laCuerda Una
mirada feminista de la realidad |
Año 6, No. 57 Guatemala,
junio/2003 |
Editorial
El mes de junio ha iniciado con
otra serie de aberrantes crímenes cometidos contra el pueblo de Guatemala por
parte de miembros del partido de gobierno y sus compinches. El multimillonario
robo a personas afiliadas al Seguro Social viene a sumarse a una cadena
delictiva que parece no tener fin. La ambición y el descaro de los funcionarios
públicos se alimentan bajo el manto de impunidad oficial que los cobija. La
población ve cada día cómo la corrupción alcanza niveles nunca antes vistos, y
nuestra decepción se convierte en rechazo, el asombro en desencanto.
Ante
semejante situación, tenemos opciones para elegir. Guardar silencio contribuye
a seguir tolerando la corrupción. Cuando nuestros intereses y los de nuestros
seres queridos se están viendo afectados, necesitamos actuar. Manifestar
nuestro rechazo es un acto de valor ciudadano que cobra sentido al hacerlo de
manera colectiva. Como mujeres no podemos seguir simulando indiferencia.
Nuestra voz está madura para alzarse y ponerle un HASTA AQUÍ a tanta
injusticia. Tenemos compañeras que nos han dado muestras de coraje que
constituyen un ejemplo digno de imitar. La lucha contra la impunidad en todas
sus expresiones es de toda la ciudadana. Si la justicia no llega hasta el
último rincón, no existe justicia verdadera para nadie.
Las
guatemaltecas estamos cumpliendo tareas monumentales en estos momentos
históricos: unas desde el anonimato y la cotidianidad, otras desde sus
liderazgos públicos. Cada quien tiene una misión por delante. El país requiere
que unamos nuestra fuerzas, inteligencia y capacidades para salir de esta
terrible encrucijada en la que, "para variar", estamos llevando la
peor parte. Si revisamos los índices de violencia, miseria, falta de
oportunidades, las mujeres seguimos en los primeros puestos. Cada quetzal que
desaparece de las arcas públicas es un ingreso que dejamos de percibir y que
nosotras debemos paliar.
En el
pasado teníamos más limitaciones y menos condiciones para incorporarnos a la
vida política del país. No es que hoy hayamos superado todos los obstáculos,
pero es evidente que contamos con la solidez de saber que no son mujeres las
que están asesinando, ni atracando al Estado, ni impidiendo el desarrollo. No
es que seamos todas unas santas, pero al menos, como género, no estamos
cubiertas de mugre y podredumbre. Esto nos da esperanzas para seguir alimentado
el sueño de hacer posible un mundo mejor.
La
posibilidad de llevar a cabo transformaciones sociales pasa forzosamente por la
participación ciudadana. Los cambios no se hacen solos, requieren de palancas y
motores que los echen a andar y los empujen. Si las mujeres deseamos realmente
que Guatemala salga del agujero en que está hundida, no podemos quedarnos de
brazos cruzados o en silencio.
Existen
propuestas, agendas, listas de demandas políticas que en esta coyuntura cobran
de nuevo vigencia. Éste es el momento adecuado para conocerlas, entenderlas,
cuestionarlas, apropiarnos de ellas o dejarlas pasar. Ahora, y no mañana, es
cuando debemos hacer valer nuestros derechos políticos y cumplir nuestras
tareas cívicas en toda su extensión. Esto requiere de entereza, decisión y una
buena inversión de fe y energía. Nuestro futuro y dignidad están en juego. No
los dejemos en manos de otros.
[índice]
Rosalinda Hernández Alarcón, laCuerda
Al pedir comentarios acerca de un
posible tema de laCuerda: "mujeres mayas liberadas", algunas personas
lo vieron muy bien, otras plantearon dudas, unas más pronunciaron
calificaciones como "muy elitista" o sugirieron que "sería mejor
hablar de las indígenas en general".
Retomo la propuesta: "abridoras de caminos",
aunque sea mal español, en tanto la temática de esta publicación aborda saberes
de indígenas visionarias cuya procedencia es maya. En futuros números les
tocará hablar a las negras o las mestizas, con el propósito de incursionar en
otras rutas de la diversidad cultural.
La problemática
de las indígenas se ha abordado desde diferentes ópticas: segregacionistas,
folcloristas, indigenistas o bien como culturas próximas a la extinción,
conglomerados minoritarios que aspiran a sus derechos de igualdad o al
resarcimiento (en su condición de oprimidas y víctimas). En este ejemplar
presentamos miradas desde la visión crítica que toma en cuenta la opresión de
género, clase y etnia. Son narradas por mayas, quienes han revisado sus
vivencias cotidianas y analizado la etnicidad en Guatemala desde el punto de
vista histórico, político, socioeconómico y cultural.
La
intención de plantear visiones liberadas, traducidas en artículos
periodísticos, es que representan un aporte a las relaciones interétnicas,
tanto en la interpretación de la problemática de la discriminación racial como
en la propuesta para superarla.
Multicultural - racista
En esta nación diversa y
heterogénea, donde coexisten varias culturas e idiomas, uno de cada dos
habitantes se reconoce indígena.1 Paradójicamente, y a diferencia de
otros países, el liderazgo que denuncia la opresión económica y el racismo que
sufren los pueblos indígenas es muy reciente. Fue hasta después de la firma de
los Acuerdos de Paz (1996) que se creó la institucionalidad estatal que atiende
esta temática.2
Para
tratar las relaciones étnicas e intergenéricas con mayor profundidad han
contribuido algunas experiencias organizativas sociales, la producción de
centros de investigación, la apertura de opciones de estudio y capacitaciones,
así como diferentes acciones de promoción de los derechos e identidad de los
pueblos indígenas.
A pesar
del protagonismo de personalidades y grupos indígenas que sugieren caminos para
transformar la situación de desigualdad que viven los pueblos mayas, garífuna y
xinka, el compromiso de la ciudadanía mestiza para erradicar el racismo en
Guatemala sigue siendo una aspiración de pocos, menor aún si se vincula a
superar la discriminación de género, clase y etnia.
Cosmovisiones feministas
Para nosotras, la
interculturalidad es un asunto que compete a toda la ciudadanía. De igual
manera entendemos que la discriminación por razones de género es asunto de
mujeres y hombres, no sólo de quienes nos nombramos liberadas porque valoramos
nuestro cuerpo y entrega, nuestras capacidades y aptitudes, nuestra mente y
espíritu, nuestro trabajo y tiempo.
La
intención es reflexionar por qué somos racistas, cómo interpretamos las
relaciones de poder entre mujeres y hombres indígenas, qué significa reconocer
y valorar las diferencias culturales, cómo es posible establecer relaciones
equitativas e identidades de género y étnicas.
Conversar
en esta oportunidad con indígenas cuya estima social es muy alta es importante
porque sintetiza opiniones de visionarias que han revisado su cosmovisión,
incluido el componente de género. Como feministas mestizas tenemos una
interpretación de la vida, la naturaleza, el conocimiento, el mundo, lo social,
lo político. Ellas, como mayas, añaden dos rasgos a su identidad: sus
particularidades culturales y propuestas de cambio a las tradiciones que las
oprimen y excluyen.
Con pleno
reconocimiento de sus saberes hablan de desafíos, preocupaciones, éxitos,
malestares, valores y placeres. Las indígenas que desarrollan la parte medular
de esta publicación son algunas de aquellas mujeres que han desechado las
disculpas en sus preámbulos y descartan la victimización como alegato
primordial para interpretar las relaciones de género y étnicas.
Gracias a ellas por su aporte. Nuestro anhelo es dar
pasos hacia la comprensión que vivir en Guatemala obliga a incursionar en la
interculturalidad, como concepto y como práctica de todas las personas.
Interculturalidad es...
Convivencia en paz, armonía entre
culturas; cooperación, colaboración,
solidaridad y respeto; relación
social justa y equitativa.3
Grupos étnicos e identidad
La población de Guatemala está
conformada por diferentes grupos étnicos. Por eso es necesario que conozcamos
esa diversidad cultural. La palabra etnicidad viene de la voz griega
"ethnos" que significa gente o nación, es decir, un grupo de personas
que comparten características comunes, que les permiten identificarse como
pertenecientes al mismo grupo y diferenciarse de otros. Los grupos étnicos
pueden diferenciarse entre sí por aspectos tales como el idioma, el vestido, la
organización social y la cosmovisión.3
______________________
1.
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos
Familiares 1998-1999 reporta que el 48.7 por ciento del total de la población
en Guatemala es indígena.
2.
Fundación de la Defensoría de la Mujer
Indígena, ratificación del Convenio 169 (derechos colectivos a la tierra y
otros recursos), tipificación del delito de discriminación (incluye la racial y
de género, entre otras), instalación de Juzgados de Paz comunitarios,
incremento de plazas para intérpretes judiciales, decreto para facilitar acceso
a sitios para práctica de espiritualidad maya...
3.
Desarrollo Humano y Pacto Fiscal. PNUD. Hacia
una sociedad intercultural. Guatemala, 2002. Págs. 151 y 149.
[índice]
laCuerda
Reconocen labor de parlamentaria
La diputada guatemalteca Anabella
de León, del Partido Patriota, fue galardonada por la organización Vital
Voices, con sede en Washington, como una de las mujeres más destacadas en el
mundo por su lucha contra la corrupción y en pro de la democracia. Esta
lideresa tiene una amplia trayectoria en la creación y apoyo a leyes y
programas a favor de las mujeres, los pueblos indígenas y otros grupos
desprotegidos, así como en la denuncia contra funcionarios públicos por actos
de corrupción.
Premio a periodista
Marielos Monzón recibió el premio
al valor periodístico de la Fundación Internacional de Mujeres Comunicadoras,
por escribir sobre las violaciones a los derechos humanos en Guatemala después
del conflicto armado interno. La entidad otorga reconocimientos a las
periodistas que han mostrado coraje en sus publicaciones.
Aprueban ley de idiomas
La recién aprobada Ley de Idiomas
Nacionales establece que en cada comunidad lingüística los servicios de educación,
salud y justicia deberán ofrecerse en el idioma local predominante. La Academia
de Lenguas Mayas será la encargada de traducir los documentos y capacitar a
profesionales de cada región. Algunos sectores sociales se mostraron
inconformes con la ley al considerarla sectaria, en tanto otros la elogiaron.
Programa educativo
La Oficina de Derechos Humanos
del Arzobispado (ODHA) impulsa en unos cien establecimientos educativos del
país un programa que a través de juegos didácticos busca generar conciencia y
enseñar a la niñez sobre sus derechos humanos para evitar el maltrato físico y
psicológico.
Campesinas exigen pago de prestaciones laborales
Alrededor de 50 campesinas,
despedidas hace cinco años de dos fincas de la Costa Sur, realizaron una marcha
por las calles de Mazatenango. Exigían el pago de sus prestaciones laborales
pues desde entonces los finqueros no les pagan la indemnización que por ley les
corresponde.
Reporte de violencia
En mayo 63 mujeres fueron
víctimas de violencia y accidentes. Cinco fueron violadas y dos asesinadas con
arma blanca. Por arma de fuego murieron 11 y cuatro resultaron heridas. En
accidentes fallecieron ocho y 20 quedaron lesionadas. Cuatro sufrieron intento
de linchamiento, tres murieron por diferentes causas y una se suicidó. Tres
fueron secuestradas y tres más están desaparecidas.
Víctimas de violación en abril
En tan sólo 15 días de abril
fueron denunciados 28 casos de violación en la Fiscalía de la Mujer del
Ministerio Público. El problema se agrava por la tardanza de las autoridades
para ejecutar las capturas. En la Zona 18 de la ciudad capital se registra el
mayor número de casos.
Secuestrada por militar
La Policía Nacional Civil rescató
en Izabal a Sandra Juárez, de 19 años de edad, quien había sido secuestrada por
Víctor Hugo Martínez González y Salomón Barrera Aguilar. El segundo presentó
una credencial que lo identifica como Mayor de Infantería del ejército.
Cáncer, primera causa de muerte
Apenas el 10 por ciento de las
guatemaltecas se somete con regularidad al examen de Papanicolaou. Cada año el
Instituto de Cancerología diagnostica 1,200 casos de cáncer de cérvix. Ésta es
la primera causa de muerte en países en vías de desarrollo.
[índice]
Superar el discurso sobre los Pueblos
Francisca Gómez, guatemalteca maya k'iche'
Al tomar posesión de su cargo, el
presidente Alfonso Portillo expresó que los Acuerdos de Paz son compromisos de
Estado. Tal promesa implicaba que las políticas y estrategias a impulsar por
este gobierno tendrían como pilar fundamental los Acuerdos de Paz.
Me
referiré aquí al Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas
(AIDPI). Como es sabido, éste fue el único que reconoció la exclusión y
discriminación históricas de los Pueblos Maya, Garífuna y Xinka en la agenda de
negociación del proceso de paz en Guatemala, pese a que durante el
enfrentamiento armado interno el Pueblo Maya vivenció con mayor dimensión la
violencia política que se generó desde el Estado, y a que actualmente las
consecuencias y secuelas se observan en la problemática económica, política y
social del Pueblo Maya. Según la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, de
las víctimas identificadas el 83 por ciento era maya y el 17 por ciento ladinas
y ladinos.
Tras seis
años y medio de la firma de la "paz firme y duradera", en materia de
derechos civiles y políticos del Pueblo Maya no existe una política que refleje
la implementación del AIDPI; se observan únicamente acciones periféricas. Si el
Acuerdo reconoce que Guatemala es un país multiétnico, pluricultural y
multilingüe, ello implicaba el inicio de cambios sustanciales en la estructura
estatal. El gobierno menciona que su gabinete es plural, pero es imposible
hablar de pluralidad cuando en él participan sólo una mujer maya dirigiendo el
Ministerio de Cultura y Deportes y un hombre maya que funge como viceministro
de Educación. Entonces, ¿por qué razón las autoridades se refieren en sus
discursos al carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe de Guatemala,
cuando no hay mujeres y hombres de los diversos Pueblos ocupando puestos claves
o con voz y voto en la toma de decisiones en los asuntos del Estado?
El AIDPI
dice que "para eliminar la discriminación histórica hacia los Pueblos
Indígenas, se requiere del concurso de todos los ciudadanos [y ciudadanas] en
la transformación de mentalidades, actitudes y comportamientos", pero en
discursos de ciudadanas y ciudadanos que dicen identificarse con el proceso de
interculturalidad en Guatemala resaltan expresiones como "nuestros
mayas" o bien "nuestros pueblos indígenas". Éstas contienen una
fuerte dosis de racismo, porque se continúa pensando que el Pueblo Maya o los
Pueblos Indígenas son propiedad de otros. Por ello es pertinente recalcar que
si se reconoce el carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe del país,
se estaría hablando de un nivel de relación entre conciudadanas y conciudadanos
mayas, ladinas y ladinos, garinagus y xinkas como el inicio de la eliminación
de estereotipos que discriminan, excluyen y marginan.
Es evidente
que no existe voluntad para desarrollar políticas de Estado con perspectiva
étnica, entendiendo que ésta implica la transformación de un sistema
monocultural hacia uno multi e intercultural. Para ello es necesario diseñar
políticas, estrategias e indicadores con visión maya, ladina o mestiza,
garífuna y xinka como proceso a cumplirse a corto, mediano y largo plazos, lo
que conlleva la negociación de cuotas de participación en el gabinete de
gobierno así como en sus distintas dependencias desde los niveles municipal,
departamental y regional. También significa realizar un proceso de
regionalización y descentralización de los servicios en función de la situación
sociolingüística del país, además del uso de los idiomas mayas en la prestación
de los servicios del Estado.
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Mi encuentro con la sexualidad
Emma Chirix, guatemalteca maya kaqchiquel
Hace veinte años mis ideas con
relación a la sexualidad eran conservadoras. Dos factores influían en mi
proceso de formación; el primero, mi vivencia en un internado para mujeres
indígenas dirigido por monjas; el segundo, la ausencia del tema a nivel de
familia. Actualmente la sexualidad sigue siendo tabú y silenciada en la cultura
maya. Hay prohibición y control. Se la percibe sucia y privada. La percepción
de pecado sigue marcando el comportamiento a través de la represión de
emociones y sentimientos.
Para salir de esta opresión, decidí sacar de mi mente a la iglesia como
institución y aprendí a explorar. Sólo entonces me sentí libre y no prisionera.
Eso que era prohibido y pecado fue aclarándose. Fueron mis amigas quienes
dieron respuestas a mis dudas. Los libros y mi proceso vivencial me revelaron
los aciertos y desaciertos en el amor y la experiencia de sentir placer.
Comprendí que la sexualidad era y es parte de mi vida.
A mis
cuarenta y pico de años percibo que he cambiado, he aprendido y sigo
aprendiendo de mis amigas y de mujeres despabiladas. Recibo con alegría lo que
aprendí de mis amigos íntimos. Gozo ahora la ternura y el amor de mi pareja y
afirmo que el encanto no ha muerto porque he decidido convivir con él y mis
hijos, e intento vivir el amor cotidianamente. Sigo aprendiendo en los espacios
de reflexión con mujeres mayas y ladinas y es aquí donde la pena y la vergüenza
han dejado de ser piedra, pero todavía veo y siento algunas piedrecillas que me
reprimen.
No me considero una santa maya reprimida, porque mi mayor
fortaleza ha sido expresar mis sentimientos. Doy y pido afecto y aquello que me
causa placer y satisfacción. Decidí ser madre y tener únicamente dos hijos y
sigo siendo mujer maya. Soy sensible ante temas como la violación, el acoso, el
aborto, el incesto y otras manifestaciones de violencia contra las mujeres.
Comprendo ahora que la masturbación, el orgasmo, el acto sexual no son pecado;
son parte de la vida. Ahora puedo contemplar la belleza humana y el respeto que
merece cada criatura del universo. Observo el cortejo entre el palomo y la
paloma y cómo ambos se hacen cargo del cuido de los huevos; entre ellos se da
una relación más equitativa. Disfruto de platos afrodisíacos como el patín, el
chipilín con cangrejo. Disfruto de mis fantasías y tomo más conciencia de mis
actitudes y sentimientos. Doy más cabida al gozo y al placer. Estas
manifestaciones le están dando sentido a mi vida y trato de que haya equilibrio
entre mi cuerpo, mi mente y mi espíritu.
Honestamente
les comparto que todavía cargo algunos temores, prejuicios y normas morales,
pero éstos se irán de mi vida en la medida en que yo los aborde.
Sigo
aprendiendo, y ahora de la cultura mochica. Este grupo existió aproximadamente
entre los años 100 a.C. y 600 d.C. en la zona costera del norte del Perú. El
libro habla sobre el arte erótico de los mochicas y presenta ilustraciones con
manifestaciones eróticas tales como signos sexuales y símbolos de fertilidad y
supervivencia a través de la cerámica. Me pregunto: ¿Por qué en la cultura no
hay imágenes que presenten los genitales masculinos y femeninos, o el acto
sexual y del alumbramiento? ¿Porque ha sido reprimido y por eso no se habla?
Cuantos más se atreven a expresar la sexualidad a través de la pintura, la
cerámica y el tejido. Atreverse es acercarnos a la belleza humana, al amor, al
placer, a la vitalidad. Mi reto es mostrar imágenes en donde testimonie el
placer, el amor, los temores y los secretos del cuerpo y del alma, de la
materia y del espíritu.
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Andrea Carrillo Samayoa, laCuerda
Cuesta que las personas respondan
con sinceridad y son muy pocas las que, a la primera y sin pensarlo, reconocen:
"Sí, soy racista, me caen mal los indios por lamidos, abusivos e
igualados". O como contestó una arquitecta: "No con todos, pero sí
con la mayoría porque son pesados, como que uno tuviera la culpa de sus
clavos".
Una buena
parte de las personas entrevistadas se tomó unos segundos para pensar y decir:
"Nooo, cómo va a creer, si todos somos iguales y ellos también merecen
respeto y educación". ¡Ah, qué guatemaltecos! No ser racista pasa por dar
las buenas tardes, intercambiar palabras con la compañera de la clase o darles
jalón cuando están en la carretera. Aunque alguien me dijo: "Eso sí, en la
palangana del picop, porque los inditos huelen mal".
Interrogué
a un par de mujeres y hombres de edades y posiciones sociales diferentes, cuyas
opiniones estuvieron impregnadas de consideraciones moralistas o religiosas.
Bajo una supuesta igualdad por "ser todos hijos de dios", sus
respuestas fueron poco sinceras.
Para
encontrar otro tipo de información, opté por dejar la formalidad a un lado para
indagar a lo chapín. ¡Ah! ¿Entonces usted evita aquella expresión común no seas
indio, vos para referirse a alguien cuando lo está chingando? "Bueno, sí,
pues, pero eso no es racismo, porque yo a ellos no los trato mal". Otro
encuestado: "¿Tener relaciones con una indígena? Pues ya las tuve. Eso
sucedió porque pasé castigado tres meses refundido en un pueblo y en la desesperación
hasta las vi bonitas".
El trato
de "vos" para con las personas indígenas es muy común. A las mujeres
se les atribuye el término de "muchachas" y en el peor de los casos
hasta "choleras" les dicen. Ante esto una señora me respondió:
"Pero son puros modismos heredados y uno los usa porque así se aprende en
la casa".
"¿Herencia?",
pensé. Afortunadamente, nunca aprendí semejantes modismos y aunque en el
colegio llegué a repetir algunos, me di cuenta muy a tiempo que esas
expresiones eran racistas.
Y usted,
cuénteme, cuando los nombra "indio" o "María", ¿sólo repite
lo que por años ha escuchado, o en el fondo son actitudes racistas?
"Hmmm... Yo les digo inditas porque eso son, pero no me caen mal",
contestó una compañera de la universidad. "Lo que sí es que me parece que
no tienen higiene personal. Por ejemplo, cuando jugamos futbol, si alguna de
ellas me pide agua, yo le doy, pero ya no tomo de la misma botella porque me da
cosa. Pero eso es porque son shucos [sucios], no porque yo sea racista".
A la
pregunta "¿tiene ascendencia indígena?", la mayoría respondió de
inmediato: "No, no, nooo, qué va, yo no tengo sangre de ese tipo".
Sorprendente fue un comentario en particular: "Yo sí vengo de los mayas,
pero no de los indios; ésos sí que son bien feos".
En
Guatemala pasa el tiempo y hay quienes siguen repitiendo expresiones que
contribuyen a que continúe el racismo que reina en nuestro país. Otras personas
se dan cuenta a tiempo y paran porque buscan relaciones sinceras, sin
prejuicios y respetuosas. Alguien muy querido me dijo: "De niño y
adolescente tuve actitudes racistas inherentes a este sistema sociocultural
guatemalteco, pero hoy, ya viejo y con muchos años de camino, creo
lapidariamente que es un sistema de ideas de mierda".
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Paula Irene del Cid Vargas, laCuerda
Si bien todas las mujeres
compartimos la condición subordinada a partir de nuestro género, somos
diversas. Edad, etnia, raza, preferencia sexual y capacidades son algunos de
los aspectos que nos diferencian. Diferencias que, pasadas por el crisol del
parámetro de la perspectiva dominante, se traducen en desigualdades sociales. Y
aunque hace ya tiempo el pensamiento feminista incorporó este razonamiento a su
discurso global, en la concreta todavía no se palpa, no se siente. La
diferencia y la discriminación étnicas y raciales, estrechamente vinculadas a
la condición de clase, son dos de las grandes ausencias.
En
América Latina son las afrodescendientes, específicamente las dominicanas,
quienes históricamente ponen este tema espinoso en la agenda de los encuentros
feministas. Sergia Galván dice: "...transitar el camino de la democracia
implica necesariamente tocar las diferencias, no como espacios disgregadores y
desarticuladores sino como campos que redimensionan las propuestas
feministas". Nos interpela: "¿Acaso existen mujeres desprovistas de
identidades étnicas/raciales? Es preciso desenmarañar sobre qué bases se han
construido las identidades étnicas de las mujeres, qué símbolos o cosmovisiones
configuran estas identidades y cómo se relacionan con su identidad genérica,
cómo entra el patriarcado".
Dorotea
Gómez, trabajadora social maya, nos comenta sus percepciones en el contexto
guatemalteco: "Existe una resistencia a reconocer la diferencia; está
ausente de los discursos y se posterga su discusión. Reconocerla permitiría
encontrar las dificultades que se viven cotidianamente en todos los espacios,
especialmente en las relaciones entre mujeres indígenas y ladinas, que se basan
en estereotipos de unas y otras. Es necesario hacer cambios que se deben
impulsar desde todos los ámbitos laborales, de formación e informales de
reflexión. Esto no es responsabilidad absoluta de un grupo específico".
Detrás de
esa resistencia no hay más que una cultura racista que nos atraviesa a todas.
Según Sara Álvarez, joven maya guatemalteca, "tenemos que analizar cómo se
transforma el racismo en aquellos espacios en los que ya no es políticamente
correcto ser racista". Sara y Dorotea mencionaron algunas formas que han
identificado: la negación de la diferencia cubierta bajo la consigna
"todas somos mujeres"; el paternalismo en los espacios de formación
cuando se sobrevaloran sus aportes; la utilización en los ámbitos
institucionales ("tenemos mayas en la institución").
Me dejan
pensando: "Algunas nos sentimos tan de avanzada que no consideramos
necesario reflexionar y cuestionar nuestras actualizaciones racistas, las
nuevas formas sutiles que el patriarcado ha cobrado".
Epsy
Campbell, congresista afrocostarricense, denuncia que "cuando se aborda la
diversidad desde el feminismo histórico latinoamericano, se hace desde una
perspectiva en la que las mujeres del grupo étnico dominante se consideran el
punto de partida para catalogar y denominar al resto. Evidentemente, desde esa
perspectiva las diversas no son ellas: las diversas son las otras, las
no-blancas". El punto es que "la diversidad somos todas, o sea que
ninguna es el parámetro de referencia de las demás".
Profundizar
y desmenuzar el asunto tendría implicaciones para las agendas feministas en los
distintos contextos del país, reordenaría prioridades. Pero ¿a quién le
corresponden el análisis, el discurso y la reivindicación? Obviamente, no sólo
a las indígenas y las garífunas. No podemos endilgarles las reivindicaciones
étnicas a quienes sufren directamente la discriminación, a las que han tenido
la oportunidad de hacer esas reflexiones y luego han podido llegar a espacios
de negociación política, quienes -dicho sea de paso- son pocas, todavía no
suficientes. Si queremos sumar, tendríamos que asumir que el desafío de la
diversidad es para todas.
[índice]
Transición hacia una nueva era
Carmen Álvarez, guatemalteca k'iche'
De acuerdo a la cronología maya,
la actual era comenzó en el año 3114 a.C y terminará en el 2012 d.C., lo cual
significa que nos encontramos en una etapa importante de transición hacia una
nueva era. Es en este contexto que estamos experimentando la revitalización de
la herencia recibida como marco de nuestras luchas actuales.
Cotidianamente
escuchamos hablar del derecho a vivir partiendo del respeto a nuestra
cosmovisión, que no es más que la manera en que percibimos el universo que nos
rodea y del cual somos parte, misma que está presente tanto en la actividad
productiva como reflexiva de los seres humanos.
Así pues, la cosmovisión maya es nuestro sentido y nuestra mirada para
comprender la vida y vivir nuestros pensamientos. Plantea que, siendo parte del
conjunto cósmico, podemos vivir en una relación de igualdad con los demás
elementos que nos rodean y tener una vida mejor, así como conservar nuestro
planeta.
Daré sólo
algunos ejemplos de cómo a través de diversas fuentes se revela que no existe
una relación de subordinación originaria tan marcada entre lo femenino y
masculino. En k'iche', "qati't qamam" quiere decir "nuestras
abuelas y abuelos", y Ajaw (Creador y Formador) también es bisexuado, lo
que demuestra que en los idiomas mayas no hay género.
Algunos
de los valores mayas son: la responsabilidad de cuidarte a ti misma(o), seguida
del cuidado de la tierra, el respeto al
trabajo y al alimento, el reconocimiento de la sabiduría de abuelos y
abuelas, el sentido de cooperación, el equilibrio, el conocimiento de los
grandes ciclos, la visión y relación dual de elementos que conforman la
existencia, con las cuales los seres humanos interactuamos; es decir, la unión
de dos esencias o energías que se complementan, como son la noche y el día, la
luz y la sombra de todo ser humano, la vida y la muerte, el inicio y el fin, el
hombre y la mujer. En este sentido "Tz'aqat" -en k'iche'- significa,
entre otras cosas, la búsqueda de equilibrio sustentado en la completación de
las cosas.
Sin embargo, la complementariedad entre dos seres
(hombre-mujer) es lo que ha generado más polémica, ya que quienes reconocen las
diferencias biológicas plantean que cada quien cumple su rol, y no podemos
ignorar que esto sirve de argumento para la subordinación de las mujeres mayas,
lo que desde ningún punto de vista es justificable. En otros casos se entiende
como completud entre yo y los otros y los otros en mí, o se concibe como la
asociación interdependiente entre lo masculino y femenino (aunque según otras
culturas todas las personas tenemos la parte femenina y la masculina dentro de
nuestro propio ser).
En medio
de toda la discusión sobre la permanencia o no de estos valores, hoy, después
de haber sido muy crítica hacia el discurso maya, creo que el hecho de que en
muchos casos esto esté más en el discurso, no le quita validez; al contrario,
significa que hay paradigmas que pueden hacernos caminar, siempre y cuando nos
hagan libres, tengamos vida y luz propia, y nos permitan estar en armonía con
nosotras mismas y nuestro entorno. Sólo necesitamos aceptar el desafío de
revivir la conciencia de lo que somos y poner en práctica, en el aquí y ahora,
estos principios de vida como una contribución al país.
[índice]
Las limitaciones no van a detenerlas
Wendy Santa Cruz, laCuerda
La presencia de mujeres indígenas
en puestos públicos no garantiza la solución a las demandas de los pueblos
indígenas. Rosalina Tuyuc, dirigente de la Coordinadora Nacional de Viudas de
Guatemala (CONAVIGUA), comentó que contar con esos espacios no significa
grandes cambios. "Finalmente, la estadía en esos cargos es transitoria. No
es porque ellas no tengan identidad, responsabilidad y compromiso". La
lideresa lo atribuye a que carecen de una total libertad de actuación; tampoco
se aceptan todas sus propuestas o iniciativas ni tienen poder de decisión.
Norma
Sacdic, de la dirección de la Asociación Política de Mujeres Mayas Moloj, opinó
que otras situaciones que influyen en el trabajo de las indígenas son sus
capacidades, experiencias personales, los objetivos propios o colectivos, la
conciencia social, así como su poder de decisión dentro de las instituciones
del Estado. "Además, tenemos que luchar contra la falta de voluntad y
visión política del gobierno para adjudicar recursos técnicos y financieros al
cumplimiento de las leyes y las políticas públicas a favor de las
mujeres", expresó.
Ya no es
un secreto que el Estado guatemalteco es racista y excluyente. Dentro de ese
marco, la presencia de las mujeres indígenas en cargos públicos es muy escasa.
Hermelinda Magzul Patal, integrante del Grupo de Mujeres Kaqla, señala que si
bien cada una hace un máximo esfuerzo por desempeñarse lo mejor posible, la
poca experiencia en estos espacios, la falta de respaldo político y de
recursos, así como la limitación en la toma de decisiones, han coartado la
posibilidad de que logren incidir de manera profunda.
Consuelo
Cabrera, de la Coordinación de Organizaciones del Pueblo Maya de Guatemala
(COPMAGUA), explicó que la apertura de esos espacios es una lucha que se ha
mantenido, pero aún falta credibilidad en la capacidad de las mujeres, sobre
todo indígenas, para dirigir una institución. Tampoco existe una política
orientada a fortalecer los espacios creados. Tal es el caso de la Defensoría de
la Mujer Indígena, a la cual no se le ha aumentado el presupuesto. Aun así, la
lideresa considera un logro que, "pese a todas estas limitaciones, las
indígenas estén participando y luchando por tener una mayor incidencia".
Funcionarias
indígenas en el sector público
Una ministra entre las 20 personas que ocupan
ese cargo.
Ninguna entre los 13 magistrados de la Corte
Suprema de Justicia.
Tres del total de 113 congresistas y tres
entre ocho diputadas.
Una gobernadora entre los 22 departamentos
del país.
Ninguna ocupa un cargo en las Judicaturas,
con excepción de los Juzgados de Paz, donde hay cuatro indígenas.
Fuente: Desafíos para la
Participación de las Mujeres. MINUGUA.
Guatemala. 2001, páginas 24 y 25.
Niñas y
adolescentes en actividades agrícolas
La agricultura es la rama de actividad que
mayor porcentaje de niñas y jóvenes ocupa. Entre las edades de siete y 14
alcanza el 43.7 por ciento; entre los 14 y 18 años de edad llega al 22.7 por
ciento. El 80.3 por ciento de estas niñas y el 49 por ciento de adolescentes no
reciben salario.
Fuente: Informe de Desarrollo
Humano. PNUD. Guatemala. 2002, página 195.
Quisiéramos
saber, pero no hay datos...
Cuántas indígenas participan como
sindicalistas
Cuántas indígenas están afiliadas al IGSS
Cuántas indígenas reciben créditos para
acceso a recursos
Cuántas indígenas trabajan como empleadas
públicas
Cuántas indígenas estudian en las
universidades
Cuántas indígenas son...
Sólo hay
cifras totales de mujeres en Guatemala.
[índice]
Laura E. Asturias, laCuerda
Fue un encuentro fortuito y
demasiado breve hace un par de meses. En el funeral de mi tío Oscar, entre las
ropas oscuras del resto de la gente, la señora destacaba con los vivos colores
de su traje regional. Al concluir el sepelio, ella caminaba cerca de mí; le
ofrecí acercarla al centro y rápidamente subió al carro. El corto recorrido no
daría para charlas profundas, así que le pregunté cómo había conocido a mi tío.
En ese
tono con que algunas veces se describe a los difuntos, dijo: "Ay, seño,
era tan bueno... Yo vendo verduras afuera del mercado central, y desde hace
años él me dejaba guardar mis cosas en su negocio, todas las noches, sin
cobrarme nada".
Antes que
conocer su nombre, que al final nunca supe, quise preguntarle de dónde era.
"De Huehuetenango", dijo, "pero vivo aquí en la capital desde
hace un montón de años". Al indagar por qué vino a la ciudad, no vaciló en
responder: "Yo estaba casada con un hombre que a los 12 años me robó para
llevarme a vivir con él. Era mucho mayor que yo y me golpeaba todo el tiempo.
Así que dejé a mis hijos chiquitos con mi mamá y me escapé para acá". ¿Y
cuántos niños tuvo? "Cinco", dijo, "todos seguiditos, pero tres
se murieron. En Huehue quedan dos que están bien logrados".
La causa
de la muerte de sus tres primeros hijos fue la misma por la que tantas niñas y
niños en Guatemala no llegan a cumplir ni cinco años: "Se pusieron mal,
tenían mucha diarrea y no había cómo llevarlos al hospital. Así se
murieron". Lo dijo con la aparente "naturalidad" de quien ha
asumido tales eventos como un hecho cotidiano en su entorno.
Dado que
la señora parecía haber entrado en confianza, me aventuré a preguntarle de
dónde, siendo entonces tan joven, había sacado fuerzas para dejar a ese hombre
que la maltrataba. "Mire, usté", explicó, "las mujeres ya no
estamos para aguantar que los hombres nos pijaceen parejo. No le iba a permitir
que me siguiera golpeando. En mis adentros yo sabía que él no tenía derecho a
hacerme todo eso, así que me fui. Asustada, pero me fui. Y él se quedó bien
solo y jodido".
Y ahora,
¿tiene otro compañero? "Dios me libre, m'ija. Así estoy muy
tranquila".
Yo habría
seguido feliz indagando en la vida de esa mujer, pero demasiado pronto llegamos
a una esquina del mercado central y ahí se bajó como bólido, despidiéndose con
una amplia sonrisa.
A menudo
la recuerdo: su sonrisa, la soltura y firmeza con que enunció sus convicciones.
La veo como una aguja luminosa en un pajar. Y no puedo evitar dar gracias de
que al menos una entre tantas, y pese al temor de un futuro incierto en una
ciudad hostil, haya podido escaparse del cerco y dejar el cautiverio de
violencias que implica ser "propiedad" de un hombre.
[índice]
Una oportunidad para la toma de conciencia
Wendy Santa Cruz, laCuerda
Marta Hilda Marroquín, actual
directora de la Oficina Nacional de la Mujer (ONAM), concibe a la entidad como
la puerta que se abrió para concientizarla acerca de la gran desventaja en que
nos encontramos las mujeres respecto a los hombres. La ONAM cumplió este mes 22
años de funcionar y tiene una trayectoria histórica en cuanto a la ejecución de
acciones para potenciar la integración de las guatemaltecas al desarrollo
económico, social y político.
La
primera experiencia de Marta Hilda en la institución fue como delegada por el
Ministerio de Educación a principios de los 90. Participó en una comisión
conformada para eliminar los estereotipos sexistas en el material educativo.
Más tarde, como subdirectora de la Oficina, tuvo a su cargo la supervisión de
las sedes departamentales en las que se desarrollaban proyectos en beneficio de
las mujeres.
Todo el
aprendizaje que ha acumulado en la institución ha forjado cambios en su vida.
"Lo que he aprendido he tratado de llevarlo a la práctica, porque el
género no es sólo conocerlo, es vivirlo día a día, es el respeto hacia la
diversidad y a opiniones diferentes", aseguró. Para las mujeres que han
pasado por la ONAM, ha significado la oportunidad de tomar conciencia, ver la
realidad de una forma distinta y apoyar a otras en la lucha por sus derechos.
Como
directora ejecutiva, es consciente que las mujeres, sobre todo las indígenas,
enfrentamos muchas limitaciones y obstáculos para acceder a los cargos de
dirección. "En la ONAM, la incorporación de las indígenas ha sido un
proceso lento. Muchas lideresas tienen todo el deseo, voluntad y preparación
para trabajar con los grupos de mujeres en sus comunidades. Dos de nuestras
cinco sedes departamentales son coordinadas precisamente por ellas",
expresó.
Tal es el
caso de Albertina Patal, quien coordina la delegación de la ONAM en
Chimaltenango desde septiembre del 2000. "Cuando empecé a trabajar aquí
desconocía muchas cosas, no tenía noción de la labor que iba a realizar, pero
pronto comencé a introducirme al tema de los derechos de las
guatemaltecas", explicó. "Además conocí a otras que trataban de
incidir en nuestra realidad. Empezamos a apoyarnos mutuamente y solicitar fondos
para realizar talleres de capacitación sobre diversos temas".
Aunque
Albertina puede trabajar con libertad y tiene el apoyo de su jefe y compañeros,
en ocasiones se siente estancada. "Las integrantes de la asamblea
ocasionalmente tienen dificultades para participar en todas las reuniones y a
veces no hay financiamiento para realizar las actividades", comentó.
Sin
embargo, se siente muy satisfecha por los logros alcanzados y de poder brindar
apoyo mediante los proyectos impulsados por la ONAM a mujeres que desconocían
sus derechos. "Algunas que han participado en los talleres han tenido la
confianza de compartir sus experiencias de violencia o exclusión. Aquí se han
sentido acompañadas y son capaces de buscar alternativas de vida, salir
adelante y apoyar a otras", concluyó.
[índice]
Luisa Fernanda Rodríguez Quiroa, guatemalteca, periodista
¿Dónde están las mujeres? Ésa fue
la primera pregunta que me hice a mí misma y luego en voz alta cuando vi que un
maestro les enseñaba educación básica a cuatro hombres del municipio de Chisec,
en Alta Verapaz.
Volví a
insistir: ¿Por qué no hay mujeres recibiendo clases? "Porque no las dejan
venir. Llegan hasta tercero o cuarto y después dejan de estudiar", fueron
algunas de las respuestas. Como ejemplo, comentaron que una de las pocas que
estudia en ese lugar empezó a llegar acompañada de su padre. Fue hasta la
tercera clase que éste le permitió llegar sola.
Sumado al
machismo que prevalece en ese municipio, la mayoría de mujeres no cuenta con
recursos económicos para costear el transporte a los centros urbanos y poder
recibir educación. Esto hace que la posibilidad de continuar con sus estudios
sea mínima.
Tal problemática es documentada por las estadísticas del
Informe de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo, el cual señala que en aquellos municipios con 80 por ciento o más
de población indígena (es el caso de Chisec) la cobertura de educación básica
es apenas del 10.8 por ciento.
Ante la
falta de mujeres, junto a los trabajadores de la Asociación para la Educación y
el Desarrollo (ASEDE)* salimos en busca de ellas a sus aldeas o cantones.
Durante el recorrido me explicaron que ellos desarrollan proyectos productivos
en 28 comunidades, con el objetivo de que aquellas mujeres que no pueden llegar
a los centros urbanos reciban capacitación o educación a pocos metros de sus
viviendas.
Fue así
como después de dos horas de viaje en camión (no hay transporte colectivo para
esa zona) llegamos a la comunidad La Esperancita del Río. Allí estaban las
mujeres que desde un inicio empecé a buscar.
Más de 10
integrantes de la comunidad, acompañadas de sus hijos, lavaban ropa o se
bañaban en el río, que está en la entrada al lugar. Ninguna de las entrevistadas
sabe por qué hace 22 años la comunidad fue bautizada con el nombre de
Esperancita del Río, pero coinciden en afirmar que muchas familias emigraron
allí por las ventajas que podría tener para ellas vivir al lado de una
corriente de agua, entonces muy cristalina.
Con la
ayuda de Paulina Choc y Carolina Ical, ambas facilitadoras de ASEDE, el idioma
q'eqchi' -que desconozco- dejó de ser una barrera para poder entrevistar,
porque todas ellas son monolingües.
Natividad
Chub, de 49 años, nos invitó a conversar en su hogar. Estaba acompañada por más
de cuatro hijas y nietas, quienes desde otra habitación miraban asustadas a los
visitantes que llenamos el cuarto. Ellas, como su madre, no saben leer ni
escribir.
Explica
que, a pesar de no contar con estudios, la capacitación sobre el cuidado de
animales que recibió de ASEDE la ayuda a sostener a su familia. En la misma
habitación se escucha el piar de los pollos que acaban de nacer y están metidos
en cajas. Cuenta que ha sido difícil porque "cuando uno no tiene nada, le
gusta ver rápido los resultados".
Al
terminar la plática muestra en el patio de su casa a otros pollos de engorde
que dentro de pocas semanas estarán listos para vender o comer. "Es
cuestión de tiempo y paciencia, porque esta ayuda me sirve para alimentar junto
a mi esposo a cinco hijas y a mis nietas", añade.
Con un sueño por delante
A pocos metros de la vivienda de
Natividad visitamos a Candelaria Chub Cas, de 22 años. A diferencia de la
mayoría de las mujeres de la comunidad, ella tiene la oportunidad de continuar
sus estudios básicos.
Candelaria
no ha tenido problemas en su hogar para ir a estudiar, ya que las clases se
imparten frente a éste. Y afirma que, pese a las dificultades que deba superar,
desea continuar sus estudios. "Para seguir magisterio tengo que viajar
lejos y es caro el pasaje, pero no me voy a quedar aquí", dice. Como ella,
hay varias que están estudiando con el profesor Pedro Che Yaxcal, quien cada
martes visita el lugar. Además de impartirles clases, les deja tareas para que
puedan estudiar durante la semana.
Pedro Che
Yaxcal explica que trabaja en ocho comunidades y con su listado en la mano
indica que apenas un 25 por ciento de sus estudiantes son mujeres. "Son
pocas porque la mayoría no terminó la primaria; entonces, es difícil que puedan
continuar los básicos. Además, la edad promedio para casarse es de 16
años", asegura.
Pero
Candelaria no sueña sola. También Cristina Choc Cucul, de 16 años, cuenta su
experiencia y la ilusión que tiene por continuar aprendiendo. "Me siento
tranquila y quiero seguir", fueron sus primeras palabras. Según ella, su
aprendizaje le ayuda a conocer más sobre la realidad nacional y las materias
que más le están sirviendo son matemáticas e idioma. Al igual que Candelaria,
dice estar triste porque a pocos metros de ellas hay decenas de conocidas que
no pueden estudiar como ellas. "A muchas no las dejan porque tienen que
ayudar en sus casas", comentan.
Aun así,
Cristina está dispuesta a sacrificarse en busca de sus sueños. Por ello
aprovecha la oportunidad de capacitarse hasta los fines de semana. Cada sábado
a las dos de la tarde, sin importarle el calor sofocante que se siente bajo una
galera de lámina, recibe clases de mecanografía. Con la ayuda del maestro y
otros vecinos, la comunidad se agenció de cuatro máquinas de escribir y un
pequeño local improvisado para que las y los jóvenes que tengan interés puedan
aprender a usarlas.
Francisco
Tumax, coordinador regional de ASEDE, indica que actualmente trabajan en 28
comunidades de la región proyectos para favorecer la salud, producción,
conocimiento de género y educación. Como parte de los proyectos productivos
también hacen préstamos para que las mujeres puedan obtener créditos y así
abrir una tienda o comprar ganado. "Si no hay mujeres aquí, las vamos a
buscar", explica, después de haberlas visitado.
Es así
como las mujeres trabajan en favor de ellas mismas y de su comunidad. En medio
de las carencias y limitaciones, siempre hay lugar para la esperanza y el
desarrollo.
* ASEDE recibe apoyo financiero de la agencia Action Aid.
[índice]
¿Podría vestir a mi hija de "ladinita"?
Anabella Acevedo, laCuerda
Hace algunas semanas a mi sobrina
la vistieron de "indita": "traje típico", sandalias,
trenzas, falda y hüipil escogidos al azar - lo más obvio, al menos para quien
no va más allá de sus buenas intenciones; es decir, lo errado. La vistieron así
porque en su colegio estaban celebrando el día anual del "mercadito",
un día en que colocan a niñas y niños en el gimnasio para que les vendan frutas
y verduras a sus "papás" -aunque la mayoría siempre resultan ser
mamás-, sentados en el suelo, sin saber muy bien qué es lo que deben hacer.
Mi
sobrina es ladina, como yo, que seguramente más de alguna vez fui vestida de
"indita" a su edad, sin hacer conexión alguna entre la representación
que se pretendía y la realidad que en la Guatemala de mi niñez estaba
aconteciendo, y sin considerar por ningún momento que había otra posibilidad
para la mujer indígena más allá del mercado o del servicio doméstico,
ocupaciones a las que sin duda una mujer se ve obligada a recurrir por
situaciones de índole socioeconómica.
Tuve
suerte y esas imágenes no duraron mucho en mi vida; fueron borradas por el
contacto que luego tuve con mujeres con quienes llegué a compartir espacios
académicos, laborales y sociales, pese a la insistencia de la gran mayoría de
personas en Guatemala -incluidos escritores, pintores, dramaturgos, etc.- por
reforzar una imagen de la mujer indígena a la que se prefiere si se nos
presenta como exótica, rural, simple, sin voz; a la que, a lo mucho, se debe
proteger - nada que ver con una Carmen Álvarez, una Aracely Teleguario o una
Ana Marina Tzul que, sin dejar de reafirmar su ser indígena, han ido
construyendo espacios propios dentro de la Guatemala contemporánea. Nada que
ver, aunque les pese a muchos. Y nada que ver con las abogadas, antropólogas,
activistas, escritoras, etc. que no se encuentran vendiendo fruta y verdura en
un mercado, sino participando activamente a otros niveles de la vida pública.
Por supuesto, esto no quiere decir que sólo las mujeres indígenas situadas
dentro de ciertas esferas pasan a ser consideradas como iguales por las no indígenas
de las mismas esferas. He aprendido tantas cosas de doña Tere, la mujer
kaqchiquel a quien le compro las candelas, como de Dorotea Gómez, y eso no
tiene nada que ver con el hecho de que sean indígenas. Son mujeres, ante todo.
Supongo
que al leer esto muchos ladinos dirán que exagero o simplemente no querrán
aceptarlo, mucho menos cuando estas representaciones de lo femenino indígena se
vinculan con el ejercicio del poder. Porque si lo vemos bien, la construcción
de una imagen de subalternidad y exotismo tiene que ver con la manera en que
nos vemos a nosotras y nosotros mismos dentro de la jerarquía del poder
económico, político, social, etc. y de cómo nos perciben las demás personas, lo
cual a su vez se relaciona con la manera en que nos presentamos ante ellas.
Así, a la africana la situamos semidesnuda frente a una choza, imaginamos a la
apache vendiendo artesanías, a la quechua sólo la pensamos tocando música
andina, y así podríamos seguir. Claro, aquí entra en juego otra vez el poder,
porque ¿imaginamos a una suiza vendiendo artefactos de madera? ¿o a una inglesa
pidiendo limosna frente a una iglesia? Preferimos representarlas como
sofisticadas mujeres de un mundo al que quisiéramos acceder, ¿o no?
Pero la construcción de estas imágenes también tiene que
ver con algo igualmente penoso. Me refiero al desconocimiento del
"otro" y al miedo a ese "otro" -en este caso otra- a quien
no se conoce. Aunque poco a poco las relaciones interétnicas han ido cambiando
en Guatemala, hasta recientemente los espacios entre indígenas y ladinos
estaban claramente delimitados, raras veces se cruzaban y, si esto ocurría, lo
que se manifestaba era una disparidad entre unos y otros en la cual los
indígenas casi siempre salían perdiendo. Sin embargo, y pese a esa falta de
contacto, los ladinos insistieron hasta la saciedad -y siguen insistiendo- en
fabricar una imagen de lo indígena que luego usaron para su propio beneficio.
Así, tomarse una sonriente "Indita"* sí era posible, pero ponerse a
platicar con una mujer quetzalteca de carne y hueso era inconcebible.
Nuevamente
imagino protestas y reproches por la descripción de actitudes que resultan más
que obvias en la realidad guatemalteca. Pero no hablo aquí como una ladina que,
al igual que tantas otras, se imagina defensora de los subalternos incapaces de
defenderse a sí mismos. Mujeres como Francisca Álvarez, Marta Juana López o
Emma Chirix no necesitan de mi defensa. Se trata aquí de examinar nuestras
actitudes, y las mías -lo quiera o no- me vienen de mi herencia ladina.
* "Indita" es una marca de aguardiente en
Guatemala
[índice]
Alas y raíces: Afectividad de las mujeres mayas
Tania Palencia, columnista guatemalteca
Éste es un libro denso, difícil.
Extraordinariamente colmado de voces. Con una extraña energía poderosa que
acerca al cuerpo con el alma. Desconcierta. Ante todo por paradójico, puesto
que el libro es reflexión entre las vivencias de 16 mujeres mayas, en un
movimiento que desdibuja la mayanidad. Sin proponérselo, la mayanidad casi no
es propia. La mayanidad muestra más su condición similar a las culturas del
mundo, donde todas encarcelamos los afectos. Tanto las herramientas teóricas
que se utilizan en el libro como la vida de las 16 mujeres nos van diciendo qué
tan constante y común al mundo es menospreciar la afectividad y, aún más, la
afectividad de las mujeres. "Busquemos nuestras raíces y aprendamos a
volar" es la última frase del libro. Antes de llegar a esta última línea,
desde la primera hasta la última hoja brotan, como islitas de fresca hierba,
imágenes que insinúan paradigmas nuevos. La afectividad allí constituye al ser
vivo, su naturaleza y su historia. Los afectos son apreciados como expresión de
la inteligencia humana y partes indisolubles de la racionalidad. La afectividad
es una columna para posibilitar la vida. La afectividad es un componente de la
voluntad, del poder, de la convivencia, de la organización social, por lo que
se apela a valorarla en su naturaleza fundante de identidad individual y
colectiva. Ojalá que esta experiencia ayude a encontrarnos con nuestros afectos
y mantenga abiertos los caminos para repensar la decadencia civilizatoria que
atravesamos.
Afirmé
antes que la mayanidad era imprecisa. Digo ahora que es relativamente falso. La
densidad del libro también se debe a que muestra una mayanidad lacerada por
costumbres propias y por el racismo. Su mayor valentía es ésa: reconocer que en
las costumbres mayas, constituyentes de cultura, se encuentran hábitos de
opresión a las mujeres, se reproducen afectos de agresión pasiva y activa,
entre los cuales destacan el control e inhibición del amor, la sumisión y
victimización de las mujeres, la fijación de dolor moralista como parte de la
maternidad, la diferenciación del afecto mostrado a hombres y mujeres y una
doble moral sexista. La cultura maya lleva en su seno y en su historia esta
agresión. Así el afecto es un asunto de mujeres y a la vez es un afecto
disminuido y secreto, sometido y atrofiado en todos. Pero estas maneras comunes
en la vida maya (y también en la vida ladina) están íntimamente relacionadas
con la opresión racista. La agresión afectiva no sólo es un hecho cotidiano
intercultural, sino un estado latente de control racista en el sistema de
relaciones de este régimen político, el cual mina la humanidad de todo el
mundo. Es una suma de estados carenciales donde mayanidad, racismo, ladinidad y
enajenación se entretejen. Bastaría que leyéramos las experiencias en las
camionetas: ¡es terrible! Por eso comparto la invitación que hace su autora,
Emma Chirix García, la de incursionar por caminos de sanación, que abran
puertas no dogmáticas a nuevos conceptos de religiosidad. Ejemplos de caminos
de sanación: la comunicación, la expresión libre de los afectos, la no
acumulación del dolor, el reconocimiento del contexto racista, etc.
Es un
libro de desbalances, los cuales hacen reflexionar no sólo sobre la abundancia
de heridas abiertas, sino también sobre nuestra patología social. Pero también
está lleno de energía positiva. Y ése es otro de sus méritos. Se habla de la
vida, del amor, de la amistad, de la serenidad, de la alegría, del respeto, del
equilibrio. Se habla de llorar de alegría, de verse en el espejo, de tocar y
tocarse. Es un libro saludablemente atrevido. Está proponiendo integrar creadoramente
una afectividad positiva en la construcción de una nueva mayanidad.
Quizás
sea necesario realizar estudios sobre las relaciones y perspectivas comparadas
entre mujeres mayas y ladinas. Sería muy bueno estimular caminos de sanación
entre mujeres indígenas y ladinas. Los problemas en las relaciones de género
nos pueden ayudar a trascender categorías sociales muy fragmentadas que
invisibilizan las percepciones afectivas y la visión del mundo. Por eso, bien
dice Emma, todas estas prácticas debieran ser teorizadas.
Las
felicito. "Alas y raíces" es un título holístico, integrador, que
provoca y arraiga. No es fácil levantar el vuelo nutriendo las raíces. Quizás
fuerzas como Quetzalcoatl o Kukulcan, la serpiente emplumada, que está abajo y
está arriba, puedan inspirarnos en ese difícil camino de libertad y armonía.
Alas y raíces: afectividad de las
mujeres mayas, Rik'in ruxik' y ruxe'il: Ronojel kajowab'al ri mayab'
taq ixoqi'. Chirix García, Emma Delfina. Grupo de Mujeres Mayas Kaqla,
Guatemala, 2003.
[índice]
Andrea Aragón, guatemalteca, fotógrafa
Acarrea a tuto el agua y los
muertos. Hijos, marido, padres, siempre a cuestas hasta para enterrarlos.
Siempre pesándole en la conciencia porque ella sigue viva. A ellos los mataron
el alcohol, las lombrices y el ejército. Ella les prende candelas y les platica
en murmullos.
Me acerco
a tratar de entenderla y me pregunta sin verme:
"De
dónde es usté?" y respondo orgullosa: "De la capital". Entonces
ella me tira ese peso que tiene encima, contestando sencilla: "...Aaaay,
pobrecita".
Y de
pronto, soy yo quien carga sus muertos.
[índice]
Wendy García Ortiz, guatemalteca, periodista
"¡Hola, perra!", le
dijo una joven a su amiga, quien le reservaba una butaca en el cine. "¡Hi,
bitch!", le respondió la otra mientras tomaba su lugar e iniciaba una
conversación en aquel idioma pronunciado con un chusco acento chapín.
No, no fue en Estados Unidos, sino en una sala de cine
capitalina. Supongo que las jóvenes no se percataron que habían sido escuchadas
por la fila de atrás, y si lo notaron, no le dieron importancia al asunto. Ha
de ser muy normal... En esta cultura machista, las mujeres nos menospreciamos a
nosotras mismas.
En lugar
de resultarme gracioso, me pareció indignante. Posiblemente me sentí mal
representada en aquellos particulares ejemplos de feminidad... Mujeres de
pantalones ajustados, blusas escotadas, cortes de pelo a la moda, bolsas de
cuero con un colgador en el que apenas cabe un brazo y cuerpos de Britney
Spears, pero llamándose a sí mismas "perras"... justo como lo hacen
quienes se saludan de "¡hola, cerote!"
Eso me
recordó a un mensaje que circuló en esas cadenas del Internet, que a manera de
chiste demostraba cómo una serie de palabras escritas en masculino tienen un
significado coherente para los hombres pero, escritas en femenino, su
connotación es de desprecio hacia las mujeres. Éstas son algunas:
Dios: Principio masculino creador del
universo y cuya divinidad se transmitió a su hijo varón por línea paterna
Diosa: Ser mitológico de culturas
obsoletas y olvidadas (superstición)
Patrimonio: Conjunto de bienes
Matrimonio: Conjunto de males
Héroe: Ídolo
Heroína: Droga
Hombre público: Personaje conocido que desarrolla
actividad pública importante
Mujer pública: Prostituta
Hombre ambicioso: Buen partido, con metas,
"echa'o pa'lante"
Mujer ambiciosa: Interesada, arpía, chupasangre
Perro: El mejor amigo del hombre
Perra: Desgraciada, vil
Zorro: Hábil, inteligente, audaz
Zorra: Ustedes ya saben
Atrevido: Osado, valiente
Atrevida: Insolente, mal educada
Aventurero: Audaz
Aventurera: Fácil
Machista: Hombre macho
Feminista: Lesbiana
Don Juan: Hombre en todo el sentido de la
palabra
Doña Juana: La mujer de la limpieza
Claro,
muchos conceptos no coinciden con su uso real, pero la intención es hacer ver
que el idioma no favorece a las mujeres y, lamentablemente, hay quienes
encuentran en su uso una forma muy "cool" de expresarse.
[índice]
Luis Enrique Sam Colop,
guatemalteco, abogado y PhD con especialidad en
Literatura Maya
Uno de los mitos de creación más
hermosos en la cultura maya es el del Winal contenido en el Chilam Balam de
Chumayel, que se refiere a la creación del tiempo y la humanidad en el que la
mujer tiene el rol protagónico. Todo esto sucedió, según el texto, antes de la
creación del mundo y el tiempo comenzó a partir de ese momento. Aquí hay que
recordar que, en todas las culturas, el tiempo comienza con el aparecimiento de
los astros que proveen la luz que sirve para marcar los días y las noches. En
este mito se habla de un hombre que lleva una carga y camina la ruta eterna de
los días. Este hombre es uno y cuatro a la vez, es decir sólo se puede
"ver" a uno en determinado período, pero al conteo de determinados
ciclos resulta que son cuatro. En otras palabras, son los cuatro
"cargadores del tiempo".
Las
cuatro mujeres creadoras del tiempo van camino al oriente, lugar de donde sale
el sol o proviene la luz y se preguntan: "¿Qué habremos de decir cuando
encontremos a un hombre en el camino?" Al llegar a su destino ven unas
huellas y dicen: "¿Quién habrá pasado por aquí? Aquí hay unas huellas,
midamos nuestros pies con esas huellas". Y poniendo sus pies sobre las
huellas se origina el tiempo, aparecen los astros y la luz. A partir de ese
momento, se crea el día. Luego, el cielo y la tierra, las aguas, las rocas, los
árboles, todas las cosas del mar y de la tierra fueron creadas.
Esta
medición de huellas se interpreta como una metáfora de interacción sexual, por
lo que algunos identifican a estas cuatro mujeres como "Señoras del
mundo", aunque personalmente prefiero: "Madres del tiempo". En
el Popol Wuj también se recurre a la metáfora cuando se habla del embarazo de
Ixkik'. En ambas situaciones, el rol de la mujer es activo. Por su acción, se
genera la vida. En otros mitos de creación, la mujer no existe o tiene un rol
pasivo. Hay que anotar, también, que en el mito del Winal el día en que se
origina el tiempo es Ok en yucateco y Tz'i' en k'iche', que para algunas y
algunos ajq'ijab de hoy, en una interpretación más cristiana que maya, es
"un mal día".
Al día
siguiente, es decir en el día Uno Batz', se creó el cielo y la tierra; en el
día Dos E se originó la primera catarata que desciende de la neblina de los
cielos; en el día Tres Aj se crearon todas las criaturas y todo lo que hay en
el cielo, mar y tierra; en Cuatro I'x, el cielo y la tierra fueron separados.
Así sucesivamente sigue el conteo de los 20 días con los 13 números que
componen el calendario. En cada uno de ellos se identifica qué fue creado o qué
sucedió. Sin embargo, en el último día se dice enigmáticamente: "13 unidades
y 7 unidades suman 1 unidad"; principio que combina la matemática y la
concepción que se le da al conteo de 260 días para confluir en la creación de
la humanidad. En los idiomas mayas Winal o Winaq literalmente quiere decir
"veinte", en consecuencia cada uno de nosotros es "una unidad de
veinte". De aquí que a la vez que se habla de la creación del tiempo se
está hablando de la creación humana, gracias a la acción de las cuatro mujeres
que originaron el tiempo.
[índice]
Unidas, solidarias y empoderadas
Alma Gilda López Mejía,
guatemalteca, integrante de Moloj - Kino'jib'al Mayib'
Ixoqi'b (Asociación Política de Mujeres Mayas)
Participación política... ¿Es
moda o será una necesidad? ¿Ausencia o miedo? ¿Tiempo o cotidianidad? ¿La
realidad o la coyuntura electoral? ¿Qué es para nosotras, las de hoy, las de
ayer, las de mañana? ¿Qué es para todas?
Bueno, en
verdad hay que iniciar diciendo que para las mujeres, y para nosotras las
mayas, hablar de participación política significa empezar por cada una,
resignificarme yo, luego a mi hermana y luego a la otra, a partir de un
reconocimiento y cuestionamiento de lo que soy -lo que conozco, sé, vivo,
siento, tengo, temo, construyo, sufro, amo, reto, peleo en mi cuerpo, espíritu
y alma- con quienes no entienden, reconocen, valoran ni respetan lo que las
mujeres, mayas y ladinas, hemos dado a la historia de este país y, más que a la
historia, al hoy, aun con todo lo que conlleva para cada una y en lo colectivo.
Para las
mujeres mayas, hablar de participación política implica, sobre todo, cuestionar
prácticas de nuestra cultura que nos oprimen, pues al igual que otras vivimos
en un sistema patriarcal que nos excluye, discrimina, limita e invisibiliza y
no nos deja ser y hacer con libertad lo que queremos. Constantemente somos
juzgadas y controladas en cualquier paso que damos y error que cometemos. Se
nos acusa de "listas", "igualadas", "abusivas",
"oportunistas", "metiches", "liberales",
"alienadas" y "ladinizadas". Dicen: "tan bonitas que
son", "quien las mira" y "qué bien saben hablar el
español".
Esto lo
vivimos todos los días, en los espacios públicos y privados, en las
organizaciones mixtas y de mujeres, en los partidos políticos y comités
cívicos, en foros, talleres y seminarios, en debates y discusiones en los que
tradicionalmente hay hombres y otras mujeres hablando por nosotras o en nombre
y representación de nosotras. En esos espacios abrimos la boca, decimos la
verdad y nos empoderamos de nuestras voces, saberes, sentimientos, experiencias
y pensamientos. Es más, si ustedes no lo saben, en época electoral somos
utilizadas con nuestro voto; se nos coloca en planillas para que vean nuestros
majestuosos trajes y venderle al pueblo la idea de que aquí sí practicamos la
interculturalidad y la equidad de género. En este ámbito, las mujeres mayas
hemos sido sojuzgadas, silenciadas y obligadas a realizar funciones de apoyo o
secundarias. Si somos jóvenes, la cosa todavía es más complicada y jodida, pues
tenemos que demostrar cinco y hasta seis veces que lo que proponemos funciona y
sirve.
En estas
condiciones, ¿cómo hemos construido, definido y generado la participación
política y el empoderamiento desde las mujeres mayas, desde las k'iche's, con
equidad de género? No ha sido fácil que en este tiempo nos constituyamos y
organicemos para trabajar. No ha sido un proceso sencillo; al contrario, se ha
tenido que romper barreras, estereotipos, prejuicios, miedos y principalmente
acciones y actitudes en grandes contradicciones y luchas, desde la pareja, los
y las hijas, los valores culturales, el sistema económico, sociopolítico y el
Estado mismo.
Sobre
todo, hablar de participación política es vivir la autonomía, ésa que nos
permite dejar de ser dependientes de los otros, que nos hace más seguras de qué
queremos y hacia dónde vamos, reivindicarnos y luchar por el respeto y
reconocimiento de nuestros derechos, de nuestros cuerpos y recursos, tomar
nuestras propias decisiones y participar de aquéllas que beneficien a otras
personas desde nuestra mirada; no solas sino juntas, organizadas, sin
divisiones ni rivalidades, unidas, solidarias y empoderadas.
Entonces,
hablar y vivir la participación política de las mayas es entender la causa de
las mujeres. Es reconocer la participación de las k'iche's, kaqchiqueles,
mames, tz'utujiles, q'eqchi'es, garífunas, xinkas y ladinas. Es tener
conciencia de ser mujer.
[índice]
Los sentidos de la educación alternativa
María Teresa Rodríguez Blandón,
guatemalteca, feminista, consultora en género y
desarrollo
Conmueve relatar la experiencia
educativa que ocurre en las riberas del Río Dulce, Izabal, en el único
internado en la zona para niñas q'eqchi'es y que lleva el nombre de Centro
Educativo Padre Tomas Morán, creado y manejado por la Asociación Ak'Tenamit
(Pueblo Nuevo en idioma q'eqchi').
Si se
piensa en lo alternativo, lo distinto, lo que marca la diferencia con un
enfoque local y rural en la enseñanza, nos colocaremos en el mundo con la
libertad como la gran ganancia del proceso educativo. Sucede que las y los
jóvenes que asisten a este centro formativo permanecen 35 días internadas(os)
en su escuela y durante ocho días salen hacia sus distintas comunidades (este
sistema educativo está regido de acuerdo con el calendario maya). En este
tiempo reciben un tipo de educación y formación que difiere del método
educativo tradicional, en el cual se adopta un estilo de rigidez, tanto en lo
corporal como en lo mental, y que prácticamente constituye una marca para el resto
de las vidas.
Durante
los días en el internado, las niñas y jóvenes aprenden los contenidos
académicos formales pero desde una metodología de aprendizaje tutorial, con la
cual la idea es expandir los alcances del pensamiento y crear la práctica
comunitaria con los contenidos aprendidos.
En el año
2003, el Ministerio de Educación aprueba para Ak'Tenamit la carrera de Perito
en Bienestar Rural con Enfoque al Desarrollo Comunitario Sostenible como la
primera experiencia de este tipo a nivel nacional. Esto da cuenta que, aun hoy,
el derecho a la educación sigue siendo el primero de los derechos humanos que
se logra en el mundo para las mujeres; luego, como es sabido, se consiguieron
los derechos civiles y los políticos. Con esta carrera, las niñas de la región
cuentan con una alternativa de educación práctica para la vida. Se escriben así
las historias transformadoras de las estructuras, proponiendo y logrando que se
institucionalicen procesos ilustrados locales y con un enfoque rural.
Podemos
decir que esta práctica educativa se coloca bajo el techo de una cultura
paradigmática y por ello feminista. Nos cuenta la autora Marta C. Nussbaum* al
referirse a su enfoque de las capacidades humanas centrales, en la relacionada
con los sentidos, la imaginación y el pensamiento, que es importante que se
visualice la educación como un complejo integrado no sólo con la alfabetización
y el entrenamiento científico y la matemática; también hay que construir las
capacidades de imaginación y pensamiento en conexión con la experiencia y la
producción de obras y eventos de expresión y elección propia. Si esto se logra,
se puede ser capaz de tener experiencias placenteras y evitar el sufrimiento
innecesario en la vida.
Me viene
a la mente el hecho de que en la experiencia educativa de Ak'Tenamit se observa
el aterrizaje de este postulado teórico en lo concreto, en lo vivible y en lo
que antes no había sido imaginado como posible. A esto le llamamos potenciar la
vida de las niñas y jóvenes de esa región del nororiente del país, donde
también se les apoya para la construcción de sus poderes democráticos. Además,
esta experiencia educativa está en confluencia directa con el entrenamiento en
la vida para una espiritualidad distinta a la que tradicionalmente se conoce.
* Nussbaum, Marta C. Las mujeres y el desarrollo
humano: El enfoque de las capacidades. Cambridge University Press, 2000. Empresa Editorial Herder, S.A.,
Barcelona 2002.
[índice]
Construyendo agenda de mujeres rurales
Más de 60 mujeres -indígenas y no
indígenas- de áreas rurales participaron durante dos días en un encuentro en el
que identificaron puntos de agenda con enfoque de género. Entre los ejes
definidos figuran temas como: acceso, propiedad y copropiedad de la tierra,
participación ciudadana, trabajo productivo y reproductivo. Ellas presentarán
sus demandas en un foro el 26 de junio próximo.
[índice]
Impulsan propuesta regional frente al TLC
laCuerda
La inclusión de un acuerdo de
salvaguardia laboral dentro del texto del Tratado de Libre Comercio (TLC) y la
restricción del acceso a sus beneficios a empresas infractoras de derechos
laborales son propuestas que impulsa la Iniciativa Mesoamericana de Comercio,
Integración y Desarrollo Sostenible (CID), frente a las actuales negociaciones
entre Estados Unidos y Centroamérica. Para su elaboración fue tomada en cuenta
la situación particular de las trabajadoras.
Las mujeres son quienes con frecuencia se ven expuestas a
discriminaciones salariales, carencia de prestaciones, incremento en su jornada
de trabajo y hostigamiento sexual. Se prevé que uno de los sectores que será
potenciado por el TLC es la industria maquiladora, criticada por las precarias
condiciones laborales que enfrenta su mano de obra, la cual se estima está
conformada por mujeres en más del 80 por ciento.
Antonio
Cambranes, de CID, explicó que algunos países tienden a implementar medidas de
flexibilidad laboral antes de la entrada en vigencia de estos tratados.
"Precisamente por eso estamos proponiendo una protección previa
(salvaguardia) para que los derechos laborales de trabajadoras y trabajadores
no sean vulnerados", expresó.
Además,
para las empresas que violen los derechos contemplados en el tratado demandan
sanciones que van desde una simple advertencia y multas hasta la exclusión
total de los beneficios del mismo.
La
iniciativa CID es impulsada por varias organizaciones sociales del istmo con el
objetivo de influir positivamente en los acuerdos que deriven de las
negociaciones en la temática laboral, agraria, ambiental, pequeña y mediana
empresa, entre otras.
[índice]
Aplicación pareja de la Ley de Servicio Cívico
Wendy Santa Cruz, laCuerda
La no
militarización de las comunidades, la disolución del Estado Mayor Presidencial,
así como la reducción de efectivos militares y del presupuesto del ejército,
son demandas que la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA) y
el Movimiento de Jóvenes Mayas (MOJOMAYAS) hacen en el marco del 30 de junio.
Durante
años, en esa fecha ha sido celebrado el día del ejército. Hasta hace poco se
veían desfilar militares y estudiantes de varios colegios por las calles de la
ciudad como parte de la celebración.
Para una parte
de la sociedad, ser militar o estudiar en una escuela militar era un orgullo
pues significaba disciplina y defensa de la patria. Sin embargo, cada vez más
personas han tomado conciencia que la aún vigente doctrina militar también
propició miles de muertes injustas.
Rosalina Tuyuc, lideresa de CONAVIGUA, manifestó su
preocupación de que, bajo el pretexto de la inseguridad, los militares estén en
coordinación recorriendo las calles. "Creemos firmemente que es necesario
que la institución armada se adecue a las nuevas circunstancias, expresó. Su
papel debe ser de defender y mantener la soberanía del país y no intervenir en
seguridad interna, en asuntos educativos ni de desarrollo".
Magdalena
Sarat Pacheco, de MOJOMAYAS, se mostró satisfecha por la reciente aprobación de
la Ley de Servicio Cívico. "Esperamos que se cumpla y se garantice la
participación de los pueblos indígenas, en especial la juventud, pues en sus
manos está el futuro del país, por lo que insto a todas las personas jóvenes a que
se organicen para darla a conocer y fiscalicen su cumplimiento", concluyó.
Es
importante insistir en que la nueva ley debe ser aplicada por igual a ladinos e
indígenas, sin distingos de su condición social.
[índice]
La Fundación Rigoberta Menchú Tum
y el Centro Maya Saqbé ejecutan el proyecto Sociedad Pluricultural Utzil a fin
de dar a conocer formas, escenarios y consecuencias de la discriminación contra
los pueblos indígenas en tres áreas geográficas de trabajo.
Según su
estrategia, luchar contra el racismo y la discriminación pasa en primer lugar
por desnudar esta problemática ante la sociedad en general. A partir de ello
impulsarán acciones encaminadas a construir nuevas relaciones.
Calendario
de Utzil para junio |
|||
Día |
Hora |
Lugar |
Actividad |
14 |
11:00 a 16:00 |
Parque Concordia |
Desde el arte, construyamos la interculturalidad |
18 |
14:00 a 17:00 |
Antiguo Edif. de Correos |
Análisis: Tema étnico y
medios de comunicación |
19 |
14:00 a 17:00 |
Antiguo Edif. de Correos |
Relaciones interétnicas y alcaldes auxiliares |
[índice]
laCuerda
Alrededor de 46 mujeres de 20
grupos participaron en un taller para compartir experiencias como movimientos
sectoriales. Ellas pretenden conformar una red intercomunal en el municipio de
Aguacatán, Huehuetenango.
A fin de
proporcionar elementos de reflexión, representantes del Consejo de
Instituciones de Desarrollo (COINDE) dieron a conocer su experiencia en la
organización de redes, en tanto el Foro de la Mujer de Xela se refirió a los
espacios de participación.
Las
participantes nombraron a Alejandra Méndez y Paula Lux como representantes
provisionales ante el Consejo Municipal. La principal motivación de esta
instancia es la atención a las demandas de la población femenina. Por el
momento cuentan con el apoyo de organizaciones de acompañamiento, entre ellas
Servicios Jurídicos y Sociales (SERJUS).
[índice]
Las mujeres y el Grupo Consultivo
Andrea Carrillo Samayoa, laCuerda
La posición y demandas de las
guatemaltecas en el Grupo Consultivo no pudieron llegar de manera directa a los
oídos de representantes de gobierno y delegaciones internacionales.
Las
agrupaciones de mujeres estuvieron representadas en la Comisión de
Organizaciones Sociales (COS). Aunque ésta jugó un papel importante en cuanto a
plantear factores que contribuyan al avance del cumplimiento de los Acuerdos de
Paz, la situación de las mujeres fue un tema que no cobró la relevancia que se
deseaba, menciona Sandra Morán, del Sector de Mujeres.
Entre las
30 demandas presentadas conjuntamente como sociedad civil, sólo siete se
refieren específicamente a las mujeres. Entre ellas, solicitan el
establecimiento de políticas públicas con recursos financieros en forma
descentralizada, de acuerdo a la Convención para Eliminar Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW), así como a las sugerencias del informe
sobre los avances de la participación de las guatemaltecas y el de situación y
derechos de las indígenas.
La Unión
Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG), en su declaración política de cara
al Grupo Consultivo, mencionó que ha habido avances en cuanto a la conformación
de un marco jurídico más favorable para las mujeres, se han incluido reformas a
la legislación, aprobado nuevas leyes y ratificado tratados internacionales.
Sin embargo, los logros se ven opacados por las debilidades que persisten en el
sistema de justicia y la insuficiente asignación de recursos financieros para
mejorar la calidad de vida de las guatemaltecas.
El Estado
sigue sin reconocer su falta de interés hacia las demandas de las mujeres. El
Ministerio de Finanzas informó al Grupo Consultivo que se han planteado
reformas al Código de Trabajo, omitiendo decir que en las últimas reformas
ninguna de las que avaló tuvo enfoque de género a favor de las trabajadoras.
Menciona
que "se ha incorporado a las mujeres en la toma de decisiones" y que
con diversos grupos promovió la Ley de Prevención y Sanción de las Conductas de
Acoso y Hostigamiento Sexual. No obstante, han pasado cinco años y esta ley
continúa traspapelada en el Congreso, sin ser aprobada.
[índice]
iniciativas a favor de niñez y
adolescencia
Wendy Santa Cruz, laCuerda
Representantes del Movimiento
Social por los Derechos de la Niñez y la Juventud manifestaron preocupación por
la carencia de respuestas gubernamentales a la problemática que enfrentan las
personas menores de 18 años de edad.
En
reunión con integrantes de la Red de Mujeres Periodistas, Alejandra Vásquez,
secretaria ejecutiva del Movimiento, dio a conocer las iniciativas de ley a
favor de la niñez y adolescencia que han sido presentadas al Congreso por
distintos sectores. La falta o tardanza en su aprobación denota el poco interés
del gobierno por concretar, dentro de sus políticas públicas, acciones para
mejorar las condiciones de vida de la población infanto-juvenil.
Una de
esas iniciativas busca reformar el Código Penal para que los delitos contra la
vida y seguridad sexual perpetrados en personas menores de 16 años constituyan
un agravante especial, para incrementar la pena e impedir que los infractores
gocen de beneficios como la reducción de la misma. Otra propuesta pendiente de
aprobación es la Ley de Adopciones, que permita su regulación tomando en cuenta
el interés superior de la niña o niño y la búsqueda del adoptante idóneo.
La
reciente aprobación en tercera lectura de la Ley de Protección Integral de la
Niñez y Adolescencia constituye un paso hacia la construcción de un marco
jurídico más adecuado.
[índice]
En recuerdo a María Chinchilla
Ledy Orantes, laCuerda
La docencia fue una de las
primeras actividades en que las mujeres pudieron desarrollar una función
profesional fuera del hogar y siempre ha sido considerada una actividad digna
de respeto. Para muchos hombres todavía es la carrera en la que "dejarían"
trabajar a sus hijas y esposas, porque las maestras "no son catalogadas
como putas", afirman algunos.
En
numerosas familias es una profesión heredada de una generación a otra. Antes
bastaba con tener sexto primaria para dar clases; ahora se necesita mayor preparación
académica. Trabajar en el Magisterio requiere de mucho amor, entrega y
dedicación. Se tiene una pésima remuneración, la jornada puede ser de medio
tiempo pero siempre hay trabajo y problemas para llevar a casa.
La
mayoría de veces, cuando se le pregunta a una maestra por qué eligió esa
profesión, responde: "Porque me gustan los niños". Es el caso de seño
Jose, maestra de pre-primaria, quien comenta: "Cuando me casé estuve
encerrada en la casa, pero como mis hijos ya crecieron, ahora sí puedo trabajar".
Muchas
personas no saben por qué el 25 de junio es el Día del Maestro. La fecha
conmemora el fallecimiento de María Chinchilla, una maestra asesinada en una
manifestación de protesta en 1944, durante el mandato del dictador Jorge Ubico.
La primera vez que se conmemoró fue en 1945.
Para
quienes ejercen esta profesión, el día significa una celebración, con sorpresas
y descanso.
En
laCuerda saludamos y felicitamos a cada docente que honra su profesión.
[índice]
En laCuerda somos conscientes que
en Guatemala, como en todo el mundo, hay buenos papás. Claro que lo sabemos. El
problema es que ocurre algo parecido a lo que cotidianamente se da en el
tráfico: los abusivos al volante, y la descarada temeridad con que se adueñan
de las calles, a menudo hacen pensar que "todos son iguales". La
verdad es que muchos conductores sí observan las reglas de tránsito, también en
aras de una respetuosa convivencia, pero quedan ocultos tras los desmanes de los
demás.
Y así con
los padres: los hay muy buenos -de hecho, excepcionales-, pero están a la
sombra de tantos otros: los irresponsables, los perennemente bravucones, los
que se hacen humo a la hora de rajar ocote, los que prefieren despilfarrar el
sueldo en cervezas con los cuates, aunque saben que los zapatos del hijo casi
no tienen suelas y la niña ya no cabe en ese viejo vestido.
Por eso,
este junio nuestro saludo va a esos padres que valoran a su familia y el tiempo
que pasan con ella, sin pretender ser reyes. Celebramos a aquéllos que al menos
intentan dejar a un lado el estilito del "porque no y punto", o
"porque lo digo yo y se acabó"; los que no ven a sus hijas e hijos
como animalitos que les pertenecen; ésos que saben que la igualdad enriquece a
todo el núcleo y son auténticos compañeros de las esposas o convivientes,
compartiendo las tareas de la casa en lugar de llegar del trabajo y sentarse
cómodamente a ver la tele mientras ellas les sirven la cena.
Y
esperamos, sinceramente, que alguno ahí afuera se dé por aludido porque de
verdad lo merece.
(Sobre el
resto, esta vez sin comentarios...)
[índice]
Campo pagado |
Secretaría Presidencial de la Mujer Reseña
del proceso para lograr la incorporación
de la equidad de género en
el Presupuesto Nacional |
Con el objeto de impulsar el
crecimiento económico, estable y sostenible, conscientes de que la pobreza
femenina es un serio obstáculo para lograr el desarrollo de la mujer, se
elaboró una propuesta para la formulación de Presupuestos con Perspectiva de
Género.
Antecedentes
En el año
2001 surge la iniciativa de apertura del proceso a efecto de que, en el año
2002, en el Presupuesto General de la Nación se incluyera la Equidad de Género.
Sin embargo, la iniciativa seguía circunscrita a un presupuesto etiquetado con
ausencia de sensibilidad en el tema. A mediados del año 2001 se conoció la
experiencia de FUNDAR y de las diputadas mexicanas acerca del presupuesto
etiquetado, contándose con la participación de la Sociedad Civil y con el apoyo
de UNIFEM, FENUAP, PNUD, FLACSO y CEPAL.
Siempre
en el mismo año, se desarrolló el análisis del presupuesto nacional con el fin
de conocer la situación del gasto. De esta forma se conoció la situación real
del mismo, lo cual nos permitió profundizar en el tema y conocer otras
experiencias, como por ejemplo la de Honduras y la de Santiago de Chile.
En el año
2002 se analizó la viabilidad de incorporar la desagregación por sexo en el
Presupuesto 2003, considerando tres posibilidades: 1) Presentar la propuesta al
Gabinete Social, 2) Gestión Política, y 3) Gestión a nivel de la Dirección
Técnica del Presupuesto del Ministerio de Finanzas Públicas.
Posteriormente se coordinó con los Ministerios de
Trabajo, Salud Pública y Asistencia Social, Educación, Agricultura, Ganadería y
Alimentación la desagregación por sexo de las Metas de sus proyectos para el
año 2003, siendo el Ministerio de Educación el primero en hacerlo. Luego de
identificar la descentralización del presupuesto y de la identificación de
fondos consensuados, se realizó la gestión política y técnica ante SEGEPLAN
para obtener su beneplácito y la asesoría del Ministerio de Finanzas Públicas.
En
noviembre 2002 surgen dos propuestas con enfoque de género, la de CODEFEM y la
de FLACSO-UNAMG. En diciembre del 2002, CODEFEM construyó una propuesta para
analizar la brecha de género en el presupuesto por medio del uso de un
clasificador, el cual fue incorporado en el Sistema Integrado de Administración
Financiera, encontrando como principales dificultades la falta de sensibilidad
del personal técnico ante el tema de Equidad de Género y barreras ideológicas.
En el año
2003 se realizó un sondeo político, logrando la incorporación de la Equidad de
Género en la Política Presupuestaria, así como la incorporación de la Política
de Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas y los lineamientos para
el Plan Operativo Anual (POA) y Presupuesto 2003.
Debido a
la poca disposición del personal técnico para la incorporación de estos
instrumentos, en mayo del mismo año iniciamos la elaboración y ejecución del
plan de capacitación y sensibilización para incorporar el Enfoque de Género en
el Presupuesto y el uso del clasificador, obteniendo como logro que técnicas(os)
de las distintas unidades financieras fueran capacitadas(os) en el uso del
clasificador de género. De igual manera, funcionarios de los distintos
Ministerios, Fondos Sociales, UDAF y otras instancias también fueron orientados
en el tema del Presupuesto con Enfoque de Género.
La
inclusión de los criterios de género en el Presupuesto Nacional establece las
reglas que todas las dependencias del gobierno central y entidades
descentralizadas deberán observar para el diseño de sus programas y proyectos.
Esta medida
es resultado de la Propuesta de Desarrollo Humano de las Mujeres Guatemaltecas
y será tomada en consideración en el proceso de formulación del proyecto de
Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el ejercicio fiscal
2004, según disposiciones del Presidente Alfonso Portillo.
SEPREM – Secretaría Presidencial de la Mujer Asesora y Coordinadora de Políticas Públicas 9a. Ave. 0-19 Zona 2, Edif. Isabel La Católica, 4o.
Nivel Tel. +(502) 288-6016 y 288-6087 / Fax: 288-6407 spmujer@intelnet.net.gt |
[índice]
Movidas municipales
Ledy Orantes, laCuerda
En nueve
municipios de Sololá participan cientos de indígenas en sus comunidades, además
de coordinar sus luchas a nivel departamental y nacional. Emiliana Sancoy,
presidenta de la Asociación Sololatecos Unidos por el Desarrollo Integral
(ASUDI), explica que buscan ganar espacios de poder local como mujeres y
también junto a sus compañeros de vida en demandas generales. "Ya
empezamos a abrir brecha", afirmó.
Están gestionando fondos con el Ministerio de Agricultura
para atender la emergencia que viven en sus comunidades rurales, donde la gente
padece hambre por falta de trabajo en las fincas productoras de café. "Es
una lucha difícil porque cuesta mucho que las autoridades cumplan con su
palabra", comentó la lideresa.
La Asociación de Mujeres Ik Luna
y el Comité Lago Azul trabajan en proyectos de desarrollo, artesanía y
educación. También gestionan apoyos para otras organizaciones del municipio,
como la Asociación Maya Nuevo Sembrador, conformada por mujeres y hombres.
Son
integrantes de ASUDI, que a su vez forma parte de la Plataforma Agraria. A
través de esta alianza presentaron al gobierno propuestas orientadas a
solucionar necesidades urgentes en sus comunidades, donde "nos diferencian
acentos pero todos somos parte del reino tz'utujil", indica la contadora
Elena Coché Damián, representante de Ik Luna.
Como
solteras o madres de familia solicitan ayuda en alimentos y subsidio para el
arrendamiento de terrenos a fin de sembrar frijol y maíz. "Nuestro interés
no es sólo recibir apoyos, sino trabajar para reactivar la economía de Santiago
Atitlán", dijo la entrevistada.
Las mujeres en este municipio
"somos las encargadas de poner pulmón y sacar algo para la comida",
porque cuando la cosecha termina sus maridos carecen de trabajo. Pisto no hay,
anotó la lideresa comunitaria Dilia Magali Cutuj Tobar. Con ingenio y decisión,
ellas compran y venden, tejen y buscan de qué manera sostener a la familia
hasta la próxima cosecha.
En época
de café todas van a recolectar. Cuando termina, compran "animalitos o
hilos", lo que les permite obtener algunos ingresos. Las niñas aprenden a
tejer entre los tres y cuatro años de edad, costumbre que forma parte de su
cultura. Las mujeres son amas de casa y también trabajan la tierra,
"ayudan a su esposo en la siembra de frijol y tomate, aparte hacen
servilletas, fajas, rebozos y huipiles".
Uno de
los problemas que enfrentan es que no tienen un mercado para vender sus
artesanías a precios razonables. Dilia Magali precisa que una madre de familia
tarda un mes en elaborar un huipil y por éste sólo recibe entre 70 y 100
quetzales.
La
dirigente tiene a su cargo entre 500 y 600 mujeres de San Lucas Tolimán.
Promueve que ellas se organicen con el fin de exigir al gobierno que les
otorgue ayuda alimentaria y préstamos para sus proyectos con integrantes de
ASUDI y Plataforma Agraria.
Diega Sánchez, representante de
una de las 12 comunidades donde hay grupos de mujeres, informó que desde el año
pasado tienen aquí acceso a un salón municipal para sus reuniones y talleres sobre
autoestima, liderazgo y violencia intrafamiliar.
Pese a no
saber leer ni escribir porque de niña no tuvo oportunidad de ir a la escuela,
comenta su disposición a participar: "Me gusta trabajar y ayudar en mi
comunidad. Antes las mujeres no sabían que tenían derechos; sólo los hombres
creen que tienen derechos, porque eran cabezas de familias".
En sus grupos, que funcionan desde hace siete años,
gestionan proyectos pecuarios, artesanías y préstamos. Presentaron sus
solicitudes el año pasado pero aún no han obtenido respuesta favorable.
"Estamos llenando algunos requisitos", dio a conocer Marcela Pérez
Talej, quien se identifica como kaqchiquel.
La organización Estrella
Tz'utujil -que tiene grupos de mujeres en seis municipios- ha trabajado en San
Pedro La Laguna durante dos años en varias áreas de interés para sus asociadas.
Uno de los objetivos más importantes es alfabetizar y enseñar español. También
capacitan a sus integrantes en artesanías como la confección de pantalones
típicos, fajas, blusas y bordados. El propósito es que ellas puedan obtener
ingresos adicionales.
Marta Álvarez, originaria de este municipio, opinó:
"Hay que motivar a las personas para seguir adelante".
A partir de este año se han integrado hombres a la
organización porque creen que la unidad es necesaria para tener mejores
resultados con un trabajo de equipo. Una de las demandas de las mujeres es la
dotación de abono para sus siembras y los compañeros solicitan facilidades para
el arrendamiento de tierras.
[índice]
Caso Mack
La ciudadanía contra la impunidad
Hacemos un llamado amplio a todas
aquellas personas que
desean que la justicia se haga
realidad en Guatemala, para
que manifiesten su apoyo a la
lucha de la familia Mack
por esclarecer el asesinato de
Myrna.
La Audiencia para conocer el
Recurso de Casación en el
Caso Mack será el día jueves 19
de junio a las 9:30 horas en la
Sala de Vistas de la Corte
Suprema de Justicia.
¡Si la justicia no llega hasta el último
rincón,
no existe justicia para nadie!
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