~laCuerda~ No. 52 - Guatemala, diciembre del 2002

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laCuerda

Una mirada feminista de la realidad

 

 

Año 5, No. 52

Guatemala, diciembre/2002

 

ENTRE LA RAZÓN Y EL CORAZÓN

 

Editorial

Conocer para no condenar

Entrada

        Por qué hablar de los sentimientos (Paula del Cid Vargas)

        Sumario noticioso

La médula

        Pensar, hablar y actuar con el corazón (Emma Chirix)

        De la (no) existencia de los sentimientos masculinos (Edmundo Urrutia)

        Ante la impunidad, nunca mansedumbre, jamás resignación (Lucrecia Hernández Mack)

        La ira (Wendy Santa Cruz)

        Sentimentalia guatemalensis (Anamaría Cofiño K.)

        Rebeldes, volátiles, intensos (Lucía Escobar)

        Secreciones internas

Femina sapiens

        De tripas corazón (Anamaría Cofiño K.)

Reportaje

        Un viaje a Sololá (Andrea Carrillo Samayoa)

La paseante

        Siento, luego existo (Anabella Acevedo)

        En atención a Ba

        Laura Esquivel dedica un libro a las emociones (Adelma Bercián)

Esta boca es mía

        Fuerzas públicas estatales discriminatorias (Aurelia Satuyé)

        Cotidianeidad y sobrevivencia (Eugenio Incer)

        Educación sexual: Responsabilidad de todos (Edith González)

        Muy indignada (Katia Orantes)

Aquí y ahora

        Cuaderno “K’ulunik”

        Doble humillación

        Sololatecas unidas

        Tres décadas de Helvetas en Guatemala

        X aniversario de entrega del Premio Nobel

        Sida: ¿No es asunto tuyo? (Laura E. Asturias)

        Acuerdos de Paz, un año más (María Dolores Marroquín)

Campo pagado

        Equidad de género en la educación guatemalteca (Secretaría Presidencial de la Mujer)

Movida departamental

        Indemnizaciones pendientes

        CONAVIGUA por la dignidad y el resarcimiento

        Encuentro de comadronas tradicionales

        Tema para resolver

        Formación de lideresas

        Graduación en Tucurú

Movida capitalina

        Avances y obstáculos

        Reclaman respaldo de parlamentarios

        Exigen dictamen de la Corte

        Agravante en casos de acoso sexual

 

Editorial

Conocer para no condenar

 

Al acercarse el fin del año, los resúmenes y estadísticas son temas de actualidad. Aun antes de concluir el 2002, hay uno en particular muy dramático para Guatemala: el saldo de casi 600 muertes de mujeres en 10 meses. Otros recuentos de la realidad sociopolítica habrán de difundirse próximamente. Nosotras queremos resaltar cómo el desconocimiento sobre la situación de la población femenina lleva a errores que tendrían que irse corrigiendo en el quehacer público.

Si bien se ha avanzado en la existencia de nuevos indicadores que revelan las desigualdades sociales con enfoque de género, lo cierto es que aún queda mucho por hacer. Un ejemplo es el recuento de denuncias de casos de violencia en la casa. Tales cifras están lejos de mostrar los alcances reales de la problemática, ya que estos hechos, en su mayoría, se mantienen ocultos en los hogares por considerárselos un asunto privado. En el imaginario social todavía falta mucho por hacer para que se comprenda que la violencia intrafamiliar es un problema social.

Siguiendo la misma lógica, la deserción en las escuelas, el desinterés por la participación política o social y la problemática del aborto son temas que se siguen manejando como aspectos individuales. Así se concluye que las mujeres son las responsables si quedan embarazadas, ellas son asesinas si abortan, culpables si no estudian o cuando huyen de sus casas.

Esto lo resaltamos a partir del caso de "Eulalia Miguel", la joven de 15 años quien -según la prensa- "decidió acabar violentamente con la vida de su hijo; se encontró el cuerpo del no nato, de cinco meses de gestación. El bebé tenía la boca llena de papel higiénico". Bastó una información vía internet para que la joven fuera señalada como asesina; le presagiaron una sentencia de cadena perpetua e incluso la pena de muerte.

Sin conocer pormenores del caso, una nota periodística dio por cierto que ella mató a su hijo. El carácter amarillista del cable de una agencia internacional llamó la atención del periodista guatemalteco Pedro Pop, quien lanzó la primicia. Semanas más tarde, tras condenar a la joven, las pesquisas del mismo reportero lo llevaron a estigmatizar a todo un pueblo. El titular de su nota así lo consigna: "Adolescentes de San Miguel Acatán: Bajo sombra del aborto".

El desconocimiento de la problemática social lleva a violentar a tal grado un hecho, que a una víctima como "Eulalia Miguel" la transformaron en victimaria. Y a las jóvenes de un pueblo pobre, sin oportunidades de empleo ni buena calidad de vida, las convierten en un grupo de asesinas.

Desde laCuerda sostenemos que el aborto en el municipio de San Miguel Acatán, Huehuetenango, y en toda Guatemala es un problema social de amplias dimensiones. Los embarazos prematuros, no deseados y producto de violaciones son la realidad que viven miles de jóvenes, tanto indígenas como ladinas, debido a prácticas machistas que consideran a las mujeres como objetos de satisfacción sexual o propiedad de hombres.

Una de nuestras propuestas para el 2003 es que funcionarios públicos, periodistas y políticos, al desarrollar sus funciones, bien harían en tener un mejor conocimiento de la situación específica de las guatemaltecas. Sin ello, continuarán haciendo interpretaciones erróneas y condenando a las víctimas de un sistema social autoritario, patriarcal e injusto.

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Por qué hablar de los sentimientos

Paula Irene del Cid Vargas, laCuerda

 

En los medios comerciales, raramente -para no decir nunca- encontramos en primera plana algún titular referido a los sentimientos. Es extraño, ya que muchos de los acontecimientos que suceden en el mundo están ligados o desencadenados por ellos. En laCuerda consideramos que merecen un número especial y tuve la oportunidad de que algunas feministas nicaragüenses nos compartieran por qué creen que es un tema que nos atañe. A continuación, un fiambre de ideas de ellas y nuestras, en el que no todo es acuerdo unánime.

 

Son parte de las personas, de lo humano

Los seres humanos somos pensamiento, sentimiento y acción. Con estas funciones estrechamente relacionadas, interaccionamos con el mundo. Sin embargo, a menudo olvidamos que las acciones están muchas veces más motivadas por sentimientos que por procesos cognitivos.

 

Están desprestigiados, descalificados y desvalorizados

El sentimiento ha quedado en el espacio privado-femenino y se encuentra tan desprestigiado como cualquier actividad doméstica.

En la cultura occidental se tiende a sobrevalorar el pensamiento, lo racional, que generalmente se percibe como propio del mundo público-masculino.

Es más prestigioso lo que tiene valor de cambio. El espacio legitimado para los sentimientos se encuentra en aquellas manifestaciones que poseen un valor económico, como el arte. También en el ámbito de la psicología o la moral, pero generalmente contribuyendo a los mandatos que producen estereotipos y encajonamientos.

 

Porque nos construyen y nos marcan,

tenemos que deconstuir y reconstruir

A veces imagino al mundo como un gran supermercado con todo tipo de herramientas y formas de relacionarse con él. Los seres humanos tenemos la racionalidad, actitudes, sentimientos, deseos y habilidades. En el proceso pedagógico de relacionamiento con el mundo, a unas nos enseñan cómo entrar a unos pasillos y a otros por otro lado, pero difícilmente podemos circular por los que no tenemos asignados.

A los hombres les corresponden lo racional y un pedacito de los sentimientos, la rabia y el enojo, los cuales pueden manifestar violentamente, sin mayor reprobación social. No la llevan tan bien si se atreven a mostrar ternura; se les puede acusar de sensibleros.

A nosotras nos enseñan a vivir por el sentimiento, pero no cualquiera; pendientes de los demás, menos de nosotras, el amor romántico nos puede arrastrar o revolcar por la vida. También nos toca la tristeza y expresarla con el llanto.

A ambos nos enseñan a contener aquellos sentimientos que no se nos han asignado; y cuando se emprende la revuelta para relacionarnos con lo prohibido o desconocido, a veces nos etiquetan patológicamente.

 

Las implicaciones de no tener acceso a todas las góndolas, de no aprender a reconocer toda esa gama de sentimientos, van desde el miedo y extrañamiento cuando experimentamos aquéllos que no nos enseñaron, pasando por el proceso de culparnos o aceptarnos con todos los que se consideran inadecuados para nosotras, y luego -si tenemos suerte- aprender a manejarlos a edades avanzadas.

Si más antes que tarde tuviéramos acceso al conocimiento de nosotros mismos de una manera integral, tampoco pasaríamos tanta angustia con los sentimientos encontrados y las ambigüedades.

De tal forma, consideramos que hablar de ellos y analizarlos nos ayuda a entender por qué hacemos lo que hacemos cuando no respondemos racionalmente. Necesitamos aprender a reconocerlos, expresarlos y actuarlos de una manera coherente y pertinente.

Si nuestra existencia y las transformaciones que le hacemos al mundo (y observen cómo va) pasan por los sentimientos, necesitamos devolverles su prestigio, prestarles atención, aprender a relacionarnos con esa parte interna, de modo que este conocimiento nos permita relacionarnos de una mejor manera con nosotras y con los otros, y así poder llevar una vida un poco más placentera.

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Sumario noticioso

laCuerda

 

Reporte de violencia

En noviembre 40 mujeres fueron víctimas de la violencia y accidentes. Cinco murieron por arma de fuego y dos quedaron heridas. Una falleció por heridas de machete, cuatro fueron violadas, dos de ellas asesinadas e igual cantidad sufrió intento de violación. En accidentes fallecieron cuatro y 15 resultaron lesionadas. Cuatro más están desaparecidas. Dos niñas murieron por ataque de animales, dos se intoxicaron y una fue herida durante un desalojo.

 

Educación

Apenas una cuarta parte de la niñez maya en edad escolar es atendida adecuadamente por el sistema educativo pues éste incluye los aspectos lingüístico y cultural en sus aulas. Peligra el cumplimiento de los compromisos adquiridos por Guatemala en el Foro Mundial sobre Educación, debido en buena parte a la reducción del presupuesto educativo, según investigación del Proyecto de Desarrollo Santiago (PRODESSA).

 

Pocas mujeres participan en la economía

Pese a que la población económicamente activa creció un 20 por ciento, la fuerza laboral sigue integrada por mayoría masculina. Para las mujeres, las oportunidades de encontrar trabajo continúan siendo menores por la persistente exclusión, según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos. La tasa de participación laboral femenina es de 42.3 por ciento; la masculina supera el 80.

 

Deportes

María Dolores Molina ganó la medalla de oro en la prueba ciclística de 20 kilómetros contrarreloj individual en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Euda Carías portó la bandera guatemalteca durante la inauguración de dichos juegos por sus éxitos deportivos durante el 2002.

 

Resarcimiento para viudas

El Consejo de Mujeres de Guatemala denunció que el gobernador de Alta Verapaz indicó que no habrá resarcimiento para las viudas del conflicto armado hasta determinar los sobrantes de la indemnización que se les otorgará a ex miembros de las Patrullas de Autodefensa Civil. Además deberán presentar el certificado de defunción o tres testigos que comprueben su versión respaldada por un abogado pagado por ellas.

 

Feminización del sida

De las 4,500 personas enfermas de sida reportadas, 1,150 son mujeres, según el último informe del Ministerio de Salud Pública. El mismo señala una feminización de la epidemia pues hay una mujer infectada por cada 2.5 hombres; antes eran siete.

 

Resarcimiento a víctimas

El Ejecutivo presentó al Congreso la iniciativa de Ley del Programa Nacional de Resarcimiento para atender, con equidad y respeto a su identidad cultural, a las víctimas del conflicto armado interno durante 11 años. Incluye cuatro temas: tierras y vivienda, indemnización, rehabilitación psicológica y dignificación de las víctimas. Cientos de indígenas se congregaron para apoyarla y solicitar su aprobación de manera urgente.

 

Solidaridad con Amina

Representantes de diez países anunciaron que no participarían en el certamen de belleza Miss Mundo, en protesta a la condena a muerte de la nigeriana Amina Lawal, por concebir un hijo tras haberse divorciado. El concurso, que se realizaría en Nigeria, cambió de sede al desatarse violentas protestas de corte religioso.

 

La cultura del patriarca

El Diagnóstico sobre Acceso de la Mujer a la Justicia señala que más del 70 por ciento de las denuncias recibidas por las instituciones de justicia son de violencia y presentadas por mujeres. La mayoría de denunciantes no queda satisfecha con los resultados, lo que sumado al desconocimiento deriva en desprotección jurídica e incapacidad para ejercer derechos y resolver problemas por los medios legales.

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Pensar, hablar y actuar con el corazón

Emma Chirix, guatemalteca, maya kaqchikel

 

En los dos últimos años he aprendido a pensar, hablar y actuar desde el corazón. Y la experiencia ha sido satisfactoria porque he aprendido a ser más sensible, humilde y no sumisa -aclaro para que no sea mal interpretado-. He aprendido a tocar y expresar mis sentimientos. Me siento más completa pero aún me queda mucho para sentirme plena.

Pensar con el corazón es reconocerme que estoy viva y que siento; es autorreconocimiento. Cada día me propongo ser más sincera y me dispongo a no usar la canasta de máscaras que a veces utilizo para esconderme, para aparentar, para no ser yo misma. Ahora digo: ¿Qué me gano si siento tristeza y la cambio por alegría? o ¿siento enojo y lo cambio por tranquilidad? Este autoengaño me oprime, me hace daño y no me deja ser.

He aprendido a sentir y gozar con los sentimientos positivos. Cuando éstos afloran en mi corazón, me siento contenta, le encuentro sentido a la vida, bailo, disfruto cada cosa y la presencia de las personas. Mi circulación está en movimiento y mis hormonas despiertas y con deseo de disfrutar mi cuerpo. Tengo la capacidad de tocar y sentir la alegría, la paz interna o el placer. Soy mujer maya, soy humana y he aprendido a convivir con el dolor y el placer. Mi vida no tendría sentido sin ese tesoro de los sentimientos. Pero también he aprendido a compartirlos con mi familia, mi pareja, mis hijos, mis guías espirituales y con mis amigas; principalmente con ellas y ellos comparto miedos, tristezas, alegrías, rabias y mis retos.

En este momento de mi vida me encuentro en el proceso de tejer armónicamente lo que piensa mi cabeza y lo que siente mi corazón. Algunas veces no logro este equilibrio porque compite más la razón y arrasa con mis sentimientos. Pienso y siento que estoy cambiando, porque antes me sentía la súper mujer, porque podía con todo y además todo lo racionalizaba. Doy un vistazo al pasado y veo que la escuela me ha inyectado una gran dosis de razón, de la cual he sido saturada. Por ese factor y otros que hoy no voy a compartir, me sigue costando hablar y escribir con el corazón.

Me ha costado aprender pero actualmente disfruto más lo que hago y me siento más segura de ello. He aprendido a dialogar conmigo misma y con la naturaleza; no estoy vacía, no estoy sola.

En cierta ocasión, una persona anciana me invitó a escuchar y a hablar con las piedras y me decía, "¿No te has dado cuenta que de ahí nace y crece la pitahaya? ¿Quién te ha dicho que la piedra no tiene vida?" Desde entonces he recibido lecciones sabias, pocas en la escuela y muchas con las personas y la naturaleza. Tomo conciencia de lo que siento y no evado o niego la existencia de ciertas patologías sociales que me rodean y me provocan malestar (la corrupción, el racismo, el machismo, la pobreza, el autoritarismo, la explotación, la indiferencia, el conformismo y el síndrome de victimización).

Toco mi pozo y encuentro un manantial de vida, de amor y fe; éstos son los tres elementos que me dan fortaleza y continúo en este planeta. Cada día me propongo pensar, hablar y actuar con el corazón y no me olvido de ponerme el güipil de la razón.

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De la (no) existencia de los sentimientos masculinos

Edmundo Urrutia, guatemalteco, filósofo y sociólogo

 

Aunque parezca un contrasentido, los sentimientos ocupan un lugar central en el ser masculino. Así eran las cosas y así son por una razón sencilla. Los verdaderos hombres deben saber controlar los sentimientos, tenerlos bajo el dominio férreo de la voluntad y la razón, lo cual significa capacidad de ocultarlos, hacerlos desaparecer hasta el punto de expulsarlos de la existencia. Entonces, la importancia de los sentimientos para la conformación de la masculinidad radica en su necesaria negación y anonadamiento. El modelo de hombre que predomina es el duro, es decir, aquél que aparenta no tener sentimientos, que no siente ternura ni se conmueve, que puede perder lo más valioso, a la manera de Bogart en "Casablanca", y sostenerse imperturbable.

Por una genealogía que se remonta probablemente al imperio de la necesidad y la vulnerabilidad ante la naturaleza, o por la lógica de la dominación sobre el Otro, esta representación de lo que significa ser hombre se convirtió en el modelo imposible a seguir. Porque este modelo cae implacable sobre esta creatura cuya tarea infame consiste en abolir el conjunto de sentimientos y emociones con el que viene dotado en su ser natural y social. Lo que más se acerca a esta prescripción de este modo de ser es el estoicismo, cuya virtud más alta es estar por encima de la tristeza y la alegría, la melancolía y el alborozo, el optimismo y la desesperanza. El único sentimiento permitido es la temperanza, la serenidad obligatoria, aquélla que no se altera ante los avatares. Ser hombre quiere decir ser imperturbable.

En el pórtico de entrada a la vida, los hombres encuentran en letras alargadas y austeras, reglas muy claras: nada de sentimientos, de dejarse llevar por el corazón, nada de finezas del espíritu. En la conducción de los asuntos de existencia, sobre todo en la política, los sentimientos son inútiles. Entre las facultades humanas, la inservible, la que puede conducir al desastre, es la de los sentimientos. Su lugar está en una escala inferior a las facultades superiores de la voluntad y la razón.

Sobre todo, nada de finezas del espíritu, nada de ternura, de mostrar dulzura, de lágrimas ante lo conmovedor, porque entonces emergerá la acusación sin escrúpulos y la burla humillante. Aquéllas son perturbaciones del ánimo que deben ser controladas y hasta eliminadas por medio de la razón, pues todo puede tolerarse menos la acusación de una identidad parecida a lo femenino. Ése es el insulto supremo, la vergüenza infinita.

Pero, después de todo, siempre ha sido la batalla perdida, el inútil esfuerzo. Y es que, como dijo Rousseau, los sentimientos son el principio mismo de la vida espiritual, de la subjetividad, y esa interioridad no puede abolirse. A lo sumo se puede distorsionar, lo cual constituye lo más triste de la condición masculina.

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Ante la impunidad,

nunca mansedumbre, jamás resignación

Lucrecia Hernández Mack, guatemalteca, médica

 

¿Por dónde empiezo? La muerte de mi madre, Myrna Mack, no trata únicamente del duelo, no es sólo sobre una ausencia que no termina, sino el hecho que haya sido un asesinato cometido por aquéllos que debían protegernos. No es únicamente el crimen, sino la forma en que se trató de ensuciar su nombre, de negar los hechos y encubrir a los responsables. Con todo esto, los sentimientos que surgen van mucho más allá del dolor.

Veintisiete puñaladas en una mujer pequeña y delgada. Lavamos su cuerpo después de la autopsia. Había tantas cortadas por todos lados que nos fue imposible cubrirla con su vestido favorito pues se le miraban las costuras... ¿Cómo creer en ese lado bondadoso del ser humano, cuando la crueldad y la saña nos escupen en la cara?

Acerca de las interrogantes de ¿quién fue? y ¿por qué lo hicieron?, el sistema de justicia nos muestra desde el inicio su cinismo y cobardía. Sin la menor disposición de esclarecer los hechos y castigar a los autores, más bien se vuelve cómplice de los mismos. Se supone que una sociedad democrática define mecanismos para repudiar y condenar los crímenes, y aun así asesinan a un investigador policiaco, amenazan a las pocas personas que tuvieron el valor de testificar, intimidan a la familia y amistades, los jueces tienen miedo o "se hacen los locos" y se interponen recursos frívolos e improcedentes que retrasan el proceso. Tantos obstáculos encontrados y la justicia nunca llegaba.

Cualquier cosa me la recuerda y me siento ridícula llorando frente a otros, pero es que la tristeza se me sale por los ojos, y con el dolor hay más metido adentro: cólera, horror, enojo, indignación, resentimiento, incluso el odio atisba, a pesar que nos neguemos a sentirlo. La frustración y la sensación de impotencia también están presentes, después de tantos años buscando respuestas sin encontrarlas; el cansancio es enorme y no faltan las veces que dan ganas de mandarlo todo al carajo.

Revisamos las fotos de mi mamá, platicamos con sus amigos, vamos reconstruyendo poco a poco su vida y también su muerte, y así el anhelo por la justicia se vuelve más grande y nos permite seguir adelante. En el proceso de hallar a los culpables, reivindicar el nombre de Myrna y no permitir que el olvido triunfe, encontramos ese lado espléndido de las mujeres y los hombres que nos brindan su amistad, solidaridad, consuelo, así como la satisfacción de que hacemos lo correcto. Es en ese esfuerzo contra la impunidad donde resurge la esperanza y nos empoderamos... dejamos de ser víctimas.

En un país como el nuestro, golpeado por masacres, violaciones, torturas, desapariciones, asesinatos, secuestros y amenazas, y en donde el sistema no termina de responder a nuestras demandas, lo que menos queremos es lástima o compasión. Lo que buscamos, eso sí, es el acompañamiento mutuo en una lucha colectiva por la justicia. Ante la impunidad afloran muchos sentimientos, pero nunca la mansedumbre y jamás la resignación. La resistencia y la lucha están cada día más presentes.

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La ira

Wendy Santa Cruz, laCuerda

 

Al conocer la realidad y transformarla, reaccionamos de una u otra forma ante los objetos y acontecimientos, la gente y nuestros propios actos. La indignación y la ira, entre otros, son distintos tipos de vivencias emocionales y de actitud subjetiva.

Nos interesó saber cómo las mujeres expresamos nuestra ira. Entrevistamos a diversas guatemaltecas que nos contaron cómo manifiestan ese sentimiento que causa indignación y enojo, muchas veces deseo de venganza, y que puede llegar a desatar furia o violencia, con sus respectivas y múltiples consecuencias.

Las formas más comunes en que la expresan es a través del llanto o elevando el tono de voz. Hay quienes además maltratan y utilizan palabras groseras, somatan o rompen cosas, alguna vez han recurrido a los golpes. Otras escriben cómo se sienten, permanecen calladas, se muestran indiferentes, y algunas buscan la soledad para tranquilizarse.

En mi caso, cuando la expreso hablo más fuerte o lloro; si me la aguanto, en ocasiones se manifiesta mediante fuertes dolores de cabeza, pecho o estomago y en otras con úlceras en el interior de mi boca. Me hiere.

Suele presentarse de formas distintas durante cada etapa de la vida. En la niñez algunas la manifestaron tirándose al suelo, pataleando y haciendo berrinche por un gusto o capricho no complacido. Claudia, una estudiante, recurrió a darle una bofetada a su novio cuando lo descubrió "quemándole el rancho" [siéndole infiel].

Las circunstancias en las que tenemos esa sensación también determinan nuestra respuesta. Rossana, ama de casa, explicó que gritar es una forma regular de manifestar su ira, pero hay sitios donde no puede hacerlo y se contiene. "Esto me hace daño, sobre todo porque no me gusta contarle mis problemas a nadie y este sentimiento queda sin expresarse", comentó.

Quién sea la persona que provocó nuestra ira es otro factor que influye en nuestra reacción. Doña Enma, comerciante, manifestó que cuando es su hijo el causante del disgusto, ella responde dándole nalgadas; si es su esposo, discute y grita. En estos casos, los afectos pueden determinar la intensidad de nuestros sentimientos.

No sólo las actitudes de otras personas hacia nosotras constituyen motivaciones que desencadenan ira. A veces nos la provocan nuestros errores, las acciones de unos hacia otras y la impotencia ante algunos acontecimientos.

En ciertos casos, las motivaciones desaparecen con el tiempo. Doña Miriam, modista de 69 años, dijo que las pocas veces que se enoja, grita para sacar su cólera y se toma una Sal Andrews para que le pase. "Como ahora estoy sola, ya casi no me enojo", aclaró.

Cada mujer es un mundo y cada una tenemos formas distintas de expresar lo que sentimos. La fuerza con que se presenta la ira no depende tanto de la intensidad del estímulo como del significado que para cada una tiene. Valorarnos a nosotras mismas es algo que nos puede ayudar a controlarla.

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Sentimentalia guatemalensis

Anamaría Cofiño K., laCuerda

 

Armonía

Éste es un sentimiento local que puede traducirse como curiosidad o inquietud. Cuando algo me da armonía, no estoy bien, me siento desasosegada. En otros países, armonía es un rasgo que denota balance o equidad, correspondencia. Así que cuando escuche a alguien decir que está con armonía, es una chapina [guatemalteca] que se siente nerviosa o con un grado de ansiedad. ¿Por qué? Porque se siente insegura, molesta. La gente en Guatemala tiene armonía por lo que pueda pasar. Es un sufrimiento por adelantado, basado en experiencias de dolores y traumas pasados.

 

Amisharse, estar mish

Así se dice cuando una persona se pone tímida, apocada; se sonroja y preferiría que la tierra se la tragara. Es un sentimiento emparentado con la vergüenza y tiene sus raíces en la inseguridad y el temor al qué dirán.

 

Cuzcuz, cheles, culío

Después de más de 30 años de guerra, los sentimientos de la población se vieron alterados, todos quedamos afectados por el terror. ¿Quién no siente cheles cuando un carrón de vidrios oscuros pasa a su lado, despacito? ¿A qué mujer no le da cuzcuz andar sola de noche? Todos conocemos el gesto que expresa el culío, porque el miedo, que es su traducción más correcta, es un sentimiento nacional.

 

Rabia, cólera, bilis

Otro sentimiento muy guatemalteco es la cólera, es decir, el enojo, la ira, hasta la furia. La gente dice que le da una gran cólera tener que vivir como vivimos. Se nos hierve la sangre, decimos, de ver cómo nos toman el pelo. También nos da rabia (pero no hidrofobia) y nos sentimos "como la gran diabla" ante la impunidad. De allí, felizmente, sale otro sentir que se califica positivamente, La Indignación. Este noble sentimiento ha dado a luz actos de enorme valentía y tenacidad, del mejor tipo Mack.

 

Odio

Se ha trivializado el uso de esta imponente palabra. Su carácter, que es el de una aversión profunda, ha quedado reducido a nimiedades. Algunas señoras dicen que "odian ir al súper". El odio es un sentimiento tan intenso como el amor, pero que sólo algo grande, malo, detestable, puede provocar. ¿Qué tal si hacemos una reflexión sobre lo que de verdad odiamos con todo el hígado?

 

Ahuevamiento

Aquí a las criaturas se les dice que se sosieguen, al público se le pide que se arme de paciencia, a la ciudadanía se la enajena, para que no moleste, para que no sienta ni manifieste su coraje, su impotencia. Y el hecho es que a veces, ante la realidad nacional, nos sentimos aletargados, estancados, sin ganas. El deseo se apaga, nos instalamos en la hueva existencial.

 

Afortunadamente los sentimientos no duran cien años, son momentáneos, se transforman, interactúan con la realidad. Puede ser que algo nos haga reaccionar y nuestro estado anímico cambie, se haga más positivo y nos impulse a la acción. A eso le llamamos "estar con las pilas puestas", en buen chapín.

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Rebeldes, volátiles, intensos

Lucía Escobar, laCuerda

 

A veces me da la impresión de que los sentimientos son como las nubes. Están ahí todo el tiempo volando sobre nuestras cabezas, tapan el sol o lo dejan pasar a su antojo.

En un momento soy una inmensa masa de alegría que vuela ligera por la vida. Inconsciente me muevo entre el azul profundo de los días. De repente, la brisa trae una canción o un recuerdo que modifica ese estado gaseoso, volátil. Y todo se va poniendo gris, se va cargando de una fuerte energía, pesada, profunda. Al instante; una mirada o una sonrisa me mueven, me aprietan, me cargan de recuerdos y de materia explosiva. Completamente llena de sensaciones en el alma, estallo. Soy rayos, truenos y centellas. Soy una fuerza maldita, una máquina de destrucción. El dolor y la rabia se convierten en una energía inexplicable, imparable, capaz de quemar todo a mí alrededor. El negro se vuelve el color favorito de mis días. Exploto, lloro, me desangro de lágrimas.

Pero como todo pasa y las nubes nunca se detienen, después viene la calma. Y me gusta llegar mojada a los brazos de alguien. Alguien que amo. Me vuelvo otra vez ligerita, pequeñita, me dejo mecer por el aire. Aire frío, aire caliente que se mueve a mi alrededor.

Siento y miento, todo el tiempo. Mis sentimientos son contradictorios, semejantes, rebeldes, volátiles, mentirosos, intensos, profundos, leves, dañinos, definitivos, eternos, fugaces, fuertes y frágiles. Como yo: una madeja de irresponsables y conflictivos estados de ánimo.

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Secreciones internas

laCuerda

 

A propósito del enigma de los sentimientos, varios extractos retomados del libro "Biología de las pasiones", del investigador Jean-Didier Vincent (1987). Éstos forman parte del estudio de la neuroendocrinología: parte de la medicina que estudia las conexiones entre el cerebro y las glándulas que secretan hormonas sexuales y no sexuales; son las sustancias que se liberan en el cuerpo y actúan sobre muchas partes del mismo.

El deseo de las mujeres se sustenta en la acción cerebral de sus hormonas masculinas. Decir "te quiero" es lo mismo que decir "mi hipotálamo se moja en la luliberina".

Si ves dos amantes que beben, con los cuerpos inclinados sobre la mesa, las copas a la altura de los ojos que se bañan en el dorado líquido, entonces imaginas la biología de la mesa por arriba y por abajo: Eros y Baco brincan entre el hipotálamo y el cerebro límbico.

El triunfo de la neuroendocrinología permitirá que las secreciones de las glándulas, transportadas por los humores, invadan el cerebro y expliquen los cambios de humor.

En el cerebro cohabitan dos sistemas: uno que actúa en la tranquilidad, el reposo y el gozo; el otro, que actúa en situaciones de peligro, es responsable de la aceleración del pulso y la respiración, dilatación de pupilas, miedo, cólera.

Los contrarios cohabitan en nuestra vida sentimental. "Un amante que cada vez soporte menos la repetida felicidad junto a su amada, se deleitará con la delicia de romper".

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De tripas corazón

Anamaría Cofiño K., laCuerda

 

Desde muy pequeñas percibimos el mundo a través de los sentimientos. El hambre, el frío o el contacto con alguien nos afectan enormemente y nos dicen que algo sucede. La atención a estas necesidades es cuestión de vida o muerte, nuestro desarrollo futuro dependerá en buena medida de la satisfacción de las demandas vitales. Los propios sentimientos nos irán dando claves para saber cómo movernos y obtener lo que necesitamos.

La realidad es el entorno donde los sentimientos humanos tienen lugar. Ella determinará lo que sintamos, cuándo y cómo. De fuera nos vienen estímulos que hacen surgir sensaciones que pueden ser placenteras, desagradables, momentáneas, prolongadas, buenas o malas. Los sentimientos parecen tener su asiento en las profundidades del alma, pero están ligados al exterior, donde establecemos relaciones, donde somos miembros de una colectividad.

Cada sociedad define la personalidad sentimental ideal: dicta los sentimientos tolerados, sus frecuencias e intensidades; estimula unos, prohíbe otros. De esa cuenta, hay pueblos fogosos o flemáticos, personas circunspectas y pasionales. Para las mujeres, los sentimientos forman parte de la cotidianeidad: estamos atentas a las variaciones en el amor de pareja, sucumbimos ante demostraciones de rechazo, morimos de angustia por los hijos, gozamos las dichas ajenas, nos deprimimos de frustración. Los roles sociales que nos han impuesto nos convierten en irremediables protagonistas de los vaivenes del corazón.

Los altos índices de violencia en Guatemala son condicionantes para el bajo desempeño social. La posibilidad de convertirnos en víctimas nos limita anímicamente y siembra en nosotros la semilla del miedo y sus parientes cercanas, la desconfianza y la timidez. Es claro que las raíces de esos sentimientos que coartan nuestro actuar están en el entorno que nos rodea, en las formas de gobierno, en la estructura social. Aunque no sólo allí: también los llevamos dentro, interiorizados como parte de nuestro equipaje personal.

Los sentimientos y la memoria son eslabones de la cadena cognitiva. Se confunden en un recuerdo que desata emociones. O viceversa. A partir de sentimientos pasados, podemos comprender cómo funcionan las cosas y vamos adquiriendo un saber que se acumula. Los sentimientos nos informan. Sin ser conscientes, hemos adquirido experiencia de esos arrebatos y conmociones que nos pueden hacer llorar, reír o gritar.

 

Sentimentales ellas

Si nacemos mujeres, la vida nos depara un futuro específico, muy ligado al sexo, al cuerpo físico que ocupamos. Desde niñas recibimos una interminable gama de normas, creencias y órdenes que modelan nuestro quehacer, pensar y sentir. Aunque de adultas podamos elegir, estos patrones dejan cicatrices. ¿Qué seña deja en el corazón de una niña el rechazo manifiesto del padre al saber que no nació hijo varón? Lo biológico y lo social se funden en el cuerpo femenino que construirá su carácter entre esos referentes ineludibles.

La educación para las guatemaltecas es conservadora, autoritaria y excluyente. En ese marco, las niñas son instruidas para ser obedientes, sumisas, desconfiadas, entregadas. Se nos enseña a aceptar, con resignación y en silencio, los sufrimientos y pesares. Nuestras aspiraciones y anhelos son menospreciados, se obstaculizan los intentos de autonomía y liberación. Así, quedamos hechas un guiñapo sentimental, desarmadas emocionalmente, con la autoestima por los suelos. Los sentimientos que pueden brotar entonces, son frustración, tristeza, desamparo, rabia. Indignación, en el mejor de los casos.

Felizmente, una cosa nos lleva a la otra: la indignación puede ser el resorte que nos empuje a luchar por justicia. Puede ser que de un malestar salgamos fortalecidas; de una tristeza, más valientes; de un enojo, serenas. Los sentimientos, no lo olvidemos, son dinámicos y volátiles, varían en el tiempo y son transformables.

La religión católica, personificada en las monjas de colegios para niñas y señoritas, tuvo un papel preponderante en nuestra educación sentimental. De allí heredamos un caudal simbólico que dejaría una impronta en nuestras vírgenes almas. El repertorio sentimental de inspiración católica es amplio: la culpa es uno de sus platos fuertes. Ésta surge al hacer una evaluación con resultados imposibles de cumplir. La culpa femenina es un sentimiento íntimo, que no siempre sale a luz y puede llegar a corroernos. Va acompañada de inseguridad ante lo que se hace o se es. Nos sentimos culpables (responsables) por el futuro de los hijos, por las debilidades del marido, por el malestar familiar; por no ser tan buenas, santas y bellas como María. Pecadoras.

Machaconamente se repite que las mujeres somos proclives a sentir celos, envidias, rencores, como si éstos fueran rasgos inherentes a nuestro ser. Es importante analizar no sólo qué los provoca, sino cómo los vivimos e interpretamos. Identificar el origen de las rivalidades que nos confrontan puede ser útil para entendernos y descartar aquellos sentimientos que nos impiden disfrutar la vida.

Existen sentimientos diferenciados por sexo. Un ejemplo que me gusta es el de la sangre. La adolescente que ve su regla por primera vez, puede sentir asombro y desconcierto, si no recibió previa información; rechazo y asco, provenientes de tabúes y prejuicios culturales; alegría por entrar en la vida de mujer; temor ante el peligro inminente de la maternidad. Para los jóvenes, la sangre no forma parte de sus vidas, no les marca ciclos, ni les altera actividades. A algunos lo que les provoca es curiosidad, otros evitan a toda costa su presencia cercana. Para mujeres y hombres, el paisaje sentimental es diferente, sin duda.

 

Sentimientos feministas

Es arriesgado decir que el feminismo ha posibilitado el aparecimiento de nuevos sentimientos. Pero parece que así es. Contamos con un acervo de memorias que nos permite analizar e interpretar las expresiones del yo interno con más información. Los descubrimientos científicos y la experiencia nos indican que hay sentimientos que han quedado en desuso o se han convertido en otros fenómenos. Hay novedades emocionales para cada momento o estadio.

Las mujeres modernas, que estamos en situación menos desventajosa que nuestras abuelas, vivimos los sentimientos de amor con más conocimientos y con mucha más libertad. Podemos elegir, diferenciar, juzgar. Ya no vemos al amor de pareja como una condena o una esclavitud, sino como una relación de integridades o algo así. Intentamos poner en práctica relaciones afectivas democráticas, ¿cuándo antes? Con la esperanza nos pasa algo semejante: ya no la ciframos en la aparición de un príncipe valiente en su blanco corcel. Nos la buscamos, la construimos, la conservamos como un recurso de sobrevivencia y de estímulo para evolucionar. Las modernas podemos sentirnos alegres a solas, sin necesidad de compañía. Sentirnos dueñas de nuestras vidas nos hace sentir más vivas.    La osadía se acerca al espíritu de aventura, al atrevimiento, que nos hace posible transgredir límites e ir más allá de lo permitido. La valentía y la decisión se llevan bien con ella. Juntas todas conforman esos sentimientos deliciosos de tener la certeza de ocupar un lugar digno en el mundo.

Todavía no contamos con las palabras que describan la sensación de completud, el placer de ser, la efervescencia que nos envuelve al apropiarnos de nuestras vidas, al elaborar y realizar nuestros proyectos. Las metas alcanzadas, los logros obtenidos, el éxito, nos hacen sentir más fuertes, capaces y contentas. Manejar nuestras vidas con independencia y criterios propios, se acompaña de sentimientos de bienestar que podríamos nombrar con palabras acuñadas desde esa nueva situación de poder.

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Un viaje a Sololá

Andrea Carrillo Samayoa, laCuerda

 

Éste fue un paseo diferente a Sololá. Tuve la oportunidad de conocer mujeres trabajadoras dispuestas a enfrentar retos para estar mejor capacitadas. El viaje a Panajachel fue el mismo: camioneta Rébuli, asientos de dos en donde vamos tres, el de la orilla con una nalga en el cojín y la otra al aire, chofer imprudente atentando contra la vida de quienes vamos a bordo y cobrador pasándonos encima.

Nunca nadie dice nada y comprendo lo que una señora expresa: "Las mujeres somos tímidas y no hablamos porque desde la escuela no nos dan participación". Para muchas, ser parte de los grupos que se forman en sus comunidades significa un cambio de vida importante. Mercedes Yoxón, de Santa Lucía Utatlán, comenta: "Antes era muy encerrada, ahora que estoy en el Sector de Mujeres me siento más libre porque puedo hablar, opinar, dar mis ideas, tanto en mi hogar como en mi comunidad".

 

Estrellas participativas

Conocí a Emiliana Sancoy Mendoza, quien tiene experiencia de varios años de participación. Es originaria de San Marcos La Laguna y coordinadora de Estrellas Tz'utujiles, una organización de 200 mujeres de seis municipios. Juntas lograron conseguir un fondo para crear tiendas de consumo propio que fortalecieran su economía. No en todas las comunidades el proyecto funcionó. Este año obtuvieron un nuevo financiamiento para alfabetizar. Según el Consejo Nacional de Alfabetización (CONALFA), seis de cada diez guatemaltecas no sabe leer ni escribir en esta región.

Comenzó su formación política a los 17 años: "Escuché en la radio que necesitaban gente para alfabetizar adultos y me metí; desde ese tiempo empecé a ser lideresa". A sus 34 años, su cara por momentos refleja cansancio y confirma que lo está. Se dedica a hacer tejidos para mantener los estudios y la comida de sus cuatro hijos.

Es separada y eso -asegura- influyó en su candidatura a alcaldesa en las elecciones pasadas. "Enfrenté discriminaciones con los partidos políticos y con los hombres. Decían que no era buen ejemplo porque soy sola con hijos, que la política no es para mujeres y que yo tenía que estar en mi casa cuidándolos. Acepté bien la derrota, era mi primera participación y no tuve miedo; al contrario, ahora tengo la valentía y la experiencia para lanzarme este nuevo período".

Emiliana también es presidenta de la Asociación de Sololatecos Unidos para el Desarrollo Integral (ASUDI). Menciona que su interés en participar es por el deseo de hacer algo por su municipio y demostrar que es posible ocupar espacios que contribuyan al desarrollo de las mujeres de nuestro pueblo.

De San Pablo La Laguna es Paulina Colún Xajil, secretaria de Estrellas Tz'utujiles en su municipio. Expresa que fue difícil organizar a las 45 mujeres que integran esta asociación. El trabajo empieza por concientizar a los maridos para que les den permiso de participar a sus compañeras de vida. Al respecto Olga Martínez López afirma: "Antes no nos daban espacio como mujeres porque nos decían que íbamos a las reuniones a buscar novio. Ahora está claro que no".

Paulina cursó tercero básico. A los 16 años tuvo su primer hijo y dejó los estudios. Asegura que ha aprendido a manejar algunos temas por asistir a varios talleres. Ha alfabetizado a 40 mujeres de su organización. "Me siento alegre de estar en este grupo porque veo que aprovechan lo poquito que les enseño, dice. Y lo más bonito es que ahora participan. Antes tenían miedo y no hablaban; ahora lo hacen en español".

 

Una payasa que informa

Cresencia Cosijuá Bocel tiene 22 años y forma parte de un colectivo de 12 personas de distintas nacionalidades, quienes informan sobre la transmisión y prevención del VIH/sida. Este grupo se hace llamar Proyecto Payaso, y aunque su sede está en Panajachel van con su mensaje a comunidades y otros departamentos del país.

"A través de payasadas exponemos el tema y lo profundizamos con charlas. Este año recorrimos el territorio y llegamos a 100 comunidades". Desde la época de colegio le gustaba declamar. Su pasión hasta la fecha sigue siendo la actuación. "Me gradué de Técnica en Desarrollo Comunitario en Chimaltenango. Siempre me ha gustado actuar, y desde que estaba estudiando participaba en cualquier acto".

Ahora asiste a la universidad; la motivan la actuación y el contacto con la gente. "Hablar del sida es un tabú y una payasa o artista es más fácil que aborde el tema". Trabaja con comadronas, trabajadoras del sexo y con niñas y adolescentes de establecimientos educativos. En su condición de artista y educadora comenta: "Bastantes mujeres desconocen cuáles son los líquidos del cuerpo y confunden los flujos vaginales con la menstruación. Las trabajadoras del sexo mencionan que sus clientes nunca quieren usar el condón, argumentando que únicamente mantienen relaciones con sus esposas".

La orientación también va dirigida a policías, bomberos voluntarios, equipos de futbol, padres de familia, hombres de las comunidades, estudiantes y personas privadas de libertad. "Trabajamos con los hombres para que poco a poco vayan entendiendo la importancia de usar el condón". Concluye satisfecha: "Me gusta saber que la información que doy beneficia, de alguna manera, la vida de más mujeres y de la población maya".

 

Se fue el miedo...

Disfruté el viaje como siempre. Los paseos que he hecho al suroccidente del país habían sido exclusivamente a Panajachel. Tomar algunas cervezas, compartir con los amigos y contemplar el lago es a lo que voy. Esta vez fue diferente y la experiencia me gustó. La satisfacción provino del contacto con la gente del lugar.

Conocí a mujeres diferentes con un mismo interés: luchar por diversos medios para mejorar sus condiciones de vida. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Sololá la población indígena suma el 93.6 por ciento del total y coexisten cuatro idiomas: k'iche', kaqchikel, tz'utujil y español. Cada año más mujeres en esta región están rompiendo con patrones patriarcales que a todas de una u otra manera nos reprimen. Madres o no, trabajadoras todas, ellas reivindican su derecho a hablar y participar. "Se fueron el miedo, la vergüenza y el temor". Eso significa libertad.

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Siento, luego existo

Anabella Acevedo, laCuerda

 

"Tengo hígado, estómago, dos ovarios,

Una matriz, corazón y cerebro, más accesorios.

Todo funciona en orden, por lo tanto,

Río, grito, insulto, lloro y hago el amor.

Y después lo cuento."

 

¿Se habría podido escribir en siglos pasados este fragmento de un poema de Ana María Rodas? Posiblemente no. Entonces la pregunta es ¿qué posibilitó que se escribiera en 1973? Aunque también hay que recordar aquí que aun en pleno siglo XX, cuando este poema fue publicado en "Poemas de la izquierda erótica", su autora fue acusada de estar escribiendo pornografía, cuando lo que estaba haciendo era hablar de sí misma desde todo lo que es: "matriz, corazón y cerebro", que vistos así podrían leerse "cuerpo, sentimientos e inteligencia", como unidad y equilibrio de la naturaleza humana, en este caso, de la naturaleza femenina, unidad que nadie se atreve a contradecir hasta que llega el momento de determinar qué es lo que más pesa en esta ecuación. Porque para muchos los sentimientos se encuentran muy por debajo de la inteligencia, elemento que, casualmente, ha estado vinculado con la naturaleza masculina, mientras que lo sentimental se les adjudica sobre todo a las mujeres. Así, cuántas veces no hemos escuchado expresiones como "hay que dejarse de sentimentalismos" o, refiriéndose a una mujer, "es demasiado sentimental, no hay que hacerle caso", como si los sentimientos fueran algo que deslegitimara toda actitud, opinión o expresión.

Tal vez, entonces, lo más pertinente sería realizar una arqueología de los sentimientos que iluminara en qué medida esta desvalorización de lo sentimental tiene alguna razón de ser. Si consultamos el Diccionario Etimológico de Joan Corominas veremos que la palabra "sentir" proviene del latín "sentire": percibir por los sentidos, darse cuenta, pensar, opinar. Es decir que aquello que percibimos a través de los sentidos es "lo que sentimos"; pero sentir también es "darse cuenta, pensar, opinar". No obstante, debemos ir más allá. Corominas también nos recuerda que "sentimientos" es un derivado de "sentire", es decir, de "percibir por los sentidos", pero también de "pensar". Por otro lado, la palabra "sentimientos" está definida por el Diccionario de la Real Academia Española como "Acción y efecto de sentir.// Impresión que causan en el alma las cosas espirituales". De tal manera que la razón -el pensar- no se encuentra tan alejada de los sentimientos -"la impresión que causan en el alma las cosas espirituales"-, como muchos insistirían. Pero esto no es todo. Corominas nos dice que uno de tantos cultismos de "sentire" es "sensato", es decir "prudente". Otro cultismo es "sensual" y otro más, "presentir".

La etimología del término sentir no es lo que más interesa aquí; sin embargo, nos ayuda a reflexionar acerca de lo que nombra. Porque cuando decimos que una persona "tiene buenos sentimientos", por alguna razón esta persona resulta mejor parada que si decimos que "es demasiado sentimental". ¿Qué son "buenos sentimientos"? En épocas pasadas -y no tan pasadas- un buen sentimiento entre las mujeres era el de "abnegación", es decir "el sacrificio que uno hace de su voluntad o de sus intereses en servicio de Dios o del prójimo" o, en otras palabras, "negarse a sí mismo", o más bien "a sí misma", porque si nos detenemos a pensar por un momento, la abnegación generalmente se entiende como una cualidad femenina.

Volvamos a los sentimientos como algo inferior a la razón, o por lo menos algo menos "científico", menos serio. Otro texto de los "Poemas de la izquierda erótica" podría ilustrar esto:

 

"Dijeron que un poema

debería ser menos personal

que eso de hablar de tú o de yo

es cosa de mujeres,

que no es serio."

 

Es decir que lo "personal" no es tan serio. Cuando aceptamos esto también estamos aceptando que hay disciplinas que no pueden admitir el discurso de lo personal porque perderían seriedad, y en esta lista cabrían desde la psicología y la historia hasta la antropología, por ejemplo, aun cuando estudian expresiones de la naturaleza humana a menudo ligadas a los sentimientos. Claro, a lo largo de la historia, la percepción de las actitudes humanas ha ido cambiando. Así, algunos comportamientos femeninos fueron calificados en ciertas épocas como "histerias", a falta de un entendimiento más profundo de la naturaleza humana, y a falta también de un entendimiento integral de los sentimientos. Asimismo, lo sensual ha sido visto durante muchas épocas y dentro de numerosas culturas como algo inferior a las actividades intelectuales -y como algo "pecaminoso" en el caso de las mujeres-, aun cuando es parte del "sentir", entendido de una manera amplia y global, la manera que posiblemente nos haría percibir, entender y experimentar la vida de una manera más plena.

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En atención a Ba *

laCuerda

 

La sola mención del apellido Gandhi trae a la memoria la figura del hombre legendario que dio la libertad a la India a través de ayunos que lograban paralizar enfrentamientos, caminatas devastadoras de miles de kilómetros, la extracción de sal del mar indio cuando era un monopolio inglés, la quema pública de trajes ingleses y su filosofía de la no violencia.

Pero muy poco se ha escrito sobre la mujer que compartió los éxitos, los fracasos y la vida familiar del Mahatma. Pocos saben que su nombre era Kastur Kapadia pues, como un apéndice de su compañero, simplemente fue nombrada y reconocida como Ba. Y como Ba, la "gran madre", llegó a identificársele como la mujer que cumplía con el sagrado deber de representar a una madre universal, que correspondía con sus servicios y amor incondicional a la causa, a Gandhi y a sus miles de seguidores.

Sin embargo, si las fotografías, películas y documentales que existen sobre la vida del Mahatma sólo llegaron a registrar a Kastur como esa madre buena y sumisa, hay que decir que no cumplieron a plenitud su compromiso con la realidad. Tomando en cuenta que la mayoría de fotógrafos de décadas pasadas fueron hombres y ni aun contados casos de mujeres fotógrafas, como Margaret Burke White, es fácil comprender por qué no lograron traducir y capturar en imágenes la verdadera fuerza de Kastur. En primer lugar, Ba no era esa "gran mujer detrás del gran hombre", sino la mujer de gran fortaleza que estuvo siempre al lado de quien inspiró a toda una nación para alcanzar su independencia.

Hija de una familia de comerciantes adinerados y casada a los 13 años con Mohandas Gandhi, Kastur estaba destinada a una vida de comodidades y bienestar. Pese a que la tradición india establecía que las mujeres debían ser la sombra de los esposos y fusionar sus deseos con los de ellos, Kastur tuvo que pasar muchas experiencias y aprender de sus errores para producir su propia transformación personal, la cual le llevó a despojarse de sus bienes para cambiar toda una vida de riquezas por una de total pobreza. Trabajó limpiando letrinas, cuidando enfermos junto a otras mujeres y realizando todas las tareas necesarias para que la familia se sintiera parte del proceso social y político. Y fue encarcelada junto a su esposo en varias ocasiones.

En su autobiografía "La historia de mis experimentos con la verdad", Gandhi confiesa haber aprendido de Kastur los rudimentos de la no-violencia. Nunca fue una mujer pasiva, y tampoco agresiva; defendió siempre lo que era bueno y justo. Alguna vez Mahatma Gandhi dijo: "He puesto todas mis esperanzas en las mujeres. Creo firmemente que de ellas depende enteramente la victoria final de la no-violencia. Estoy convencido de que la fuerza que poseen las mujeres les ha sido otorgada por Dios. En consecuencia, conseguirán inevitablemente todo aquello que se propongan, seguramente". Podemos estar seguras que lo expresó en el conocimiento de su compañera, Kastur Ba.

 

* Con información tomada del libro "La mujer olvidada", de Arun y Sunanda Gandhi. Luciérnaga. España, 1999.

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Laura Esquivel dedica un libro a las emociones

Adelma Bercián, guatemalteca, periodista

 

"El libro de las emociones" de Laura Esquivel, la escritora mexicana famosa por el recordado "Como agua para chocolate", habla racionalmente de las emociones en un mundo que las ha relegado a segundos o terceros plazos. Con todo sentido de la oportunidad, este ensayo se subtitula "El son de razón sin la emoción", enunciado que no se entiende hasta bien avanzada la lectura.

El libro se divide en cuatro partes. La primera hace las veces de introducción científica de lo que se ha estudiado hasta ahora, desde los tiempos de Aristóteles, sobre las emociones y concluye que las palabras son emociones recordadas y sistematizadas en un código social que se construyó a base de experiencias y recuerdos.

Este enunciado sirve de pie para la segunda parte, en la cual Esquivel trata de probar que hay emociones que curan y las hay nocivas para la salud. Basa sus argumentos en ciencias poco tomadas en cuenta por la modernidad, como las medicinas alternativas y las filosofías milenarias orientales.

Para ejemplificar su teoría, dedica un tercer capítulo al cine y la literatura que sanan y el cine y la literatura que enferman. A lo largo de todo el libro, la autora deja bien claro que el ser humano del siglo veintiuno pasa por la vida automutilado, con la única preocupación-meta de conseguir dinero "para hacer. Se ha olvidado de ser", se lamenta Esquivel.

El último capítulo se lo tomó para sí misma y, así, divagar. Se hace preguntas que le surgieron -dice- a medida que realizó el trabajo de documentación. Al final resultan utópicas: ¿Se podrá llegar, alguna vez, al avance tecnológico de radiografiar los sentimientos? ¿Inventaremos algún día una máquina que nos muestre las verdaderas emociones de las personas, principalmente las de aquéllas que tienen en sus manos la posibilidad de influir en nuestras vidas?

Quedan estas interrogantes sin respuesta pero con las respectivas reflexiones de la escritora. Como resumen, recomienda la risa (en cantidades industriales) para mejorar la salud física y por supuesto la emocional. Hace, además, una propuesta sentimental para que el amor, ése universal y revitalizador, sane a este mundo caótico y aquejado de plástico y superficialidad.

No me queda claro si la editorial o la autora misma tomó la decisión de subrayar, señalar y llamar la atención de las frases con líneas, flechas y toda una lista de signos con sus respectivas instrucciones de interpretación. Tal vez este recurso sea eficaz en la segunda o tercera lectura, pero en la primera le quita el placer del descubrimiento que suele tener la literatura. Me pareció que ciertos enunciados eran más impactantes que algunos de los subrayados y cuya retención resulta difícil porque los segundos roban la atención.

En dos platos, un libro para leerlo, sonreír, meditar, relajarse y, si se quiere, rescatar algunas frases bien logradas e iniciar una cadena de correo electrónico con ellas para levantarle el ánimo a cualquier ciberinterlocutor.

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Fuerzas públicas estatales discriminatorias

Aurelia Satuyé, guatemalteca garinagu

Asociación de Mujeres Garífunas de Guatemala (ASOMUGAGUA)

 

Es una pesadilla transitar por las calles de la ciudad de Guatemala. En este país que nos vio nacer, algunos compatriotas aún desconocen nuestro origen, por ser piel de ébano, belleza de la naturaleza humana que se le dio a esta tierra. El desconocimiento de la riqueza cultural y las prácticas racistas y prepotentes de los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) violan nuestros derechos constitucionales.

Cuando un ciudadano o ciudadana trabaja en una entidad pública, no sólo debe culminar un curso que le exige optar a tal cargo, sino tener conocimiento del entorno social, actuar con honradez, tener buenas relaciones humanas, además de conocer las leyes nacionales y los instrumentos internacionales ratificados por Guatemala; todo ello para que no se sigan dando atropellos contra afrodescendientes que contribuimos a su salario con nuestros impuestos y todavía tenemos que aguantar su ignorancia y faltas de respeto.

El reciente hecho de racismo contra dos mujeres garinagu por parte de la PNC demuestra una vez más la falta de cultura, así como la ignorancia sobre la existencia de garinagu en Guatemala, que aparecen en el artículo cuarto del Acta de la Emancipación Política de Guatemala de España del 15 de septiembre de 1821, grupo étnico que es patrimonio cultural y oral de la humanidad, y con un Día Nacional.

El pasado 29 de octubre, dos agentes de la PNC de apellidos Mejía Osorio y López Cano, quienes conducían la patrulla No. 11-038, detuvieron al taxi en que viajábamos dos mujeres y en tono irrespetuoso pidieron nuestra identificación, la cual entregamos. Tras un interrogatorio quisieron registrarme, a lo que me opuse. Luego, a gritos, le ordenaron a mi compañera que bajara del automóvil. Nuestra injustificada detención en la vía pública fue de 40 minutos, después de la cual nos gritaron: "¡Váyanse!"

Consideramos ese hecho como una persecución por parte de la PNC en virtud que esos mismos agentes también interceptaron a otro compañero garífuna, obligándolo a pasar al paredón.

Pareciera que estas cosas no suceden en Guatemala, pero son nuestra realidad nacional. Tales prácticas racistas afectan a la sociedad. Son violaciones que continúan causando violencia contra afrodescendientes, incluidas las limitaciones y el irrespeto hacia los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Cuando el hecho de ser mujer se añade a la cuestión relativa a su grupo étnico, se evidencia el doble peso de la discriminación por motivo de género y raza. Para muchas, los factores relacionados con su identidad social, el color y el origen étnico se convierten en diferencias que tienen una enorme importancia. Son estereotipos manejados contra las mujeres garinagu.

Pese a los esfuerzos del Estado y la comunidad internacional por erradicar la discriminación, como la aprobación de la reforma al Código Penal tipificando el delito de la discriminación racial en nuestro país, aún existen autoridades que desconocen las leyes antirracistas y de protección a la ciudadanía en cuanto al trato justo y equitativo.

Ya es tiempo que en Guatemala desaparezcan todas las prácticas racistas y discriminatorias contra las mujeres. Debemos perder el temor a denunciar y aunar esfuerzos para castigar a los que cometen cualquier abuso a nuestra integridad física y emocional.

Esperamos que las organizaciones que representan mujeres -como el Foro Nacional de la Mujer, la Secretaría Presidencial de la Mujer, la Secretaría de la Paz, la Defensoría de la Mujer Indígena- investiguen y se pronuncien contra este hecho.

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Cotidianeidad y sobrevivencia

Eugenio Incer, nicaragüense, investigador

 

En mi participación en el estudio sobre las estrategias de sobrevivencia campesina en el departamento de San Marcos, pude constatar que la cotidianeidad, sin pretenderlo, coloca un velo oscuro sobre el trabajo tesonero, abnegado y vital que despliegan las mujeres de áreas rurales. No porque lo hayan elegido, sino porque las relaciones de poder intergenéricas así lo han determinado. Ellas descansan poco, hacen de todo y con eficiencia. Un día no basta. Les sobran capacidades para afrontar lo inesperado: un esposo ausente; una tragedia familiar, el peso de la soledad. Como en todo, habrá excepciones.

Cuando escucho afirmaciones desbordadas de machismo -de que son débiles, que están subordinadas, que poco cuentan-, pregunto: ¿acaso es un mecanismo inconsciente de los hombres para levantar su autoestima? Cierto es que ellas no tienen poder político, porque el tiempo no les alcanza y tampoco están para largas discusiones. Su responsabilidad es que todo funcione. Como resultado, la lógica cotidiana las aleja de los espacios públicos pero, sobre todo, de los ámbitos políticos. Y es allí, en ese espacio dominado por los hombres, donde se producen y reproducen perspectivas unilaterales, parciales, insuficientes, conservadoras y machistas de la vida.

¿Por dónde comenzar el cambio? Unos enfatizarán la sensibilización y harán esfuerzos por visibilizarlas en las estadísticas. Otros, con visión y audacia, caminarán hacia el paradigma de la transversalidad del enfoque de género; este paso trascendental requiere sostenerse con procesos múltiples, y si es posible simultáneos, que contemplen avances para hacer valer sus derechos políticos y los cambios legislativos necesarios para inducir y obligar la transformación de conductas y actitudes machistas. Y no deberán faltar campañas contra la violencia e irracionalidad masculinas expresadas, entre otras prácticas, en maltrato, acoso y violaciones.

Dentro de esta abigarrada y compleja multiplicidad y simultaneidad de acciones y procesos, ocupa un lugar central el cambio en las desigualdades económicas, porque mientras éstas persistan, las mujeres estarán condenadas a ser la invisible fuerza que sostiene la producción y la reproducción de la familia.

Dicho de otro modo, si los avances en los marcos políticos y jurídicos no son capaces de garantizar salarios y prestaciones laborales en igualdad de condiciones, y si el acceso a activos (tierra, capacitación en el trabajo, recursos financieros, entre otros) sólo contempla a la jefatura masculina, las desigualdades de género persistirán y ellas, las mujeres, continuarán atrapadas en la paradoja de la sobrevivencia.

Por el contrario, unir las transformaciones políticas y jurídicas con cambios en el control de los recursos económicos en los hogares urbanos y rurales significaría dar pasos sustanciales hacia nuevas mentalidades y relaciones de poder intergenéricas. La cotidianeidad, entonces, tendrá otro contenido, menos asimétrico, más incluyente, más plural.

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Educación sexual: Responsabilidad de todos

Edith González, guatemalteca, periodista

 

En ocasiones, la maternidad se convierte para las mujeres en una maldición. Es el caso de "Eulalia Miguel", guatemalteca q'anjob'al de 15 años ahora detenida en Palm Beach, Florida, Estados Unidos.

Ella no es la primera mujer, y lamentablemente no será la última, que ante el temor a ser despreciada por su familia y el terror de no saber cómo o no poder cuidar económicamente a un hijo, toma una decisión fatal.

El silencio guardado por las generaciones pasadas ante el sexo, visto como un tabú, tiene fuerte carga de culpabilidad. Pocas son las mujeres que en su niñez y adolescencia reciben educación sexual, cuando la sexualidad es para el ser humano como la digestión o el pensamiento.

La iglesia católica, por su parte, ha hecho lo propio. La carga de moralidad religiosa por la preservación de la virginidad, el silencio impuesto ante los temas sexuales y su obstinación a no entender que la sexualidad nace y muere con la persona, son cómplices responsables de muchas vidas destruidas.

Hasta finales del siglo pasado, hace unos pocos años, la iglesia aceptó que el fin del matrimonio no es exclusivamente la procreación y la perpetuación de la especie, y que las parejas tienen derecho a disfrutar de una relación sexual sana y segura. Sin embargo, para ello se requiere del uso de métodos anticonceptivos y no siempre los aprobados por la iglesia son los más efectivos.

Muchas discusiones han surgido alrededor de los métodos anticonceptivos, un avance de la tecnología, pero durante esos debates pocas veces se habla de la sexualidad de las y los jóvenes, de sus inquietudes corporales, cuando estudios al respecto indican que el mayor potencial sexual se desarrolla entre los 15 y los 35 años.

La falta de educación sexual real, no intimidatoria ni amedrentadora, provoca embarazos precoces que pueden terminar en abortos clandestinos. Y en el caso de "Eulalia", con una sentencia pendiente como epílogo.

No creo que se deba motivar a las y los jóvenes a tener relaciones sexuales, pero es algo que se ha dado desde siempre y continuará ocurriendo.

Hay que instarles a ser responsables también con su sexualidad. Esa responsabilidad, que se inicia con la nuestra, de las personas adultas, consiste en educarles sexualmente, hablarles sobre las posibilidades de un embarazo y el uso de métodos anticonceptivos eficaces, con mayor razón si consideramos la existencia del sida y la cantidad de jóvenes que ven truncados sus sueños profesionales ante la necesidad de trabajar para mantener a un bebé no planificado. O de otras que cargan el resto de su vida con el estigma de un aborto.

La Constitución de nuestro país llama a la preservación y el cuidado de la vida. También es preciso que el Estado se preocupe por ampliar su cobertura educativa a áreas como la educación sexual.

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Muy indignada

Katia Orantes, una Cuerda en Barcelona

 

En los últimos tiempos la indignación se ha convertido en uno de los sentimientos cotidianos de mi vida. No quiero ser fatalista, pero entre más conozco el mundo, entre más desinformación se mueve en los medios y mayor poder tienen los poderosos, voy perdiendo las esperanzas de que las cosas cambien. Sin embargo, conforme conozco más gente del mundo, me doy cuenta que éste no está tan podrido como nos quieren hacer creer.

Desde que Bush no tiene más discurso que el del terrorismo islámico y las inmortales víctimas del 11 de septiembre, abrir el periódico o ver los noticieros cada día me produce más asco e indignación. Hoy por hoy, junto a su compañero de juego Tony Blair, ya no encuentra motivo para de una vez por todas eliminar de la cartografía mundial a Irak como país. Y después ¿cuál? ¿Venezuela? Parece que el imperio Bush no ve más allá del oro negro. Y después ¿qué? ¿El verde?

Recientemente, más de un millón de personas de diferentes países asistieron a la reunión del Foro Social Europeo en Florencia, Italia. No hubo ningún incidente, y ésa fue la principal razón de que su repudio a la guerra contra Irak no ocupara espacio alguno en los medios de incomunicación. Ese día, en Barcelona, era titular y portada de periódicos un concierto de Maná, que por cierto está un poco pasado de moda.

El discurso antiterrorista y anti-islámico ha creado la equivocada idea que todos los musulmanes son talibanes, que todas las musulmanas han sido víctimas de ablación, o no tienen derecho a ser personas. Desde que llegué a Barcelona, la mitad de la gente con que convivo y a quien quiero es musulmana, y para colmo estoy enamorada de un negro musulmán, lo cual en esta cacería de brujas es sinónimo de lo peor de lo peor.

Es también indignante ver cómo los medios tratan el conflicto entre Israel y Palestina: los "pobres" israelíes son víctimas y personas, mientras los palestinos desaparecen del mapa sin dejar rastro de su existencia más allá de sus familias y comunidades.

 

Cifras indignantes

¿En qué gastan los ricos del mundo? ¿Las prioridades mundiales?

(Gasto anual en dólares)

Enseñanza básica para todos*

6 mil millones

Cosméticos en Estados Unidos

8 mil millones

Agua y saneamiento para todos*

9 mil millones

Helados en Europa

11 mil millones

Salud reproductiva para todas las mujeres

12 mil millones

Perfumes en Europa y EEUU

13 mil millones

Alimentos para animales domésticos en Europa y EEUU

17 mil millones

Recreación de empresas en Japón

35 mil millones

Cigarrillos en Europa

50 mil millones

Bebidas alcohólicas en Europa

105 mil millones

Drogas y estupefacientes en el mundo

400 mil millones

Gasto militar en el mundo

780 mil millones

 

Datos de "Los dueños del mundo y los cuarenta ladrones", colectivo Diáspora, Editorial El Viejo Topo, 2002.

 

* Estimación del costo anual adicional para lograr el acceso universal a servicios sociales básicos en todos los países en desarrollo. Fuente: Euromonitor 1997; ONU 1997, PNUD y UNICEF.

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Cuaderno "K'ulunik"

 

El acceso de las mujeres a la tierra es el titulo del Cuaderno K'ulunik* Número 1, que Inés Rummel en su presentación califica como un esfuerzo para promover el debate de la temática. Su contenido incluye un ensayo de Claudia Gaitán y Viola Bölscher, referido a las políticas agrarias, y Diana García escribe: "Una Guatemala que se resiste al cambio: Mujer y tierra, equidad de género y reforma agraria".

El texto señala entre sus conclusiones que el Fondo de Tierras es una institución que en su funcionamiento reproduce la discriminación de género en el acceso y propiedad de este recurso. Una de sus recomendaciones se refiere a que el sistema de información del catastro y registro responda a los temas de equidad, derechos colectivos e individuales de los pueblos indígenas y protección del medio ambiente.

La publicación para intercambio y discusión forma parte del proyecto Equidad de género en el marco de los Acuerdos de Paz, SEPAZ/GTZ.

 

* Del idioma kaqchikel que en español significa encuentro.

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Doble humillación

 

Desconocidos sustrajeron propiedades de la Asociación Femenina para el Desarrollo de Sacatepéquez, informó Amarilis Guamuch. Al denunciar el caso a la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ministerio Público (MP), varias de sus integrantes recibieron un trato discriminatorio. Los funcionarios, en lugar de cumplir su obligación como servidores públicos, pusieron en duda el robo haciendo un interrogatorio con fuerte contenido sarcástico.

Según Amarilis Guamuch, fueron objeto de doble humillación, una por el robo y otra por la actitud de la PNC y el MP. Ésta no es la primera ocasión que un grupo sufre tales agresiones. Otros que se destacan por su trabajo y van tomando fuerza han sido objeto de asaltos y allanamientos. laCuerda manifiesta su solidaridad a las integrantes de esta asociación.

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Sololatecas unidas

 

Integrantes de 11 grupos de mujeres, de la Asociación de Sololatecos Unidos para el Desarrollo Integral (ASUDI), analizaron la Política Nacional de Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas, tras firmar una carta de entendimiento con la Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM).

La entidad gubernamental se comprometió a propiciar la interlocución para concretar proyectos que beneficien a estas sololatecas organizadas, a través de los ejes: económico, tierra y vivienda, educación y salud, equidad laboral y jurídica, así como participación socio-política.

En el intercambio de opiniones ellas resaltaron la importancia de gestionar los proyectos de manera coordinada, luchar contra la discriminación y participar en capacitaciones. Estas organizaciones (en su mayoría de artesanas) se localizan en 13 de los 19 municipios de Sololá. Para dar seguimiento a los compromisos suscritos, la asamblea de mujeres de ASUDI eligió a seis representantes: Elena Coché, Vitalina Díaz, Teresa Mendoza, Paulina Culum, Marcelina Cúmez y María Cox.

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Tres décadas de Helvetas en Guatemala

 

Este año, Helvetas, agencia suiza para la cooperación internacional, cumple 30 años de trabajo en Guatemala. Además de la respectiva celebración, es de aprovechar la oportunidad para revisar el aporte de esta institución al desarrollo de las mujeres.

Según Kurt Schneider, director de Helvetas Guatemala, el tema de género "es una línea transversal que aplicamos en todos nuestros proyectos. Nuestra filosofía enfatiza la valorización del trabajo de las mujeres y en la práctica procuramos la apertura de más y mejor acceso en los procesos de desarrollo y decisión. Promovemos las mismas oportunidades de ser beneficiarias nuestras".

En cuanto a su apoyo específico a proyectos dirigidos por y para mujeres, colaboran financieramente con laCuerda y la revista electrónica Tertulia para aumentar el tiraje y la difusión de ambas publicaciones feministas.

Uno de los lineamientos generales del trabajo de Helvetas alrededor del mundo es buscar la equidad entre mujeres y hombres. En todos sus proyectos aplican un plan de capacitación sobre género a tres públicos: a nivel ejecutivo, personal técnico y líderes comunitarios.

En el futuro, esta agencia mantendrá su trabajo para consolidar el enfoque de género en todos los proyectos. Además, está por aprobar algunas propuestas hechas exclusivamente por mujeres. "Tenemos un par de casos donde hemos favorecido a algunos grupos de mujeres involucradas en la producción de hortalizas y en el establecimiento de viveros con créditos y capacitación", puntualizó el entrevistado.

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X aniversario de entrega del Premio Nobel

 

A fin de celebrar el décimo aniversario de la entrega del Premio Nobel de la Paz a Rigoberta Menchú Tum, se realizará una serie de actividades del 7 al 13 de diciembre. En Quiché, San Marcos, Chimaltenango y Quetzaltenango se rendirá un homenaje a organizaciones, defensores de derechos humanos y al pueblo de Guatemala. Parte de esta celebración incluye la conferencia que ella dictará, titulada "Los pueblos indígenas y valor de la lucha por la tierra", el día 9 en el Salón de la Buena Nueva, en San Marcos.

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Sida: ¿No es asunto tuyo?

Laura E. Asturias, laCuerda

 

A estas alturas ya no debería ser tan necesario apelar a la responsabilidad en lo que se refiere al VIH/sida. Lo sería menos si quienes manejan la salud pública, en congruencia con la Constitución, la ley específica en vigencia y las normas establecidas para cumplirla, hubieran lanzado, hace años, campañas de sensibilización y educación coherentes con las características de la epidemia en el país. Pero no ha ocurrido así porque las autoridades de salud persisten en su actitud pacata, santurrona y mojigata.

En un mundo donde también las enfermedades se globalizan, hay mil razones para que no se haya logrado detener al VIH/sida y paliar la zozobra que deja a su paso. Las actitudes oficiales suelen ser el obstáculo inicial. Otros agravantes aderezan ese caldo de cultivo.

El condón -científicamente comprobado como el único método que impide la transmisión sexual del mortal VIH- sigue siendo una mala palabra en Guatemala. Es por el machismo imperante, sumado a la actitud de "a mí no me da" y a dogmas religiosos que se inmiscuyen en cuestiones de salud pública que no les competen.

Agreguemos a ello la pobreza que empuja a gente de diversas edades a la prostitución, además de políticas neoliberales que recortan la inversión pública, dejando en total desamparo de servicios de salud al grueso de la población.

Todo junto, la fórmula perfecta para que aquí se disemine el virus a su antojo.

Por si fuera poco, la renuencia, en las organizaciones dedicadas al VIH/sida, a trabajar por todas las personas afectadas por la infección. La mayoría persiste en centrarse en "las mujeres en edad reproductiva", lo cual estaría bien si quienes las "ayudan" no se enfocaran sólo en los bebés que ellas traerán al mundo. El tratamiento con AZT funciona para esos infantes, pero por sí solo no prolonga la vida de sus madres.

Más aún, exceptuando a un par de organizaciones, todas excluyen de sus programas a quienes, desde el inicio de la epidemia, han sobrellevado una carga desproporcionada de infecciones: los hombres homosexuales. Si tan sólo dejaran a un lado sus veladas condenas morales a las prácticas sexuales de ellos, otra sería la historia.

Creo que no es posible saber cuántas mujeres están infectadas por el VIH pues la mayoría de las guatemaltecas, al trabajar en el sector laboral informal, carece de acceso a los servicios de salud públicos y esto les dificulta conocer su estado de salud sino hasta que empiezan a desarrollar los síntomas de la infección. Y, por supuesto, se debe trabajar para que todas reciban atención médica. Pero no es ético, a mi juicio, concentrar los tratamientos en mujeres gestantes para "salvar bebés" a costa de las vidas de ellas, además de excluir a los hombres -sobre todo homosexuales- que hasta la fecha conforman el grueso de las personas que viven con VIH/sida.

Mientras esos asuntos fundamentales no sean comprendidos a cabalidad por las autoridades y las organizaciones, muy poco se avanzará en el combate a la epidemia, ni habrá campañas efectivas.

"Apenas tenemos cuatro mil y pico de casos de sida", se escucha por ahí. Una baja cifra en comparación con otros países, es cierto, pero se estima que en Guatemala viven 50 mil personas con el VIH, de las cuales la mayoría lo ignora debido a la falta de síntomas. Todas son vidas humanas: mujeres y hombres; también niñas y niños. Gente guatemalteca, presente y -ojalá- también futuro del país.

El VIH/sida, aun cuando no nos afecte directamente, sí nos compete, sin excepción. A fin de cuentas, es nuestra -de la ciudadanía- la responsabilidad de exigir que el derecho a la salud de todas las personas sea respetado, empezando por las autoridades, cuando éstas ignoran sus obligaciones.

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Acuerdos de Paz, un año más

María Dolores Marroquín, guatemalteca, socióloga feminista

 

Sería injusto decir que nada se ha avanzado con los Acuerdos de Paz. Por supuesto que hay avances. Éstos vienen fundamentalmente desde el aporte que las mismas mujeres y organizaciones han construido.

Revisemos lo sucedido. Gracias al trabajo del Sector de Mujeres, que hizo propuestas a la mesa de negociaciones, los Acuerdos de Paz contienen compromisos específicos para la población femenina. El seguimiento que el Sector dio al proceso, junto a otros grupos, llevó a la construcción del Foro Nacional de la Mujer. Tras una consulta, éste elaboró propuestas que, sumadas a otras, ahora integran la Política de Promoción y Desarrollo de las Guatemaltecas y el Plan de Equidad de Oportunidades 2001-2006 que la Secretaría Presidencial de la Mujer impulsa como agenda de trabajo, aunque dicha política todavía carece de presupuesto para hacerla realidad.

Después de una larga lucha se logró la creación de la Defensoría de la Mujer Indígena. Para ello fue muy importante la persistencia de la Comisión Permanente de los Derechos de las Indígenas de COPMAGUA [Coordinación de Organizaciones del Pueblo Maya de Guatemala]. Ahora esta agrupación impulsa una iniciativa de ley para erradicar el acoso sexual, cuya falta de avance se debe a la desatención en el Congreso.

Otro de los saldos positivos es la tendencia a perder el miedo a la organización. Esto se ha reflejado en las acciones para demandar el cumplimiento de los Acuerdos de Paz. Cientos de guatemaltecas, a partir de la creación del Foro Nacional de la Mujer, iniciaron procesos organizativos en toda la República. Ello ha permitido compartir ideas, crear redes formales e informales de comunicación, dar apoyos y hacer actividades conjuntas.

Si bien es difícil enumerar o describir los avances que han tenido los Acuerdos, existen compromisos a favor de la población femenina que se desarrollan en alguna medida. Actualmente se realizan esfuerzos por incorporar la perspectiva de género en diversas políticas (personas retornadas, reforma educativa, propiedad de la tierra, etcétera).

La problemática que afecta a las mujeres ha sido puesta en la mesa de debate nacional. Aunque a veces la discusión no se dé a fondo ni se discuta con seriedad, se han abierto espacios para las guatemaltecas. Es innegable que los mismos estarían incompletos si sus organizaciones no estuvieran presentes.

Nos asaltan muchas dudas sobre el avance de los Acuerdos de Paz cuando advertimos: la tendencia a incrementar el presupuesto militar en comparación con los gastos sociales; el aumento de la corrupción y los vínculos de autoridades con el narcotráfico y contrabando; las necesidades irresueltas que están abriendo las puertas de la hambruna a sectores de la población indígena y femenina; la continua discriminación con sus diversas caras y la creciente violencia que sufren las mujeres en la casa, el trabajo y la calle.

Cada quien puede hacer una evaluación de los Acuerdos de Paz, pero es imprescindible tener en la mente que, al final, los compromisos allí establecidos son meros mecanismos para ir cambiando un poco la vida de la gente.

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Campo

pagado

Secretaría Presidencial de la Mujer

Equidad de género en la educación guatemalteca

 

La Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM) tiene la delegación de la coordinación del proceso de operacionalización, ejecución, monitoreo y verificación de la Política de las Mujeres; en ese marco participa como miembra de la Comisión Consultiva para la Reforma Educativa. Por esta razón considera que su acción para integrar el Eje de Equidad en Educación -que indica: "Enriquecer los fundamentos de la filosofía educativa integrando el principio de equidad entre mujeres y hombres y entre grupos socioculturales"- se materializó en la inclusión de la Reforma Curricular del nivel de Educación Primaria de la siguiente manera:

 

Eje curricular: Equidad de género

La equidad se refiere fundamentalmente a la relación de justicia entre hombres y mujeres de los diferentes Pueblos que conforman el país. Requiere, por tanto, del reconocimiento, aceptación y valoración justa y ponderada de todos y todas en sus interacciones sociales y culturales.

La equidad significa reconocer a todas y todos por igual independientemente de sus particulares características y necesidades; reconocer sus valores, sus derechos y responsabilidades, y dar a todos y todas las mismas oportunidades para su desarrollo. En condiciones de desigualdad, la equidad requiere como condición previa la atención diferenciada a favor de los sectores sociales menos favorecidos, en desventaja y vulnerabilidad; la atención social y educativa a niños y niñas, a enfermos y enfermas, minusválidos y minusválidas, ancianos y ancianas.

La equidad de género permite que hombres y mujeres participen en forma conjunta y equitativa en la orientación y definición de objetivos de desarrollo que atiendan a sus necesidades comunes y diferenciadas. Permite comprender las relaciones de género y evidenciar la potencialidad de que favorezcan procesos de desarrollo personal y familiar en forma equitativa y solidaria.

La equidad de género orienta el Currículo hacia la atención de niños y niñas de acuerdo con sus particulares características y necesidades, favoreciendo especialmente a quienes han estado al margen de los beneficios de la educación y de los beneficios sociales en general; ésta es la meta y la condición a alcanzar para el desarrollo de las guatemaltecas y los guatemaltecos. En el proceso educativo ha de promoverse el desarrollo de las actitudes y valores necesarios para superar modelos sexistas y discriminatorios en las relaciones y aprovechar los recursos y espacios entre mujeres y hombres que impulsan su desarrollo integral y su autoestima.

Este logro teórico tendrá que ser alimentado con la profesionalización de las y los docentes y la eliminación de estereotipos sexistas, racismo y discriminación en los nuevos módulos educativos para que el Gobierno como "Estado Parte adopte todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer, a fin de asegurarle la igualdad de derechos con el hombre en la esfera de la educación". (Parte III, Artículo 10. Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer [CEDAW], ONU, 1979)

Así mismo, "El Gobierno se compromete a garantizar que la mujer tenga igualdad de oportunidades y condiciones de estudio y capacitación, y que la educación contribuya a desterrar cualquier forma de discriminación en contra suya en los contenidos educativos". (Parte I. B. 13. b Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria)

Se considera importante también tomar en cuenta que el Estado de Guatemala fue evaluado como país por parte del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), y que una de las recomendaciones dadas es "incrementar los esfuerzos por combatir el analfabetismo, especialmente en las zonas rurales entre la población indígena y a formular más programas para hacer frente a este problema entre las mujeres adultas".

 

Componentes

 

Equidad e igualdad

Su propósito principal es eliminar toda forma de discriminación entre hombres y mujeres y lograr la igualdad en: derechos, oportunidades, responsabilidades, acceso a la educación, participación social y ciudadana. Dentro de este contexto, los términos equidad e igualdad no son sinónimos ni intercambiables. (CEDAW, agosto 2002)

Género y autoestima

Permite la aceptación, el respeto y la valoración de la condición propia de ser mujer o ser hombre. Fortalece la imagen que las niñas y los niños tienen de sí mismas o de sí mismos y desarrolla una identidad sexual auténtica, digna y no discriminatoria.

Educación sexual

El Currículo propicia oportunidades de comunicación, comprensión y complementariedad para el conocimiento de las cualidades y las funciones de la sexualidad. Toma como base los modelos para la educación sexual de niñas y niños vigentes en las familias, la comunidad y en los convenios internaciones para lograr una educación sexual pertinente.

Con ello se contribuye a superar las manifestaciones sexistas y enfrentar los riesgos relacionados con la sexualidad, tales como las infecciones de transmisión sexual, especialmente el VIH/SIDA.

La educación sobre este contenido ha de apoyarse en la participación de la familia e instituciones de la comunidad y de otras instancias que se consideren pertinentes.

Equidad laboral

Es la relación de justicia que se da en los espacios laborales, así como la formación de hombres y mujeres para acceder a las ofertas de trabajo en condiciones de igualdad, a fin de tener una mejor calidad de vida.

Equidad étnica

Orienta hacia el establecimiento de relaciones justas entre hombres y mujeres de los diferentes Pueblos que coexisten en el país.

Equidad social

Propicia la posibilidad de que tanto los hombres como las mujeres desarrollen sus potencialidades, capacidades y destrezas intelectuales, físicas y emocionales para que tengan las mismas oportunidades sociales, económicas, políticas y culturales. Además, debe atender en forma especial a los niños y las niñas que necesitan superar alguna forma de discapacidad.

Por medio de la escuela debe atenderse las necesidades educativas sobre situaciones de abuso, agresión, violencia, drogadicción, desnutrición, deserción y repitencia escolar en términos preventivos, de tratamiento y orientación.

Género y poder

Propicia las mismas oportunidades para los y las estudiantes en los espacios de decisión y de participación a nivel familiar, escolar, comunitario y nacional.

Género y etnicidad

Propicia las oportunidades de participación, respeto, valoración, acceso a los recursos, decisión, posición y relación sin discriminación.

Género y clase

Orienta hacia la revalorización de ser hombre y de ser mujer en relación con la clase social.

 

SEPREM – Secretaría Presidencial de la Mujer

Asesora y Coordinadora de Políticas Públicas

9a. Ave. 0-19 Zona 2, Edif. Isabel La Católica, 4o. Nivel

Tel. +(502) 288-6016 y 288-6087 / Fax: 288-6407

spmujer@intelnet.net.gt

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Movida departamental

 

Indemnizaciones pendientes

Siguen sin resolverse los despidos ilegales de 14 mujeres y 32 hombres del sindicato de la finca María de Lourdes, ubicada en Génova, Quetzaltenango. De acuerdo con una resolución oficial, se les adeuda casi dos millones de quetzales. Pedro González Teja Puigever, representante legal de la empresa, ha evadido recibir todas las notificaciones del caso, incumpliendo así sus obligaciones desde 1990, cuando se emitió la primera orden de reinstalación de los trabajadores.

La Plataforma Agraria, en respaldo al Movimiento Campesino Génova-Flores, exigió el embargo del inmueble para entregarlo a los demandantes por concepto de salarios caídos e indemnización. Entre las y los trabajadores despedidos, algunos laboraron más de 30 años.

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CONAVIGUA por la dignidad y el resarcimiento

La Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA) reafirmó su decisión de continuar atendiendo casos de exhumación, en la perspectiva de dignificar a las víctimas del conflicto armado y buscar un resarcimiento digno a las personas sobrevivientes de la violencia.

Recientemente exhumó 30 osamentas, en siete cantones de San Andrés Sajcabajá, Quiché. Algunos restos son de niños, jóvenes y ancianos, quienes fueron asesinados por personal del ejército y patrulleros de autodefensa civil. En noviembre CONAVIGUA los entregó a sus familiares; además hizo una exposición de ropa de osamentas no identificadas, develación de una plaqueta en el parque, ceremonias maya y religiosa e inhumación de los restos.

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Encuentro de comadronas tradicionales

Al XIV Encuentro Nacional de Comadronas Tradicionales, realizado del 21 al 23 de noviembre en la ciudad de Huehuetenango, asistieron más de 50 delegadas, informó una de las organizadoras, Isabel Sáenz. La reunión fue convocada por su asociación para abordar la problemática que enfrentan en su trabajo y definir los apoyos a solicitar a las instancias de salud.

Esta actividad también sirvió de reconocimiento a las comadronas tradicionales, cuya formación básicamente ha sido heredada. Ellas cuentan con una rica experiencia, y si bien aceptan nuevas capacitaciones, defienden la validez de ciertas prácticas ancestrales.

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Tema para resolver

El Foro de la Mujer en San Marcos editó el video "La violencia contra la mujer, un tema para resolver". Contiene testimonios de guatemaltecas que han roto el silencio al compartir su experiencia como sobrevivientes de violencia. El propósito del material es motivar la reflexión sobre este problema tan común. El video se difundió por cables locales.

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Formación de lideresas

La Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG) finalizó un curso de formación de 30 lideresas comunitarias de diferentes departamentos del país (indígenas y mestizas, del área rural y urbana), en un acto de clausura que tuvo lugar el pasado 17 de noviembre. Entre los temas tratados cuentan: desigualdades de género en la vida pública y privada, autoestima y organización de mujeres, elaboración de proyectos con enfoque de género, oratoria, legislación nacional e internacional que protege a la población femenina.

En la 2a. Promoción de la Escuela de Lideresas Mayas, 19 indígenas recibieron sus diplomas y constancias de egresadas. Ellas pertenecen a cinco organizaciones localizadas en Chiquimula, Suchitepéquez, Chimaltenango, Escuintla, Quiché y Huehuetenango.

La Asociación de Mujeres Madre Tierra informó que los ejes fundamentales de la formación fueron: género y desarrollo, interculturalidad, resolución de conflictos y participación ciudadana.

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Graduación en Tucurú

El Centro de Formación San Vicente de Paul realizó el 28 de noviembre la clausura de fin de año de las jóvenes lideresas. Las estudiantes son indígenas q'eqchi'es de Tucurú, Alta Verapaz, cuyas familias habitan en comunidades alejadas de la cabecera municipal. Entre ellas, algunas culminaron su educación primaria y otras la secundaria; además completaron cursos de computación y marimba.

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Movida capitalina

 

Avances y obstáculos

A fin de analizar de manera crítica la ejecución de los Acuerdos de Paz, en particular los referidos a las demandas de la población femenina, 24 mujeres de diferentes grupos participaron en noviembre pasado en un encuentro convocado por el Sector de Mujeres y el Foro Ecuménico por la Paz.

Las asistentes formaron mesas de trabajo para determinar avances y obstáculos en la realización de tales compromisos, así como proponer acciones para agilizarlos. Entre los obstáculos mencionaron la falta de voluntad política del gobierno, la situación socioeconómica y la desarticulación de las organizaciones sociales. Como fortalezas señalaron las nuevas estructuras establecidas para incidir en la toma de decisiones, entre ellas los consejos de desarrollo en los ámbitos municipal y local.

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Reclaman respaldo de parlamentarios

Las 11 organizaciones que impulsan varias reformas -con enfoque de género- al Código del Trabajo demandaron su pronta aprobación, expresó Ana María Morales, de la Comisión de Cabildeo. Dichas modificaciones son uno de los compromisos de Estado adquiridos con el Grupo Consultivo, en febrero de este año, y que fueron respaldadas por el Ministerio del Trabajo.

Pese a los esfuerzos realizados, hasta el momento sólo han recibido mensajes de apoyo de algunos parlamentarios, pero ninguno asume el compromiso de presentarlas como ponente. La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Sulema Paz, con el apoyo de la diputada Zury Ríos, ambas del FRG, sólo se comprometió a facilitar una reunión con las diputadas el año próximo.

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Exigen dictamen a la Corte

La Coalición de Organizaciones por la Justicia exigió a la Corte de Constitucionalidad que resuelva inmediatamente un recurso presentado hace 17 meses, contra una modificación al Código Procesal Penal, a fin de que el delito de negación de asistencia económica se persiga nuevamente de oficio. El plazo perentorio para dar una respuesta es de tres meses.

Desde junio del 2001, tres ciudadanas interpusieron una acción de inconstitucionalidad contra los cambios que hicieron obligatorio el pago de un abogado para que el Estado persiga a quienes cometan el delito de negación de asistencia económica. Como consecuencia de tal modificación, las personas más perjudicadas son las mujeres y sus hijas e hijos menores de 18 años de edad.

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Agravante en casos de acoso sexual

El delito de acoso sexual cometido contra mujeres indígenas tiene que ser considerado como una circunstancia de agravante. En una carta abierta al presidente de la República, organizaciones de mujeres y campesinas manifestaron su preocupación por la eliminación de tal agravante en el Anteproyecto de Ley sobre Acoso y Hostigamiento Sexual, recientemente remitida por él al Congreso.

En opinión de estas agrupaciones -entre ellas el Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer (CICAM), Mamá Maquín y el Grupo Guatemalteco de Mujeres-, el Ministerio Público debe actuar de oficio para perseguir y sancionar a quienes cometan este delito, mismo que actualmente sólo se tipifica como falta.

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