~laCuerda~ No. 50 - Guatemala, octubre del 2002

laCuerda

Una mirada feminista de la realidad

 

 

Año 5, No. 50

Guatemala, octubre/2002

 

DECIDIDAS A CONTINUAR

 

Editorial

Dispuestas a construir un país justo

Entrada

       Cincuenta ediciones se dice fácil (Rosalinda Hernández Alarcón)

       Los 50 números de laCuerda

       Sumario noticioso

La médula

       Qué rollo con la institucionalización (Ana Leticia Aguilar)

       Las mujeres y los cambios: Primeras reflexiones (Clara Coria)

       Maruja Torres: Una periodista de todas las tallas (Katia Orantes)

       Desde el Sur del Sur, o Feministas en el Foro (Lucy Garrido)

       Tomarle nota a la realidad (Sara Lovera)

       Asalto a los lenguajes de lo cotidiano (Mirta Rodríguez Calderón)

La paseante

       Para la comprensión de la fotografía

Aquí y ahora

·        Día de la Resistencia de los Pueblos Indígenas

·        Racismo, cotidiano y doloroso

·        Reencuentro de familias

·        Desarrollo para ixiles en Quiché

·        Nuestras utopías y las de aquéllas (Lucía Escobar)

·        Día de las Mujeres Rurales

Campo pagado

       Propuesta de Reformas al Código Laboral (Secretaría Presidencial de la Mujer)

Movidas

       Redefiniendo la Cumbre (Magalí Rey Rosa)

       Damnificados en lugar provisional

       Enfrentando la violencia

       Capacitación para integrantes del Foro de la Mujer

       Carmen Alborch en Livingston

       Feria de la Salud

       Formación y desarrollo

 

 

Editorial

Dispuestas a construir un país justo

 

Aunque muchas veces se nos antoja dejar todo: trabajo, familia, militancia, país, no lo hacemos porque tenemos muy asumidas las responsabilidades, porque creemos en lo que hacemos, o simplemente porque no podemos. La lucha cotidiana exige energías y determinación. Si no ponemos nuestro empeño en las cuestiones en que nos involucramos, vemos cómo se van viniendo abajo, pierden fuerza y decaen.

Muchas veces nos sentimos indispensables; creemos que sin nosotras las cosas no marchan. Y a veces es cierto. Pero otras veces sucede que por no delegar o no confiar en que otras personas nos puedan sustituir, dejamos la vida en causas ajenas, que no nos benefician directamente. Éste es un rasgo típico de las mujeres, quizá porque así nos educaron, porque acarreamos culpas acumuladas, o realmente no hay quién se ocupe de hacer todas esas pequeñas y grandes tareas que implica la reproducción. El trabajo de las mujeres nunca se acaba. Desde muy temprano en el día hasta bien entrada la noche, trajinamos para que la casa, la empresa o la organización sigan funcionando. Es una de las razones por las cuales dejamos para después -o para nunca- lo que es nuestro, como la salud.

Las mujeres de ahora somos más conscientes de nuestra situación. No en balde han pasado tres siglos de experimentar y elaborar conocimientos. Estamos más despiertas, ya no nos resignamos a quedarnos a esperar, ni nos conformamos con migajas de recursos. Tampoco somos las ingenuas de generaciones anteriores, que murieron creyendo que su papel era aguantar y aguantar. No obstante, la mayoría de mujeres en el mundo sigue viviendo en condiciones inferiores de existencia. Las brechas entre géneros continúan abiertas y queda mucha injusticia por superar.

Quizá en esa certeza descansa nuestra actitud de seguir adelante y no tirar la toalla. Porque hemos visto que paso a paso se van recorriendo las distancias; que poco a poco vemos las transformaciones. Y hemos aprendido que todo lleva su tiempo, como en la cocina, donde, si nos arrebatamos, los guisos se queman o saben mal. Las experiencias nos han enseñado a tener paciencia, lucidez y tolerancia, eso que podría resumirse como madurez.

En este punto estamos. Vemos que los cambios que requerimos no son instantáneos; sabemos que hay tiempos para observar atentamente y otros para tomar las riendas. Actos irreflexivos nos han llevado a despeñaderos. Pero siempre encontramos algo nuevo que nos sirve para seguir en la batalla.

Una de las demandas más sentidas y universales de los movimientos de mujeres y feministas es ponerles fin a la violencia y las guerras. Ésta es una causa que millones de mujeres abanderamos en el mundo, porque no queremos ver a nuestros hijos, hermanos, compañeros y amigos caer asesinados. Y porque tampoco queremos seguir siendo víctimas de abusos, ni botines de guerra. De esa cuenta, nos vamos sumando, en diferentes lugares y de diversas maneras, a luchar contra la destrucción a todo nivel. No es casual que la dirigencia de los movimientos pacifistas, las iniciativas anti-armamentistas y la lucha por preservar la naturaleza estén en manos de mujeres valientes y aguerridas que no sólo resisten, sino que proponen nuevos caminos para vivir la vida bien.

Mujeres dispuestas a construir un país en el que la dignidad y la justicia sean patrimonio de todos, hay por montones. Mujeres capaces, inteligentes, honradas y visionarias se están multiplicando y creciendo. Están por todos lados, y tienen la seguridad y el potencial para lograrlo. Es cuestión de tiempo.

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Cincuenta ediciones se dice fácil

Rosalinda Hernández Alarcón, laCuerda

 

Al hablar de 50 pensamos en diez manos, medio siglo, en madurez y experiencia, en cinco décadas o diez lustros. Livianamente se nos ocurre: medio ciento y medio siento; en cincuenta y sin cuenta; en dos de plata y en laCuerda de oro. Este hecho lo valoramos sin protocolo ni falsas modestias. Estamos alegres con la celebración, al mismo tiempo conscientes que nuevos aires serán de utilidad para relanzar nuestra propuesta. La renovación en los medios de comunicación es una exigencia que no descartamos.

Nuestra perseverancia en producir laCuerda mes a mes, de manera ininterrumpida, siempre ha estado acompañada de colaboraciones escritas y gráficas (237 mujeres y 63 hombres), así como de apoyos económicos. Ambos fundamentales, que nos han permitido publicar 855 mil ejemplares y contar con centros de distribución en 19 departamentos.

La reflexión va en torno a si este medio masivo contribuye a cambiar arraigadas actitudes culturales, sociales y políticas que discriminan a las mujeres. Como se trata de una valoración subjetiva, tal medición resulta complicada y está sujeta a múltiples apreciaciones.

De ahí que nos propusiéramos evaluar nuestro trabajo con 50 personas de variadas disciplinas, conocedoras de la publicación. Sus comentarios nos han aportado sugerencias para mejorar nuestro quehacer como diseminadoras de información y opiniones en torno al mundo de las mujeres. Tarea nada fácil cuando se enmarca en un proyecto periodístico en un país donde predominan las visiones conservadoras y existe infinidad de tabúes.

 

Les compartimos algunas apreciaciones acerca de laCuerda:

 

·        "Es un poco anárquica y me fascina".

·        "Es un oasis en este mundo patriarcal".

·        "No concibo este país sin esta publicación, forma parte de mi vida".

·        "Entra a la subjetividad y nos hace pensar en nuestras interioridades".

·        "Conmueve la conciencia de quienes la leen".

·        "Lástima que ya no incluyen el glosario; me parecía fabuloso para obtener conceptos".

·        "Ha sido un instrumento muy valioso para quienes trabajan en el área rural".

·        "Me sirve para mis discursos en el Congreso".

·        "Es el único espacio donde se da a conocer la diversidad de mujeres que hay en Guatemala".

·        "Es una publicación muy de opinión; me agradan sus ilustraciones abstractas".

·        "El nivel teórico feminista está bien, tomando en cuenta el público que la recibe".

 

Parte del festejo de llegar al ejemplar de oro, ha sido invitar en este número a escribir a varias personas de reconocida trayectoria nacional e internacional. Un brindis sin duda viene con esta publicación, acompañado del propósito de continuar difundiendo una mirada feminista de la realidad.

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Los 50 números de laCuerda

 

Año

Número

Título

1998

0

1

2

3

4

5

6

7

8

Feminismo, nuestra huellas en el siglo XX

Feministas: ¿Solas o con los hombres?

Es hora de hablar - Género

Sexualidad

Justicia

Las que escriben

Diversidades

Mitos y verdades sobre la violencia

Derechos Humanos de las mujeres

1999

9

10

11

12

13

14

15

16

17

18

19

El ocio

La política vista desde las mujeres

Mujeres en la política

Nuestra salud, termómetro de la democracia

Las grandes

Nuestros trabajos, una cosecha para otros

Cada mujer una artista

¿Qué quieren las ciudadanas?

Las niñas de Guatemala

Hombres: ¿listos para el nuevo milenio?

Y ahora ¿qué?

2000

20

21

22

23

24

25

26

27

28

29

30

Hermanas del alma

Feminismo, un mar de conciencias

Tierra para quienes trabajan

Mi cuerpo: Aquí decido yo

La cara femenina de la historia

Nuestra casa es mucho más que un techo

De familias, parentelas y otras junturas

De la domesticación a la educación

De-mentes sanas

¡Esto es violencia!

Mitos y creencias

2001

31

32

33

34

35

36

37

38

39

40

41

De poder, ¡podemos!

El amor bajo sospecha

Respetarnos, un deber ciudadano

Nuestras mentes, nuestras vidas

Llevemos la fiesta en paz

Qué pasa en casa

De la vida en el campo

Al hablar se hace camino...

Que florezcan mil encuentros

¡40! ¿Quién dijo 'miedo'?

De un lado para otro

2002

42

43

44

45

46

47

48

49

¿Qué hacemos por la paz?

Jóvenes, feminismo y otras consideraciones

Sexualidad y derechos

Centroamericanas sin fronteras

¿Era ésta la Guatemala que queríamos?

Un futuro más cuerdo

Obreras guatemaltecas

Viaje al interior

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Sumario noticioso

laCuerda

 

Las benefician con tierra

Con la entrega de la finca El Baluarte, ubicada en San Marcos, se benefició a mujeres viudas organizadas en la Asociación de Desarrollo Integral Campesina de la Reforma (ADICAR) e integrantes de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (CONIC). Ellas forman parte de las 180 familias que, tras seis años de lucha, además recibirán asistencia técnica y crediticia para hacer producir la tierra.

 

Deportistas

María González, Fabiola Aycinena y Shuany González obtuvieron los tres primeros lugares del femenino de gimnasia durante la XII Copa Internacional Monja Blannca. Su participación consistió en salto al potro, suelo, barras asimétricas y viga de equilibrio.

 

Premios a periodistas

Paola Hurtado y Hilda Mérida, de elPeriódico, fueron ganadoras del certamen Galardón a la Excelencia Periodística 2001-2002. La primera obtuvo el primer lugar por un reportaje sobre salud reproductiva y la segunda obtuvo el Premio Único a la Continuidad. Rocío Gómez, reportera del diario Siglo Veintiuno, también recibió un reconocimiento.

 

Nuevas opciones para obtener ingresos

Mujeres organizadas en la Asociación Unidas para Vivir Mejor trabajan en la venta de artesanías, cuyos ingresos han permitido la atención y cuidado de 120 niñas y niños de madres trabajadoras. En la actualidad, UPAVIM otorga 625 becas anuales de educación pre primaria, primaria y secundaria. También cuenta con una tienda y una panadería.

 

Discriminan

Aura Gómez Patzán, Blanca López Sincal, Lucita Yax Cujcuj y Angelina Olcot Tujal, alumnas de la sede de Chimaltenango de la Universidad Mariano Gálvez, denunciaron haber sido reprobadas de la parte práctica de un curso de los últimos semestres de Derecho por asistir a debates vestidas con su traje indígena.

 

Aprueban ley contra la discriminación

El Congreso de la República aprobó el Decreto 52-2002, que tipifica la discriminación como delito. En ésta se establece como discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia por motivos de género, raza, etnia, idioma, edad, religión, situación económica o enfermedad.

 

Niñez con hambre

Seis mil niñas y niños menores de cinco años corren riesgo de morir a causa de desnutrición aguda severa, reportó el Programa Mundial de Alimentos. Durante los últimos tres meses se han conocido 19 muertes por esta causa. La problemática afecta principalmente a 102 municipios por sus niveles de pobreza, falta de trabajo y sequía.

 

Pocos avances en materia educativa

La situación educativa de las niñas del área rural continúa siendo la más dramática, según el Informe de Progreso Educativo Guatemala 2002, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN). Únicamente 17 de cada 100 son promovidas del sexto grado. El informe señala que, pese a los esfuerzos, la calidad de la educación es mediocre. La niñez más pobre, indígena y del área rural tiene muy pocas oportunidades.

 

Reporte de violencia

En septiembre, 64 mujeres fueron víctimas de violencia, accidentes y desastres naturales. Ocho fueron asesinadas con arma de fuego o blanca y siete resultaron heridas. Dos fueron asaltadas y tres violadas. Hubo dos secuestradas e igual cantidad están desaparecidas. Una intentó suicidarse. En accidentes murieron nueve y cuatro resultaron lesionadas. Seis se intoxicaron, una murió ahogada y otra calcinada. A causa de desastres naturales murieron 18.

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Qué rollo con la institucionalización

Ana Leticia Aguilar Theissen

 

Años tenemos las mujeres de trabajar para que nuestras demandas y necesidades específicas sean tomadas en cuenta por el Estado. Es lo que en la moda del momento se llama institucionalización de la equidad de género. Muchos son los obstáculos a que nos hemos enfrentado. El alcance es restringido porque las señas de equidad son compartidas solamente por un grupo reducido de nosotras. Además, la Guatemala en que vivimos ha transcurrido en una dinámica de múltiples rupturas del orden institucional.

Cuando medio hemos levantado cabeza para recomponernos, los padrastros de la patria y los politiqueros que "dirigen" el país han priorizado el ordenamiento de la vida sociopolítica, dejando de lado el ejercicio de la democracia participativa. Por eso es que hemos avanzado tan poco en la construcción de una institucionalidad, desde el Estado, que se le plante al discurso político a todo nivel y lo interpele, cuestionando la opresión y la subordinación entre los géneros. Esta tarea siempre se ha enfrentado a restricciones políticas e ideológicas de diferentes tipos, presentes en "los tomadores de decisiones", sobre lo que significa ser hombre o mujer en la sociedad.

Cuando hablamos de la institucionalización de las políticas de equidad de género en el Estado, queremos que el Estado intervenga de manera determinante en la transformación de nuestra situación subordinada en la sociedad, por ser mujeres, tomando en cuenta a todas nosotras. Estamos hablando de un país en que quepa cada persona. Uno en el que al pensar en la relación entre mujeres y hombres y de ellas con las instituciones y el Estado, pensemos en potenciar la equidad y el desarrollo de ambos sexos. Para que, ojalá, algún día seamos capaces de no tolerar las prácticas discriminadoras y opresivas entre todos los seres humanos y que eso de verdad nos lo creamos todos.

Lo que queremos es el diseño de políticas de consenso; la articulación de la agenda de la equidad de género en las políticas generales de gobierno; la creación de programas específicos; también la de nuevas instancias, al más alto nivel, porque su margen de acción depende del estatus administrativo que tengan dentro del Estado, así como de los recursos con que cuenten y la modalidad que adopten, ya sean Ministerio, Secretaría, o Instituto. Queremos la revisión de los marcos jurídicos y la asignación de presupuestos y recursos necesarios. Investigaciones y diagnósticos, sistemas estadísticos y de indicadores que den cuenta de la diversidad de las mujeres, así como mecanismos transparentes para que rindan cuentas, con canales precisos y claros de interlocución entre las oficinas de las mujeres y las organizaciones de mujeres y feministas.

Yo digo que en este momento hay una brecha profunda entre las concepciones sobre el tema de las integrantes de las oficinas de la mujer y el movimiento; y éste no termina de sentarse a debatir sus diferentes percepciones al respecto. La estabilidad de los logros que hemos alcanzado depende, sí, en gran medida, de la coyuntura política y otros factores de orden estructural, institucional y cultural. Cierto es también que el proceso de institucionalización de la equidad de género está enfrentado en el momento actual a las medidas de reforma, reducción y privatización del Estado. Pero especialmente cierto es que el tema que está en el centro del debate es la relación del movimiento de mujeres y las feministas con el Estado, relación de poder y plagada de contradicciones.

Bien haríamos en creernos, en nuestra práctica de movimiento, que los espacios políticos son terrenos de disputa y requieren la creación de alianzas estratégicas entre las mujeres del movimiento y de las oficinas gubernamentales. Pero no, la brecha entre las tecnócratas de género y las feministas se está ensanchando. En el movimiento andamos perdidas buscando los límites de nuestra relación con el Estado, confundidas, cansadas y sustituyendo instancias del Estado, "ejecutando" asuntos que no son de nuestra competencia; muchas veces, dándoles la receta, comprando los materiales y haciéndoles el pastel, para que ellos se lo coman.

Me gusta pensar que cuando recuperemos la cordura y nos decidamos a regresar a construir el movimiento, retomando nuestra agenda sobre temas como el aborto, los derechos sexuales, la autonomía frente al Estado, la cooperación internacional y otros actores sociales, y cuando decidamos emprender el camino decisivo que nos permita conocer qué mujeres somos y qué necesitamos, independientemente de la plata de la cooperación, entonces tal vez encontraremos las pautas para reducir el turismo feminista en las instituciones del Estado. Quizás encontremos cómo incorporar en las agendas públicas el tema de las desigualdades y ellos nos tomen en cuenta y definan por fin mecanismos claros de articulación de la sociedad en este proceso. Tal vez entonces sepamos qué hacer para usar los espacios políticos disponibles, en medio de gobiernos corruptos, autoritarios, depredadores e ignorantes.

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Las mujeres y los cambios: Primeras reflexiones

Clara Coria, argentina, psicóloga

 

Me siento profundamente halagada de que laCuerda me haya invitado a participar en éste, su número 50 con el que festejan años de tenacidad laboriosa y utopías compartidas. En una época en que el mundo pareciera haberse vuelto loco haciendo gala de sus mejores dotes para avasallar libertades y destruir solidaridades, el grupo de mujeres que lleva adelante esta tarea pone en evidencia que el amor y la solidaridad son indemnes a los virus del poder autoritario y discriminador. Además me produce una enorme alegría compartir esta fiesta de producción y esperanza. Soy argentina y vivo en la Argentina con el dolor de transitar uno de los momentos más oscuros de nuestra historia, pero con la convicción profunda de que, a pesar de todo, éste es mi lugar en el mundo y que trataré de hacer lo mejor que pueda con lo que me ha tocado en suerte.

En 1999, cuando terminé de investigar y escribir sobre el amor y las mujeres, me propuse un tema nuevo sin llegar a imaginarme que éste llegaría a adquirir dimensiones inmensurables. El tema fue -y sigue siendo- "El cambio y suss fantasmas" desde una perspectiva de género. Les ofrezco en esta ocasión las primeras reflexiones basadas en el material obtenido en los Talleres de Reflexión con mujeres que coordiné ininterrumpidamente hasta ahora.

La vida humana es un cambio constante, anhelado y temido, buscado y resistido. La primera condición -necesaria aunque no suficiente- para abordar los cambios que la vida impone es el desprendimiento. Los bebés, que cuando se lanzan a caminar vuelven reiteradamente al gateo, buscan en dicho regreso el reaseguro de lo conocido. Será su capacidad de desprendimiento lo que les permitirá lanzarse a la aventura de descubrir el mundo. Las y los jóvenes que se lanzan a transitar sus caminos por la vida, pero reclaman una y otra vez la protección de sus mayores, acumulan dependencias. Será su capacidad para desprenderse lo que les permitirá construir su propia autonomía. Las personas que empiezan a perder la tersura de la piel suelen instalarse en la queja de una "juventud perdida". Será su capacidad de desprendimiento lo que les permitirá dejar atrás el lamento por el tiempo pasado y tomar posesión del presente, dándose cuenta que no perdieron la juventud sino que la estuvieron usando.

Decir que el desprendimiento es condición primera para abordar cambios pareciera ser una afirmación demasiado obvia y hasta casi tonta. Pero la experiencia cotidiana nos muestra que no es tan obvia ni tan tonta. En lo que atañe a las mujeres, existen situaciones muy puntuales donde la dificultad para desprenderse se ve reforzada por condicionamientos de género que las encierran en cárceles invisibles y vitalicias. No resulta fácil, por ejemplo, desprenderse del hábito de seguir siendo la "sostenedora" afectiva y material de hijos cuando éstos dejaron de ser niños hace tiempo. No son pocas las mujeres que fueron capaces de concretar muchos cambios respecto de los modelos tradicionales de sus madres que, sin embargo, sienten que el espacio que quedó vacante por la crianza ya cumplida son espacios y tiempos "vacíos", en lugar de considerarlos como espacios y tiempos "disponibles" para satisfacer deseos postergados o entusiasmos descubiertos.

Tampoco resulta fácil para muchas mujeres valorar y aceptar con agrado la propia imagen física de adulta cuando la sociedad patriarcal considera dicho cuerpo como un continente descartable, poco merecedor de placer y amor. En estas condiciones, el desprendimiento por parte de las mujeres de la imagen física juvenil -que es un desprendimiento necesario para aceptar los cambios físicos de la adultez sin vergüenza de sí misma- se convierte en una tarea ciclópea que pocas veces se logra y muchas otras se pretende disimular con cirugías lacerantes que a menudo terminan borrando lo más auténtico de sí mismas.

No menos difícil resulta desprenderse de hábitos que se volvieron invisibles de tanto repetirse. Una mujer comentaba: "Yo que soy una mujer moderna y feminista me la paso completando las frases que mi compañero no puede terminar o adivinando lo que empezó a buscar en la casa para facilitarle su encuentro. Creo que, en realidad, una les completa la frase a los maridos para que no se note que están 'gagá'. ¡Pero a mí nadie me acerca la frase! ¡Quedo como la gagá que soy! ¡A mí nadie me ayuda cuando abro la heladera y me pregunto qué diablos venía a buscar!"

Cerrando muy provisoriamente estas primeras reflexiones, diré que la dificultad humana para el desprendimiento de "lo que ya fue" adquiere para las mujeres una sobrecarga adicional que frena y limita sus capacidades para abordar cambios. Los mandatos patriarcales logran, entre otras cosas, transformar los roles de crianza en hipotecas vitalicias y el cuerpo adulto de la mujer en una carcaza vergonzante de la que sacarán provecho los productores de alimentos "light" y los cirujanos plásticos.

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Maruja Torres: Una periodista de todas las tallas

Katia Orantes, una Cuerda en Barcelona

 

Periodista y escritora catalana, hija de inmigrantes andaluces, Maruja Torres* llegó al periodismo casi por fortuna y se mantuvo en él por sus capacidades. Con más de 35 años en esta profesión, ha tenido la posibilidad de contar todo tipo de historias y llevar a su público a recorrer el mundo con ella, desde las guerras en Medio Oriente y América Latina hasta la prensa del corazón, lo cual -como ella misma afirma- la convirtió en comodín del diario El País.

Iniciamos la entrevista tomando un café en la zona alta de Barcelona. En más de dos horas de plática cubrimos casi todos los temas que se nos pasaron por la cabeza. Unas semanas más tarde, Maruja me envió cinco de sus libros y dijo que para escribir esta entrevista yo debía leer "Mujer en guerra", un libro biográfico.

 

¿Cómo se hacen realidad tus sueños en el periodismo?

Todas las etapas del trabajo periodístico forman parte de una evolución que es la de una misma como persona. Tuve mucha suerte de encontrar, siendo aún joven, un medio como El País; ya tenía más de 15 años trabajando muy duro, pero entrando en él conseguí que me leyerais en América Latina y otros lugares del mundo. Es lo bueno de encontrar un buen escaparate".

 

¿Cómo era tu vida antes de llegar al periodismo?

Era una niña esclava, encerrada en casa. No tenía posibilidades de una vida distinta y a los 14 años me tocó trabajar en oficinas haciendo lo que fuera. Vivía en un barrio y una familia humildes, donde la cultura no era un valor y el periodismo no existía.

Poco a poco conseguí hacer las cosas que me gustaban, pero lo que quería fundamentalmente era huir. Si hubiera tenido la oportunidad de ser guapa e insinuosa y hubiera cantado bien, habría sido artista. Pero habría huido a través de cualquier cosa. Supongo que si hubiese tenido pocos valores morales o más oportunidades, también podría haber sido fulana de alguien.

Yo quería salir y salí a través del periodismo, y un periodismo muy rancio, que era el que se hacía en la sórdida época de la dictadura de Franco. La parte buena es que pertenezco a una generación suertuda, con ganas de libertad, porque nos tocó el final de la dictadura, que fue lo bastante dura para saber lo que era, y al lado de ello vivimos el renacimiento de muchas cosas, una de ellas del periodismo.

Me encontré metida entre los que soñaban los cambios sin saberlo, haciendo revistas contraculturales. Yo lo hacía por vivir, sin una profundidad luchadora revolucionaria. Sencillamente quería cambiar aquello porque era horroroso. No dejaban hacer casi nada, todo estaba prohibido. No era forma de vivir. Eso me hizo ir siempre pa'lante. Siempre he tenido una especie de espíritu insubversible que me salva.

 

¿Y del feminismo?

Ahora tengo 59 años. Conocí el primer feminismo de los 70 y desde entonces he visto que en muchas ocasiones ha concluido en luchas de poder y en cuadros psicológicos muy parecidos a los de los hombres del mundo del poder. Yo en eso siempre he sido una francotiradora y me vanaglorio de no haber estado en la lucha por el poder en el feminismo ni en el periodismo. Mi poder es escribir y tener lectores, por eso sí que lucho, pero nada más, y una cosa te trae la otra. Porque a lo mejor si no tuvieras lectores y dices una salvajada, te darían una patada en el culo, pero como los tienes, aguantan.

 

¿Qué dices del supuesto que sólo las mujeres de países árabes están siendo abusadas o marginadas?

Hay una ignorancia terrible. Yo he viajado mucho por países árabes, y ojo, que no me gustaría ser musulmana ni a rastras; pero creo que se puede ser musulmana y tener un buen estatus como mujer. Lo que pasa es que ellas tienen que ser las primeras en decidirlo y no se las puede obligar por las bravas.

Además, ellas tienen unos valores que nosotras hemos perdido y por allí se defienden; por ejemplo, tratan mejor a los viejos y las viejas. Y es verdad que la vida familiar es más protectora para la mujer; también, claro, que en compensación, si te descubren cometiendo adulterio, te meten en la cárcel o te lapidan. Pero ésa es otra historia. En España, cada semana se reporta por lo menos un caso de mujeres asesinadas por sus maridos.

 

En España, la prensa del corazón, los chismes sobre famosos, ocupan más del 90 por ciento de la producción televisiva. ¿Cómo no caer en la trampa?

Yo escribo de todo, y aunque me toque escribir alguna frivolidad, la hago desde una óptica progresista y de izquierdas. Eso me parece fundamental. En el periodismo es fundamental hacer prevalecer tu punto de vista y el mío es ése. Lo que me da la capacidad de control es tener un criterio que enmarco sobre cualquier información y suficiente flexibilidad para que no se caigan los anillos por algún tema.

Tampoco puedo estar todo el tiempo hablando de premios Nóbel y de alta política o conflictos sociales; me aburriría mucho. Quiero tener el desahogo de ponerme a hablar de gran hermano y operación triunfo; eso sí, lo haré desde mi óptica y sin perder el criterio. Aquí hay muchas que empezaron como yo y han acabado en la televisión, haciendo prensa del corazón y cotilleos infames.

 

¿Cómo haces del humor una pincelada que va en cualquiera de tus columnas?

El humor no se busca: surge o no surge. Yo era muy solemne, creo que hasta los veintialgo, pero un buen día me empecé a reír de mí misma y a partir de allí me pude reír de todo.

Creo que las feministas se toman a sí mismas demasiado trágicamente en serio. Es cierto que la vida de la mujer es bastante trágica en un 80 por ciento, pero no todo el rato ni para todas a la vez. Pienso que las cosas serias entran mucho mejor con el humor, y además creo que, si sabemos, tenemos la obligación de hacer reír a la gente, porque la gente necesita momentos de ser un poco feliz.

 

* Maruja Torres (Barcelona, 1943) se inició en el periodismo en 1964. Ha ejercido todas las modalidades del periodismo escrito: reportajes de guerra, artículos de sociedad para casi todos los medios en los que ha trabajado, entrevistas, etc. Pertenece a la redacción del diario El País, desde donde ha recreado algunas series como "Hogueras de agosto" y "Nosotros a lo nuestro". Actualmente hace las de "Mírame a los ojos" (suplemento Domingo) y "Tierra de nadie" (suplemento El Espectador). Entre sus libros se encuentran "¡Oh, es él!" (Anagrama), "Ceguera de amor" (Anagrama), "Amor América" (El País - Aguilar) y "Un calor tan cercano" (Alfaguara), además de "Mujer en guerra" (El País - Aguilar, 1999).

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Desde el Sur del Sur, o Feministas en el Foro

Lucy Garrido, uruguaya, periodista, integrante de Cotidiano Mujer

 

En este artículo intentaré contarles qué estamos haciendo muchas feministas de nuestra región, cómo nos estamos articulando y para qué. Pero quiero que sepan que por más que esté en el Sur del Sur, Guatemala con toda su gente, sus volcanes y sus 50 Cuerdas, están en mí.

La Articulación Feminista Marcosur (nacida en septiembre del 2000) se define como una "corriente de pensamiento y acción feminista que quiere incidir políticamente en las relaciones de cultura y poder presentes en los procesos de integración regional y en los grandes debates internacionales".*

Teniendo esos objetivos, era natural y lógico que apostáramos al Foro Social Mundial (FSM), un espacio que expresa "inevitablemente las tensiones internas y externas de los movimientos sociales globales; es un hábitat que revela e incluso reproduce rasgos y prácticas ambiguas, cruzadas por movimientos democratizadores y bolsones de autoritarismo, sexismo, o racismo". Y allí mismo, por pura intuición, fuimos a insertarnos: porque es un espacio donde confluyen las protestas con las esperanzas, y el desasosiego con la construcción de alternativas. Donde están los del Movimiento Sin Tierra y los que viven sin techo ni ventana, los movimientos indígenas y afrodescendientes junto a jóvenes y economistas, transexuales y feministas. Los que dan masajes holísticos con los académicos. Los que luchan contra los productos transgénicos y los que son transgénero. Hindúes, musulmanes, judíos, católicos junto a sindicalistas y gente que promueve el Esperanto como lenguaje universal.

Es un cambalache. Es un enorme caos. Pero es un caos muy creativo que está buscando responder a esta globalización no con una receta dada por un solo sujeto, sino haciendo confluir las búsquedas desde un espacio descentralizado, diverso y plural. Y por esas mismas razones es que también en él confluyen viejas y nuevas formas del pensamiento, modernas y anquilosadas maneras de actuar en un proceso colectivo que se construye con movimientos, redes, campañas, alianzas...

Privilegiamos el FSM porque es un espacio político en por lo menos tres sentidos que nos son fundamentales: uno de ellos es que queremos que la agenda feminista (la subversión simbólico-cultural, los derechos sexuales, la equidad, etc.) forme realmente parte de la agenda por la justicia económica y la profundización de la democracia; otro es que para lograrlo debemos dar la batalla al interior mismo del Foro, disputando contenidos y siendo subversivas también en él; y por último, porque el Foro es amplificador de nuestros propios discursos como lo probamos con la campaña "Tu boca, fundamental contra los fundamentalismos", que en Porto Alegre fue acompañada activamente por otros movimientos y redes de mujeres, por jóvenes, sindicalistas, etc. Y criticada también por los que decían que le estábamos haciendo el juego a Bush, que las bocas eran muy eróticas y por lo tanto estábamos usando un símbolo demasiado "light" (¿el erotismo es "light"? ¿desde cuándo?), o que materiales de esa calidad debía estar financiándolos la CIA.

Pero para trabajar en la construcción de una alianza con otros movimientos no sólo es imprescindible que la coyuntura indique la oportunidad de hacerlo; se necesita también de "la presencia de esquemas de interpretación y significados compartidos" con esos otros actores, y de marcos de acción colectiva con los que se pueda promover la movilización.

Antes aun, se necesita sortear el tema de la legitimidad y el reconocimiento de cada actor, no sólo ante su propia base social sino ante los otros. Y esto nos lleva al tema de las líneas de trabajo y de la construcción de nuestra agenda.

Una agenda debe tener principios fundantes; no puede ser un listado de todos los intereses según seamos negras, blancas, heterosexuales, académicas, lesbianas o de Piscis, sino que debe ser una especie de sentido común, de acuerdos básicos sobre las metas y estrategias que nos ayudarán a conseguirlos.

¿Cómo nos articulamos las mujeres, las feministas, con los otros movimientos? ¿Cómo articulamos nuestra agenda con la de ellos? ¿Cuántos feminismos somos? ¿Cuántas agendas tenemos?

Hemos pasado de una primera etapa homogénea y un poco "naif" -la verdad sea dicha-, a una heterogeneidad que será todo lo enriquecedora que se quiera (aquello de lo que Gina Vargas habla tan poéticamente como "los múltiples espacios y las múltiples estrategias"), pero que genera diversidades y diferencias que dificultan mucho la articulación entre nosotras mismas.

El próximo Encuentro Feminista (diciembre 2002, Costa Rica) será un espacio privilegiado para intentar responder a esas preguntas. Y para seguir festejando los 50 números de laCuerda.

 

* Documento de la Articulación Feminista Marcosur. Septiembre, 2001.

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Tomarle nota a la realidad

Sara Lovera, mexicana, periodista, directora de Comunicación e Información de la Mujer, A.C. (CIMAC)

 

para Adelina Zendejas, mi maestra

 

México es un país paradigmático. Apasionante. En los últimos 34 años -todo el espacio de mi vida profesional- he escenificado cambios y revueltas que no habrían imaginado mis padres. Como reportera -diarista, como se dice en la jerga periodística-, he caminado por valles y montañas; he ido de las grandes ciudades a los pueblos; he atravesado de oriente a poniente el territorio mexicano, del Pacífico al Atlántico en busca de una noticia.

Esa maravillosa y absurda manera de vivir me dio un horizonte gigantesco sobre lo que significa ser ciudadana latinoamericana en el siglo XXI. El contacto con las diversas realidades, con los personajes de distintas clases sociales, personajes del poder y las personas concretas, pero sobre todo con las mujeres, me definió como persona.

En esas tres décadas, además de los cambios y las revueltas, en el mundo se produjo un nuevo conocimiento, un nuevo sendero hacia la democracia. Eso es cierto, pero no podemos olvidar que hace ya 14 años se deshizo en nuestras manos el paradigma del socialismo como sistema de gobierno y en muy poco tiempo hemos sentido y vivido lo que algún viejo ideólogo llamó fase superior del capitalismo. Hoy le llaman globalización.

Así hemos visto cómo se abrieron inmensas brechas entre ricos y pobres, se evidenciaron los crímenes y la violación a miles y miles de personas, se afectaron los derechos humanos. También como en pantalla tecnicolor ante nuestros ojos, descarnadamente se pusieron realidades de una incivilización, de una sola cultura: la del consumo. Lo mismo que mujeres devastadas por la nueva explotación agroindustrial.

Como periodista, el papel que tenía que jugar era contar eso que se me ponía enfrente. No es ésta una vida serena, pero es una vida. No hay, para mí, escisión entre la vida pública y la vida privada. Esto es lo más importante que he aprendido en los últimos 30 años. También aprendí que tomarle nota a la realidad es algo más que transmitir datos o construir bellos textos, porque es también dejar un pedazo de piel en cada tramo.

¿Cómo entonces puedo contar aquí en 800 palabras mi experiencia? ¿Cómo explicar de un hilo tanta emoción y tanta frustración?

Hace 34 años pisé por primera vez una redacción. Entonces todavía estaba fresco el olor de la pólvora de Tlatelolco, lo que años después se consideraría fecha precisa para el quiebre de un viejo sistema.

En el fondo del pasillo de esa vieja redacción, la del diario El Día, una mujer de pelo cano y gran elegancia me dijo simplemente: "Vienes aquí como todas, a contar lo que hace el poder, lo que pasa en el mundo sólo desde la mitad, desde los hombres".

¿Alguien puede imaginar esa frase, simple, llana, directa hace 34 años? Entonces no existía el nuevo feminismo, y nadie sabía que un día hablaríamos de género para definir la realidad de las mujeres y los hombres. Adelina Zendejas escribía en ese diario una columna llamada "Ellas y la vida".

Durante los siguientes 20 años caminé de su mano. Era una vieja luchadora por los derechos de las mujeres; trabajadora social y comunista. Fue de su amistad y su paciencia como aprendí que el mundo estaba constituido o dividido en dos grandes partes, que una era desigual, que había una doble jornada, que había derechos no cumplidos, sólo de papel, y la otra, la de la verdad y el conocimiento o reconocimiento. El asunto fue lo mismo que años después las nuevas feministas popularizaron como vida pública y vida privada. La de los hombres y la de las mujeres.

Adelina urdió en mi conciencia una pasión que me dura hasta hoy. Fue así como ligué mi vocación de periodista, haciendo como hacen todas y todos, buscando noticias, con técnica y jerarquización masculina, y a mirar lo que sucedía a las mujeres, a nosotras, a la mitad de la población. Ellas fueron centro y motivo de mis reportajes desde los años 70 del siglo pasado. Hacer noticia sus deseos, su situación, sus miradas y discusiones, sus contradicciones, sus propuestas y hallazgos, sus inventos y organizaciones, sus avances, es algo consustancial a mi existencia.

Tal vez por ello pasé de la primera plana de un diario -como tuve miles en el camino-, de la clara posición competitiva con que se hace periodismo en todas partes, a una más serena y tal vez más madura actividad. Conduzco una agencia noticiosa con las mujeres como centro de la noticia; eso me deja llena y satisfecha cada día. Ansiosa e insatisfecha cada minuto.

Lo que más me gusta a los 53 años es seducir a las y los jóvenes periodistas para que vean el mundo integral. Lo que más disfruto es descubrir una nueva noticia. Y sigo dejando jirones de mi existencia cada vez que constato que se profundiza la desigualdad.

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Asalto a los lenguajes de lo cotidiano

Mirta Rodríguez Calderón, cubana, periodista, ejerciendo desde República Dominicana

 

Me gusta comenzar estas líneas diciendo del regocijo grande que para Latinoamérica significa esta edición especial de laCuerda, una publicación que levantó desde siempre sus banderas feministas y ha sido fiel a ellas sin ambages, en medio de tantas renuncias y "arrepentimientos", de tanto suavizar el término o enmascararlo en otras luchas importantes pero menos transgresoras y más potables frente a lo instituido.

Estoy segura de que plumas mayores de este continente destacarán bastante tal calidad. Quiero concentrarme en un modo de ver el feminismo de hoy desde la comunicación social, a cuya construcción laCuerda ha hecho aportes indiscutibles, aunque tal vez menos que los deseables para una normativa del quehacer comunicacional feminista.[1]

Hace algún tiempo, la italiana Luisa Muraro significaba la valía liberadora de esta filosofía que marcó el siglo XX. Con un poco de tristeza -me parece- subrayaba que, "sin embargo, el feminismo no se ha transformado en algo memorable: algo que se recuerda porque está inscrito entre las cosas irrenunciables. Esto se debe a varias razones, entre las cuales que el feminismo no ha sido traducido todavía desde nuestra experiencia personal al lenguaje común".[2]

Desde una realidad bien diferente, la periodista e investigadora dominicana Margarita Cordero discurría el año pasado acerca de esto mismo al evaluar cómo el academicismo feminista se mantuvo separado de lo cotidiano y, de hecho, quisiéranlo o no sus hacedoras, pautó jerarquías: "Y si había jerarquías dentro del movimiento feminista, había muchísima mayor dificultad para que esas elaboraciones fueran filtradas a los medios de comunicación de una manera que no fuera simplemente transmisión de conocimiento absoluto sino posibilidad de sensibilizar a las mujeres periodistas sobre asuntos que las concernían, en tanto mujeres que compartían la misma situación social de quienes elaboraban las teorías o actuaban dentro del movimiento feminista".[3]

Estoy persuadida desde hace tiempo de que ésta es la tarea de hoy para las y los periodistas:[4] hacer que las razones con las que el feminismo evalúa realidades, convoca rebeldías y ofrece pautas, integren la información de todos los días y el periodismo de opinión en los medios masivos.

La violencia contra las mujeres, la problemática de las diferentes, incluidas las indígenas, las lesbianas, las madres solteras, las muertas por abortos, las que viven con sida, las campesinas de tierras expropiadas..., pueden ser temas empujados desde la comunicación, no sólo para la denuncia, la queja o el reclamo, sino para el juicio que mira al fondo. Pero no es un listado de temáticas posibles a lo que quiero aludir, sino a la posibilidad concreta de trabajar con y desde las y los periodistas de grandes medios a favor de esta expansión de conceptos y argumentos.

El periodismo alternativo feminista hizo todo lo que le estaba reservado cuando se convirtió en alterativo, como lo han consignado algunas antes que yo. Ése es -y sigue siendo- su gran aporte a la comunicación feminista. Pienso, sin embargo, que hacer lenguaje cotidiano con los juicios y herramientas de análisis de las mujeres más audaces de un tiempo reciente es la encomienda más sólida que el feminismo puede y debe fincar en los saberes de las comunicadoras. No para que fluyan conceptos ni reclamos desde los boletines o los portales mediáticos de escaso acceso, sino para que se posesionen en los medios masivos.

Fácil no es, como no ha sido fácil ninguna de las conquistas que nos permitieron desnudar al patriarcado. Es cierto que en la conversión de los medios masivos a instrumentos y elementos del mercado, el componente democrático ha pagado los tributos mayores. Y en la reiterada exclusión de las actoras sociales se ha dado una polarización creciente de esas mujeres de las que se habla cuando se habla. Su subjetividad es, cada vez más, mercancía.[5]

Pero en un orden de cosas tangencial, sabido es que las vanguardias han sido siempre estrechas. Por eso no creo imposible en modo alguno que periodistas feministas actúen de consuno, como ya lo han venido haciendo en pequeña escala desde algunas redes nacionales y regionales. Hay que desarrollar, desde luego, a lo interno de los y las profesionales los saberes que establezcan el vínculo feminismo (o, si se prefiere, género) y comunicación.

De estas urgencias no queda exenta la necesidad de incidir sobre públicos perceptores en la dirección de reforzarlos como selectivos. Y en este diapasón las periodistas tenemos, en las mismas mujeres que viven y sufren las realidades que le confieren capacidad subversiva y movilizativa al feminismo, el mejor terreno para popularizar ideas. Ellas no son una masa crítica amorfa ni homogénea, como lo subrayó hace algún tiempo María Helena Hermosillo aludiendo al consumo de telenovelas: "los receptores son en verdad perceptores capaces de negociar, resignificar y producir sentido desde sus biografías, deseos y una multiplicidad de prácticas culturales presentes en la vida cotidiana de la audiencia".[6]

Abogo, en síntesis, desde esta regocijante edición No. 50 de laCuerda, por asaltar los grandes medios con los lenguajes del feminismo, con mujeres y hombres profesionales capaces y aptos para hacer noticias y producir opinión democrática, inclusiva, transformadora e inspiradora de ciudadanía y plenitudes humanas.

 

Notas

1.      Para no acuñar desconocimientos injustos, reseño los esfuerzos primigenios de Fempress o los posteriores de Sexto sentido en el Hoy de Ecuador, pasando por Doble Jornada, los productos del área Mujeres de ALAI, de Tertulia o la Red Ada de Bolivia, y lo mucho y bueno hecho por las sureñas de Isis o de Cotidiano Mujer, sin ignorar a La República de las Mujeres, Radio Internacional Feminista (FIRE) y otros empeños meritorios.

2.      Muraro, Luisa. "Un lenguaje que lo vuelva memorable", en Fempress: "Feminismos de fin de siglo". Santiago, 1999.

3.      Margarita Cordero: "La politización de las conquistas y de las aspiraciones de las mujeres tienen que situarse necesariamente en el campo mucho más amplio de los derechos democráticos". Periodismo y Comunicación, memorias. Editada por la Secretaría de Estado de la Mujer. Santo Domingo, 2001.

4.      La propia Luisa Muraro en ese artículo revaloriza y desestima la conveniencia actual de los esfuerzos y empeños sin participación masculina.

5.      Como ha escrito Ignacio Ramonet: "Una empresa de información no vende información a los ciudadanos; lo que vende son los ciudadanos a los anunciantes. Y de esta manera, evidentemente, nos transformamos en mercancía", en América Latina en Movimiento, de ALAI, mayo 2002.

6.      En "Mujer y Comunicación: Una alianza posible". Compilación de Gloria Bonder. WACC/CEM. Buenos Aires, 1995.

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Para la comprensión de la fotografía

Selección de laCuerda

 

Sentí el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa, calentándome el corazón, como si ella también sudara. Era un retrato viejo, carcomido en los bordes; pero fue el único que conocí de ella. Me lo había encontrado en el armario de la cocina, dentro de una cazuela llena de yerbas: hojas de toronjil, flores de castilla, ramas de ruda. Desde entonces lo guardé. Era el único. Mi madre siempre fue enemiga de retratarse. Decía que los retratos eran cosa de brujería. Y así parecía ser; porque el suyo estaba lleno de agujeros como de aguja, y en dirección del corazón tenía uno muy grande donde bien podía caber el dedo del corazón.

Era el mismo que traigo aquí, pensando que podría dar buen resultado para que mi padre me reconociera.

—Juan Rulfo, en "Pedro Páramo" (1955)

 

La fotografía es un descubrimiento maravilloso, una ciencia que ocupa a las inteligencias más elevadas, un arte que aguza los espíritus más sagaces -- y cuya aplicación está al alcance del último de los imbéciles... Esta sobrenatural fotografía se practica todos los días, en todas las casas, por el primer venido y por el último también, porque ella ha ofrecido un punto de reunión general a todos los frutos secos de todas las profesiones. Usted puede ver, a cada paso, cómo toma fotografías un pintor que no ha pintado nunca, o a un tenor sin empeño, y en cuanto a su cochero o a su conserje, yo me encargo -lo digo con toda seriedad- de converttirlos, en una lección, sobradamente, en dos operadores fotográficos. La teoría fotográfica se aprende en una hora; las primeras nociones de la práctica, en un día... Lo que no se aprende, quiero decírselo, es: el sentimiento de la luz; la apreciación artística de los efectos producidos por apariencias diversas y combinadas; la aplicación de tal o cual de esos efectos según la naturaleza de las fisonomías que como artista tiene usted que reproducir.

—Baudelaire, polémica con Félix Nadar,

durante la celebración del "Salón de 1859"

 

La colina quedaba a casi una milla de la casa, y llegué cansado y sin aliento. Los pensamientos de Amelia, sin embargo, me animaban. Escogí la mejor vista de la cabaña, de modo que aparecieran un granjero y una vaca en la foto, eché una tierna mirada a la distante villa y murmurando: "¡Amelia, es por ti!", quité la tapa del lente. En 1 minuto y 40 segundos volví a ponerla: "¡Ya está!" Con un entusiasmo incontrolable, grité: "¡Amelia, eres mía!"

—Lewis Carroll, de su cuento

"Cómo termina el día de un fotógrafo" (1860)

 

En 1865, cuando ella tenía cincuenta años, su hijo le regaló una cámara que dio por fin salida a las energías que había disipado en poemas y ficciones, arreglando casas y elaborando "curries" y entreteniendo a sus amigos. Ahora se volvió fotógrafa. Toda su sensibilidad se expresó -y lo que quizá fue aún más conveniente, se contuvo- en el arte recién nacido. La carbonera se convirtió en cuarto oscuro, el corral en su casa de vidrio. Los barqueros se transformaron en el rey Arturo, las aldeanas en la reina Ginebra. Tennyson fue envuelto en harapos; Sir Henry Taylor fue coronado con oropel. La doncella posó para su retrato mientras un huésped atendía la puerta. "Trabajaba infructuosa, pero no desesperanzadamente", escribió la señora Cameron por esta época. En verdad, era infatigable. Solía decir que en su fotografía había que destruir cien negativos antes de alcanzar un buen resultado, y su objetivo era superar el realismo disminuyendo al mínimo la precisión del foco. Como una tigresa cuando de sus hijos se trataba, era extraordinariamente flexible en relación a su arte. Manchas pardas aparecían en sus manos y el olor de los químicos se mezclaba con el aroma de la zarza dulce en el camino cercano a su casa.

—Virginia Woolf, descendiente directa de Julia Margaret Cameron,

una de las más renombradas fotógrafas de la era victoriana

 

Lisette Model me dijo que sentía que estas fotografías de mi padre eran actuaciones, y yo pienso lo mismo. Todos actuamos. Es lo que hacemos continuamente, de una manera no intencional ni deliberada. Es una forma de hablar de nosotros mismos con la esperanza de ser reconocidos como lo que querríamos ser. Confío en las actuaciones. Desecharlas no te acerca necesariamente a nada. La manera en que alguien que está siendo fotografiado se presenta ante la cámara y el efecto de la respuesta del fotógrafo en relación a esa presencia es de lo que se trata al hacer un retrato.

—Richard Avedon, fotógrafo de las revistas Harper's Bazaar y Vogue

 

Puesto que toda foto es contingente (y por ello fuera de sentido), la fotografía sólo puede significar (tender a una generalidad) adoptando una máscara. Es la palabra que emplea Calvino para designar lo que convierte a un rostro en producto de una sociedad y de su historia.

—Roland Barthes (1915-1980), semiólogo, mitólogo y crítico literario

 

La humanidad sigue irremisiblemente aprisionada en la caverna platónica, siempre regodeándose -costumbre ancestral- en meras imágenes de la verdad. Pero educarse mediante fotografías no es lo mismo que educarse mediante imágenes más antiguas, más artesanales. Por de pronto, son muchas más las imágenes que nos rodean exigiéndonos atención. El inventario se inició en 1839 y desde entonces se ha fotografiado casi todo, o así parecería. Esta avidez misma de la mirada fotográfica cambia los términos del confinamiento en la caverna, nuestro mundo. Al enseñarnos un nuevo código visual, las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de qué vale la pena mirar y qué tenemos derecho a observar. Son una gramática y, aún más importante, una ética de la visión.

—Susan Sontag, en su conocido ensayo "Sobre la fotografía"

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Día de la Resistencia de los Pueblos Indígenas

laCuerda

 

Este año se cumplen 510 años de la invasión española en América. El 12 de octubre, tradicionalmente llamado "día de la raza" o "de la hispanidad", para los pueblos indígenas mesoamericanos significa el inicio del genocidio en el continente. "Las atrocidades cometidas históricamente contra nuestros pueblos dan origen a que en la actualidad se reivindique el Día de la Resistencia de los Pueblos Indígenas", declaró Juventina López, de la Comisión de la Mujer de Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (CONIC).

Para los pueblos indígenas de Latinoamérica, esta fecha tiene como fin protestar y denunciar todas las injusticias que viven, entre ellas la problemática de la tierra, la violación a sus derechos laborales, la falta de alimentos y empleo, la depredación de los recursos naturales.

En este marco, diversas organizaciones que integran el III Foro Mesoamericano manifestarán su oposición al Plan Puebla Panamá y al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) durante las jornadas de movilización de este 12 de octubre en diferentes países del área.

En Mesoamérica, los pueblos indígenas y el campesinado pobres sufren las consecuencias del modelo económico neoliberal que les está negando el acceso a la tierra, trabajo y recursos; en suma, una vida digna.

Al conmemorar la lucha de los pueblos y trabajadores, el Foro recuerda las jornadas en Costa Rica que consiguieron frenar la ley de privatización contra el Instituto Costarricense de Electricidad; el levantamiento del pueblo mexicano de San Salvador de Atenco que impidió la construcción de un aeropuerto en sus tierras ancestrales; las ocupaciones de fincas en Guatemala que colocaron en la agenda pública la problemática agraria; la resistencia zapatista y su demanda legítima por la autonomía.

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Racismo, cotidiano y doloroso

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Una vez más queda comprobada la mayor vulnerabilidad de las mujeres a sufrir discriminación racial. También se demuestra la valentía, fortaleza y temple con que suelen enfrentarla. La presentación de nueve casos en la primera fase del Tribunal de Conciencia contra el Racismo ejemplifica los niveles estructurales que alcanza esta problemática en Guatemala.

Sobrevivientes de la guerra interna relataron sus vivencias durante las masacres ocurridas a principios de los 80 y se han organizado en la Asociación para la Justicia y Reconciliación contra el general Efraín Ríos Montt.

Sustentaron sus exposiciones en algunas características comunes de sus experiencias: la mayoría o totalidad de las personas masacradas era indígena; los militares aplicaban un tratamiento diferente a mujeres y hombres; a las jóvenes (16-18 años) las violaban, mientras otras eran torturadas en sus partes íntimas y a las embarazadas les abrían el vientre. La saña con que actuaron las milicias contra los pueblos indígenas comprueba las prácticas racistas del ejército.

Otros testimonios dieron cuenta de la discriminación sufrida por mujeres al obstaculizárseles el acceso a la educación o a empresas comerciales por vestir traje indígena y durante la elección de la Rabín Ajau. También hubo señalamientos contra la ex dirigencia guerrillera por diferencias en el trato entre combatientes ladinos e indígenas.

Ante la falta de mecanismos para erradicar el racismo, este Tribunal -no judicial- fue creado para proponer acciones concretas mediante la emisión de recomendaciones de carácter moral y político al Estado y a la sociedad en general.

La socióloga Ana Silvia Monzón expresó que la apertura de este espacio público es un hecho histórico. "Conforme vaya teniendo presencia, irá abriendo las mentes para cambiar una forma de relación que ya no se puede tolerar; la participación de las mujeres fue decisiva, ellas se encargaron de la organización e instalación de la instancia y es de admirar la energía que han desplegado", concluyó.

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Reencuentro de familias

laCuerda

 

La Comisión Nacional de Búsqueda de Niñez Desaparecida por el Conflicto Armado ha documentado 425 casos en ocho departamentos. En un reporte de julio pasado informa que ha realizado 17 encuentros familiares, entre el 2001 y lo que va del 2002. Ubicó cinco adopciones (cuatro en Estados Unidos y uno en Francia) y está dando seguimiento a otros 23 casos para concretar los reencuentros entre las familias.

Según la Comisión, el problema de la niñez desaparecida tiene dimensión nacional y requiere de estrategias de trabajo en todo el país y a nivel internacional; asimismo, implica el acompañamiento psicosocial a familiares y jóvenes que se ha localizado.

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Desarrollo para ixiles en Quiché

laCuerda

 

Tres grupos de mujeres del área Ixil (municipios Nebaj, Chajul y Cotzal, de Quiché) se fortalecen en cuestiones administrativas y legales, además de capacitarse en planificación estratégica con el apoyo de la Unión Europea, informó Juan Raymundo, codirector del proyecto.

El propósito es fortalecer la autogestión comunitaria de mujeres, quienes producen artesanías, cultivan hortalizas y crían ganado. Además realizan talleres referidos al nuevo Código Municipal. Próximamente, grupos mixtos impulsarán proyectos de ganadería de engorde, crianza de aves de corral, agroforestería y viveros forestales.

Estas acciones integradas toman como punto de partida la cosmovisión de los ixiles, con enfoque de género, para propiciar el desarrollo durable de pobladores del área, precisó el entrevistado.

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Nuestras utopías y las de aquéllas

Lucía Escobar, laCuerda

 

Todas las vidas tienen algo que enseñarnos. Cada historia pasada tiene una repercusión visible o invisible en el hoy. La socióloga Norma Stolz Chinchilla, consciente de eso y de la importancia de conocer y comprender la historia más allá del ángulo masculino, recopiló una serie de entrevistas e historias de vida. Su tarea fue documentar los sueños e ilusiones de algunas mujeres que han luchado clandestina y abiertamente por los derechos de todas y todos. Así nace un libro hermoso y simple que cuenta vidas, momentos, épocas, sueños. Un libro que habla de las utopías de guatemaltecas del siglo XX.

Por ahí desfilan los nombres de algunas que quizá hubiesen pasado desapercibidas para la letra impresa pero que hoy sobreviven a la memoria. Estos testimonios abarcan su participación cívica y política, vista y narrada a través de sus propias voces.

 

Revoltosas revolucionarias

Diez años de primavera en el país de la eterna tiranía (LCyA)

 

A través de las páginas del libro vamos hilando la hermosa y fallida Revolución de 1944, antes de la cual se consideraba inmoral que una embarazada fuera a trabajar. Gracias a este descanso de tiranías se abrió la puerta a las mujeres para que pudieran trabajar. Se duplicó el número de escuelas y se incorporó la educación mixta (considerada por Ubico como "comunista").

En la época de Arévalo todo se mencionaba en términos de reforma con palabras como "libertad de expresión" y "organización". Quienes participaron en la revolución eran jóvenes y sin experiencia. Ayudaban a organizar el partido con el entusiasmo de su edad. Estar del lado de la revolución les dio calidad humana, les hizo oponerse a las injusticias del mundo.

Se avanzó mucho en el pensamiento femenino. El derecho al voto fue uno de los logros más importantes (1946); dio a las guatemaltecas la posibilidad de participar más activa, abierta y masivamente en la lucha por satisfacer las necesidades del país.

Entre las organizaciones más importantes de aquellos tiempos estaba la Alianza Femenina Guatemalteca, que hizo énfasis en el voto y los salarios justos. Tenían un periódico e iban a las fincas a explicarles a las mujeres sobre la reforma agraria y el trato que les daban sus esposos. La oposición las tildaba de comunistas, decía que se comían a los niños y que los mandaban a la Unión Soviética para hacerlos jabón de coche. La noche de la invasión de 1954 estaban listas para defender lo indefendible. No hubo necesidad. Las mujeres que recuerdan esto coinciden en que fue una generación linda pero frustrada.

En muchas de ellas persiste el recuerdo de la muerte de la joven maestra María Chinchilla, quien iba al frente de una manifestación impresionante el 25 de junio de 1944. Ubico les tiró la caballería a estas maestras que vestían de negro para protestar.

Otra importante personalidad de la época fue La Maciste, "quien peleaba como hombre con su figura rala". Era la directora de la Proveeduría Escolar y fue ministra de Educación en tiempo de Idígoras Fuentes.

María Vilanova de Arbenz fundó Trabajo Femenino, una agrupación que buscaba darle conciencia a la mujer y mejorar las condiciones de la niñez. De ahí nació la idea de organizar a la población femenina y relacionarla con la Federación Democrática de Mujeres. Pero la caída de Arbenz desbarató todo esto. Algunas semillas quedaron: las mujeres se quedaron con la costumbre, el hábito y el conocimiento de lo que era organizarse.

Nombres conocidos, apellidos con cargas históricas visibles, y algunos otros simples como flores. Así igual sus historias: Aurora Morales, Elsa Castañeda de Guerra Borges, Elisa Balcárcel, Aura Marina Arriola, Stella Quan, María Jerez Rivera de Fortuna, Margarita Melvilla, Aura Marina Azucena Bolaños, María Herrera, Yolanda Colom, Margarita, Luciana, Cristina Calel, Lorena Carrillo Padilla, Yolanda Aguilar, Elena Tecún, María y Manuela, Quetzaltí Ixmucané, Victoria Álvarez, Silvia Solórzano, Mercedes Oliveira, María Eugenia Mijangos y Mariel Aguilar.

Impresas para siempre en el libro "Nuestras utopías, mujeres guatemaltecas del siglo XX", de Norma Stoltz Chinchilla (Editorial Magna Terra).

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Día de las Mujeres Rurales

laCuerda

 

Pocos saben que el 15 de octubre es el Día Internacional de la Mujer Rural. En Guatemala cobra relevancia esta fecha porque el mayor porcentaje de mujeres habita en áreas rurales y las trabajadoras agrícolas no están reconocidas como tales en la legislación laboral. Ello les impide recibir el salario legal y prestaciones laborales. El Código de Trabajo sólo las reconoce como "coadyuvantes".

Las mujeres rurales forman un mosaico muy diverso, siendo la mayoría agricultoras. Entre ellas se cuentan las campesinas (propietarias o posesionarias de tierra en su condición de esposa o como jefa de familia), mozas colonas, arrendatarias y jornaleras. Asimismo, hay mujeres rurales que son trabajadoras domésticas, obreras y las no asalariadas (artesanas, comerciantes, etc.).

Alrededor de este 15 de octubre en varias parte del mundo se realiza una campaña para llamar la atención acerca de la calidad de vida de las mujeres rurales. En Guatemala, organizaciones sociales y entidades estatales presentaron al Congreso una propuesta de reformas al Código de Trabajo para que se reconozcan plenamente los derechos de las trabajadoras agrícolas y de casa particular. Estas demandas fueron planteadas desde 1994 por el Sector Mujeres de la Asamblea de la Sociedad Civil y corresponden a compromisos plasmados en los Acuerdos de Paz (1996), que fueron refrendados como de alta prioridad en la reunión del Grupo Consultivo en el 2001.

A fin de conocer la dimensión de desigualdad que afecta a las mujeres de áreas rurales a nivel mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su siglas en inglés) reporta que ellas poseen sólo el dos por ciento de la tierra y reciben el uno por ciento de los créditos destinados a la agricultura.

En conmemoración del 15 de octubre, la periodista peruana Ángeles Parra, en su artículo "La tierra: una mujer preñada", afirma que "las campesinas del mundo son las comadronas que, con cariño y saber, ejercen de parteras". Agrega que desde que la industria patriarcal gobierna, la seguridad alimentaria y los agrosistemas de todo el globo están en peligro de desertización, emigración rural, contaminación irreversible de cauces fluviales y aguas freáticas...

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Campo pagado

Secretaría Presidencial de la Mujer

Propuesta de Reformas al Código Laboral

 

Organizaciones de mujeres y entidades del Estado logran consenso

Una propuesta de reforma al Código de Trabajo con enfoque de género han realizado mujeres de la sociedad civil y organizaciones de derechos humanos con el apoyo de la Oficina Nacional de la Mujer (ONAM) adscrita al Ministerio de Trabajo, la Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM) y la Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI), entre otras dependencias de Gobierno.

La licenciada Olga Lisett Archila Cruz de Aguilar, quien formó parte de la Comisión Técnica de Reformas al Código de Trabajo, afirma: "Es necesario aportar todos los instrumentos, mecanismos y estrategias que ayuden a deconstruir las prácticas sistémicas de las desigualdades genéricas".

Para la licenciada Archila de Aguilar es necesario que las mujeres figuren dentro del marco jurídico laboral nacional y que se dé cumplimiento a lo establecido en los Acuerdos de Paz y los Convenios Internacionales sobre los Derechos Humanos de las Mujeres y los emanados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobados y ratificados por Guatemala.

En febrero del 2002 se realizó en Washington una reunión del Grupo Consultivo para Guatemala, con el objetivo de revisar el cumplimiento de los Acuerdos de Paz con la comunidad internacional, los tres poderes del Estado y diferentes sectores de la sociedad guatemalteca, así como examinar las actividades priorizadas que proponía impulsar el Gobierno en los meses venideros. La aprobación de reformas de género al Código de Trabajo es uno de los temas principales contenidos en la matriz de seguimiento del Grupo Consultivo.

Floridalma Contreras, del área de Derechos de la Mujer del Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH) y quien integró la Comisión Técnica de Reformas al Código de Trabajo, afirma que las mujeres hemos estado invisibilizadas en la legislación laboral actual y que en esta propuesta se enfocan los derechos específicos de las mujeres, tales como maternidad, período de lactancia, embarazo y centros de cuidado infantil, entre otros.

La propuesta presentada contempla seis ejes: trabajo agrícola; trabajadoras de casa particular; acoso y hostigamiento sexual; protección a la maternidad y promoción de la paternidad responsable; igualdad salarial; y casos especiales, entre los cuales se enmarcan distintas formas de discriminación

Entre las organizaciones que conformaron la Comisión Técnica de Reformas al Código de Trabajo con perspectiva de género figuran organizaciones de mujeres y organizaciones mixtas de la sociedad civil tales como: Asociación de Mujeres en Solidaridad (AMES); Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH); Centro de Apoyo de Trabajadoras de Casa Particular (CENTRACAP); Convergencia Cívico Política de Mujeres; Foro Nacional de la Mujer; Grupo Femenino Pro Mejoramiento de la Familia (GRUFEPROMEFAM); Organizaciones de Mujeres QATIT; Red de Mujeres por la Construcción de la Paz, y Sector de Mujeres

Este proceso ha contado con el apoyo de varias instancias de Gobierno: Oficina Nacional de la Mujer (ONAM); Comisión Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo; en Materia de Derechos Humanos (COPREDEH); Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI); Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM) y Defensoría de la Mujer de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH)

Se cuenta además con el acompañamiento de MINUGUA y OIT.

La propuesta, consensuada entre las organizaciones de mujeres que participaron en el proceso de elaboración de la misma, fue presentada a las diputadas del Congreso de la República el 6 de septiembre del 2002.

En dicha presentación las organizaciones de mujeres solicitaron a las legisladoras que asumieran la ponencia del proyecto.

Al respecto, la licenciada Archila de Aguilar indica: "Creemos que esta propuesta tendrá aceptación ya que las diputadas tienen el deseo de promover estas reformas porque son concientes que la exclusión de las mujeres, no sólo en el trabajo sino dentro de la sociedad, es una barrera para su desarrollo".

Como parte del proceso se han realizado presentaciones de la propuesta a organizaciones de mujeres, sindicalistas y organizaciones no gubernamentales, quedando pendiente aún la socialización de la misma con agencias de cooperación y centros de investigación.

Floridalma Contreras indicó que espera que las organizaciones de la sociedad civil y de mujeres en especial se apropien de esta propuesta para que incidan en su aprobación por parte del Organismo Legislativo.

 

Marco político legal

La propuesta de reformas al Código Laboral se sustenta en la Constitución Política de la República, en los compromisos adquiridos por el Estado de Guatemala en los convenios internacionales, instrumentos políticos y legislación nacional vigente.

 

Compromisos políticos

·        Acuerdos de Paz

·        Cronograma de Implementación, Cumplimiento y Verificación de los Acuerdos de Paz

·        Política Nacional de Promoción y Desarrollo de las Mujeres Guatemaltecas y Plan de Equidad de Oportunidades 2001-2006

·        Matriz de Seguimiento a los Temas identificados en el Grupo Consultivo 2002

 

Marco legal nacional

·        Constitución Política de la República

·        Ley de Desarrollo Social, Decreto 42-2001 del Congreso de la República

·        Ley de Dignificación y Promoción Integral de la Mujer y la Familia, Acuerdo 7-99 del Congreso de la República

 

Convenios internacionales

·        Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer - ONU, 1979. Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18/12/1979. Aprobada por Decreto Ley 49-82 de 29/06/1982. Publicada el 06/09/1982, Vol. CCXIX; No. 54.

·        Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Belem do Pará - OEA, 1994. Suscrita en Belem do Pará, Brasil, el 06/09/1994. Aprobada por Decreto del Congreso 69-94 de 15/12/1994. Publicada el 11/01/1996, Vol. CCLIII; No. 09.

·        Convenio 100, Igualdad de Remuneración entre Mano de Obra Masculina y Femenina por un Trabajo de Igual Valor - OIT, 1951. Adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 34a. reunión, celebrada en Ginebra, Suiza, el 29/06/1951. Aprobado por Decreto del Congreso 1454 de 08/06/1961. Publicada el 21/09/1961, Vol. CLXII; No. 87.

·        Convenio 111, Relativo a la Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación - OIT. Adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 42a. reunión, celebrada en Ginebra, Suiza, el 25/06/1958. Aprobado por Decreto el Congreso 1382 de 31/08/1960. Publicado el 26/10/1960, Vol. CLX; No. 28.

·        Convenio 103, Relativo a la protección de la Maternidad - OIT. Adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 35a. reunión, celebrada en Ginebra, Suiza, el 04/06/1952. Aprobado por Decreto del Congreso 14-89 de 07/02/1989. Publicado el 14/09/1984.

·        Convenio 156, Relativo a la Igualdad de Oportunidades y Trato de Trabajadoras y Trabajadores con Responsabilidades Familiares - OIT, 1981. Adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 67a. reunión celebrada en Ginebra, Suiza, en 1981. Aprobada por Decreto del Congreso 22-93 de 17/06/1993. Publicado el 09/06/1994.

 

En el Cronograma de Implementación, Cumplimiento y Verificación de los Acuerdos de Paz 2000-2004 se contempla en el área de trabajo:

 

Garantizar el derecho de las mujeres al trabajo, lo que requiere:

·        Impulsar por diferentes medios la capacitación laboral de las mujeres.

·        Revisar la legislación laboral de las mujeres garantizando la igualdad de derechos y de oportunidades para hombres y mujeres.

·        En el área rural, reconocer a las mujeres como trabajadoras agrícolas para efectos de valoración y remuneración de su trabajo.

·        Legislar para la defensa de los derechos de la mujer trabajadora de casa particular, especialmente en relación con salarios justos, horarios de trabajo, prestaciones sociales y respeto a su dignidad.

 

Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM)

9a. Ave. 0-19 Zona 2, Edif. Isabel La Católica, 4o. Nivel

Tel. 288-6016 y 288-6087 / Fax: 288-6407

spmujer@intelnet.net.gt / comunicaspm@hotmail.com

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Redefiniendo la Cumbre

Magalí Rey Rosa, guatemalteca, maestra

 

Para quienes seguimos de cerca la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, ésta fue un fracaso, desde la óptica ecologista y social. Los resultados de las reuniones oficiales son puras declaraciones retóricas, sin compromisos concretos, gracias -en buena medida- a la actitud de los representantes gubernamentales de Estados Unidos y al dominio de los países productores de petróleo.

Se puede hablar de un retroceso desde la Cumbre de Río, pues las condiciones ambientales han empeorado. Queda muy clara la brutal degradación ambiental, y las enormes desigualdades mundiales son más preocupantes que el terrorismo. También se evidenció la presencia y creciente influencia de las compañías transnacionales, tratando de ocupar espacios dentro del esquema de Naciones Unidas. Por eso alguien dijo que la cumbre fue secuestrada.

Pero hubo cosas positivas e interesantes en Sudáfrica, desde la perspectiva sencillamente humana: gente de todas partes del mundo, en reuniones paralelas, compartiendo visiones diferentes a las oficiales. Una propuesta provocativa es la de un grupo de artistas que afirma que "no se puede resolver un problema usando el mismo esquema mental que lo creó", como dijo Einstein. Buscan revolucionar nuestra manera de ver y comprender el mundo. (interact@imago.bz, por si a alguien interesa). Señalan la connotación que han adquirido palabras como "desarrollo", "progreso", "riqueza", o "tiempo", y nos proponen redefinirlas para que recobren legitimidad.

Dicen: "El tiempo es una noción política, imperialismo invisible que aplasta y que usa la velocidad como medida de estatus, que prohíbe los carnavales y niega los tiempos cíclicos de las mujeres. Pero resulta que el tiempo no es sinónimo de relojes. Redefinamos tiempo y nos daremos cuenta que es elástico, como una cascada ovulatoria, salvaje, sensual y libre. Y es ¡tuyo!"

Otra palabra que actualmente se comprende mal es "naturaleza". Nos han enseñado a decir "recursos naturales". Parafraseando a Alice Walker: "Los animales del mundo existen por sus propias razones. No fueron hechos para los humanos, así como los negros no fueron hechos para los blancos, ni las mujeres fueron creadas para los hombres".

Acá en Guatemala tengo un amigo que dice "bienes naturales". Si el agua limpia es un bien natural, ¿cómo llamar al agua que ha sido contaminada, y cómo a quien la contamina? Para provocar la reflexión sobre el concepto de propiedad podríamos citar al Jefe Stealth: "¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento o el calor de la tierra? La idea nos es extraña. Si no somos dueños de la frescura del aire o del brillo del agua, ¿cómo podemos comprarles?"

Resulta, pues, que el concepto de desarrollo sustentable se enmarañó con la alucinante ilusión de que podemos controlar la naturaleza, conquistar el universo y eliminar la magia; encontrar satisfacción en producir y consumir, y que podemos conquistar la muerte. Mientras, las formas de vida en la Tierra -diversas, salvajes y misteriosas- siguen siendo parte de una vasta y expansiva realidad de interdependencia, a la cual la humanidad, sencillamente, pertenece.

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Movida departamental

 

Damnificados en lugar provisional

Las personas afectadas por el deslave de las comunidades de San Lucas Tolimán, Sololá, se encuentran en un lugar provisional donde permanecerán un año. Posteriormente harán un proyecto global para adquirir una finca o terreno para asentarse de manera definitiva, informó el líder comunitario Jorge Tzunún.

Aunque por el momento carecen de una propuesta concreta, las indígenas luqueñas consideran importante incluir la construcción de viviendas y la instalación de servicios básicos. Desean establecerse en un lugar con acceso a centros de salud y educación. También quieren impulsar proyectos productivos para crear fuentes de empleo para ellas y sus familias.

La Plataforma Agraria, tras lamentar la tragedia del 13 de septiembre en la que fallecieron 30 personas (en su mayoría niñas y niños de El Porvenir, Panimaquip y Totolyá), urgió al gobierno central asumir sus responsabilidades a fin de que las comunidades afectadas sean trasladadas a terrenos seguros y adecuados para el desarrollo de sus actividades productivas.

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Enfrentando la violencia

Mujeres de Quiché, Izabal y Totonicapán están aprendiendo cómo hacer una denuncia en caso de sufrir violencia. Éste es uno de los principales logros del Proyecto Reducción de la Violencia contra la Mujer, impulsado por la Asociación Mujer Vamos Adelante, el Consejo de Mujeres Mayas de Desarrollo Integral (CMM) y el Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer (CICAM). Después de tres años, el proyecto llegó a su finalización.

Julia Ixcoy, del CMM, expresó que otro resultado importante fue la formación de grupos de autoayuda, integrados por mujeres que han sufrido "violencia en carne propia; se capacitaron lideresas, quienes se encargarán de apoyar a más mujeres para que puedan superar los daños que les ha causado esta problemática".

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Capacitación para integrantes del Foro de la Mujer

Un diplomado de Comunicación, Participación Ciudadana y Auditoría Social realizan Verónica de Eguizábal, de Sanarate; Olidia Pacheco, de San Antonio La Paz; Blanca Paz, de San Cristóbal Acasaguastlán; Floresmira Romero, de El Jícaro, así como Leticia Arana y Ana María Prado, de Guastatoya.

Esta actividad pretende la participación de representantes del Foro Nacional de la Mujer en los municipios de El Progreso. La Oficina Regional de MINUGUA, con sede en Zacapa, impulsa este diplomado que, en opinión de Ana María Prado, "fortalece nuestros conocimientos y propicia el empoderamiento de las mujeres para ejercer su ciudadanía plena".

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Carmen Alborch en Livingston

La feminista española Carmen Alborch, autora de los libros Solas (2000) y Malas (2002), estuvo en Livingston, Izabal. La Oficina Municipal de Atención Social y de la Mujer convocó a 15 lideresas de diferentes etnias de la localidad a un encuentro con la escritora, quien dio a conocer su trabajo.

Para Elena Supall, "fue una noche feliz en Livingston por conocer una figura tan importante que lucha por el bienestar de las mujeres". En esta actividad hubo un intercambio de información y amistad, concluyó.

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Feria de la Salud

El Consejo de Mujeres Mayas de Desarrollo Integral (CMM) invita a la Feria de la Salud de la Mujer en Santa María Chiquimula el 16 y 17 de octubre. Brindará los siguientes servicios: examen de Papanicolaou, control prenatal, examen de hemoglobina, así como consulta para niñas y niños. Lo anterior fue informado por Julia Herlinda Ixcoy, representante legal de la institución.

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Formación y desarrollo

Jeanne Roblero

Organizaciones del Foro de la Mujer de la Región II (Totonicapán, San Marcos, Sololá y Quetzaltenango) siguen un proceso de capacitación sobre proyectos de desarrollo. Como resultado, hoy cuentan con 16 proyectos productivos en la búsqueda de lograr la autosostenibilidad y fortalecer su participación.

La Defensoría de los Derechos de la Mujer, de la Procuraduría de Derechos Humanos, realizó recientemente talleres de formación en diferentes comunidades de la zona costera marquense. Hizo énfasis en la situación de la violencia intrafamiliar y las violaciones a los derechos humanos de las mujeres que impiden su plena realización.

El Ministerio de Trabajo, a través de la Sección Mujer Trabajadora, realizó un taller en San Marcos y San Pedro Sacatepéquez para dar a conocer obligaciones y derechos laborales contenidos en el Código del Trabajo.

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