que la mayoría reconoce como trabajo
sólo las actividades remuneradas, se detectó que el 85 por ciento labora en
promedio 18 horas diarias, de lunes a sábado.
Ninguna de las
entrevistadas gana el salario mínimo y una de cada tres recibe menos de la
tercera parte del salario oficial, que en el 2002 ascendía a 1,075 quetzales
(Q825 de salario y Q250 de bonificación). Sólo cinco de las 544 recibe servicio
de seguro social, ya que al considerarlas como "ayudantes" de los
"jefes de familia" les niegan sus prestaciones y derechos laborales.
Aun con todas estas
evidencias, sólo el tres por ciento de la muestra se refirió a la
discriminación a la que son sujetas. Los datos anteriores muestran que las
condiciones de las cortadoras de café son pésimas y su desaliento a los cambios
refleja un Estado y un sector patronal indiferentes al esfuerzo de quienes
dejan sus vidas tras los granos del aromático.
[índice]
laCuerda
Uno de los más graves problemas de nuestro
país es la debilidad, corrupción y falta de profesionalismo del Organismo
Judicial. Éste fue destruido durante el régimen de facto de Efraín Ríos Montt,
luego penetrado y usurpado por gente cercana al ejército y a grupos
clandestinos.
La sociedad ha venido
reclamando que al sistema de justicia se le haga una limpieza a fondo y sea
fortalecido para que funcione imparcialmente. Es allí donde topan las buenas
intenciones de grupos y personas que buscan apoyo legal en un sistema que,
hasta ahora, no castiga a los culpables de crímenes de lesa humanidad y deja
libres a las bandas de secuestradores, asesinos y ladrones.
En días pasados, Olga
Villalta, co-fundadora de esta publicación, fue detenida y llevada presa. Sólo
porque alguien acusó a la cooperativa de vivienda en la que ella participó
hasta principios de este año, se vio atrapada en un caso que ahora debe
dilucidar, lo cual, además de las molestias, implica tiempo perdido, recursos y
energía.
Lamentamos que estos
hechos ocurran: por los abusos cometidos contra el pueblo y porque muestran el
desorden y caos que sigue imperando en una instancia que para otros casos es
más lenta e ineficiente que cualquiera.
Olga: sinceramente
repudiamos esta injusticia cometida contra tu persona y te enviamos nuestra
solidaridad.
[índice]
Monitoreo
de medios de CERIGUA
laCuerda
Un reporte elaborado por el Centro de
Reportes Informativos de Guatemala (CERIGUA) afirma que cinco medios escritos
de comunicación dedican sólo el 2.6 por ciento de su producción a la temática
de género, mientras que esa agencia de noticias le destina el 13 por ciento de
su información. En promedio distribuye 425 notas mensuales, de las cuales 56 se
refieren a mujeres.
En su análisis
"Presencia de la mujer en los medios de comunicación", agosto 2002 y
julio del 2003, concluye que éstos no presentan la diversidad del protagonismo
de la población femenina; tampoco otorgan valor o importancia a lo que ellas
hacen, producen o proponen.
El estudio en mención
asegura que de las notas publicadas en cinco medios escritos relativas al
protagonismo y la situación de las mujeres, el 63 por ciento fue breve, el 14
por ciento ocupó un cuarto de página y sólo un tres por ciento página completa.
Precisa que ellas fueron noticia principalmente como víctimas, en el 22 por
ciento del total analizado. Según esta agencia, 271 mujeres fueron asesinadas
entre enero del 2002 y julio del 2003.
CERIGUA monitorea los
medios escritos mediante la asignación de 27 ejes. Durante el año de estudio,
consideró 5,387 notas: 1,369 fueron sucesos; 1,094 sondeos de opinión; 140
trataron el tema género y 44 el tema étnico.
Un
monitoreo de cuatro medios escritos realizado por laCuerda durante 15 días de
junio de este año indica que en 1,055 notas analizadas se utilizaron 337
fuentes, de las cuales el 15 por ciento fueron mujeres (ver "Un vistazo a
los medios" en la edición No. 58).
[índice]
Tierra, trabajo y participación
laCuerda
Casi 70 grupos avalan las siguientes propuestas
para favorecer a las mujeres rurales. Están diseñadas en tres ejes: tierra,
trabajo y participación. Estas iniciativas forman parte de su agenda y bien
pueden convertirse en acciones para el próximo gobierno. Entre ellas
sobresalen:
Reformular los estatutos del Instituto Nacional de
Cooperativas (INACOP) y las Empresas Campesinas Asociadas (ECAS) para
garantizar la participación de las mujeres, con voz y voto para elegir y ser
electas en cargos de dirección, y que se reconozca el trabajo productivo y reproductivo
de ellas como aporte para ser socias.
Eliminar del artículo 139 del Código del Trabajo para
asegurar salario y condiciones equitativas laborales a las trabajadoras
agrícolas.
Compartir el trabajo doméstico con la pareja, los niños,
los jóvenes y el resto de integrantes del núcleo familiar.
Crear y fortalecer mecanismos de comunicación y
coordinación entre organizaciones de mujeres rurales.
Establecer mecanismos para promover la participación
política de ellas en todos los niveles.
[índice]
Campo pagado |
Secretaría Presidencial de la Mujer Acciones
y avances en pro del desarrollo de
las mujeres guatemaltecas |
SEPREM
Asesora y Coordinadora de
Políticas Públicas
9a. Ave. 0-19 Zona 2, Edif.
Isabel La Católica, 4o. Nivel
Tel. +(502) 288-6016 y 288-6087 /
Fax: 288-6407
El Honorable Congreso de la República, en
Acuerdo número 14-2000, recomendó al Organismo Ejecutivo la creación de la
Secretaría de la Mujer con los siguientes objetivos: promover su plena
participación en el desarrollo del país y la igualdad real y efectiva entre
hombres y mujeres; velar por la observancia y aplicación de los preceptos
constitucionales, leyes ordinarias, tratados y convenios internacionales que se
refieran a la mujer, así como por el cumplimiento de los compromisos asumidos
por el Estado de Guatemala en las cumbres y conferencias internacionales y en
los Acuerdos de Paz en materia de Derechos Humanos a fin de promover la
participación de la mujer.
En congruencia con
dicha recomendación, el Presidente de la República, Licenciado Alfonso
Portillo, creó, por acuerdo de fecha 17 de mayo del año 2000, la Secretaría
Presidencial de la Mujer -SEPREM- asignándole, entre otras, las competencias de
entidad asesora y coordinadora de políticas públicas.
Cabe destacar que,
como resultado de la negociación entre las organizaciones de mujeres y el
gobernante, la persona que ejerce el cargo de Secretaria de la Mujer es
nombrada por el Presidente de entre un listado de diez candidatas propuestas
por las organizaciones de mujeres.
Las acciones de la
SEPREM se han orientado principalmente en las siguientes grandes líneas:
desarrollo y consolidación institucional; impulso de la Política Nacional de
Promoción y Desarrollo de las Mujeres y Plan de Equidad de Oportunidades
2001-2006, y relacionamiento con las instancias de avance de la mujer en el
Estado y las organizaciones de mujeres de la sociedad civil.
La creación de la
SEPREM se inscribe en el marco del espíritu de los Acuerdos de Paz, razón por
la cual entre las acciones concretas identificadas por el Grupo Consultivo que
podrían ser llevadas a cabo por el Gobierno y el Congreso durante los próximos
seis meses, antes de las próximas elecciones generales, figura el
fortalecimiento de la SEPREM. Dicha recomendación se basa en que la SEPREM es
una de las instituciones diseñadas para dar soporte al proceso democrático.
Entre las metas
globales de la Política Nacional de Promoción y Desarrollo de las Mujeres y
Plan de Equidad de Oportunidades 2001-2006, que impulsa la SEPREM, cabe
destacar la adecuación de marcos legales, presupuestarios y mecanismos
institucionales que aseguren la institucionalización de la Política.
En relación con los
marcos presupuestarios, es oportuno señalar que en la Matriz de Seguimiento del
Grupo Consultivo y que contiene la agenda de compromisos mínimos quedó incluido
el tema en los siguientes términos: Como compromiso en relación con los
Derechos de la Mujer, se impulsará un clasificador para la población de la
mujer en el Presupuesto 2004. El resultado esperado deberá reflejar: a)
focalización del gasto público hacia la mujer, y b) visibilización del gasto
público hacia la mujer.
Respecto al tema del
gasto público, cabe destacar que recientemente se emitió una disposición por
parte de las autoridades correspondientes en el sentido que las metas generales
de la Política de Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas serán
tomadas en consideración en el proceso de formulación del proyecto de
Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el ejercicio fiscal
2004.
La medida anterior
está contenida en la Política Presupuestaria y Normas que establece criterios y
reglas que todas las dependencias del gobierno central y entidades
descentralizadas deberán observar en el diseño de sus programas y proyectos.
Otro avance en la misma línea lo constituyó el acuerdo tomado en febrero de
este año por el Consejo Directivo del Sistema Nacional de Financiamiento de la
Preinversión -SINAFIP-, en el sentido de autorizar que en los proyectos de
dicho sistema se integre el enfoque de género con el fin de cumplir con la
Política de Promoción y Desarrollo de las Mujeres.
En el citado acuerdo
del SINAFIP se establece que esta disposición será prioritaria, en el marco de
la Estrategia de Reducción de la Pobreza, a las mujeres indígenas y rurales.
[índice]
Personas, energías y espíritus
Rosalinda Hernández Alarcón, laCuerda
"Los humanos somos turistas de la
tierra", con gran parsimonia explica Alma Florinda Leiva Moreira la razón
por la que viajó de Puerto Barrios a La Buga (Livingston) a participar en el
"chugú", organizado por su familia entre el 13 y 15 de agosto en el
caserío Quehueche.
Sin resultar fácil,
ella empezó a describir el significado de esta festividad garífuna en la que
"conviven los que están [los vivos] con los que no están [los muertos];
cuando nos tienen ausentes, hacemos algo para que nos tengan presentes".
Alma Florinda revela
en su rostro una cordialidad que, le comento, denota sosiego por el deber
cumplido y por estar haciendo su gusto. Ella asiente: "Sí, me siento bien
y estoy chévere con mi vestido celeste. Vine con dinero mío, todo lo pago con
lo que gano por trabajar por mi cuenta. Es un festejo con nuestros
antepasados".
Tras haber laborado
13 años en una casa particular, se cansó. "Me salí de esa
esclavitud", relata. "Con esa familia se me fue la juventud, escuchando
todos los días lo mismo: que esto no está bien, que esto tampoco. Una es de
carne y hueso; por eso me fui".
Alma Florinda, sin
esposo, tiene seis hijos a quienes ha mantenido. Vende en el mercado coco
rallado en bolsas de cinco y dos quetzales. Su jornada empieza a las cinco de
la mañana; primero compra 50 cocos, los cuales ralla en compañía de su sobrina,
Marta Josefina Moreira Leiva, quien exclama: "Yo tenía que venir porque
soy Leiva".
En la última noche
del "chugú", las tres compartimos vivencias mientras bebíamos
cerveza. La charla sólo fue interrumpida cuando las Leiva hacían comentarios en
su idioma garífuna, que por insistencia mía en ocasiones traducían al español.
Entre sus reflexiones recuerdo: "El dinero del hombre no alcanza; trabajamos
aunque tengamos marido. En mi lema hay que dejarle todo a la hembra [herencia];
nosotras trabajamos más. Ya no estamos dispuestas a aguantar malos tratos. Nos
gusta recuperar alegres nuestro pasado".
Chugú
El "chugú" (que carece de
traducción) es una de las ceremonias más importantes del pueblo garífuna,
realizada principalmente entre agosto y octubre. Su objetivo primordial es el
culto a los ancestros, según el artículo "200 años de presencia garífuna
en Guatemala", de la revista Guía Comercial de Izabal, de septiembre del
2002.
Esta festividad por
lo regular inicia un jueves y concluye sábado en la mañana. Un día antes llevan
al centro ceremonial el menaje, comida, bebida y enseres domésticos (trastes,
hamacas, etc.). Llegan familiares y artistas, además de médiums que pueden ser
mujeres u hombres, jóvenes o viejos, y cuya función es efectuar el rito
ceremonial.
Es común que
participen sacerdotes católicos, quienes buscan enlazar su religión con la
cultura garinagu (garífuna). "Los curas tienen que venir porque el pueblo
garífuna es católico", dice Marta Josefina.
Omar Gamboa relata en
una revista especial de Livingston, publicada en noviembre del año pasado, que
esta actividad comienza con una pequeña fiesta a ritmo de cantos y danzas;
"termina con una ceremonia para saber si los ancestros recibieron de buena
manera nuestras ofrendas". Antes y después de las comidas, los espíritus
se encarnan en personas.
Anota que los motivos
para realizar un "chugú" son varios, entre ellos: consultar con los
medios espirituales y buscar soluciones a problemas originados por espíritus
malignos.
El color del vestido
de las mujeres "lo elegimos para darles gusto a quienes vivieron; en este
año decidimos celeste; cada chugú tiene su uniforme", explica Alma
Florinda, y agrega que desde hace un año se fueron preparando también para
decidir qué comida hacer y a quién invitar.
Lo material y lo espiritual
En el ámbito garinagu existen dos mundos: uno
de los seres humanos materiales y orgánicos; el otro, de los seres
espirituales, que es de mayor jerarquía.
La antropóloga
brasileña Benneditha Cantanhêde e Silva, quien ha participado en diferentes
"chugús" en Guatemala, sostiene que esta actividad es una junta
familiar con deseos de comunicación, una evocación a los difuntos que parte de
la energía de las personas para establecer una conexión espiritista.
Benneditha afirma que
en las culturas afrodescendientes, como las que existen en Brasil y otros
países americanos, en las ceremonias espiritistas los tambores y el lenguaje
corporal tienen gran importancia. Precisa tres momentos en los que el ritmo de
las percusiones y las danzas se va ampliando para llamar a los espíritus; son
como una carnada: "primero: introduciendo; segundo: fortaleciendo; tercero:
permaneciendo".
Este rito es un
espacio de creencia -indica-; no es sincretismo sino práctica holística sin
explicaciones objetivas. "Estando en un chugú hablé con una persona que
estaba muerta hacía tiempo; fue como una despedida", dice mi entrevistada
brasileña.
Agrega que en este
tipo de recreaciones culturales se retroalimenta un sentimiento con un ser
querido, en el que una vez alcanzado el trance se establece el diálogo entre
personas y espíritus, que con frecuencia lleva al sosiego o bien aleja el
desconsuelo.
Es entonces cuando
interpreto de mejor manera el comportamiento de Alma Florinda y Marta Josefina,
quienes irradiaban un sentimiento de no tristeza, no nostalgia, de remembranzas
con paz y afecto, mismo que Benneditha, al no encontrar una palabra en español,
optó por describir en portugués: "saudade".
En la madrugada
escuché cánticos y tambores, pausados y cadenciosos, previo a que finalizara el
"chugú" de la familia Leiva a la orilla de la playa donde, en un
ambiente de "saudade", las personas participantes despidieron a sus
muertos con velas, cohetes y aguardiente.
[índice]
Movidas electorales
En una actividad aparentemente trivial, en la
que se reduce el papel de las guatemaltecas en torno a belleza, cocina y otros
quehaceres domésticos, se abrió un espacio de debate político entre mujeres.
Durante la inauguración de Expo Mujer 2003, realizada a mediados de agosto, las
esposas de los candidatos a la presidencia de la República hablaron acerca de
la participación y las necesidades de la población femenina.
A diferencia de
eventos similares, en el foro "Propuestas y metas para la mujer
guatemalteca, visión de la primera dama" no hubo ningún tipo de agresión
entre las representantes de los diferentes partidos. Se centraron en señalar
los avances y dificultades en la participación de las ciudadanas, enumerar
propuestas para responder a algunas problemáticas concretas y su visión
respecto a los nuevos roles que deben asumir mujeres y hombres.
Reconocieron la
necesidad de que las mujeres se involucren en el ámbito político para poder
avanzar en la democracia. Las cónyuges de candidatos de derecha resaltaron que
la baja escolaridad y el analfabetismo son dificultades para que las
guatemaltecas participen. Mientras, la compañera de vida de un líder de
izquierda señaló que la poca o nula participación se debe a desigualdades
sociales, sugirió la adopción de políticas públicas que propicien cambios
estructurales para cortar de raíz la discriminación de género y abogó por el
cumplimiento de los Acuerdos de Paz.
Respecto a los roles
de los sexos, todas consideraron que las responsabilidades deben ser
compartidas. Entre las participantes vinculadas a partidos de derecha se puso
en el centro el papel de las mujeres en la familia; en tanto, la única
expositora de izquierda defendió la promoción de relaciones más equitativas, lo
que significa romper esquemas tradicionales que rechazan el protagonismo
individual de las mujeres.
[índice]
Construyen agenda con referente local
Alrededor de 90 mujeres, representantes de
organizaciones de varios departamentos del país, se reunieron a fin de elaborar
una agenda política nacional basada en propuestas locales. Con ello buscan
definir una estrategia para que sus prioridades sean incluidas en los planes de
gobierno de los partidos políticos.
Su finalidad es
garantizar que los procesos a favor del avance de la ciudadanía de las mujeres
no se vean interrumpidos u obstaculizados por el cambio de gobierno. Una agenda
conformada por temas prioritarios y estratégicos para mejorar las condiciones
de vida de las guatemaltecas es una referencia clara de sus aspiraciones.
Ellas incluyen
demandas de desarrollo y propiedad de la tierra; medidas para erradicar la
discriminación étnica y opresión en el ámbito político; recursos para programas
públicos dirigidos a la población femenina, y fortalecimiento de la Secretaría
Presidencial de la Mujer.
[índice]
Instrumento de unidad indígena
Lideresas y líderes de los pueblos maya,
garífuna y xinca iniciaron acercamientos con miras a preparar su agenda de
participación política. Han realizado dos encuentros regionales, en
Quetzaltenango y Huehuetenango; posteriormente tendrán lugar en Escuintla,
Jalapa e Izabal.
Contar con un
instrumento común como base para trabajar en la construcción de un Estado
pluricultural es el objetivo que desean alcanzar mediante la elaboración de una
agenda de consenso. Entre sus prioridades destacan la unidad y coordinación
entre los pueblos y grupos indígenas, formación cívico-política y una
estrategia económica para su participación.
Éste es un esfuerzo
más en la búsqueda de la unidad de los pueblos indígenas, afirmó Manuela
Alvarado, representante de la Asociación Política de Mujeres Mayas Moloj. Al
referirse a iniciativas similares, entre ellas el I Congreso del Pueblo Maya,
expresó: "Todas las acciones de las organizaciones para lograr el avance
de nuestra participación política y desarrollo socioeconómico son importantes.
Esperamos que sean complementarias y fomenten la unión y el debate".
[índice]
Falta un proyecto político claro
Integrantes de la Asociación Política Moloj
calificaron la exclusión política de las mayas como un problema histórico
propiciado por el racismo y la discriminación socioeconómica y de género.
A fin de analizar su
participación frente al proceso electoral, Moloj efectuó en agosto un foro
público en el que intervinieron como ponentes tres personas con amplia
experiencia en la temática.
La antropóloga Lina
Barrios aseveró que los partidos políticos utilizan a indígenas para captar
votos. Esto puede comprobarse fácilmente al observar las posiciones
desfavorables en que se les coloca, por ejemplo, en los listados de
candidaturas al Congreso de la República.
Tras hacer un
análisis histórico de cómo la población indígena ha sido excluida de la toma de
decisiones, el doctor Carlos Guzmán Böckler aseguró que en el país existen
posibilidades para la participación política de estos pueblos y, por ende, la
de las mujeres mayas. "No hay que esperar a que se nos den las
oportunidades; hay que arrebatarles las iniciativas a quienes se han agenciado
el poder para sí mismos", expresó.
En eso concuerda la
Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum, quien opinó que el modelo de pedir
ya se agotó; sin embargo, la falta de estrategias es una dificultad que se debe
superar. "Mujeres y hombres carecemos de un proyecto definido y claro.
Para lograr que nuestra participación sea efectiva tenemos que pasar por todo
un proceso que no es únicamente una situación colectiva; también es
personal", explicó.
Otra debilidad que ve
la lideresa indígena es la ausencia de una cultura política con pertinencia
cultural. "Sin que exista", señaló, "aunque vote el 90 por
ciento de la población indígena o las mujeres diputadas asciendan al 30 por
ciento, eso no garantiza ningún avance".
[índice]
En el marco de su II Encuentro Nacional
realizado a fines de agosto, afiliadas al partido Unidad Revolucionaria
Nacional Guatemalteca de todo el país se pronunciaron a favor de garantizar la
participación de las guatemaltecas en la toma de decisiones e incrementar su
postulación a cargos de elección popular. Su principal objetivo fue aprobar el
plan de acción mediante el cual la URNG ejecutará su política de Equidad de
Género.
Durante la actividad
discutieron diversas problemáticas que afectan a las mujeres y dieron a conocer
su agenda prioritaria, que ya ha sido incorporada al Programa de Gobierno de
este partido. El mismo contempla entre sus prioridades impulsar el desarrollo
social, brindar seguridad mediante el fortalecimiento de las instituciones
civiles, luchar contra el racismo y por la igualdad.
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