laCuerda Una mirada feminista de la realidad |
Año 5, No. 54 Guatemala,
marzo/2003 |
Editorial |
Cosechamos
frutos en tierra liberada |
Aviso |
laCuerda tiene
nueva oficina |
Entrada |
Ch'uch'ujil kaslemal - Frescura de la vida (Anamaría Cofiño K.) |
La médula |
Campesinas que no callan (Ingrid Urízar)
En defensa de la niñez y la juventud (Paula Irene del Cid Vargas)
La Guatemala que se despabila y nos gusta (María Eugenia Solís) |
Reportaje |
|
III FSM |
|
La paseante |
Días contados (Andrea Aragón)
Celebrando la locura en el país de los silencios (Anabella Acevedo) |
Esta boca es mía |
"A fortiori" (Alejandro Sánchez Garrido)
3 a 2... ¿Y las mujeres? (Nancy Avendaño)
Violación sexual: Lanzar mierda con ventilador (Adelma Bercián) |
Aquí y ahora |
Reconocimientos al periodismo con enfoque de género
Pobreza (Andrea Carrillo Samayoa) |
Campo pagado |
|
Movida departamental |
|
Internacional |
Un hecho con tantas enseñanzas (Rosalinda Hernández Alarcón) |
Editorial
Cosechamos frutos en tierra liberada
Este 8 de marzo marca cinco años desde que en 1998 nos lanzamos, durante la
marcha del Día Internacional de la Mujer, a dar Cuerda en las calles de la
ciudad capital.
A partir de entonces, numerosas alegrías nos ha traído la concreción de un
sueño: que las guatemaltecas nos viéramos reflejadas, en nuestras justas y
reales dimensiones, en un medio masivo de comunicación.
Siendo ésta la única publicación en su género con que cuenta Guatemala, no
han faltado las expectativas, no sólo acerca de los contenidos de laCuerda sino
también de las acciones que sus creadoras fuéramos capaces de iniciar o motivar
para promover y hacer valer los derechos de las mujeres y otros grupos
marginados.
De la mano de tales expectativas han venido críticas, en su mayoría sabias,
que de manera generosa nos han instado a prestar más atención a lo que, por
nombrarnos feministas, estamos llamadas a defender. No así otras -las menos-
que, fundadas en la noción de que las mujeres debemos ser "buenas en
todo", ignoran los límites a lo que un pequeño grupo de soñadoras rebeldes
puede hacer, en un país con abundantes necesidades y tantos oídos sordos.
No obstante, siempre hemos tenido en mente lo que una amiga feminista
guatemalteca nos dijo hace tiempo: que laCuerda es de quienes la producimos y
que existe, en parte, para visibilizar lo que las mujeres y el movimiento
feminista son y hacen en el país. Sabia advertencia, que nos ayudó a liberarnos
del peso y la presión de expectativas incongruentes con nuestras reales
capacidades.
Mucho es lo aprendido en el camino y lo honramos todo por lo que vale. Eso
es, precisamente, a lo que lleva un periodismo feminista. El ejercicio de la
profesión desde una perspectiva de género no se queda corto, limitándose a
difundir información o publicidad que con frecuencia vulnera la dignidad
humana. Implica, para quienes hacemos la tarea, poner en práctica los valores y
la ética feministas, desde una distribución equitativa de responsabilidades,
pasando por relaciones horizontales entre colegas, hasta cada línea plasmada en
estas páginas. Es mucho lo que también las mujeres debemos aprender acerca del
ejercicio del poder entre nosotras, y confiamos en que laCuerda seguirá
contribuyendo a ello.
Como periodistas hemos experimentado la impotencia y desesperanza que nos
provocan, hoy día, las represiones del gobierno de turno, su insensatez en
aumento, así como el deterioro del tejido social de esta amada Guatemala que
también es nuestra. Y algo sabemos de la autocensura, en un país donde el
pensamiento liberador es visto como una afrenta a "la moral y las buenas
costumbres".
De ese desencanto nos rescatamos cada día. Estar cerca de las niñas,
jóvenes y mujeres reflejadas en estas páginas, acompañarlas en sus grandes y
pequeñas batallas cotidianas, ser testigas de su esperanza y valentía... todo
esto es, a la vez, la fuente que nos renueva la energía y una de las mayores
motivaciones para no abandonar la lucha.
Nuestro reto permanente es continuar siendo artífices y promotoras de un
periodismo, de actitudes y acciones que dignifiquen la vida: la de mujeres y
hombres, de niñas, niños y jóvenes.
Creemos que en los últimos cinco años hemos aportado a la comprensión de
que el feminismo pretende sumar, no dividir; compartir en vez de arrebatar.
Seguras estamos de que hoy, gracias a estas páginas, más mujeres y hombres, en
la capital y en muchos rincones de la nación, entienden la necesidad de eso por
lo que siempre hemos abogado: una sociedad sin exclusión ni discriminaciones,
cimentada en el pleno respeto a los derechos de las personas, pequeñas y mayores.
Sin duda alguna, las satisfacciones superan por mucho a los desencuentros.
Y en ese reconocimiento agradecemos a quienes, junto a nosotras o en contra
nuestra, han fortalecido las convicciones que hace un lustro fueron las
semillas de esto que es laCuerda, el territorio liberado de las guatemaltecas.
[índice]
¡laCuerda
se mudó!
Por favor tomar nota de la dirección
y el número de telefax de nuestra nueva
oficina:
6a. Ave. 4-70 Zona 2
Condominio Morazán, Apto. 2-C
Guatemala 01002, Guatemala
Telefax: (502) 220-1380
(pronto tendremos una línea adicional)
Nuestras direcciones electrónicas son las
mismas:
lacuerda@intelnet.net.gt – lacuerda@itelgua.com
También nuestra página en Internet:
http://eagle.orgfree.com/lacuerda_gt
[índice]
Ch'uch'ujil kaslemal – Frescura de la
vida
Anamaría Cofiño K., laCuerda
La
evaluación
Si hacemos
un balance de la situación del país, el resultado puede ser frustrante, ya que
las cifras de miseria, analfabetismo y violencia siguen siendo aterradoras. Si revisamos
los índices de desarrollo humano, en muy pocos rubros encontramos avances. Y si
nos basamos en cuestiones menos cuantificables, como los sentimientos
colectivos, la situación podría ser sombría a morir.
Hemos decidido hacer un número de laCuerda dedicado a lo
que, en medio de este caos nacional, va bien, a lo que nos da ánimo para
seguir. No es que queramos ignorar todo lo demás; más bien buscamos sacar a luz
lo que se hace en pro del bienestar y a favor de la comunidad. Sabemos que es
tarea ciclópea, ya que vencer el desencanto que se ha apoderado de la
ciudadanía no es cuestión de darle un toque con la varita mágica a la realidad.
Se trata, más bien, de hurgar, investigar y, sobre todo, ver con otros ojos,
para encontrar lo que hemos ido logrando poco a poco.
Personalmente pienso que -para
empezar- nos hace falta hacer un balance de lo que perdimos y ganamos con el
enfrentamiento armado. Todavía no hemos sacado conclusiones, nos hace falta
saber si hubo transformaciones positivas, aparte de los miles de muertos y las
pérdidas que ya todos se supone que conocemos.
Los Acuerdos de Paz son ahora un referente ineludible
para establecer las rutas que nos saquen de ese pasado atroz. Además, son un
marco para evaluar lo hecho y lo que queda por hacer. En este sentido, hay
varios estudios y análisis que nos muestran el retraso en su cumplimiento, el
estancamiento en algunos puntos, y los mínimos avances.
A mi juicio, una de las ganancias más importantes que
tenemos a nuestro favor es el ensanchamiento de la libertad. Si comparamos cómo
era hace 20 años, será imposible negar que ahora contamos con muchos más
espacios de libertad de expresión, de locomoción y organización. Es cierto que
aún hay miedo, que todavía no gozamos de la libertad que quisiéramos, pero si
no reconocemos lo que hemos mejorado, nos atrancamos en la negación.
En el último tiempo hemos presenciado una apertura que ha
posibilitado que la juventud pueda actuar y andar más relajada. Hace 30 años se
vivía a salto de mata y, por lo tanto, se procuraba pasar desapercibido, no
hacer bulla ni llamar la atención. Ahora se pueden expresar ideas que antes
fueron subversivas, podemos organizarnos, con limitaciones; podemos andar más o
menos como queramos, eso sí, siempre con cautela.
Un signo positivo es la producción de publicaciones:
libros, editoriales, revistas, periódicos, panfletos, volantes y otras son
ahora abundantísimos. Cada semana se presenta un nuevo libro; cada día leemos
en los diarios opiniones diversas; frecuentemente podemos participar en grupos
de discusión y debate en torno a temas variados, que van desde la sexualidad y
el amor, hasta la economía y la política. Si bien es verdad que hay obstáculos,
que la censura no se ha terminado y sobreviven los dinosaurios retrógrados, es
innegable un resurgimiento cultural fructífero e interesante, que está
cuestionando el sistema y de alguna manera propone otras vías de convivencia y
de relaciones. Es posible que la producción artística esté contribuyendo a la
reconciliación. Por lo menos, eso sí me consta, en muchas ocasiones ha estado
al servicio de la recuperación de la memoria y contra la violencia y la
militarización.
Y ya que menciono a los chafas, percibo en varios grupos
sociales un rechazo más explícito al autoritarismo, la corrupción y la
represión que fueron características del actuar generalizado de los militares
en años anteriores. He visto y escuchado gente de diferente origen e ideología
decir claramente que no desean que el ejército siga gozando de tanto poder. Y
ya ese solo hecho me parece un paso más hacia la democratización y la libertad.
Por pequeño que sea.
La
gran marcha de las mujeres
Cuando veo
a las mujeres en la calle, en la universidad, en el campo, no puedo menos que
sentir cierto alivio. Y es que como género, estamos cambiando. No somos las que
fueron nuestras madres y estamos dando pasos para liberarnos del yugo opresivo
del patriarcado. Aunque sigamos siendo el grupo social con los índices más
bajos de desarrollo, es innegable que un espíritu de energía y fuerza nos está
llevando por otros caminos, nos empuja a superarnos y tomar las riendas de
nuestras vidas.
Cuando salimos de nuestros lugares
habituales, cuando visitamos aldeas lejanas a la capital, siempre encontramos
mujeres luchadoras, tenaces, ejemplares, que se empeñan por sacar adelante a
sus familias y comunidades. Nunca falta la lideresa que está tratando de
conseguir fondos para el puesto de salud, la maestra que obtuvo materiales
educativos, la comadrona que está enseñando a otras, o la joven con iniciativas
novedosas. Donde quiera que vayamos, encontramos grupos o individuas que
destacan, que dan todo lo que tienen, que con amor y buen modo intentan cambiar
el mundo, educando a sus hermanos, denunciando la corrupción, cuidando el
ambiente, procurando la paz.
Se dice que la guerra se llevó a todos los líderes
políticos que podían ser una alternativa para gobernar este país. El vacío que
dejaron es como un agujero negro. Pero nosotras lo estamos llenando. La lista
de mujeres grandes como ceibas es cada vez más larga. Las encontramos por
doquier y son ejemplo para una sociedad que ha llegado a sentirse
desesperanzada.
La esperanza, ése es nuestro reducto. De ella nos asimos
día a día para no hundirnos en el pantano de la tristeza. Es nuestra meta,
nuestra arma, nuestra orientación. Las guatemaltecas podemos sentirnos
orgullosas de pertenecer al género que hoy por hoy es el núcleo duro de la
resistencia y del esfuerzo para hacer realidad el sueño de la otra Guatemala,
la que nos dé cabida a todos.
[índice]
laCuerda
Reporte
de violencia
Durante la
última quincena de enero y todo febrero hubo 60 guatemaltecas víctimas de
violencia y accidentes. Siete fueron asesinadas con arma de fuego y 16
resultaron heridas. Tres fueron violadas y dos sufrieron intento de abuso. En
accidentes fallecieron siete y 12 quedaron heridas. Tres murieron a causa de
heridas con arma blanca e igual cantidad fueron amenazadas. Una fue asaltada y
seis permanecen desaparecidas.
Guatemaltecas
víctimas de atracos
Mujeres
son las principales víctimas (90 por ciento) de una banda delincuencial que,
luego de pinchar las llantas de los vehículos que permanecen en parqueos, los
persigue y atraca.
Demanda
esclarecimiento de casos
Durante el
2002, 63 personas involucradas en procesos judiciales fueron víctimas de
amenazas, intimidaciones y atentados, reveló la Fundación Myrna Mack y demandó
el esclarecimiento de estos hechos, que reflejan la crisis de seguridad e
independencia que pesa sobre operadores de justicia. A estos casos se suman dos
recientes: el de la sobrina de la fiscal Sonia Doradera, abusada sexualmente
como venganza por sentencias contra violadores logradas por la funcionaria, y el
atentado contra el hijo de Dina Ochoa, presidenta de la Asociación de Jueces y
Magistrados.
Deportes
Elsa
Monterroso ganó por sexta vez el medio maratón Max Tott con un tiempo de 19
minutos y 28 segundos. Herlinda Xol y Olga Marina Rodas obtuvieron la segunda y
tercera posición, respectivamente.
Nueva
ley
Una ley
que regula a las organizaciones no gubernamentales fue aprobada recientemente
por el Congreso. Diversas asociaciones la consideran represiva para el sector y
desestimulante para las agencias donantes.
Otro
caso de discriminación
María
López fue discriminada por vestir su traje mam. Al disponerse entrar a la
discoteca La Fratta, en Quetzaltenango, personal de seguridad no se lo permitió
argumentando que, por órdenes superiores, las personas que no usen falda o
pantalón tienen vedada la entrada al lugar. La afectada denunció el hecho y
solicitó una sanción penal para los responsables.
Denuncian
violencia contra jóvenes
Al 22 de
enero, 61 jóvenes entre 16 y 30 años de edad habían muerto de forma violenta,
la mayoría por arma de fuego. La organización HIJOS manifestó su preocupación
por esta situación.
Plan
contra linchamientos
La
Comisión Nacional para el Seguimiento y Apoyo al Fortalecimiento a la Justicia
ejecutará, en coordinación con otras instituciones, un plan para prevenir y
erradicar los linchamientos en el país. Se trata de combatir el concepto de que
estos actos son "justicia por mano propia" y hacer conciencia de que
los responsables se convierten en delincuentes.
Amenazadas
Susana
Vásquez, del Consejo Directivo del Fondo de Desarrollo Indígena de Guatemala
(FODIGUA), denunció ser objeto de amenazas y actos intimidatorios por parte de
Demetrio López, Otto Peralta y Elber Benito, quienes pretenden obligarla a
renunciar. María Antonia Asencio Velásquez, integrante de la Asociación de
Desarrollo Integral de Montúfar (ASDIM), ha recibido amenazas de muerte a causa
de su trabajo.
[índice]
Ingrid Urízar López, guatemalteca, abogada
En la
región de Colomba Costa Cuca se están gestando nuevas formas de organización
campesina. Merece la pena mencionar casos como el de la Sociedad Civil para el
Desarrollo de Colomba (SCIDECO), una de cuyas experiencias de lucha es la
ocupación de la finca La Florida, en el marco de la crisis de la zona
cafetalera que está afectando seriamente a miles de trabajadoras y
trabajadores.
No cabe duda que, con la realización de acciones de
sobrevivencia, las mujeres son el centro, el empuje y coraje en la toma de
decisiones, dejando claramente manifiesto su poder, la valentía y fuerza aún
escondidas y amarradas por el histórico sometimiento y represión bajo las
órdenes del "patrón" de las fincas cafetaleras. Indiscutible es,
entonces, su aporte a la construcción de "posibilidades de vida".
Son mujeres que detrás de los granos de café, como su
única experiencia de trabajo público, jugaron un papel decisivo en la toma de
la finca. Fueron ellas quienes inyectaron fortaleza a la organización y
exigieron formar parte también de la acción.
La visión de ellas la deja plasmada doña María, al decir:
"El desarrollo a lo mejor no será para nosotras, pero sí para nuestros
hijos; por eso hay que luchar y sostener la lucha de hoy, porque paso a paso
vamos a lograr que se haga justicia para nosotras las pobres". Su
compromiso no se limita a una concreta acción; alcanza otras esferas: ellas
están comprometidas con la vida y la lucha cotidiana.
Su resistencia en la permanencia y la lealtad a su
organización las han ido fortaleciendo más. Ganando espacios en las asambleas,
se han convertido en "voces que no callan". Aun estando en proceso la
construcción de su protagonismo real y sostenible, han aprovechado espacios para
motivar a sus compañeros en el quehacer de ciertas comisiones que habían sido
únicamente para mujeres, como las de alimentación y cuidado de los hijos. Por
otro lado, ellas decidieron involucrarse de manera activa en las demás
comisiones de trabajo.
También han entrado a un proceso de concientización sobre
la situación en que viven, dirigido a sus familiares, principalmente a sus
hijos mayores, lo que está generando cadenas de solidaridad en la organización.
Hoy se da un reconocimiento profundo, por parte de los
miembros de SCIDECO, al aporte tan importante y permanente de las mujeres, y a
la necesidad de compartir espacios con ellas, por lo que aprovechando la toma
de la finca están fortaleciendo el proceso de construcción participativa, de
valores colectivos y de una cultura organizativa que incluya la revalorización
de las personas, principalmente de las mujeres.
[índice]
En defensa de la niñez y la juventud
Paula Irene del Cid Vargas, laCuerda
Entrevistamos
a Alejandra Vásquez, secretaria ejecutiva del Movimiento Social por los
Derechos de la Niñez y la Juventud de Guatemala, quien habla sobre este
importante espacio para la defensa de un significativo grupo de la población.
¿Cómo surge el Movimiento por los
Derechos de la Niñez y la Juventud y cuál es su misión?
"El
Movimiento tiene sus antecedentes en una instancia impulsada por quien entonces
era la primera dama, la Licda. Raquel Blandón; se llamaba PRODEN (Pro
Convención sobre los Derechos del Niño) y aglutinaba a instituciones
gubernamentales y organizaciones no gubernamentales (ONGs) que promovían la
Convención.
"Tras la aprobación y ratificación de la Convención
por el Estado guatemalteco, se conformó el Movimiento de Niñez y Juventud, que
-a diferencia de PRODEN- está conformado eexclusivamente por 70 ONGs que
trabajan para que se cumplan los derechos de la niñez y asociaciones que
trabajan directamente con la niñez y la juventud. Se define como un espacio que
articula organizaciones, que organiza propuestas y demandas al Estado
guatemalteco. Su misión es contribuir al cumplimiento de los derechos humanos
de la niñez.
"Además de la elaboración de propuestas de políticas
públicas y propuestas para la modificación de la legislación guatemalteca,
estas organizaciones trabajan en prevención de la violación de los derechos de
la niñez, de tal forma que realizan acciones de sensibilización con operadores
de justicia. Con la niñez se trabaja desde la perspectiva del protagonismo
infantil, de tal forma que en distintos espacios se promueve que niñas y niños
analicen y propongan acciones para que se cumplan sus derechos."
¿Qué ha logrado el Movimiento?
"Además
de aglutinar a las organizaciones, se ha logrado que otros sectores de la
sociedad civil que apoyan la vigencia de los derechos humanos se incorporen al
Comité Político del Movimiento, de tal forma que contamos con organizaciones
como el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), la Alianza contra la Impunidad y la
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Guatemala (CONADEHGUA).
"El accionar del Movimiento se ha dirigido a la
elaboración de propuestas de ley como el Código de la Niñez y la Juventud; la
Propuesta de Ley de Protección Integral y la Ley de Adopciones del Congreso,
así como las reformas al Código Penal. Las acciones con el Ministerio Público
han tenido frutos: recientemente se constituyó la Fiscalía para la Niñez
Víctima de Violación a los Derechos Humanos; anteriormente sólo existían
procedimientos para la niñez transgresora de la ley.
"Por otra parte, se han elaborado los Planes
Nacionales contra la Explotación Sexual; para la Atención de la Niñez que vive
en la Calle, y contra la Explotación del Trabajo Infantil. Estos planes están
alimentando la elaboración de la política a favor de la niñez para la década
2002-2012.
"Finalmente, se considera un logro la elaboración y
presentación del Informe Alternativo ante el Comité de Derechos Humanos de
Naciones Unidas en Ginebra."
¿Cuáles son los retos del Movimiento?
"La
construcción de una política operativa que beneficie a la niñez y a su entorno
familiar y comunitario. Asimismo, aglutinar a más organizaciones, de tal manera
que aumente el potencial que tiene el Movimiento como referente de las demandas
de la sociedad civil.
"Otro reto se refiere a la vigencia plena del Código
de la Niñez y la Juventud. El Congreso de la República posponía la entrada en
vigencia del mismo, por lo que se presentó una acción de inconstitucionalidad
que la Corte dio a lugar. La primera versión del Código, la que no está
consensuada por las iglesias, es la que está en vigencia. Sin embargo, su
aplicación no es generalizada, porque al interior del sistema de justicia no se
ha desarrollado una política de difusión y aplicación de la misma."
Para finalizar, ¿qué les diría a otros sectores del
movimiento social?
"Que
el Movimiento de Niñez y Juventud es una expresión más de la sociedad civil;
que es necesario un encuentro entre las distintas expresiones y que la agenda
de los derechos de la niñez sea parte de la de otros sectores."
[índice]
La Guatemala que se despabila y nos
gusta
María Eugenia Solís García, laCuerda
Hace una
semana, en un receso para el café, mientras comentábamos acerca de las
movilizaciones campesinas y la huelga magisterial, le oí decir a Rosalina
Tuyuc, con una sonrisa de puro gusto: "Ésta es la Guatemala que me
gusta". Coincido con ella. Es refrescante ver que en este país la cosa se
mueve y hay brotes de resistencia.
Está claro que los movimientos de masas y las huelgas nos
muestran reacciones colectivas de descontento. Es un buen signo que la gente le
encuentre sentido a organizarse. Es un avance que rompamos la inercia, venzamos
la indiferencia y el pánico a expresarnos. Estas expresiones de lucha son
signos de conflictividad que directamente desnudan la enclenque democracia
guatemalteca. La administración de gobierno evidencia, una vez más, su
incapacidad para dar respuesta a reivindicaciones históricas y legítimas del
campesinado y del magisterio.
A quienes tenemos más de cuatro décadas, la huelga
magisterial nos ha sacudido de diversas maneras. Con nostalgia hemos recordado
las distintas épocas del heroico y combativo movimiento popular y sindical que,
aun viviendo crueles dictaduras, se alzaba mostrando su fuerza y vitalidad. En
esas jornadas destacaron siempre salud pública y el magisterio, los sectores
más conscientes y organizados ¿Y cómo no iban a serlo, si quienes trabajan en
la salud y educación están más cerca del dolor, la miseria y tragedia humanas?
En estas últimas semanas nos han venido a la memoria -con
dolor e indignación- los cientos de miles de maestras, maestros y salubristas
que fueron víctimas de asesinato, desaparición, persecución y torturas en las
décadas de dictaduras del siglo pasado.
Es momento para reflexionar y preguntarnos: ¿qué ha
pasado con esos gremios tan beligerantes y organizados? Hasta hace poco
parecían sumidos en un letargo del que no lograban salir.
La explicación podría estar en que durante el periodo del
presidente Arzú, el Congreso decretó la ley que regula la huelga de los
trabajadores del Estado. Ése fue el "candado" que se recetó el
gobierno del PAN para aplacar cualquier descontento o resistencia de las y los
trabajadores estatales. Todo fue planificado, ya que de esa manera facilitaron
el proceso de privatización de los servicios públicos e hicieron de los bienes
del Estado el "chinche" de la piñata, a la que fueron invitados sólo
los poderosos dueños del país y sus cómplices extranjeros.
Desde entonces, con la "receta" del PAN, si a
los trabajadores del Estado se les ocurre ejercer su legítimo derecho a la
huelga, se les puede despedir. Ese mismo mecanismo es el que precisamente está
utilizando ahora el ministro de Educación para reprimir al magisterio.
El proceso de diálogo va lento e impregnado de
intransigencias. Además, está siendo socavado por los procesos de despido
masivo que avanzan.
La respuesta gubernamental se
complementa con la conducta represiva del Ministerio Público. Éste se está
prestando para perseguir penalmente al magisterio, de la misma forma en que lo
han hecho contra la dirigencia campesina y sindicalistas de las bananeras. Esas
prácticas de criminalizar la lucha por las reivindicaciones sociales se deben
rechazar y frontalmente exigir su eliminación, ya que violan los derechos
humanos de las personas que, conscientes de éstos, demandan mejores condiciones
de vida.
Inicialmente, el movimiento magisterial tenía una fuerte
dosis de lucha economicista, en la que el aumento salarial era lo que más le
interesaba. Luego ha evolucionado y presenta un pliego de peticiones que
muestra reivindicaciones más sustantivas y de carácter político. Por ejemplo,
rechaza rotundamente el desmedido e injustificado aumento al presupuesto
militar a costa de la disminución del renglón educativo. Asimismo, cuestiona el
contenido y la forma en que se está desarrollando la Reforma Educativa y
denuncia la corrupción en la administración del sistema de educación nacional.
Es básico que exista una acumulación de fuerzas sociales
en apoyo a las demandas del magisterio. Sólo de esa manera se lograrán
resultados favorables a este movimiento que una vez más se reactiva, dando muestras
de un vigor que ya hacía falta.
[índice]
Wendy Santa Cruz, laCuerda
Ante las
crisis o problemas siempre hay quienes, por sus acciones, nos mantienen en pie
de lucha. Nos dan esperanza todas aquellas mujeres que, pese a los obstáculos
que afrontamos diariamente en Guatemala, han librado batallas que parecían
difíciles de vencer. Y aunque de hecho lo fueron, ellas siguieron adelante y
sentaron precedentes, demostrando que, cuando hay voluntad, se pueden derrotar
las dificultades y no hay por qué rendirse ante el desencanto. He aquí un
recuento de algunas de las batallas legales de estas lideresas:
En los tribunales...
La activista Helen Mack y su familia
lograron, después de 12 años, llevar a juicio a tres militares sindicados de
planificar y ordenar el asesinato de la antropóloga Myrna Mack. Uno de ellos
fue condenado a 30 años. Hay que destacar la labor de las juezas, testigas,
fiscales y abogadas que intervinieron en este caso.
Las condenas a los violadores
de niñas Alfonso Herrera Ibargüen, Marco Véliz y Arnoldo Noriega a 40, 109 y 20
años de prisión, respectivamente, fueron posibles por la lucha incansable de
las madres de las víctimas y la asesoría legal de la abogada Patricia Ispanel.
Vigilantes de la legislación
Algunas abogadas y mujeres de la sociedad
civil se han dado a la tarea de hacer auditoría social en materia legislativa.
Su monitoreo ha permitido mayor control sobre los cambios a la legislación y un
mejor uso de los instrumentos legales para elaborar propuestas de modificación
a leyes que, por acción u omisión, discriminan a las mujeres y les deniegan
justicia.
Tal es el caso de haber logrado
que la Corte de Constitucionalidad declarara inconstitucional la modificación
al Código Procesal Penal que afectaba la forma de proceder judicialmente contra
quien comete el delito de negación de alimentos. Dicha reforma le quitaba al
Estado la obligación de perseguir de oficio a los infractores, forzando a las
mujeres que demandaban pensión alimenticia a pagar los servicios de un abogado
para poder llevar un juicio penal contra los incumplidos.
NO a la militarización
Mujeres integrantes de CONAVIGUA y otras
organizaciones sociales que durante el conflicto armado interno rechazaron la
militarización, continúan su lucha por la justicia, la reconciliación y la
recuperación de la memoria histórica. Ellas elaboraron una propuesta de Ley de
Servicio Social y actualmente discuten, entre otras cosas, cambios en la
legislación que incluyan la visión indígena para un resarcimiento justo a las
víctimas.
Contra el racismo y la
discriminación
Luego de conocerse los actos discriminatorios
contra la doctora Irma Alicia Velásquez Nimatuj, justificados por políticas
empresariales, se propició una coyuntura idónea para abordar a nivel nacional
el tema del racismo. Con esto, iniciativas que permanecían engavetadas
volvieron a ver la luz y se inició una denuncia más fuerte de casos contra
mujeres que han visto obstaculizado su acceso a la educación, a empresas
comerciales o a puestos de trabajo, así como malos tratos a las candidatas a
Rabín Ajau, entre otros.
A partir de estas discusiones
se han creado algunas instancias: la Mesa Nacional y el Tribunal de Conciencia
contra el Racismo y, más recientemente, la Comisión Presidencial contra la
Discriminación y el Racismo.
[índice]
Anamaría Cofiño K., laCuerda
Ixcán
puede significar mujer rubia (amarilla) en idioma kaqchiquel. En q'anjob'al
-dicen- podría interpretarse como horizontte. Me quedo con esta imagen, la de un
horizonte lejano, ignoto, que para los sin tierra es un anhelado horizonte de
vida.
Hasta hace poco, en 1985, la región del Ixcán se
convirtió en municipio del departamento de Quiché. Los expertos lo califican
como "área conflictiva", dado que la población está conformada por
retornados, ex guerrilleros, ex patrulleros, antiguos colonos, gente de nueve
etnias diferentes, fieles de varias creencias, familias pobres que van allá sin
más bienes que su esperanza. A la entrada de Playa Grande, a orillas del río
Chixoy, todavía está el destacamento militar, donde hay más de 700
"efectivos" que no dejan de inspirar cierta desconfianza entre los
vecinos.
La polarización es uno de los ingredientes de esta
compleja sociedad que lucha por conseguir mínimo desarrollo para vivir. Los
índices de pobreza y miseria son palpables; fácilmente notamos que lo más
abundante son las carencias.
Atreverse
a exigir
La
municipalidad está llena de gente, campesinos con botas enlodadas, señoras
demacradas con su cansancio a cuestas, gente que viene de muy lejos por veredas
poco transitables, a legalizar tierras, solicitar permisos, conseguir
proyectos.
En la oficina de la Unidad Técnica de Planificación
Municipal encontramos a Reyna Caba. Es evidente que está muy ocupada,
trabajando en la computadora, pero nos recibe con buena disposición. Una de sus
múltiples tareas es impulsar la participación ciudadana, especialmente de las
mujeres. Para ello -nos informa- se está llevando a cabo un trabajo de
coordinación con seis organizaciones locales. Comenta las dificultades que
tiene la mayoría para integrarse y atreverse a hablar, a exigir, a gestionar.
Aparte de darnos datos y hacernos saber cómo funcionan
las cosas, Reyna nos platica un poco sobre su experiencia durante la guerra.
Como casi toda la gente de Ixcán, guarda recuerdos trágicos de familiares
muertos, escenas de terror, heridas profundas. Nos obsequia un pequeño libro en
el que narra su vida, desde que nació en Chajul, en el área ixil. Con una breve
lectura vislumbramos ese pasado que marcó a tantas mujeres, quienes hoy, más
que sobrevivir, sobresalen.
Que
ellas decidan con quién
En el mismo edificio conversamos con Eleodora Xitumul. Es la presidenta de
la Comisión de la Mujer. Trabaja dentro del Concejo Municipal, que está
integrado sólo por hombres, pero se siente muy respetada y tomada en cuenta. El
tiempo que pasamos en su despacho nos permitió confirmarlo. De origen q'eq'chi,
llegó jovencita a Ixcán, sin más escuela que el primer grado de primaria. En
2002 se graduó de bachiller.
Eleodora sigue formando parte de la organización de
comadronas que trabaja en 72 comunidades, y por las noches o fines de semana
todavía atiende partos. Mantiene viva la expectativa de seguir estudiando
medicina o enfermería, pero para eso tiene que ahorrar. Antes de dejarla le
pido que diga algo para quienes nos leen. Piensa en silencio y concluye:
"que las mujeres decidan con quién se van a juntar". Ella era una
niña de 12 años cuando sus padres le dijeron que en tres días se iba a casar.
Por fortuna, dice, el marido le salió bueno y la ha apoyado en todo.
Retorno,
epopeya sin fin
Salir a las comunidades y meterse en el paisaje de Ixcán es emprender un
viaje emocional a esa Guatemala que nos hace pasar del entusiasmo a la
desesperación y de vuelta a los deseos inconclusos. Potreros inmensos, pelones
de árboles, laderas de milpas, plantaciones de cardamomo, siembras de malanga,
achiote o plátano van quedando atrás. Las comunidades son parecidas entre sí,
casas de madera, campo de fut, escuela, templos y tiendas; con suerte, un
pequeño parque infantil. Encontramos gente de rasgos y procedencias diversas
compartiendo un territorio que, para muchos, es la tierra prometida.
En la comunidad Victoria 20 de Enero (llamada así por la
fecha del primer retorno desde México) nos reunimos con la directiva local de
Mamá Maquín. A través del altoparlante las llamaron y poco a poco fueron
llegando, unas con el pelo mojado desde el río, otras cargando criaturas, y
todas con el espíritu de pertenencia a una organización colectiva que busca
legalizar la posesión de las tierras. Está claro para ellas que "nosotras
como mujeres tenemos derecho de aparecer en el papel". De nuevo salen a
relucir las historias que las llevaron allí: la persecución del ejército, con
los consabidos bombardeos, saqueos y asesinatos. El refugio como una
experiencia de enriquecimiento y organización. El retorno, una amalgama de
dolores, desilusión y desencuentros. El horizonte, una epopeya inacabable.
Sacarse
el miedo
A Santa
María Tzejá llegamos por la tarde, en compañía de un hombre que en los peores
años del conflicto se vio forzado a integrarse a las patrullas de autodefensa
civil. La historia de esta comunidad está guardada en la memoria colectiva que
se transmite a sus descendientes, para evitar que los hechos se repitan.
Existen también publicaciones que describen los padecimientos de quienes
llegaron a poblar y sembrar esas tierras, para luego verlas destruidas durante
el enfrentamiento y más tarde regresar a ellas, siempre con la idea de superar
la adversidad y salir adelante.
Hay varias organizaciones de mujeres
en Tzejá. El motivo para reunirse es, nuevamente, la necesidad. Hacen falta
todos los servicios: no hay medicinas en el puesto de salud, no tienen
electricidad y el dinero es escaso ya que los precios de sus cosechas han
bajado en el mercado. Para animarse a opinar, las mujeres han aprendido a
"sacarse el miedo" y se han dado cuenta que sí lo pueden hacer.
Ese sentimiento es el que llevó al grupo La Nueva Flor a
organizarse para producir refrescos. Pese a todas las dificultades, como la
falta de agua potable, siguen bregando. Desde allá, y en las condiciones en que
están, es harto complicado hacer trámites legales, conseguir fondos, buscar
mercado, mantener el espíritu. Gracias al empeño de las 13 integrantes del
grupo, los fruti-refrescos empiezan a distribuirse, sobre todo cuando arrecia
el calor.
Tesón
frente a un Estado sordo
Algo que
en Ixcán es frecuente escuchar y que salta a la vista, es la ausencia del
Estado, que desatiende las demandas básicas de la población. De no ser por el
trabajo de algunas organizaciones no gubernamentales, la gente quedaría
absolutamente desprotegida, librada a su suerte.
Gracias a la Asociación Coordinadora
Comunitaria de Servicios para la Salud (ACCSS), algunas comunidades cuentan con
asesoría y acompañamiento en problemas de salud, desarrollo y medio ambiente.
Esta ONG amiga nos facilitó contactos y nos llevó a varias comunidades donde
desarrollan su trabajo. En una de ellas, Primavera del Ixcán, sostuvimos una
reunión en la que nos dieron información no sólo sobre sus actividades, sino
sobre las micro-regiones en las que han implementado proyectos como clínicas de
salud oral y materno-infantiles, programas de saneamiento ambiental, educación
y alfabetización. Metodologías como el uso de la palabra generadora y la nueva
educación popular se están poniendo en práctica. De esa cuenta, hay grupos de
teatro, apoyo psicosocial, atención a mujeres y niñez, fortalecimiento
comunitario, capacitaciones, etc., con el fin de reestablecer el dañado tejido
social.
Primavera del Ixcán está ubicada en lo que antes fue una
finca de ganado. Allí llegaron cerca de 250 familias de las Comunidades de
Población en Resistencia (CPR) que lograron sobrevivir protegidas por la
montaña durante más de 10 años. De una organización europea consiguieron los
fondos para comprar la tierra y así, con enorme tesón y la voluntad férrea que
la resistencia les dio, han hecho realidad varios proyectos que la convirtieron
en un experimento exitoso, digno de conocerse y apoyar.
Mujeres
en resistencia
Efraína Camposeco, de la Organización de Mujeres de la Resistencia, nos dio
un panorama de la participación femenina en esta comunidad: "La
experiencia de la mujer en la montaña fue muy dura y muy difícil. Había
situaciones que una no era capaz de soportar, como la muerte de los hijos. En
el 92 decidimos formar una organización de mujeres en la resistencia, para que
tengamos voz. La gran mayoría no sabía leer. Algunas compañeras ya han sacado
su básico, se ha tenido avances, algunos proyectos han podido realizarse. Las
mujeres participan en las asambleas, en las decisiones de la comunidad.
Actualmente tenemos una panadería, la sastrería y la hortaliza. Decimos que la
mujer tiene libertad de participar, pero los servicios del hogar se dejan a
nuestro cargo. Al hombre le falta una conciencia muy grande. Yo digo que la
única manera de lograr nuestra participación es valorarnos nosotras mismas, que
sí podemos lograr algo; no todo, pero sí algo. Siento que es un derecho y un
deber participar".
En el Comité Ejecutivo de Primavera participan también
Gregoria Gómez, María Castro, Juliana Tun y Juana Baca. Venciendo el temor y la
timidez, han logrado ocupar cargos dentro de la organización comunitaria. Junto
con los compañeros, ellas nos transmitieron la fuerza y el orgullo que sienten
quienes saben que son la semilla de la Guatemala posible que tantos deseamos.
Quiero finalizar citando las palabras de un miembro de la
comunidad Santa Ana: "Nosotros hombres a veces no dejamos a las mujeres
participar. Compartamos; que ellas participen. Ellas tienen derechos. Somos
mismos".
[índice]
III Foro Social Mundial: Experiencia
rica en energía
Rosalinda Hernández Alarcón, laCuerda
Sintetizar
la experiencia de participación en el Tercer Foro Social Mundial (FSM-3) es
tarea complicada. Después de recorrer de nuevo salones de distinto tamaño, un
estadio, calles, cafeterías y trayectos en taxi, algo se me ocurre: una semana
multicultural en Porto Alegre probó que existen visiones susceptibles de
integrar, líneas de acción posibles de confluir, laboratorios de reflexión
relajados y humanos, viabilidad de establecer redes respetando autonomías.
Fueron reiterados los mensajes acerca de la importancia
de las redes (movimientos, no personas) para expandir acciones, diseminar
propuestas y juntar a distintos. Entablar diálogos entre delegados y comprender
interesantes exposiciones en varios idiomas resultó muy grato.
Porto Alegre es la capital del estado Río Grande del Sur,
gobernada desde hace 14 años por el Partido de los Trabajadores. Como resultado
de gobiernos democráticos, han nacido y se han consolidado variadas
experiencias organizativas de sindicalistas, desempleados, cooperativistas,
religiosos, internacionalistas, los sin tierra ni techo, mujeres socialistas,
negras y negros, muchas más.
El FSM del 2001 albergó a 15 mil personas, un año después
a 50 mil y el del 2003 a más de 100 mil. En el 2004 la cita será en la India;
mientras tanto habrá foros regionales, uno de ellos en Ecuador entre marzo y
abril de ese año.
Los comentarios sectarios no
faltaron, pero lo masivo del evento impidió que rebasaran las cuatro paredes de
pequeños salones. Algunas críticas contra personalidades y a la falta de
diálogos horizontales resultaron banales. Es poco ético descalificar
trayectorias de gente y organizaciones con experiencias ricas de compartir. Me
alegró observar a feministas argumentando sus propuestas en actividades
referidas a Medios de Comunicación, Principios y Valores, Desarrollo
Democrático y Sustentable.
Como periodista e integrante de
laCuerda, rescato del evento lo que significa compartir preocupaciones y líneas
de acción enlazadas al periodismo con enfoque de género, a verificar la función
social de los medios y tender puentes entre éstos y la ciudadanía, al
desarrollo de destrezas en integrantes de grupos sociales para que asuman la
comunicación desde una perspectiva de la sociedad civil organizada.
Esto fue expresado por colegas,
entre ellas dos de medios alternativos, Sally Burch (ALAI) y Susanna George
(IBIS), quienes -ante 15 mil personas que llenaron el estadio Gigantinho-
destacaron la importancia del Capítulo J que aborda el tema Mujeres y Medios,
resultado de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer.
Gracias a quienes hicieron posible mi asistencia como
delegada al FSM-3. Me contagió energía. Confirmó lo que el académico mexicano
Pablo González Casanova señala en su artículo "Neoliberalismo de guerra y
pensamiento crítico": "en los nuevos-viejos movimientos sociales
aparece un extraordinario intelectual colectivo cuya unidad incluye la
diversidad, con ricos lenguajes, con formas de expresión clara y creadora, a la
vez racional y emocional, discursiva y vital, simbólica y no simbólica".
Diversidades
en Porto Alegre
Randa Saniora, directora de la Organización Palestina Al-Haq, explicó
que como feminista se puede ver no sólo como mujer, sino como una que vive en
un país ocupado, en un mundo globalizado por el neoliberalismo. Al igual que en
cualquier país, las palestinas tienen los trabajos con menores salarios. Viven
en terror permanente, fuera y dentro de casa, "carecemos de una vida
normal, nos culpan de lo que hacen nuestros hijos, estamos forzadas al silencio
bajo el pretexto de que el problema mayor es la ocupación israelí".
La ecuatoriana Blanca
Chancoso, representante del Foro Continental, se manifestó preocupada
porque todavía no se abren espacios de participación para las mujeres rurales
con responsabilidad familiar. "Como indias y como mujeres tenemos que participar
en espacios mixtos; no sólo aquéllas que están solas sino también las casadas y
las madres". Defendió por igual los derechos como individuos y como
pueblos indígenas.
Sonia Regina da Silva y Zhilda Silva, de la Asociación de Mujeres
Indígenas Satere Mawé, viajaron desde el Amazonas a Porto Alegre a vender su
artesanía. Alrededor de 150 participan en su grupo, son solas, abandonadas o
viudas; exportan a través de entidades que defienden el comercio justo.
La escritora Nawal
El Saadawi, de Egipto, cuyos libros fueron censurados, estuvo en prisión
sentenciada a pena de muerte y hoy preside la Asociación de Mujeres Árabes en
Solidaridad. Habló de las contradicciones que existen entre la filosofía
religiosa y la feminista, tras abogar por humanizar las religiones. Ella está
contra los fanatismos que matan en nombre de dios y a favor de la ciudadanía
internacional. Llamó a recordar que todos los dictadores han recibido apoyo del
gobierno de Estados Unidos y advirtió: "no debemos separar a los dictadores
locales del mundial".
[índice]
Andrea Aragón, guatemalteca, fotógrafa
Cualquiera
que sepa la fecha de su muerte se comportaría seguramente como un perro que se
arrastra hasta el día destinado, haciéndose viejo al conteo regresivo de los
segundos. No cualquiera viviría como vive la Cus, que se lanza de lleno a la
vida usando como trampolín el diagnóstico de sus médicos. Hace un par de años
le dijeron con relativa certeza que tenía los años contados, que su corazón se
detendría el día menos pensado. Ella, en vez de morirse a partir de ese
momento, decidió vivir al extremo. No puede correr; baila. No puede agitarse,
pero trabaja, sale, come y se enamora como la primera vez. En su pecho, la
cicatriz de batallas en sala de operaciones, y en la frente la certeza de que
la vida no va a írsele sin haberla gastado. Más viva que todos los que nos
creemos eternos y postergamos la alegría, la Cus le sonríe a la muerte, juega
tenta con ella y nunca pide pelo.
[índice]
José Cruz, ciudadano guatemalteco
Ya pasó
aquella época en que los únicos estudios sobre indígenas guatemaltecos se
publicaban en inglés, firmados por antropólogos norteamericanos. La académica Irma Alicia Velásquez Nimatuj presenta una importante
investigación sobre una parte del pueblo k'iche' a la cual ella misma
pertenece. Ese único atributo, por sí solo, bastaría para motivar la lectura de
su libro. Las razones para adentrarse en el libro son numerosas: La singular
historia de los comerciantes k'iche' de Quetzaltenango, cuyos antecedentes se
remontan a la Alcaldía Indígena que funcionó desde el período colonial hasta
ser abolida en 1894, por el régimen liberal, para dar paso a cofradías y
sociedades mutualistas como El Adelanto hasta llegar al comité cívico Xel-Jú.
El peso del grupo en la vida económica altense a través del comercio, la
construcción, las artesanías y la industria. Sus alianzas y desencuentros con
el poder ladino para preservar su posición y cultura. Los complicados roles que
han jugado ante otros sectores del pueblo maya. Todo esto frente al racismo
rampante de la elite ladina quetzalteca.
Tres capítulos que abordan los antecedentes de la
burguesía comercial k'iche', las contradicciones de clase y el racismo que
enfrentan, y las relaciones de género a su interior, abren un panorama de gran
interés para comprender la cotidianeidad de este grupo social.
Utilizando la metodología de estudio
de casos familiares, nos adentra en el mundo de las complejas relaciones
vividas por los k'iche' quetzaltecos. Denuncia el contexto racista que afecta a
esa burguesía comercial que, pese a su solvencia económica, resiente la
opresión racista de los ladinos. Evidencia que la burguesía k'iche' comparte
con el resto de indígenas pobres el padecimiento de la discriminación,
agravado, sin embargo, por la cercanía que se establece al compartir espacios
físicos, comerciales, educativos y recreativos con la elite ladina quetzalteca
-- talvez el segmento más racista de la olligarquía guatemalteca.
El aporte más novedoso del libro
aparece cuando aborda el tema de la discriminación de género entre ese sector
del pueblo k'iche'. Con valentía, Irma Alicia cuestiona el argumento de la
complementariedad de la mujer maya respecto al hombre. Lo denuncia como una
treta patriarcal que preserva los privilegios masculinos y refuerza la opresión
de las mujeres que, aun jugando un papel activo de la producción económica, se
ven relegadas a la hora de decidir sobre el destino de sus propiedades y
dineros, y cuando se trata de acceder a estudios superiores y a una
participación social y política activa.
La autora nos recuerda que el uso de la categoría de
"complementariedad" constituye una ideologización de la
discriminación femenina, como en el caso de las Panteras Negras
estadounidenses. Menciona los avances alcanzados por las mujeres de este grupo
social, destacando el papel de la Asociación Mujer Tejedora del Desarrollo
(AMUTED).
Al recordarnos el largo recorrido
del comité cívico Xel-Jú, la autora revela la complejidad de la lucha de los
k'iche' quetzaltecos por recuperar protagonismo en la gestión de los asuntos de
su municipio. Portadores de una rica experiencia política local y regional, hoy
por hoy tratan de ponerla en juego en el escenario nacional al lanzar la
candidatura presidencial del alcalde municipal de Quetzaltenango, Rigoberto
Quemé Chay. El texto de Irma Alicia permite un acercamiento a las
interioridades y al papel simbólico de dicha candidatura.
Se agradece a la autora este texto que, al dar a conocer
la realidad que vive una parte del pueblo maya, ayuda a entenderlo y con ello a
valorarlo. En la lucha contra la discriminación y el racismo en nuestro país,
este documento jugará un papel de gran importancia.
Velásquez
Nimatuj, Irma Alicia, "La pequeña
burguesía indígena comercial de Quetzaltenango". Editorial Cholsamaj,
Guatemala, noviembre 2002.
[índice]
Celebrando la locura en el
país de los silencios
Anabella Acevedo,
laCuerda
Sí, hay
huelga de docentes en Guatemala y casi a finales de febrero una enorme cantidad
de niñas, niños y jóvenes se queda en su casa, sin estudiar o aburriéndose al
lado de sus madres, quienes de todas maneras deben salir a trabajar.
El 56.7 por ciento de la población del país vive en un
estado de pobreza y el 26.8 por ciento en pobreza extrema; el 80.1 por ciento
reside en áreas rurales y el 63.2 por ciento es indígena. El 43.8 por ciento es
analfabeta y, de este grupo, más de 50 de cada 100 son menores de 15 años. Aun
así, todavía hay espacio para el arte y la literatura.
Por alguna razón recuerdo estos versos de Vallejo:
"Un comerciante roba un gramo en el
peso a un cliente
Hablar, después, de cuarta dimensión?
Un banquero falsea su balance
Con qué cara llorar en el teatro?"
Lo que Vallejo tal vez quería preguntarse es similar a lo
que me pregunto yo: en una nación de tantas angustias cotidianas, ¿es posible
hablar de arte y cultura?
¡Pues sí! Quizás por la terca necedad del optimista, o la
locura del poeta, de la artista, del público hambriento y hasta por la
ignorancia de aquél que -¡pobre!- pasa sus horas pegado al televisor sin saber
que en algún lugar alguien lee un poema para él, para ella. Una podría perder
la esperanza y el entusiasmo - es tan fácil... Sin embargo, permanecen las
memorias de un "Octubre Azul" para constatar que es posible pasarse
un mes celebrando el arte por las calles, asistiendo a eventos sin la
culpabilidad de quien paga Q400 por un concierto sin ser millonario. Cómo no
querer hacerlo, después de ver a alrededor de mil personas hace apenas unos
días escuchando las reflexiones sobre las relaciones étnicas en Guatemala de un
grupo de antropólogos e historiadores. Y finalmente, cómo no hacerlo, viendo
los esfuerzos de quienes, como Estuardo Prado o Adolfo Méndez Vides, deciden
abrir una editorial -la Editorial X y la Editorial Gurch, respectivamente- y
publicar novelas, libros de cuentos o de poesía, es decir, nada rentable.
Pero ¿qué ha pasado en estos últimos años que sea digno
de mencionar para quien quiera recordar que se puede hacer cosas en este país?
Cito algunas.
En 1999 en Costa Rica, Cuauhtémoc Medina se refería con
sorpresa y entusiasmo a la "guatemaltequización" del simposio
"Temas Centrales". También hablaba de lo que parecía ser la
emergencia de una "vanguardia guatemalteca" dentro del espacio cultural
y artístico centroamericano. Se refería a las presentaciones de los
guatemaltecos, que se concentraban particularmente en el campo de las artes
visuales pero también se acercaban a la literatura. El simposio fue importante
para algunos pues evidenciaba la emergencia de un grupo de artistas jóvenes con
propuestas novedosas para la Guatemala de estas últimas décadas. Un año más
tarde, algunos de ellos participarían en el festival "Octubre Azul",
coordinado por José Osorio y Rosina Cazali y anunciado de la siguiente manera:
"Hay una relación entre el mes de octubre y el
imaginario de los guatemaltecos.
Decir octubre es evocar un aliento, una balada dedicada a
la historia de nuestro país.
Octubre es sinónimo de la Revolución del 44 y la utopía
democrática que pervive en nuestra memoria."
Es decir,
se planteaba como el espacio posible en un país donde el presupuesto para
educación y cultura es vergonzosamente magro, y en el que apenas existe una
biblioteca digna en un espacio accesible para todos en la ciudad de Guatemala.
Me refiero a la Biblioteca César Brañas y a su quijota, Arelys Mendoza, quien
contra viento y marea hace de ese espacio uno de los más queridos.
Porque sí, hay quijotas y quijotes
que nos devuelven la esperanza a cada momento. Pienso en los talleres de poesía
de Quique Noriega, que recorre los pueblos más remotos del país buscando casas
de la cultura que acojan sus esfuerzos. Pienso en Gerardo Guinea Díez, que mes
a mes publica la revista literaria "Magna Terra"; en Rafael
Gutiérrez, quien intenta profesionalizar la revista de la Universidad de San
Carlos.
Pienso en Rosina Cazali, la única en este país que se
tomó en serio una protesta contra la infame ley de censura y la llevó a los
tribunales, acompañada de otros locos como ella. Pienso en laCuerda, en
elAcordeón. Pienso en el Conservatorio Nacional, que este año -a pesar del casi
inexistente presupuesto con el que trabaja- desborda de guatemaltecas y
guatemaltecos queriendo estudiar música en el país de los silencios y por eso
tuvo que abrir más clases.
Y por falta de espacio no sigo
mencionando esfuerzos de personas con nombres y apellidos que a veces de manera
modesta han ido abriendo espacios para el arte y la cultura en estos últimos
años. ¡Mis respetos!
[índice]
¡¡¡¡¡¡¡ N O !!!!!!!
A la guerra contra Irak
A la intervención en Colombia
Al exterminio del pueblo palestino
Al bloqueo en Cuba
[índice]
Alejandro Sánchez Garrido,
abogado, presidente de la Asociación
Guatemalteca de Juristas
El
aforismo clásico del derecho nos indica que si se puede lo mayor, se puede lo
menor. La integración de la Corte Penal Internacional ha demostrado
contundentemente que la equidad de género puede ser lograda en las más altas
magistraturas, ya que siete de los 18 puestos son ocupados por mujeres.
En contraste, nuestra historia patria demuestra que las
mujeres han estado permanente subrepresentadas en las Salas de Apelaciones, la
Corte Suprema de Justicia (CSJ) y la Corte de Constitucionalidad (CC). En las Salas
de Apelaciones hay 17 magistradas entre 63 puestos (casi 27 por ciento). La
actual CSJ tiene dos magistradas y 11 magistrados. En la CC, garante de la
igualdad -entre otras garantías-, el panorama no es mejor: de cinco
magistraturas titulares y cinco suplentes, sólo una es ocupada por una mujer,
quien es suplente.
Ello demuestra que entre más se asciende en las escalas,
menos mujeres hay, un hecho nada sorprendente en un país machista. La pregunta
es qué hacer ante este esquema de discriminación sexista y en qué forma podemos
impulsar un cambio.
En un primer nivel, la sociedad civil organizada debe
tomar en consideración la equidad de género en las propuestas que se hagan a la
Comisión de Postulación (CP), dado que en el perfil propuesto en el anterior proceso
de elección no se incluyó este criterio. Además, se debe exigir un plazo
razonable para discutir públicamente con la CP los criterios que se aplicarán y
la inclusión de la equidad de género como requisito indispensable en las
nóminas, tanto de la CSJ como de las Salas de Apelaciones.
En el segundo nivel debe abordarse a la CP a través de
sus componentes: rectores de las universidades que eligen a su representante,
quien preside la CP; los decanos de las Facultades de Derecho; al cuerpo de
magistrados de las Salas de Apelaciones que escogen a un número equivalente al
de decanos para representarles, y al Colegio de Abogados y Notarios, que elige
un número equivalente al de los decanos como representantes.
En el tercer nivel debe exigirse al Congreso que cumpla
la Constitución Política de la República eligiendo, conforme al principio de
igualdad consagrado en su Artículo 4o., a igual número de mujeres como de
hombres para la integración de la CSJ y las Salas de Apelaciones.
La propuesta no sólo se fundamenta en la igualdad
aritmética, sino en la absoluta seguridad del vasto conocimiento y la capacidad
de decisión de numerosas y connotadas abogadas guatemaltecas, muchas de las
cuales están sirviendo actualmente como juezas de primera instancia, de sentencia,
en Salas de Apelaciones, como defensoras, fiscales o litigantes.
Ésta es una oportunidad inigualable para la sociedad de
promover un cambio que demuestre que mujeres y hombres tienen iguales
oportunidades, y para el poder público de rectificar su actuar y comenzar a
respetar el principio de igualdad en la elección de las más altas
magistraturas.
[índice]
Nancy Avendaño, guatemalteca, periodista
Las
noticias internacionales empiezan a mostrar el rostro de hijos, esposos y
padres que abandonan el hogar para alistarse en el ejército y prepararse para
la inminente guerra contra Irak, la cual -para colmo- se define sólo entre
varones.
Sí, en pleno siglo veintiuno y cuando los movimientos
feministas han ganado espacios, el futuro de la humanidad continúa definiéndose
sin la intervención directa de las mujeres pues, hasta la fecha, ninguna forma
parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
No obstante, las consecuencias de un conflicto de ese
calibre acarrean múltiples inconvenientes para la sociedad en general y las
mujeres en particular. Son ellas quienes aportan más miembros para el combate.
De la lista de familiares más cercanos, tres podrían ser seleccionados para ir
a la guerra: el padre, el hijo y/o el esposo. Un varón, en cambio, sólo temería
por el futuro de dos: el padre o el hijo.
A ello hay que sumar los días inciertos que se avecinan.
En el mejor de los casos, sobre los hombros de las mujeres recaerá
-exclusivamente- sostener la economía, cuiidar menores y ancianos. Deben
prepararse para decir adiós al sueño de compartir responsabilidades y tareas.
Si, por casualidad, la mujer vive en territorio de
guerra, tendrá que abandonar el sitio y buscar refugio en tierra desconocida,
con la amenaza recurrente de violaciones y abusos de todo tipo. El derecho a la
propiedad y al disfrute de ella está amenazado.
La situación se vuelve caótica si imaginamos a grupos de
soldados en combate, dotados de las armas más sofisticadas, atacando supuestos
puntos estratégicos donde también hay población civil -por supuesto, niñas y
mujeres- que carecen de armamento para defenderse e, incluso, de equipo básico
para la supervivencia.
Todo lo descrito se acerca. Apenas hace falta que un
varón o un grupo de ellos lo anuncie y catalogue como válido. Entonces, a las
injusticias propias de la guerra se añade otro elemento de análisis: ¿por qué
no hay mujeres participando directamente en la toma de decisiones cuyo
resultado afecta a todo el mundo, donde el género femenino es mayoría? ¿No
sería lógico que ellas tengan voz y voto en ese asunto?
No hay vuelta de hoja. En pleno siglo veintiuno el poder
continúa en manos de varones y eso que en dicho debate participan
representantes de países "desarrollados".
Hasta el momento, ni los múltiples tratados
internacionales contra la desigualdad de género ratificados por la mayoría de
Estados, incluida Guatemala, ni la incesante lucha feminista por establecer
cuotas de poder -por citar sólo un ejemplo- han dado los frutos deseados. Las bases
están puestas, pero la dinámica del proceso no termina de arrancar. Hace falta
mucho por andar.
Las mujeres ganamos espacios, pero no aquéllos que
verdaderamente nos permitirían decir que el mundo evoluciona tomándonos en
cuenta y desde la óptica femenina.
Y para no quedarnos sólo con hechos
que prácticamente se nos escapan de las manos, preguntémonos: ¿qué hacer y cómo
propiciar la participación política de las guatemaltecas al más alto nivel?
Necesitamos que más mujeres integren los partidos
políticos, no para llenar espacios, sino para ocupar la Presidencia de la
República, ministerios, alcaldías y curules en el Congreso. Anhelamos una
Guatemala diferente. ¿Por qué no liderada por mujeres?
[índice]
Violación sexual: Lanzar mierda con
ventilador
Adelma Bercián, guatemalteca, periodista
Nos
tenemos que indignar cada vez que pase. La violación sexual a una mujer es un
hecho repudiable desde todo punto de vista. No tiene justificación alguna, ni
moral, ni política ni humana. Desgraciadamente, pasa cada vez más a menudo y
por eso, como muchos otros vejámenes, empezamos a calificarla como normal e
indigna de atención.
Nadie se busca que la violen. Las faldas cortas, los
escotes pronunciados o los paseos nocturnos no nos hacen merecer tal crimen.
Pero son ésos los argumentos que siempre asoman sus nefastos dientes después de
que se corre la noticia: siempre somos nosotras las culpables, no los
victimarios.
Hace unas horas, una adolescente de 15 años fue ultrajada
por cuatro tipos a las nueve y media de la noche. Las primeras versiones les
echaban la culpa a unos mareros. Pero no se sabe con certeza si eran
integrantes de maras o gente "normal".
Esas comillas las debemos tener más presentes de lo que
imaginamos. ¿Qué sabemos si estos tipos son los cuatro que acabamos de ver en
la tienda o en el bus? Tal vez son los inofensivos que jugaban basketball en
las canchas de la colonia junto a las niñas en bicicleta.
Un violador sexual no anda por la
vida con un letrero que nos advierta de sus asquerosas tendencias. Un violador
sexual pasa de la ternura al odio en una arrancada de ropa. De información,
nada o muy poca. Sólo nos dicen que no debemos estar en la calle a deshoras ni
calentando mentes con nuestra ropa.
Por ningún lado se ven campañas de educación que fomenten
el respeto a la individualidad y libertad de las mujeres. O que ratifiquen el
derecho a expresarnos y vestirnos como se nos dé la gana. Siempre es nuestra
culpa, siempre nos merecemos lo que nos pasa.
Al riesgo de convivir a diario con estos seres humanos y
con ese inconsciente colectivo mutilador, las víctimas además deben atravesar
por un vía crucis para denunciarlo a las autoridades.
La insensibilidad de los operadores de justicia e incluso
de los trabajadores de la salud ofende y ultraja hasta las lágrimas. Esta niña
debió regresar, después de esperar por tres horas en la madrugada, a las siete
de la mañana porque el medico forense del Ministerio Público no estaba en su
puesto.
Los resultados de sus exámenes tardarán dos semanas y
sólo reflejarán si hubo contagio de enfermedades venéreas. ¿Y la atención a la
víctima? Sólo el eco del portazo en la cara resuena en el consultorio como
respuesta.
No podemos quedarnos en silencio. Si el desarrollo de los
países se refleja en la situación de sus mujeres, me quedo sin palabras que
puedan definir cómo quedan Guatemala y la indolencia de sus autoridades. La
violación sexual es lo mismo que lanzar mierda con ventilador. Nos unta a
todos, nos ensucia a todos y debería ofendernos a todos.
¿Hasta cuándo los culpables obtendrán el castigo que
merecen? ¿Hasta cuándo las autoridades agravarán la situación de sus víctimas?
¿Hasta cuándo esta niña recibirá algo de buena atención? ¿Hasta cuándo
estaremos desprotegidas, todas nosotras? ¿Hasta cuándo?
[índice]
El proceso que nos cambió la vida
Carmen Álvarez, guatemalteca
Siendo apenas una jovencita empecé a contemplar el sueño de cambiar algunas
cosas que no me gustaban, la pobreza de la gente, la tristeza, y la
discriminación de la que era objeto en diferentes ámbitos.
Como parte del conglomerado de mujeres indígenas, he
participado en muchos esfuerzos organizativos para cambiar este mundo y las estructuras
de opresión, siempre demandando lo que necesitábamos o lo que queríamos como
colectivo. He peleado contra la pobreza, el racismo y el sexismo. No obstante,
toda esa experiencia acumulada también trajo consigo sangre, dolor,
desencuentros y, por supuesto, mucha frustración por no poder cambiar al mundo
exterior.
Estando en espacios feministas inicié el encuentro
conmigo misma y comencé a pensar un poco más en mí, a quererme y querer un poco
más a las demás mujeres; incluso acuñé mi propia frase que decía "el
feminismo pasa por una misma", pero no había entendido en toda su
dimensión lo que significaban mis propias palabras.
Hace algunos años, en esos ires y venires, cuando íbamos
de nuevo a la carga, un grupo de mujeres indígenas iniciamos un nuevo esfuerzo
organizativo. Entonces, no sé exactamente cómo ni cuando, nos llegó una nueva
luz, seguramente porque estábamos en el umbral de una nueva era, tal como lo
anunciaron nuestros abuelos y abuelas mayas. Con ello empezamos a tener trabajo
terapéutico, pensando en resolver las heridas cotidianas, sobre todo los daños
causados por el conflicto armado, y por supuesto pensando que así podríamos
ayudar a otras mujeres.
Lo primero que hicimos fue despertar nuestras imágenes
inconscientes y su relación con la memoria corporal, la mente, la conciencia y
el imaginario. Descubrimos que teníamos una gran coraza, que había mucho dolor,
rabia, tristeza, miedo e impotencia contenida que no estaban conscientemente en
nosotras y que era necesario sacar para sanarnos y tener la vida plena que
siempre hemos anhelado.
Luego descubrimos que aun cuando las causas estructurales
de la opresión hacia las mujeres indígenas siguen vigentes, nosotras a nivel
individual, al igual que el resto de la sociedad, hemos interiorizado la
opresión y la violencia; asimismo, que si bien nuestro discurso es muy
avanzando, reproducimos la opresión, ya que de manera inconsciente usamos
lenguajes y símbolos que "heredamos" de la opresión histórica.
Dicha interiorización se evidencia en que nos cuesta
vernos como somos; siempre estamos tratando de responder a otros y otras, ya
que hemos aprendido a vernos a través de los ojos de los opresores, y día con
día, en una lucha desgastante, peleamos por que nos reconozcan.
Entender esto es fundamental para sanar heridas
históricas, poder desconstruir la opresión y el imaginario en los que unos se
consideran superiores a otros, así como construir una identidad que no repita
los patrones de comportamiento opresor. De ahí la importancia de recuperar y comprender
la historia y el proceso de sometimiento de nuestros pueblos.
Hemos tenido desencuentros; no obstante, seguimos juntas
en nuestro proceso de sanarnos y hemos crecido mucho. Al igual que otras, estoy
convencida que recobrar la autoestima individual partiendo del trabajo personal
y del conocimiento de una misma ha sido clave para recuperarnos como seres de
luz que merecemos lo mejor.
[índice]
Reconocimientos
al periodismo con enfoque de género
En un ambiente rodeado de afectos, la Red de
Mujeres Periodistas en Guatemala entregó el 5 de febrero los premios del
concurso "...Y tomamos la palabra", por segundo año consecutivo. Las
ganadoras fueron Nancy Avendaño, Claudia Vásquez, Christa Bollmann y Wendy
García. Los dos primeros premios fueron donados por la Unión Europea y el
tercero por FLACSO y Librería del Pensativo. Asimismo, la actividad contó con
el apoyo de HIVOS.
En su saludo, Anamaría Cofiño se pronunció
por multiplicar el entusiasmo y ejercer nuestro poder transformador cada día.
En otros mensajes se resaltó la importancia de los incentivos cotidianos y
hacer de la profesión periodística una vinculación a la problemática social del
país.
En la primera versión de
este concurso participaron 12 colegas; en esta oportunidad fueron 20.
[índice]
Andrea Carrillo Samayoa, laCuerda
"Falta
de" o "escasez de" es el significado que da el diccionario
cuando se busca la palabra "pobreza". Y la entenderemos dependiendo
de dónde nos situemos y cómo la pensemos. No es lo mismo estar escaso para
comprar un suculento manjar, a que falte para el frijol o las tortillas.
El tema cobra importancia. Mientras unos cuantos comen,
se educan y viven bien, la mayoría en nuestro país no tiene acceso a
condiciones de vida favorables para su desarrollo. Ahora son más los niños que
limpian vidrios de carros cuando el semáforo da rojo; hay más mujeres en las
calles pidiendo una moneda para comer. Escasean las fuentes de trabajo y la
competencia demanda personas preparadas; sin embargo, falta para colegiaturas,
le suben al transporte público, la leche está más cara y no alcanza para todo.
El interés por el problema es de muchos. Incluir el tema
en el discurso tal vez le dé a alguien la posibilidad de convertirse en el
próximo presidente. Otros se preocupan por cuidar las inversiones que les
colocan en posición privilegiada. Mientras tanto, la mayoría busca ser menos
pobre, comer, tener acceso a la salud, satisfacer necesidades que le permitan
mejorar su calidad de vida.
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
inició hace algunos meses el Programa Multidisciplinario de Estudios sobre
Pobreza. Algunos aportes de las investigaciones de las ciencias sociales son
comprender cómo la estructura de ideologías y valores crea un discurso
diferente en las distintas capas de la sociedad, así como buscar explicaciones
causales y hacer visibles procesos de reducción de ésta.
Efectivamente, no todas las personas resentimos de igual
manera la "falta o escasez de", y el interés por el problema difiere
según la situación en que nos encontremos. El pequeño grupo privilegiado cree
que con caridad contribuirá a mejorar la calidad de vida de "los otros",
mientras continúa enriqueciéndose a costa del trabajo de los demás. La mayoría
sigue laborando largas jornadas por un sueldo que no cubre todos los gastos, y
otra parte de la población ni siquiera puede pensar en comer los tres tiempos,
tomar agua potable o estudiar.
El trabajo de investigación sirve
para quienes, de una u otra forma, se interesan en estudiar problemáticas.
Lastimosamente, en algunos casos la riqueza de los hallazgos queda almacenada
en estantes de bibliotecas o centros de documentación. Algunos afirman que las
ciencias sociales deberían limitarse a la investigación; otras personas, por el
contrario, sostienen que este ejercicio profesional tendría que ponerse al
servicio de actores que incidan en cambios para superar las problemáticas
analizadas.
[índice]
Dar a
conocer sus luchas, lograr su participación a nivel familiar y social, así como
sensibilizar acerca de la situación de desventaja que viven en el campo son los
principales objetivos que pretenden alcanzar con la campaña "Ya es tiempo
de hablar", informaron tres integrantes de la Comisión Negociadora de
Mujeres Rurales por la Equidad.
Raquel Vázquez, Eulalia Silvestre y María Guadalupe
García consideran que sobradas razones tienen para realizar este esfuerzo.
Siguen siendo excluidas en la toma de decisiones, les son denegados, entre
otros, sus derechos a educación, salud, propiedad y copropiedad de la tierra.
Afirman que no se reconoce su trabajo productivo y reproductivo, pese a ser
quienes mantienen, en buena parte, las economías familiar, comunitaria y
nacional.
En un mensaje enviado a esta publicación, las integrantes
de la Comisión hicieron un llamado a todas las mujeres del campo a que se unan
a la campaña; a los hombres, para que las apoyen en su lucha contra la
discriminación y exclusión; a las autoridades, para que cumplan las leyes, y a
la sociedad en general, para que reconozca la labor que realizan.
Condiciones de trabajo en la costa sur
En 86 fincas en
Escuintla, Quetzaltenango, Retalhuleu y Suchitepéquez labora un total de 7,507
personas: sólo la décima parte está conformada por mujeres.
El total de
trabajadores permanentes suma 35.4 por ciento: 190 mujeres y 1,355 hombres.
En cuanto al salario
promedio diario, el 20 por ciento recibe de Q10 a Q20; el 37 por ciento, entre
Q21 y Q25; el 17 por ciento, de Q26 a Q30; y el 13 por ciento, entre Q31 y
37.50.
El 43 por ciento del
total de trabajadores permanente cotiza en el IGSS.
Sólo en 22 fincas
otorgan vacaciones a sus trabajadoras y trabajadores.
El 98 por ciento de
mujeres y hombres laborantes no está sindicalizado.
Fuente:
Condiciones laborales en actividades agropecuarias en la costa sur de
Guatemala. CNOC, CONGCOOP y CODECA. Guatemala, febrero 2003.
[índice]
Ixoqib, mulheres, donne, women, femmes...
Día
Internacional de las Mujeres, 8 de marzo, otra fecha de acción mundial. Ese
sábado habrá marchas en diferentes partes del planeta, cuyas protagonistas
principales seremos nosotras.
En algunas ciudades se harán conmemoraciones para
refrendar propuestas de cambio que son o se están convirtiendo en valores,
necesidad, costumbre. En otros lugares habrá acciones por primera vez, pequeños
o grandes festejos, todo ello alusivo a la población femenina, tomando en
cuenta el contexto local o nacional. De seguro se sumarán más hombres, aquéllos
que se han percatado de las condiciones de desvalorización, desigualdad y
discriminación que vivimos con relación a ellos; o que bien empiezan a ubicar
las condiciones de privilegio que tiene la población masculina de acuerdo a
estereotipos o tradiciones conservadoras.
Lo importante, en cualquier caso, es que cada año somos
más. Todos los medios de comunicación darán cuenta de convergencias promovidas
por mujeres. Se pondrá de relieve su situación y sus demandas. Estarán
presentes el ingenio, la irreverencia y el desenfado femeninos, poco común en
las calles, pero que en otros espacios se van haciendo más evidentes.
Entre las demandas resalta una sugerida por la IV Huelga
Mundial de Mujeres: ¡No a la guerra, que se invierta en cuidar, no en matar!
"Nos aterra que el gobierno de Bush utilice sus armas de destrucción
masiva, desencadenando con ello quién sabe qué tipo de violencia sobre las
personas y el medio ambiente". Lo militar no tiene que ser lo prioritario,
tal como sucede en Guatemala.
Otras redes además exigen el reparto de responsabilidades
familiares, porque las mujeres trabajan en promedio de cuatro a cinco horas más
que ellos. Son necesarias las medidas concretas de soporte como centros de
desarrollo infantil, cocinas comunitarias, programas de apoyo a labores
escolares. Los movimientos de mujeres reclaman a los Estados acciones para
acabar con los valores patriarcales y sensibilizar a la sociedad sobre la
importancia de democratizar las estructuras familiares.
El día se va convirtiendo poco a poco
en mes. En Guatemala hay un espacio de expresión artística de mujeres todos los
miércoles de marzo, a las seis de la tarde en La Bodeguita del Centro (12 Calle
3-55 Zona 1).
[índice]
Andrea Carrillo Samayoa, laCuerda
Ahí estuvimos. No
llegamos a miles, pero asistimos cerca de 200 personas. El pasado 15 de
febrero, día internacional contra la guerra, nos congregamos, frente a la
Embajada de Estados Unidos, mujeres y hombres, jóvenes, niñas y niños para
pronunciar que en Guatemala nos oponemos al conflicto bélico.
A lo largo de la
Avenida de la Reforma y al ritmo de tambores, líderes campesinos, religiosas,
civiles, estudiantes y representantes de organizaciones lanzamos consignas
como: "¡Podemos parar la guerra, debemos parar la guerra!" y no faltó
el ingenio de quienes exclamaban: "¡Bush, Aznar y Blair... en Irak se van
a joder!"
Ciertamente no
alcanzamos el número de personas que se manifestaron en otros países, pero en
Guatemala hicimos saber que los planes bélicos de Bush son inaceptables.
La voz de quienes
asistimos se escuchó; no importó la cuestión de la visa, ni que pudieran
tomarnos fotos que seguramente guardarán en un archivo. Nuestro único interés
fue sumarnos a una causa que promueve que "otro mundo es posible".
[índice]
Campo pagado |
|
Más semejantes que diferentes |
La
Secretaría Presidencial de la Mujer -SEPREM- se suma a la celebración mundial
en ocasión de conmemorarse el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer,
efeméride reivindicativa de la causa por los derechos humanos de las mujeres y
del progreso alcanzado en lo social, cultural, político y jurídico.
El hacer referencia a los derechos de las mujeres
evidencia el necesario reconocimiento de la diversidad y las diferencias.
En este Día Internacional de la Mujer consideramos
importante seguir evolucionando en la generación de espacios institucionales,
en la legislación para corregir desequilibrios históricos y asumir a las
mujeres como entes sociales y políticos.
En ese marco, y para lograr la institucionalización de la
Política Nacional de Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas en el
Estado, la SEPREM ha realizado diferentes acciones para hacer visibles a las mujeres
en las estadísticas, en la legislación, en el proceso de formulación del
presupuesto; entre otras podemos mencionar que:
Se han identificado 87 indicadores para evaluar el nivel
de avance de la Política y las formas de institucionalizarlos con el fin de que
las instancias rectoras de los sectores sistemáticamente velen por el
cumplimiento de la misma; aún quedan por construir e identificar muchos más.
Se iniciaron diagnósticos institucionales en los
Ministerios de Educación, Salud, Agricultura y Ganadería y en SEGEPLAN para
contar con una línea basal que dé cuenta del nivel de aplicación de los
contenidos de los ejes de la Política de las Mujeres en los planes, programas y
proyectos.
La voz y el voto de las mujeres en los Consejos de
Desarrollo Urbano y Rural harán que las necesidades, en el campo de la salud
sexual y reproductiva, de la carga doméstica, del cuidado de menores, del
acceso a una vida sin violencia, sean una responsabilidad del Estado.
Dentro de la Reforma educativa para el nivel de pre-primaria
y primaria se vigilará que los contenidos e ilustraciones de los libros de
texto favorezcan la igualdad de oportunidades e incorporen una perspectiva no
sexista y no discriminatoria por género y etnia. Se trabaja en la propuesta de
post-alfabetización de mujeres con contenidos de salud reproductiva. En el Plan
20-20 (diseñado para veinte años) tenemos el reto de incorporar el contenido
del eje de educación de la Política de las Mujeres.
En la esfera de la salud tenemos la formulación de la
estrategia para reducir la mortalidad materna.
Existen avances de las Unidades de la Mujer y Consejos
Consultivos en Salud, Educación, Agricultura, SEGEPLAN y por iniciarse en
Gobernación.
Queda aún un largo trecho por recorrer. Es necesario
hacer mayores esfuerzos por establecer una cultura respetuosa de los derechos
humanos de las mujeres. Resulta imperativo desarrollar mecanismos
institucionales, incluidas reformas legislativas que prevengan, sancionen y
tiendan a erradicar la violencia contra las mujeres; hay que garantizar su
acceso a los servicios integrales de salud que respondan a sus necesidades a lo
largo de las distintas etapas de su ciclo de vida.
Es urgente terminar con la pobreza que acentúa las
desigualdades de la mujer, la dependencia viciosa de ella respecto del hombre y
la falta de oportunidades para acceder a bienes y servicios. Hay que
privilegiar la incorporación laboral de las mujeres y el desarrollo de sus
capacidades en las políticas de combate a la pobreza.
Falta aún el reconocimiento del trabajo no remunerado de
las mujeres en su condición de amas de casa, así como asegurar sus derechos en
las políticas de acceso a la tierra y en la incorporación a la vida laboral en
igualdad, en términos de salarios, de jornadas y condiciones de trabajo. Falta
penar el acoso sexual y se requieren otras reformas al código laboral.
La causa de las mujeres guatemaltecas por la igualdad
plena debe ser la causa de todos. Guatemala no aprovechará cabalmente su
potencial sin la participación de las mujeres. La causa de las mujeres es la
causa de la democracia, del derecho y de la justicia.
Más
semejantes que diferentes
8 de marzo del 2003
SEPREM – Secretaría
Presidencial de la Mujer Asesora y Coordinadora de
Políticas Públicas 9a. Ave. 0-19 Zona 2, Edif. Isabel
La Católica, 4o. Nivel Tel. +(502) 288-6016 y
288-6087 / Fax: 288-6407 |
[índice]
Movida departamental
Cinco
trabajadoras sindicalizadas, acusadas por un guardia de seguridad del delito de
lesiones, fueron absueltas al comprobar una serie de contradicciones en los
alegatos. Actuaron con valentía y decisión al enfrentar el caso en los
tribunales y al defender sus chozas, las cuales eran destruidas por su
acusador, César Sacalxot.
Ellas forman parte del sindicato de la finca María de
Lourdes, en Génova, Quetzaltenango, integrado por 14 mujeres y 32 hombres,
quienes desde 1992 están luchando por su reinstalación tras haber sido
despedidos de manera ilegal. En contrapartida -denunciaron-, los patronos han
seguido una campaña de amenazas contra lideresas y líderes del movimiento,
además presentando acusaciones falsas en juzgados penales.
[índice]
El Área de
la Mujer del Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (CALDH) lleva a
cabo dos proyectos en cinco municipios aledaños a la capital. Impulsa dos tipos
de escuelas. Una funciona los fines de semana en Amatitlán y Villa Nueva, donde
asisten jóvenes trabajadoras de maquila. A la otra, los jueves en San Juan
Sacatepéquez, San Pedro y Chimaltenango, asisten mujeres organizadas. En ambas
se abordan temas como violencia intrafamiliar y participación ciudadana.
Como resultado de este trabajo se ha
constituido la Asociación de Mujeres Sanjuaneras, que convoca a una caminata el
domingo 9 de marzo a las dos de la tarde para conmemorar el Día Internacional
de la Mujer. Lo anterior fue informado por Sara Álvarez, integrante de CALDH.
[índice]
Plantón frente a Casa Presidencial
El modelo
de producción del café ha traído como consecuencia la miseria para familias
rurales, mano de obra no calificada sin empleo e incremento de las migraciones.
La iniciativa Reforma Cafetalera, elaborada por la Plataforma Agraria, pretende
generar alimentos y trabajo, dotar de recursos a pequeños y medianos
productores, así como solucionar los conflictos agrarios vinculados a asuntos de
tierra y laborales.
La problemática es de tal magnitud, que existen zonas en
el occidente del país donde sus habitantes sólo se alimentan de tortilla y sal,
por falta de tierra y trabajo. Ello motivó que cientos de mujeres y hombres de
San Marcos, Quetzaltenango, Quiché, Sololá, Alta Verapaz y Chimaltenango se
trasladaran a la capital, el 10 de febrero pasado, para exigir al Gabinete de
Ministros recursos para hacer realidad la Reforma Cafetalera. Dijeron no estar
dispuestos a esperar de manos cruzadas.
El gobierno y los finqueros defienden el mismo modelo
exportador de materias primas, en tanto la Plataforma Agraria es
"interlocutor de la crisis con enfoque social y de género", explicó
una de sus voceras, Úrsula Roldán, quien a su vez rechazó que el gobierno del
FRG utilice recursos públicos en su campaña electoral y para indemnizar a las
ex paramilitares Patrullas de Autodefensa Civil.
[índice]
En fincas
de la costa sur, madres solteras sufren acoso sexual por parte de caporales,
pero no lo denuncian por miedo a que las despidan; se está haciendo costumbre
contratar campesinas sólo por dos meses, aduciendo que es un periodo de prueba
según la ley, para no pagar prestaciones laborales. Thelma Cabrera Pérez, del
Comité de Desarrollo Campesino (CODECA), dio a conocer estos pormenores de la
situación específica que viven las trabajadoras agrícolas en esa zona del país.
La entrevistada denunció que ellas carecen de los
servicios de salud y educación, y sus hijos deben laborar por el mismo sueldo
que ellas, lo que implica que no asistan a la escuela. Explicó que las mujeres
tienen más tareas que sus compañeros de vida y para conseguir empleo las
obligan a afiliarse al partido político del patrono.
Según la también coordinadora del
Programa de la Mujer de CODECA, a los hombres se les paga 20 quetzales el
quintal de café, mientras a ellas sólo les dan ocho por la misma cantidad.
[índice]
Once
mujeres garífunas, entre los 20 y 45 años de edad, concluyeron la carrera
técnica de corte y confección que duró seis meses. Elena Supall, jefa de la
Oficina Municipal de Atención Social de la Mujer en Livingston, informó que ese
curso fue impartido conjuntamente con el Instituto Técnico de Capacitación
(INTECAP).
Ellas pertenecen al Comité Nuevo Milenio y viven en el
casco urbano de esa localidad. A través de su organización buscan un
financiamiento para iniciar la confección de prendas garífunas y posteriormente
comercializarlas en su municipio. El propósito de su proyecto es tener una
entrada económica adicional para satisfacer sus necesidades.
[índice]
Un hecho con tantas enseñanzas
Rosalinda Hernández Alarcón, laCuerda
"Mientras
ayudaba a mis padres en su faena del corte de café, un hombre me violó. Quedé
embarazada y con dos infecciones de transmisión sexual. Tengo nueve años, soy
nicaragüense y uso un nombre ficticio, 'Rosa'. Ahora estoy mejor y más
tranquila. Pronto volveré a mis juegos de niña. Mi mamá y mi papá me dan mucho
cariño".
Si ella pudiera resumir lo sucedido, quizás con esas
palabras 'Rosa' daría su testimonio de la agresión que vivió y cómo se
encuentra después que su madre y padre autorizaran que le fuera practicado un
aborto terapéutico, derecho establecido en la legislación de Nicaragua.
El relato no termina así. La jerarquía católica de ese
país decidió excomulgar a los padres, no al violador. El fiscal Julio Centeno
ordenó que se investigue si hubo violación a la ley por parte de los
progenitores de 'Rosa'. Las ministras de Salud y de la Familia, Lucía Salvo y
Natalia Barillas, respectivamente, en lugar de respetar el carácter laico del
Estado de Nicaragua, anteponen sus convicciones religiosas para cuestionar el
aborto terapéutico practicado a la pequeña.
La historia continúa. El Comité Nacional Feminista, la
Red de Mujeres contra la Violencia, el Comité de América Latina y el Caribe
para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM), la española Red
Feminista contra la Violencia de Género, otros grupos nicaragüenses y de varios
países manifiestan su solidaridad con 'Rosa'. Todos defienden como un derecho
la legalización del aborto por causas de riesgo a la vida y salud de las
mujeres y donde medie su voluntad.
Varias guatemaltecas coinciden en indicar que quienes
condenan el aborto en caso de violación no piensan en las implicaciones físicas
y sicológicas de que una niña tenga un hijo de su agresor. No comparten la
decisión de la iglesia pues le niega a la familia un soporte espiritual que
tanto necesita, y porque su rápida reacción contrasta con aquellas denuncias
contra sacerdotes que han abusado de niños y jóvenes.
El editorial del suplemento "El aborto es un asunto
político global", distribuido en Porto Alegre, afirma que el reclamo de la
despenalización de este procedimiento pertenece a la agenda de los derechos
humanos de las mujeres. Sugiere dar mayor visibilidad a la implicación ética
del aborto, a partir del razonamiento moral que está detrás de la decisión de
ellas de interrumpir los embarazos no deseados. El tema debe ser visto como
crucial en el debate sobre democracia porque obliga a reevaluar la relación
entre religión y Estado.
[índice]
|
|
laCuerda |
|
|
|
Consejo Editorial |
Anamaría Cofiño K. ~ Rosalinda Hernández Alarcón ~ Laura E.
Asturias ~ María Eugenia Solís ~ Rosina Cazali ~ Paula Irene del Cid Vargas ~
Lucía Escobar ~ Anabella Acevedo Leal ~ Carmen Álvarez ~ María Dolores
Marroquín |
Editora |
Anamaría
Cofiño K. |
Redacción |
Laura E. Asturias y Rosalinda Hernández Alarcón |
Reporteras |
Wendy Santa Cruz y Andrea Carrillo Samayoa |
Distribución y suscripciones |
Mirna Oliva y Tere Torres |
Diseño de edición impresa |
Alejandra
Cabrera |
Edición electrónica |
Laura
E. Asturias |
Produce y distribuye |
Asociación La Cuerda 6a. Ave. 4-70 Zona 2,
Condominio Morazán, Apto. 2-C Telefax: (502) 220-1380 |
Direcciones electrónicas |
lacuerda@intelnet.net.gt / lacuerda@itelgua.com |
Página en Internet |
|
|
|
La publicación y difusión de
laCuerda son posibles gracias al apoyo de Christian Aid, HIVOS y
Helvetas. Los artículos son responsabilidad de quienes los
firman. Es permitida, tolerada y
estimulada la reproducción de los contenidos... ¡¡siempre y cuando nos citen!! Suscripción local por 11 ejemplares al año: Q.50.00 |
|
|
¿Quieres recibir las revistas laCuerda y
Tertulia por correo electrónico? |
[índice]